Eventualmente llegamos frente a una casa de 2 pisos con un gran entrada y nos detuvimos.
[Hemos llegado, adelante]
El abrió la puerta y nos dejó entrar. El interior se sentía aun más grande que desde afuera. Un par de personas corrían de un lugar a otro con papeles en las manos, se veían bastante ocupados.
[¿Y ellos?]
[Son los que mantienen los registros y coordinan la próxima llegada]
[¿Llegada? ¿De quién?]
[¿No saben de los expedicionarios que vienen del sur? Si no mal recuerdo deberían llegar hoy]
[Jack, ¡por fin regresaste!] dijo una mujer que iba pasando y se detuvo al verlo. [El vehículo debería estar estacionado. Apresurate, tienes que ayudar a revisar la carga]
[¡Ya voy! Asriel, María, si me acompañan lo verán por ustedes mismos, ¿qué dicen?]
[Seguro, vamos]
[Pero... ¿y las galletas?]
[Luego vendremos a buscarlas, ¿vale?]
[Ok~]
Salimos de la casa y observamos como la gente estaba reunida alrededor de algo en medio de la calle. Al acercarnos alcancé a divisar una camioneta, en la parte de atrás tenía varias cajas. ¿Serán algún tipo de provisiones?
Habían 2 uniformados revisando lo que tenían hablando con unas personas, Jack se acercó a uno y comenzó a conversar con él, entonces el otro militar en el asiento de conductor al verme se bajó y caminó rápidamente hacia nosotros.
[Ohh, ¡eres tú chico! ¡Me alegro de verte bien!]
Era el mismo que me ayudó a hablar con el alcalde de regreso en mi hogar al comienzo de mi viaje... el cual nunca supe su nombre. Tan cercano como siempre vino a darme palmaditas en la espalda.
[S, si, estoy bien gracias. Veo que tu estás mejor de tus heridas]
[Así es. Como puedes ver mi ojo se recuperó por completo, solo quedé con esta cicatriz. ¿No se ve genial?]
[P, por supuesto...]
[¿Mmm? ¿De quién es ese hermoso cabello rubio que está en tu espalda?]
María como es usual no se lleva muy bien con los extraños y estaba escondido detrás mio... supongo que puedo aprovechar esta situación en mi favor.
[Ella es mi amiga María. Por varios motivos terminamos viajando juntos, es mi importante compañera]
Al terminar mi introducción asomó la cabeza por el lado y asintió sin decir nada. Creo que la presencia de este hombre es tan imponente que ni siquiera fue capaz de hablar.
[¡Que linda! Me recuerdas a mi hija, aunque un poco más grande. Soy Batista, ¡encantado de conocerte!]
¡Lo tengo! Sabía que ella podía servirme para sacar su nombre sin la necesidad de preguntarle directamente y ahorrarme la situación incómoda. Necesito agradecerle luego, veré si puedo conseguirle algo de comida.
[¿Y qué haces por aquí tan lejos en el norte Batista?]
[Vengo de parte del alcalde en una misión de reconocimiento para intentar recuperar el contacto con las demás ciudades, cada vez estamos cubriendo más terreno. Desde que te fuiste han aparecido más personas con habilidades similares a la tuya que nos han facilitado las cosas]
[Oh, eso es bueno de escuchar]
[Así es. Hemos sufrido unos cuantos ataques, pero ellos han sido capaces de retenerlos. Gracias a eso nos han relegado a otras tareas, estar fuera de la linea de fuego me tranquiliza un poco. Si estás aquí debo suponer que vienes de regreso de la capital]
[Correcto. Tristemente no pude encontrar las respuestas que andaba buscando]
[Eso es una lastima. ¡Ya se! Ahora planeas volver a casa, ¿cierto? ¡Yo los llevaré!]
[¿En serio? ¿No será un problema?]
[¿Qué dices? Por nuestro héroe y su pequeña amiga no hay problemas. Luego de terminar mis tramites por aquí nos iremos]
[Suena perfecto. Muchas gracias]
[... gracias] añadió María en una suave voz.
[Oye Batista]
[¿Dime?]
[¿No es algo arriesgado de su parte el viajar así como así por el camino? ¿Qué harán si se encuentran con una criatura?]
[Ahh, por supuesto que venimos preparados]
[Entonces, ¿hay un Spiritist con ustedes?]
[Exacto, debería... eh, ¿dónde está?]
[¿Se te perdió?]
Los 3 miramos alrededor buscándolo.