Volumen Uno : Capítulo Uno
Dos adolescentes se encontraban caminando por el bosque, ambos estaban vestidos con armaduras de metal ligero y cuero.
El primero es un adolescente de cabello castaño con ojos verdes, debajo de su ojo izquierdo se encuentra un pequeño lunar, su cuerpo alto y voluminoso lo hace lucir guapo e indomable.
Detrás de él se encuentra una joven de cabello Rubio y ojos azules, su piel blanca y suave le hacen querer protegerla y no dejar que nadie la lastime.
Mientras ambos caminaban y entablaban una conversación agradable, el adolescente paró en seco haciendo que la joven chocará en su espalda.
-Ouch, porque te detienes de repente Paul.
Su dulce y encantadora voz no hizo más que alertar a los encapuchados delante del nombrado Paul.
-Quédate donde estás y no hagas nada que no te diga Zenith.
Paul habló con voz suave pero autoritaria, como líder de un grupo de aventureros, había desarrollado cierto carácter autoritario, aunque muy pocas veces salía a flote.
Zenith se puso sería, muy pocas veces había escuchado a Paul llamarla por su nombre, solo en ocasiones serias o de peligro.
Con un pequeño esfuerzo, logró ponerse de puntillas y apenas mirar por sobre el hombro de Paul, solo para quedar atónita al ver a los varios encapuchados los cuales los miraban con cautela y sospecha.
-Mocosos, que hacen tan adentro del bosque, no saben que hay monstruos lo suficientemente fuertes como para usarlos de bocadillos.
El que parecía ser el líder del grupo de encapuchados dio un paso al frente mientras miraba con cierta cautela a Paul.
Solo por la postura y la rápida respuesta al poner su mano en la empuñadura espada en su cintura sabía que no eran solo mocosos nobles los cuales querían jugar a los aventureros.
-Acabamos de tomar una misión para exterminar unos cuantos goblins cerca de este lugar, pero encontramos un nido cerca de aquí.
Paul respondió con una disimulada tranquilidad, mostró una pequeña bolsa en su mano y la tiró al suelo, de ella salieron varias orejas de goblins mostrando que decía la verdad.
El encapuchado bajo la guardia al saber que no eran sus enemigos y solo eran simples aventureros, un rango avanzado en el estilo del dios del filo y el dios del agua no podría representar mucha dificultad para su grupo.
-Será mejor que den la vuelta y busque otra ruta, este camino está bloqueado y no podrán pasar por aquí.
Las palabras del encapuchado eran más una orden que una sugerencia, para mostrar sus palabras, varios de los otros encapuchados se pararon a sus costados y otros salieron de detrás de los árboles circundantes.
Paul ahora si estaba nervioso, no había sentido la presencia de los otros encapuchados detrás de los árboles, a simple vista eran más de catorce personas los cuales los miraban con frialdad no disimulada.
Dejó de sujetar la empuñadura de su espada y la llevó detrás de su espalda, donde le hizo señas a Zenith para que comenzara a retroceder con cuidado.
-Agradezco tu amabilidad, nos ahorraste mucho tiempo, no es bueno quedarse por la noche dentro del bosque.
Zenith ya había retrocedido una distancia considerable y Paul la seguía sin dejar de mirar a los demás encapuchados.
-¡Nooooo!.
Un grito masculino se pudo escuchar desde la distancia haciendo que todos volvieran sus cabezas en esa dirección inconscientemente.
Desde detrás de los encapuchados varios borrones negros pasaron a sus lados y cayendo frente a Paul y Zenith.
La mirada de todos se centró en los ahora cadáveres de varios encapuchados los cuales tenían varios cortes y sangran constantemente.
Paul miró al líder de los encapuchados mientras llevaba su mano a la empuñadura de su espada, estaba listo para comenzar a pelear, sabía que era inevitable tal cosa.
Cuando ambos bandos estaban por chocar sus espadas, un destello carmesí envolvió a los encapuchados frente a Paul.
