1
Al despertar, después de haber estado inconsciente por una hora, Linnet se acercó a mí y me dio algo para beber.
- Ten- me dijo con un tono cariñoso, casi maternal, dándome el vaso con liquido- toma algo de agua, ese golpe fue muy fuerte John
- Entonces no fue un sueño ¿verdad?- susurré con una gran tristeza en mi corazón- en realidad sucedió, mi padre se encuentra muerto por culpa de esas malditas maquinas
- Así es- me respondió en voz baja con un gran pesar, como si ella lo lamentase más que yo- lo siento John, no quería que eso pasara
- Está bien Linnet, al menos pudimos arreglar nuestros problemas antes de que sucediese, inclusive bailo ante la muerte- le respondí, luego empecé a dar unos sollozos que intentaba reprimir sin mucho éxito
Ella me abrazó y aunque no sentía sus latidos del corazón si percibía su cariño, con una sonrisa amorosa me dijo
- Fue una muerte digna- luego me meció suavemente a la vez que añadía- no te contengas John, está bien, para mí no es una vergüenza el que llores, incluso me ofendería si no lo hicieras
Yo rompí a llorar. Linnet me abrazó fuertemente y comenzó a emitir un sonido parecido al de un canto de cuna, sin saberlo, me quede dormido mientras lloraba.
2
Los sueños fueron de gran belleza. Si pudiese decir que fue lo que vi entonces lo haría; pero por desgracia no puedo. Solo recuerdo un reino de gran belleza, parecido al de los cuentos de hadas, y varias criaturas mágicas como los Unicornios, los Gnomos y las mismas Hadas, recordaba ser feliz.
3
Al despertar ya era de día y me sentía mucho mejor que ayer. Me pude levantar mientras el aroma de la miel llegaba a mi nariz. Decidí bajar, para ver que hacia Linnet, cuando me sorprendí al ver en la mesa unas masas redondas cubiertas de miel
- Buenos días- me saludó Linnet a mis espaldas. Llevaba puesto un delantal blanco con el cual, al parecer, había cocinado. Por algún motivo mi corazón dejo de latir al verla con ese delantal puesto
- ¡Linnet!, buenos días, ¿estás llevando un delantal?- pregunté sorprendido al verla vestida así
- Si, ¿hay algún problema, querido?- me preguntó desorientada por mi sorpresa, en su rostro se podía ver una expresión de confusión- es para que mi ropa no se ensucie, no hay muchas clases de estas camisas en el multiverso ¿sabías?
- Cierto, pero no pensé que llevarías algo tan femenino siendo tú…
- ¿Una marimacho?- preguntó con una expresión de enojo
- Una guerrera- finalicé mi expresión con calma, ella sonrió y dijo
- Puede que en este siglo aun no; pero en el siguiente los hombres van a cocinar y necesitaran delantales querido, además este pedazo de tela no es para nada femenino
Tenía razón, el delantal no tenía bordes adornados ni tampoco ninguna imagen femenina como flores o algo por el estilo.
- Esta comida huele muy bien- la halagué sentándome a comer- ¿Qué es?
- Se llaman Hot Cakes, son un alimento algo común en Estados Unidos, tuve que ir allí para conseguirlos- me respondió ella de forma calma a la vez que podía ver como sus mejillas se sonrojaban un poco al oír mi halago
- Ya veo- le dije con un tono calmo, a estas alturas ya nada parecía sorprenderme
- ¿Cómo has dormido anoche John?- me preguntó Linnet a la vez que le veía una sonrisa tierna y su dedo comenzaba a jugar con su cabello
- Por suerte bien, ¿Cómo me salvaste?- le respondí a la vez que le pregunté aquello que no era tan obvio para mí en ese momento
- Kingswolf y yo escuchamos al avión pasar cerca de donde estábamos y le seguimos, no pude saber que pretendía hasta que empezó a atacar la mansión de tu padre, creo que Explorer desea matarte John- me contó Linnet con un tono de pesar a la vez que se sentaba al lado mío, para contenerme en caso de que rompiese a llorar nuevamente
- No me sorprendería, estoy a tu lado ¿no? Esa máquina debe considerarme su enemigo y ¿sabes qué?, lo soy- dictaminé con ira en mi interior por lo ocurrido con mi padre a la vez que golpeaba la mesa con mi puño debido al enojo que tenia por lo ocurrido. Linnet sonrió y acarició mi cabello para continuar con su relato
- Salté al avión para detenerle y allí me enfrente contra él
Linnet comenzó a contarme su enfrentamiento contra el ave gigante a quien ella le nombra como avión
4
"Aparecí sobre el ala del avión de combate. Kingswolf veía todo desde distancia; pero no podía hacerlo con claridad. Creo que intentó dispararle al avión. Me encontraba en el ala de esa maldita maquina y ese avión de combate comenzó a moverse de un lado a otro tratando de hacerme caer. Por suerte me sostuve bien agarrándome de su fuselaje y trepando sobre él. Logré llegar a la cabina del piloto; pero Explorer intentó hacerme perder el equilibrio girando como en una montaña rusa. Cierto que no sabes que son querido; pero es como cabalgar sobre el techo de la casa con la cabeza apuntando al suelo. A pesar de los increíbles intentos de Explorer para poder hacerme caer no lo lograba, así que le dije
- ¿Qué sucede Explorer? ¿acaso un ser biológico como yo te está dando problemas?
