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Chapter 3 - CAPITULO SEGUNDO: UNA SEMANA DE VIDA

1

"Miembro de los exploradores del multiverso", por unos breves momentos, me costaba entender esas dulces y complicadas palabras, que provenían de la boca de esa bella muchacha.

Ella parecía mirarme con cierta calma. Casi como si pudiese leer mis pensamientos. Incluso sonreía un poco, dándole una cierta dulzura a su expresión.

- Lo oíste bien cariño- dijo Linnet con ese marcado acento suyo- soy una agente de la brigada de Exploradores del multiverso

- ¡¿Q...qué?!- pregunté algo exaltado al oír nuevamente esa afirmación

- Cielos, que tu eres tonto chico- dijo Linnet, mientras cerraba los ojos y se ponía de perfil, levantando su antebrazo izquierdo con su puño que se mantenía cerrado. Luego abrió sus bellos ojos y me observo con una sonrisa leve en la comisura de sus labios; para después añadir- al parecer es cierto lo que dicen sobre lo cabeza hueca que pueden ser los hombres

Aquello me sorprendió y lance una exclamación, ¿una mujer acababa de decirme que era un cabeza hueca?, ¡cómo era posible semejante afirmación!; sin embargo un pensamiento paso por mi cabeza.

- ¿Acaso es esto una broma por parte de Timmy?- pregunté, comenzando a reír- ¡debe serlo!, porque el hecho de que una mujer sea capaz de hacer algo que no sea gritar al ver un ratón; para después desmayarse, ¡es ridículo!

Luego rompí en fuertes carcajadas.

Linnet, al oír eso, frunció en entrecejo y, antes de que pudiera hacer algo, me dio un golpe muy fuerte que me hizo tambalear; para después caer al suelo. Me sobe la mandíbula y pude descubrir que salía algo de sangre de mi boca

- ¡Ahora escúchame bien, macho inferior!- dijo, con cierta furia parecida a la de un hombre, cuando siente su valentía puesta en duda- ¡si vuelves a burlarte de mí por el hecho de ser una mujer!, ¡juro que te demostrare como se trata a los varones rebeldes en mi tierra! ¡y te aseguro que, dentro de tu enclenque y cursi sociedad de machos, va a ser muy difícil explicarles como una hembra te obligo a pasear por las calles con un vestido largo y muchos moños!, ¡¿comprendes niñito pequeño?!

- Si señora- afirmé asustado por la furia de la Exploradora de Grumsier.

2

La Exploradora de Grumsier me miro por un momento, que debió parecerme largo. No recuerdo si fue causa del miedo o de otro sentimiento, que nunca creí que sentiría por el sexo débil: admiración.

Luego de mirarme me tendió su mano, con una sonrisa de disculpa en sus bellos labios, yo la recibí y sentí su fuerza al ayudarme a levantarme.

- Discúlpame querido- dijo, con cierta pena y dulzura, en aquel marcado acento- a veces olvido que no estoy en mi tierra, sé que su cultura es machista y se espera que las mujeres sean de actitudes más sumisas con los hombres

- ¿De dónde vienes?- le pregunté nuevamente

- Ya te lo había dicho tontito- me contestó mientras reía un poco- soy de las tierras de Grumsier, el cual queda en el universo 63

Algo curioso que pude notar en su risa, era lo gruesa que sonaba. Parecía la risa de un hombre, fuerte y ronco.

- No entiendo de lo que hablas- le dije, tratando de recobrar algo de severidad; pero su mirada de enojo, me hiso temblar un poco- dices que vienes de un universo distinto al nuestro, y que eres parte de una unidad especial de agentes de otros universos, tendrás que disculparme si me cuesta trabajo creerte, debido a que este tipo de historias, solo ocurren en las novelas de ciencia ficción de autores como Julio Verne

- No te culpo por decir eso querido- me respondió, mientras se volvía a sentar y cruzaba las piernas, de una manera casi masculina- como puedo notar qué vives en un observatorio, deduzco que sabes de las galaxias y los universos ¿verdad?

- Si claro- asentí con mi cabeza

- Pero también debes saber que existen otros universos, otras tierras en donde la historia y sus eventos no son siempre los mismos, veras hay tierras en donde los humanos aun viven en la edad de piedra o en donde su tecnología ha avanzado a niveles inimaginables, para los que habitan este mundo, en otros universos los humanos no existen, o se han extinguido, en algunos, los dinosaurios aun dominan la tierra, inclusive hubo universos que ya no existen, la vida y el tiempo son tan impredecibles , que las posibilidades son infinitas, ahora imagina que haya seres de otras tierras, con el poder suficiente para destruir su propio mundo, ¿Qué harán? Te preguntas, pues la respuesta es sencilla, buscaran otro universo al cual destruir, durante milenios, los mundos alternos Vivian en ese constante peligro hasta que un día varios universos fueron destruidos por un monstruoso Multiversida

- ¿Q…que?- intenté decir

- Asesino de multiversos querido- me respondió con una expresión de paciencia en el rostro- después de eso, una deidad muy poderosa, decidió crear un grupo especial; para proteger todos esos mundos y los que allí habitaban, ese grupo se llamo los Exploradores, debido a que siempre exploraríamos esas nuevas tierras; para poder archivarlas y de esa manera estaríamos protegiéndolas de cualquier riesgo, somos como exploradores y policías a la vez

- ¿Tú eres miembro de ese grupo Linnet?- le pregunté cautamente

- Si, técnicamente soy una de las fundadoras, llevo más de doscientos años protegiendo los multiversos querido.