-Gah!!!.
-¡¡Quema!!.
-¡¡Apagalo!!.
Varios gritos provinieron de aquel destello carmesí el cual ahora se identificaba como magia del elemento fuego.
En los ojos de Paul y Zenith se reflejaban las llamas las cuales estaban quemando hasta las cenizas a los encapuchados.
¡¡Woshhh!!.
¡¡BAM!!.
Una ráfaga de viento seguido de una pequeña explosión hizo que tanto Paul como Zenith se cubrieran los ojos para evitar los fragmentos voladores de tierra que pretendían dejarlos ciegos de por vida.
Cuando ambos miraron con atención frente a ellos, lo único que pudieron ver fue la silueta de una mujer frente a ellos.
Lo único que distinguía su género del de un hombre era que en la parte donde está el peto de su armadura de cuerpo completo eran los dos bultos hechos para sus senos bastantes grandes.
La mujer estaba sobre sus rodillas mientras miraban con detenimiento a ambos, sus ojos brillaban con dolor pero aún así nunca dejó la empuñadura de su espada la cual estaba incrustada en la tierra a su lado.
Los ojos de Zenith se enfocaron en su brazo izquierdo, en él está un pequeño bulto el cual se movía cada ciertos segundos.
La atmósfera era tensa y se podía sentir a kilómetros de distancia.
-¡Uwaaah!.
-¡Uwaaah!.
Los llantos de un bebé se escucharon en aquella tensa situación haciendo que ambas partes miraran en la misma dirección.
El bulto en el brazo izquierdo de la mujer caballero.
Zenith dio un paso al frente y dejó a Paul detrás de ella, cosa que no parecía gustarle al mencionado.
Su mano se posó sobre su hombro y presionó con fuerza, no quería que ella corriera ningún peligro, Zenith es una maga y por lo tanto su fuerza física y tiempo de reacción no le permitiría esquivar un solo posible ataque de la mujer caballero.
-Está bien Paul, puedes dejarme esto a mi, confía en mí aunque sea solo está vez.
Aunque reacio a acceder a su solicitud, Paul dejó que Zenith hiciera lo que tenía pensado, pero aún así, su mano nunca dejó la empuñadura de su espada, alerta ante un posible ataque.
Zenith se acercó con cuidado a la mujer caballero frente a ella, podía ver el estado tenso y nublado de la mujer, preparada para atacar en cualquier momento.
-Esos hombres te hicieron esto.
Zenith habló con voz suave y amable, tratando de sonar lo más amigable posible, aunque tenía a Paul detrás de ella preparado para defenderla, no quería correr el riesgo de ser cortado en pedazos en cualquier momento.
La mujer caballero solo miró con cautela a Zenith la cual daba un paso a la vez, dejando pequeños intervalos en cada uno.
-Sois mercenarios o aventureros.
Sin responder a su pregunta, la mujer caballero habló con Zenith, sonaba cansada y las gotas de sudor que se formaban en su frente debajo de su casco daban testimonio de aquello.
-Mi nombre es Zenith y soy parte de un grupo de aventureros de Grado S, la persona detrás de mí es Paul, líder del grupo que te mencione.
Sabía que si quería que la mujer caballero bajara un poco la guardia, tenía que intentar entablar una conversación.
Y tenía razón en ese pensamiento, la mujer caballero relajo sus tensos músculos y se dejó caer sobre su trasero, no porque hubiera confiado en Zenith, su cuerpo gritaba de dolor al haber estado peleando por más de un mes completo.
Su cuerpo ya estaba al límite y su Maná ya estaba escaso, debido a esto, su cabello antes rubio ahora tenía varios mechones blancos.
Había estado usando su fuerza vital desde la noche anterior y ahora ya estaban surgiendo las consecuencias.
-¡Uwaaah¡.
-¡Uwaaah!.
