Al entrar en el pueblo, cada grupo se había separado, pero como el grupo Margaret y el de Sander iban en la misma dirección, viajaron juntos al principio.
En el camino, Sander había prestado mucha atención a su alrededor, pero todo lo que veía lo ponía aprensivo.
Nada...
Eso era todo lo que veía...
Las puertas de las casas estaban cerradas, y no se veía a nadie por ninguna parte, verdaderamente, un pueblo fantasma.
Mirando al frente del grupo, ahí estaba Klaus, varios pasos alejado del resto. Sander estaba sorprendido y preocupado por su elección de ayudar, no entendía cómo funcionaba la mente de ese chico.
Ciertamente no es normal, talvez nunca lo fue, pero eso no importaba, lo que de verdad importaba era descubrir que es lo que esperaba conseguir.
Este chico puede ser un buen aliado, pero también un terrible enemigo. Como sea, debía descubrirlo rápido.
Luego de pensarlo por un momento, Sander quiso adelantarse para hablar con él, pero algo más llamo su atención.
Había una niña, ella estaba llorando. Parecía haber perdido a sus padres, y cuando vio al grupo de Sander, corrió hacia ellos mientras rompía en llanto.
Al ver a la pequeña niña desesperada corriendo hacia ellos, Margaret sentía como se le rompía el corazón. Inconscientemente, dio unos pasos al frente para recibir a la niña en sus brazos.
Pero entonces, sucedió algo inimaginable...
La cabeza de la niña de seis años se calló de su cuello, y frente a ella, el culpable de tan despreciable acto, sacudió la sangre de su espada, antes de guardarla en su vaina con relativa indiferencia.
Ese culpable...era Klaus...
Por un momento, nadie supo cómo responder a algo como esto. Sander no supo cómo hacerlo, ni Sarah, mientras que Margaret estaba en shock.
– ¿¡Que has hecho!?– El primero en reaccionar fue Sander, naturalmente, explotó en una furia cuando lo cogió del cuello de la camisa y le gritó.
Madison, y otro refugiado con un arma se pusieron alerta, si era necesario, harían lo que hiciera falta.
Klaus no respondió, no dijo, ni hizo nada para defenderse, solo lo miro con indiferencia. En esos ojos negros como la tinta, la confianza brillaba con debilidad.
Esa mirada, solo hacía que Sander quisiera hacer que se comiera su puño. Pero él sabía, este muchacho engreído, tenía el capital para hacerlo.
Un poco de impotencia llenó a Sander, su mano, que agarraba la ropa de Klaus, comenzó a temblar.
Al final, Sander soltó su agarre de Klaus, e hizo una señal para que los demás se calmaran. Mirando a Klaus con resentimiento, Sander habría la boca de nuevo.
¡Aplausos! ¡Aplausos! ¡Aplausos!
Pero justo en ese momento, el sonido de unos aplausos lo interrumpió. El sonido era débil, tanto, que fácilmente podía pasarse desapercibido.
Pero no fue así...
Todos lo escucharon con claridad, y la ruptura que estaba por suceder se congelo en las mentes de todos. Y todos, al mismo tiempo, giraron la cabeza en la misma dirección.
Frente a ellos, sin que nadie lo notara, apareció una chica bastante especial. Tenía cabello rubio y ojos grises, su piel era bronceada, también llevaba una extraña vestimenta parecida a una armadura.
Pero lo que más llamaba la atención no era nada de eso, eran sus orejas. Estaba a varios metros de ellos, pero aún podían notar lo puntiagudas que eran, Inconscientemente, todos la asociaron con un elfo.
–Bravo, lo suficientemente despiadado, eres digno de ser el ángel de la muerte– Esa fueron la palabras que salieron de la boca de la joven, con una débil sonrisa de por medio.
Klaus saco su espada en silencio, y miro a la joven profundamente antes de preguntar. – ¿Eres un demonio?–
– ¿Tu qué crees?–Respondió la joven con los ojos entrecerrados.
–Creo que lo eres– Klaus dijo lentamente, apunto su espada hacia ella, pero no hizo un movimiento. De ella, podía sentir un poder que estaba al nivel de legión. Aunque ahora era tan poderoso como legión, no sentía ninguna confianza al enfrentarse a esta chica.
–Entonces, ¿qué estás esperando?– Ella lo provocó algo divertida. Pero al escucharla, Klaus dejo de dudar, Se abalanzó hacia ella tan rápido, que Sander y los demás solo vieron un borrón.
¡Clank!
El choque de espadas ahogó todo lo demás, y los ojos de Klaus se habían encogido. La chica había sacado una espada corta de la nada, y había parado su espada junto a su cuello.
Al momento siguiente, Klaus retrocedió por reflejo, esquivando el ataque mortal de la chica. Klaus había cumplido su objetivo.
Hacerla mostrar su fortaleza...
La chica tenía gran fuerza física, y manejaba una espada corta con la mano derecha, y una daga con la izquierda. Klaus maldijo interiormente, desde su batalla con aquel demonio, supo que no tenía mucha ventaja contra los usuarios de doble arma.
Pero nada de eso iba a detenerlo, Klaus se abalanzó sobre ella nuevamente y apuñaló con su espada directo a su corazón. Pero la chica uso ambas armas para desviar la espada a la derecha, y con un rápido giro, volvió a la posición original, pero no sé detuvo ahí, siguió atacando al costado desprotegido de Klaus.
Si Klaus no hacía nada, sería apuñalado en el costado...
Pero justo cuando el arma de la chica estaba por atravesarlo, Klaus uso su mano libre para sostenerla firmemente en la muñeca. Un segundo después, el mundo de la chica dio vueltas.
Klaus había atacado su centro de equilibrio...