Sé que esa cosa odia todo lo que es orgánico y pude hacer que centrase su atención en mí para que Kingswolf te sacara de la casa. El maldito Explorer, convencido de que no podría hacerme caer, intentó otra maniobra. Se enderezó y comenzó a subir de altitud, yo logré llegar cerca del panel de control y, con esta mujeril mano derecha que vez aquí, logré romper el vidrio que cubre el asiento del piloto. ese avión no se detenía y seguía subiendo. No podía comprender del todo lo que hacía hasta que vi como llegaba a los mil pies de altitud. Cierto que no entiendes eso todavía por que las personas de este siglo aun no han inventado el avión, así que diré que llegó hasta donde nacen las estrellas. Allí me di cuenta de sus intenciones, iba a intentar explotar conmigo adentro. Logré meterme en la cabina y de un solo golpe destruí el mando de control; pero no podía detenerlo aun. Así que decidí usar mi golpe de fuego o mejor dicho mi ataque de llama en la mano tirándola al panel de encendido que comunicaba con el combustible.
- Lo siento Explorer pero ya sabes el dicho- le dije triunfalmente- todo lo que sube tiene que bajar
Luego de eso el avión comenzó a bajar yendo en picada y yo pude desaparecer de allí para llegar a tiempo donde se encontraba Kingswolf. Te tomé a ti por la cintura para poder cargarte en mi hombro y, luego de agarrar al inspector, me retiré lo más rápido posible del lugar. Al final el ave o avión de Explorer impactó en la mansión de tu padre y explotó, uno menos de quien preocuparnos."
5
Luego de terminar su relato, casi sin poder evitarlo o pensarlo siquiera, comencé a llorar nuevamente
- Lo siento- se disculpó Linnet sacando del bolsillo de su pantalón un pañuelo blanco con bordes dorados- fui un poco dura al relatar los hechos de forma tan cruda; pero créeme cuando te digo que lamento de corazón lo sucedido a tu padre
- No hay problema, es solo que no puedo creer que se haya ido- le respondí tomando su pañuelo para soplar mi nariz sobre él
- Si te hace sentir bien, es posible que ahora se encuentre en un mejor lugar, lo sé por que como ya te lo mencione me fue ofrecido estar allí- me consoló ella con un tono dulce en su directa voz
- ¿Pudiste ver cómo era?- le pregunté con curiosidad a la vez que volvía a sonarme la nariz
- Muy tranquilo, más de lo que puedes pensar, no es un mundo como los que he visitado, es otra cosa, algo que no se puede clasificar y que sin importar lo que pase ese lugar siempre será seguro- me contestó ella de forma tranquila y dulce, un tono que no creía posible de ella
- Fue mi culpa, no debí ir allí- me recriminé a mi mismo; pero ella negando con la cabeza me dijo
- No, creo que Explorer ya tenía intenciones de atacar ese lugar; pero no te preocupes, él aun sigue vivo de algún modo, mírame a mí, llevo muerta más de doscientos años y aun puedo patearle el trasero a un montón de chatarra oxidada- luego esbozo una sonrisa tierna cerrando los ojos y sacando la lengua de forma cómica
Eso me hizo reír y la tristeza amainó un poco, luego sin un verdadero motivo dije
- Estos Hot Cakes son muy buenos
- Y eso que aun no has probado el Sushi, los tacos ni el dulce de leche o el arroz con leche- me respondió riendo con aquella expresión dulce y amorosa mientras los rayos del sol naciente la iluminaban como si fuese una deidad. Mi deidad.