Los llantos del bebé se hicieron presentes haciendo que las dos mujeres miraran al bebé con diferentes emociones.
La mujer caballero miraba con cuidado y cariño al bebé, aunque solo llevaba un mes de estarlo cuidando y alimentando, sus instintos maternales habían salido a flote.
Zenith por su parte miraba al pequeño bebe o mejor dicho al pendiente en la oreja izquierda el cual está hecho de oro puro con forma de una cruz y varios hechizos desconocidos para ella.
Con el simple hecho de ver a la mujer frente a ella y los delicados pero hermosos rasgos faciales del bebé, sabía que no eran madre e hijo, la tela que cubría al bebé está hecha con varios hilos dorados y varias letras de un idioma que no entendía.
Podría ser el hijo de un noble de alto rango del Reino Asura o incluso de los Reinos vecinos.
-Puedo curarte, soy una maga la cual se especializa en magia curativa.
Zenith ofreció su ayuda, pero la mujer caballero solo negó con la cabeza y una sonrisa triste se formó en sus delicados labios.
-He estado mi fuerza vital desde hace tiempo, tu Maná solo será desperdiciado de forma inútil.
Un silencio incómodo se formó entre las dos mujeres, la primera estaba mirando a los ojos azul marino del bebé mientras miles de pensamientos pasaban por su mente.
La segunda estaba mirando con tristeza a la mujer y el bebé en sus brazos, tal vez no pueden ser madre e hijo, pero el amor infinito que brilla en los ojos de la mujer le hizo pensar lo contrario.
-Se que puede ser repentino e incluso loco, pero necesito que cuides a este bebé o entregárselo a alguien que pueda cuidarlo, mi vida está llegando a su fin y mi misión se completó con éxito, salve al bebé y ahora nadie sabe quién es o quienes son sus padres.
La mujer caballero miró con seriedad a Zenith, posiblemente la adolescente frente a ella no podría tener más de veinte años, sabía que por su porte y forma de hablar, antes de ser aventurera, posiblemente fue una noble y no de la baja nobleza.
Zenith estaba sin palabras, su mente se quedó en blanco y no sabía cómo responder a la mujer frente a ella.
Pero aun así, la mujer caballero no esperó su respuesta y puso al bebé en el suelo y luego con su último esfuerzo se levantó de su lugar.
Sabía que aún quedaban unos cuantos asesinos los cuales se habían escapado y ahora se escondían en alguna parte del bosque.
Se dio la vuelta y le dio la espalda a Zenith, pero antes de irse, giró un poco la cabeza para ver a la un aturdido Zenith detrás de ella.
-Su nombre es…..Ruler… hijo de la que una vez fue mi mentora.
Sin decir nada más, se volvió para el frente y en un parpadeo desapareció del lugar.
Paul se acercó a Zenith la cual estaba arrodillada en el suelo mientras sostenía al bebé en sus brazos.
-Y ahora qué haremos….
Paul sintió un escalofrío recorrer su columna y sudor frío brotó de todo su cuerpo, bajó la cabeza y miró a una sonriente Zenith.
Una sonrisa la cual no era una sonrisa como tal, no para él, sentía como algo dentro de él gritaba que saliera de ese lugar.
-Has pensado en jubilarte,Paul.
Aquellas palabras comenzaron con el abrupto final de las múltiples relaciones de Paul y comenzaron con la formación de una familia algo peculiar.
[ Volumen Uno : Capítulo Dos. ]
Dos años habían pasado desde aquel incidente y ahora aquel bebé es un niño muy enérgico e inteligente.
En el patio de la residencia Greyrat se encontraba Ruler Greyrat sentado en el césped mientras tenía un libro en su mano y en la otra una pluma.
Su rostro estaba serio y las gotas de sudor se formaban en su frente, los lentes que estaban cubriendo sus ojos azul marino estaban un poco nublados pero aún así no le impedían seguir con su meta.