No se detuvo con eso, Klaus retrajo su espada y apuñaló hacia la cabeza de la chica. Si este golpe impactaba, ella sería decapitada.
¡Silbido!
Pero justo en ese instante, el instinto de Klaus le advirtió del peligro. Una flecha había sido lanzada a su cabeza, pero la termino desviando con su espada.
Rápidamente, otra flecha lo atacó, eh hizo lo mismo con esa. Pero Maldijo casi al instante, trato de defenderse pero no lo logro a tiempo. La escurridiza chica le había sembrado una patada en el estómago.
Por un momento se había olvidado de ella...
La patada había mandado a volar a Klaus varios metros, pero este cayó de pie sin ningún daño. Mirando hacia el frente con dureza, Klaus levantó su mano y atrapó otra flecha en el aire. Entonces volteó su mirada hacia el techo de una casa a más de treinta metros de él, Donde una figura encapuchada se detuvo momentáneamente antes de correr lejos.
Klaus rápidamente volteó su mirada hacia la chica, sin dejar de prestar atención a su alrededor. Mientras tanto, el grupo de Sander había levantado sus armas contra el nuevo enemigo.
La chica no hizo otro movimiento, solo los miro a todos con interés antes de decir con una sonrisa. –Quisiera quedarme a charlar, pero tengo asuntos que atender–
Con eso dicho, la chica se dio la vuelta y desapareció en una esquina...
Con una expresión determinada, Klaus miro en su dirección y corrió tras ella, dejando al estupefacto grupo de Sander atrás.
– ¿Qué diablos está pasando en el mundo?–Pregunto atónito uno de los refugiados.
–No tengo una maldita idea– Respondió Sander antes de volverse hacia Margaret.
Ella estaba en shock, luego de ver a Klaus decapitar a la niña, no reacciono aún luego de lo que sucedió después. Solo se quedó ahí, de rodillas, mirando el cuerpo de la niña.
–Mi amor– Sander se le acercó con delicadeza, puso su mano en su hombro tratando de consolarla.
–El...la mató, es solo una niña, ¿Cómo alguien puede hacer una cosa así?– Margaret no podía entender, por más monstruo que sea, nadie mataría a una pequeña niña solo porque sí.
–Él lo pagará, te lo prometo. Vamos no podemos quedarnos aquí– Levantándola, Sander ayudo a su esposa a caminar, los otros también habían empezado a moverse.
Mirando desde un lado, Sarah, tenía una expresión en blanco. Ella tampoco entendía el comportamiento de Klaus. El había salvado su vida antes, por eso tenía en parte una buena impresión de él. A pesar de que era un asesino, le dio el beneficio de la duda.
Pero ahora, simplemente...no sabía que pensar...
Con esos pensamientos en la cabeza, apretó los dientes y se marchó. Sin embargo, todavía no había desaparecido en la distancia cuando el pequeño cadáver se deformo en una criatura demoniaca.
. . . . . . . . . . . . . . .
Luego de separarse de los demás, el grupo formado por Ethan, Bruce y Bridge se había dirigido a los lugares marcados por Sander.
A diferencia de los demás grupos, el de Ethan era el único que contaba con una camioneta. En poco tiempo ya habían llegado a una tienda de alimentos.
Mientras miraba a su alrededor, Bridge no podía evitar sentirse nerviosa, Este lugar, había algo malo con él, ella lo sabía, todo aquí se veía tan...tan vacío, sin la presencia de un alma.
También, tenía la sensación de que alguien la había estado observando...
Después de bajarse de la camioneta, Ethan miró a cada uno y les dijo seriamente. –Escúchenme todos, solo tomaremos lo que necesitamos, cosas como cereales, comida enlatada y pastas, entienden?–
Escuchando sus palabras, Bruce no pudo evitar protestar con desagrado. – ¿Ahora tenemos que hacer todo lo que digas? ¿Quién te nombró el líder?–
–Tu padre, así que si no vas a ayudar, entonces quédate quieto y no estorbes– Sin darle oportunidad de hablar, Ethan se dio la vuelta y entró a la tienda.
–Todavía eres un niño– Le dijo Bridge con una mirada de desprecio al darse la vuelta y entro junto a Ethan. Los demás miembros del equipo miraron a Bruce una vez antes de seguirlos.
Atónito, Bruce se quedó parado donde estaba, sin entender. Cuando comprendió lo que pasaba, soltó una risa de auto burla antes de entrar con los demás.
Dentro de la tienda, había estantes llenos de comida. Iban desde trigo y arroz, hasta carne y pescado enlatado. Al ver todo esto, el grupo se puso manos a la obra rápidamente. Los otros dos refugiados empezaron a cargar los sacos de cereales, mientras que Ethan y Bridge cogían las latas de los estantes.
Mientras estaban en ello, Bridge le lanzaba a Ethan algunas miradas de vez en cuando, pero Ethan estaba demasiado ocupado para notarla. Quien si la había notado era Bruce, que acababa de entrar. No podía sentirse peor de lo que ya era, por lo que los ignoro tanto como pudo.
Caminando al mostrador, Bruce empezó a meter las chocolatinas en una mochila que había traído.
Viéndolo, Bridge lo regañó con disgusto. – ¿Que no oíste a Ethan? Sólo alimentos concursables. ¡Dios! No sé qué sucede contigo–
Sin darse la vuelta para responder, Bruce le dijo sarcásticamente. –Una cosa Bri, me importa un cuerno lo que diga "Ethan"–
Escuchando la clara burla en sus palabras, Bridge estaba tan enojada que sus hombros se levantaban y caían, pero al final no dijo nada.
Decidió que, a partir de ahora, ignorarla a Bruce completamente. Ethan también fue lo bastante inteligente para no decir una palabra.