3

Nuevamente, quedé atónito al oír lo que la bella, ¿muchacha?, había dicho. No podía decir nada, debido a que me había trabado en la letra d y luchaba con todas mis fuerzas; para continuar con la oración.

- D..d..d..¡doscientos años!- exclamé por fin, sintiendo el sudor que corría por mi rostro- ¡eso es imposible!, pareces una jovencita, de unos veinte o veintidós años, ¡no puedes tener esa edad!

- Je , vaya querido, me alagas mucho al darme esa edad, debía tener como treinta años, antes de que me asesinaran, nunca me han dado más de veintinueve, cuando me conocen por primera vez- me respondió riendo encogiéndose de hombros

- ¿Asesinaron?- pregunté aterrorizado- ¡¿eres un espectro?!

Sentí que me iba a desmayar por tales dichos. Todo eso era una locura de información para mí y no sabía cómo aceptarla o entenderla.

Linnet se levanto de su silla y me tomo de la camisa; para sentarme en ella. Al parecer estaba algo molesta; pero seguía sonriendo.

- No te desmayes todavía caballerito- me dijo con un tono burlón- necesito hacerte algunas preguntas, es hora de mi interrogatorio; pero antes iré por un trago, creo que tu también lo necesitas

4

No podía recordar mucho de lo que sucedió después. Razón por la que contare todo aquello que pueda venir a mi memoria.

Linnet fue hacia donde guardaba el whisky; para después regresar, con la última botella que poseía y dos vasos de vidrio, ella se sentó en la mesa y abrió la botella; para después servirme muy poco del líquido, en mi vaso, mientras que en el suyo lo rebalso de bebida. Mirándome con su bella; pero burlona sonrisa, me dijo con tono de disculpa.

- Lamento no darte tanta bebida cielo; pero de donde vengo lo varones no suelen beber alcohol

- Debe ser un lugar interesante- comenté, mirando mi vaso, un poco sorprendido

- Para los cursis y papanatas machos lo es, pero no creo que les guste

Después, con una rapidez increíble, se tomo de un solo trago su bebida; para después mirarme con cierta lujuria.

- Eres muy apuesto muchachito, personalmente me gustaría llevarte a la cama; pero como dicen en el siglo veinte, de algunos mundos, el deber antes que el placer

- No entiendo de que hablas- le hablé, con cierto temor, debido a que nunca había escuchado a una mujer hablar de manera tan vulgar a ningún varón antes

- Puedo observar que tienes un telescopio con el que miras las estrellas

- Si es cierto

- ¿Has visto algo interesante durante estas semanas varoncito?

- No, nada que pueda ser fuera de lo común, excepto…

- ¿Excepto qué?- me preguntó, acercándose a mí, desde su improvisado asiento

- Estuve viendo estas semanas lo que parece una lluvia de meteoritos, calculo que dentro de una semana serán visibles en el firmamento

Linnet volvió a fruncir el entrecejo y se puso su mano sobre el mentón. Después volvió a sonreír nuevamente. Tomo la botella de Whisky que poseía, para beberla, parecía haber bebido unos tragos; pero cuando la revisé, a la mañana siguiente, esta estaba hasta la mitad de vacía.

- Aun no he llegado tarde- dijo con mirada desafiante- escucha John querido, necesito que me acompañes en este momento, porque tu mundo corre peligro, si tus cálculos son correctos tienen una semana de vida antes de que las maquinas del universo 26 la destruyan.

5

Las sorpresas, de aquella inolvidable noche, no parecían acabar. Linnet había dicho que unas maquinas iban a destruir la tierra. Es decir que nuestro mundo corría peligro, porque una maquina de tejer y una locomotora iban a destruirlo. Todo esto ya era demasiado ridículo para mí. Por lo que no dudé en recobrar compostura y gritar.

- ¡Muy bien este juego ha llegado demasiado lejos!- pensé que la muchacha llamada Linnet se asustaría o perdería el temple que tenía al verse descubierta; pero se mantuvo calmada. Como si esperase esa actitud- ¡¿piensas que soy estúpido?! ¡¿una locomotora y una maquina de tejer destruirán la tierra?! ¡¿ una mujer de más de doscientos años, que aún permanece joven y que viene de otro mundo?!, ¡por no decir que es miembro de una unidad policial y de exploración de tierras alternas, que mantiene el equilibrio en la galaxia! ¡y que encima es un espectro!, ¡todo esto es ridículo!, ¡si no eres un chiste de mi amigo Tomas, entonces claramente eres una loca que escapo del manicomio! y lamento decirte que golpearme no hará que cambie de opinión, no sé cómo hiciste para entrar jovencita; pero mejor será que te largues ¡antes de que pierda mas los estribos!

Linnet aun me observaba tranquila y algo molesta, por lo que le había dicho. No era de usar los puños y menos en una dama; pero si no tenía otra opción lo haría. Luego de un momento, que parecía largo, ella sonrió como si todo eso le fuese divertido y añadió.

- Al parecer aun no me crees John; pero no te preocupes, pronto lo harás

- ¡Lo que tu harás es irte antes de que me enoje aun más!- le grité con fuerza.

De pronto todo se volvió confuso. Ella tomó mi brazo, con una velocidad increíble y una fuerza igual de sobrecogedora. Lo próximo que recuerdo era que estaba en un valle en la oscura noche, y se veía las luces de las velas de la ciudad a lo lejos. No podía ver a Linnet por ningún lado. Entonces oí un ruido muy extraño. Algo parecido al zumbido de un insecto; pero era demasiado fuerte. También había otro ruido, que nunca antes había escuchado. No podría describirlo, aunque quisiera, porque no hay forma de explicar el ruido que hace una de las temibles maquinas del universo 26.