Mientras estaba en su propio mundo, no se percató como cierta mujer se había acercado a su acostado y lo observaba con una pequeña pero amorosa sonrisa.
-Uf, creo que con esto estará listo en poco tiempo, es tan cansado hacer esto.
Ruler se limpió el sudor de la frente con un pañuelo que le había tendido en su pequeña mano.
Sus manos se congelaron en su lugar y con rigidez de volver para mirar a quien había sido la personas responsable de aquel acto.
Mirando a la mujer rubia y de ojos azules que lo miraba con esa sonrisa amorosa, no pudo evitar que su mirada se fijará en su vientre abultado.
-Madre, qué haces caminando, puedes resbalar y caer, no quiero que nada malo te pase a ti o a mi hermano o hermanita.
Ruler se levantó de un salto de su lugar y comenzó a sermonear a su madre, desde que se había enterado que su madre no estaba engordando y solo estaba embarazada, se sintió preocupado por ella.
Había preguntado a las diferentes mujeres del pueblo las diferentes situaciones que habían pasado cuando estaban embarazadas, la mayoría aunque se reía de él y sus preguntas un tanto tontas, siempre respondieron con la mayor cantidad de información que creían que un niño puede recordar.
Debido a esto, Ruler había entendido que su madre la cual estaba embarazada, corría un peligro constante, hacer mucha fuerza podría afectar el embarazado y por consecuencia a su queridísima madre, comer algo con demasiada grasa podría causar náuseas y podría afectar su alimentación.
Muchas cosas habían entrado en su pequeña pero analizadora cabeza, por lo que siempre estuvo atento a su bienestar físico y alimenticio.
Pero ahora que se había descuidado unos minutos, su madre estaba de pie y caminando, lo que más le procuraba eran las escaleras al segundo nivel de su pequeña pero acogedora casa.
Su padre había salido hoy en la mañana hacia el pueblo y él creía que la responsabilidad de cuidar a su madre ahora estaba en sus manos.
Como tal, no podía dejar pasar esta gran falta de cuidado de su parte.
-Tranquilo mi pequeño, tu padre ya volvió y él me ayudó a bajar y a caminar hasta aquí.
Zenith sabía los diversos pensamientos de su hijo, conocía como era, siempre pensaba demasiado las cosas y siempre se complicaba todo.
-Tu padre y yo queremos presentarte a alguien, por eso es que salí para llamarte.
Ruler ahora estaba perdido, según sabía, no tenía a nadie más, sus abuelos habían muerto hace mucho tiempo y no le había mencionado ningún tío mucho menos algún primo o pariente lejano.
-Es mejor ir dentro y poder presentarte a esa persona.
Zenith estaba un poco cansada, sentía como sus piernas le dolían un poco, ya estaba en su último mes de embarazo y sentía como estaba llegando el día en que su segundo hijo nacería.
Ruler viendo como la respiración de su madre se había vuelto irregular, asintió con rapidez, sabía que su madre se cansaba más rápido de lo habitual, por lo que entendió porque quería que entrara a la casa.
Zenith le sonrió con cariño mientras alborotada su cabello rubio, se volvió para entrar en la casa seguido de su hijo la cual la seguía y siempre cuidaba cada paso que daba.
Cuando Ruler entró a la casa, pudo ver a su padre el cual estaba hablando con una mujer.
Tiene el pelo rojizo ojos del mismo color y lentes, tiene un traje de sirvienta y una banda para el cabello con lazos a ambos lados
Sus pechos son grandes y una figura voluptuosa la cual resalta aún más debido al traje de sirvienta.
Ruler no había entrado en contacto con mucha gente, por lo que, aunque estaba curioso por la mujer frente a él, decidió quedarse detrás de su madre y esperar.
Zenith sintió como la manita de su hijo apretó con fuerza el costado de su vestido, sabía que su hijo era curioso, demasiado para su gusto, pero era parte de su encanto, siempre le había gustado ver esa parte de él.
Con una tos falsa, logró tener la atención de su esposa y de la que ahora sería la sirvienta de la casa.
-Lilia, este es Ruler Greyrat, Ruler, ella es Lilia y de ahora en adelante se estará quedando con nosotros.
Ruler salió de detrás de la falda de su madre y se paró frente a ella, se armó de valor y habló con la mayor calma que reunió en unos segundos.
-Mucho gusto, Como dijo mi madre, me llamó Ruler Greyrat, por favor, cuida de mí de ahora en adelante.
Ruler bajo la cabeza mientras temblaba un poco debido a la timidez y su nerviosismo.
-Mucho gusto Joven maestro, mi nombre es Lilia y estaré a su cuidado de ahora en adelante, cuide de mi por favor.
Ruler levantó la mirada para ver a Lilia la cual bajó la cabeza y levantó el dobladillo de su vestido con ambas manos.
No pudo evitar perderse en aquellos ojos violetas parecidos al vino que había visto en la tienda de aquel tío en el pueblo.
-Hermosos.
Sus palabras hicieron que tanto Zenith como Paul lo miraran sorprendidos ya que era muy raro que su pequeño elogiara a alguien más.
Lilia por su parte, no pudo evitar levantar las comisuras de sus labios en una minúscula sonrisa, le había gustado escuchar eso de su pequeño joven maestro.
Dicen que los niños son puros e inocentes, por lo que no habrá ningún otro significado detrás de aquellas palabras.
No como aquellos viejos gordos y lujuriosos de la capital Real del Reino Asura que sólo buscaban tenerla en su cama.
Ruler sintió como todos se habían quedado en silencio, podría jugar como el sonido de un grillo se escucha en aquel silencio.
Miró a Lilia la cual le sonreía y sus ojos brillaban con agrado, sus padres por otra parte lo miraban con sonrisas forzadas pero sus ojos brillaban con sorpresa.
Al recordar lo que había dicho, se puso nervioso y bajó la cabeza mientras salía corriendo en dirección de su cuarto.
Detrás de él solo se podían escuchar las risas de Paul mientras hablaba con su esposa sobre cómo heredó su sinceridad al elogiar a las mujeres.
◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇◇
Los siguientes días Ruler evitó hablar con Lilia debido a su vergüenza, pero con ayuda de sus padres y una sincera platica con Lilia, había podido hablar con ella sin sentirse nervioso o avergonzado.
El parto de Zenith había llegado y junto con ayuda de Lilia, todo había salido bien y ahora Ruler era un hermano mayor en toda regla.
Al recibir aquellas noticias, no pudo evitar correr por toda la casa mientras gritaba ''Soy un hermano mayor''.
Esto causó que todos se rieran de las pequeñas travesuras de aquel pequeño.
Ruler se encontraba en el ático de su casa mientras varios libros con diferentes nombres lo rodeaban.
''Matemáticas de Ruler Greyrat''
''Historia con Ruler Greyrat''
''Cuentos con Ruler Greyrat''
Pero había uno en especial el cual era muy diferente de los demás libros que lo rodeaban y era el cual estaba en las manos de Ruler.
En él se encontraban los diferentes contenidos de sus libros, matemáticas, historia, Cuentos y demás temas en los cuales se había interesado.
Ruler se levantó de golpe mientras levantaba en alto aquel grueso libro en sus manos, una gran sonrisa estaba en su rostro, sus ojos formaron medialunas.
-El gran y poderoso Ruler Greyrat ha terminado su libro.
Sin que él lo supiera, Zenith y Lilia lo habían observado todo con sonrisas.
Con cuidado de no hacer ruido, cerraron la puerta y ambas se miraron, asintieron en acuerdo mutuo de no mencionar lo que habían visto.
Sabían que Ruler era alguien el cual se avergonzaba fácilmente y nunca podría hablarles sin ponerse nervioso si le contarán que lo habían visto en ese momento vergonzoso.