A ver, les contaré todo desde el principio. O sea, no fue la gran cosa, pero igual les contaré porque quiero y ya.
Todo comenzó el 25 de Diciembre del 2015, apenas tenía 12 años.
Ya habían acabado las clases, y eran las vacaciones de verano. Yo había pasado a septimo de primaria.
En es momento, conocí a Leyla.
Leyla era una chica linda, con una linda personalidad. Ella me llevaba por tres años, pero teníamos una buena comunicación, aún con la diferencia de edad.
Ese 25 de Diciembre, nunca lo voy a olvidar porque en ese día fue mi primer beso.
Siempre me decían que tu primer beso es muy importante porque te lo vas a dar con la persona que más "amas". Es lo mismo que con lo de la virginidad, que tu virginidad es muy importante porque te vas a entregar a la persona que más "amas".
Como dije, vengo de una familia extremadamente religiosa. Ellos creen que el primer beso y tu virginidad las debes entregar con tu primer esposo o esposa, con la persona que amas, que después de haber tenido todos los hijos que quisieron, no deben volver a tener intimidad.
Porque es un pecado. Pecado carnal como me lo decía mi abuela... o bueno, como me lo sigue diciendo.
"Y ¿qué onda con los homosexuales, abuela?", nunca debí preguntarle eso a mi abuela porque me leyó casi toda la biblia.
Bueno, sigamos con todo esto, o sea, de como me volví una "anormal" .
Antes de que sean las 00:00 para que sea navidad, Leyla vino a mi casa, con un sólo propósito, y ese propósito era darme mi primer beso. Obviamente, yo no sabía nada.
Ya después de todo, después del brindis, de los fuegos artificiales.
Leyla y yo, nos fuimos a sentar debajo del árbol que tenemos en mi casa.
Todo normal, hablábamos de muchas cosas. Por ejemplo, del colegio o del deporte que nos gustaba.
Hasta que, Leyla me preguntó algo que me dejó muy asombrada, algo que para mi familia está mal.
— ¿Quién fue tu primer beso?
En ese momento, era inocente, no sabía de nada, a lo que le respondí.
— Nunca he dado un beso... a nadie.
— ¿Quieres dar tu primer beso? Pero... ¿conmigo?
Como dije, nunca había dado un beso en esa etapa de mi vida, pero yo quería saber que se sentía dar un beso.
— Sí, quiero saber que se siente.
No lo dudó ni un segundo y la chica me agarró de mis mejilla, y estampó sus labios con los míos.
Se sintió raro y también sentí adrenalina. Algo nunca sentí, no se comparaba a nada, ni cuando le oculté a mamá que desaprobé una materia de la escuela.
Obviamente al ser una inexperta, yo arruinaba el beso.
En esa noche, Leyla y yo no parabamos de robarnos beso, unos besos largos, otros de 9 segundos u otro de piquito.
Al día siguiente, me volví a encontrar con Leyla y pasó lo mismo que pasó la noche anterior. Besos, besos y más besos. Yo era adicta a los besos de Leyla y eso debe ser porque la chica era mayor de mí por tres años.
Pasaron los meses, y Leyla se había mudado a otro país. Sí, muy triste, pero no para mí, porque nunca sentí más que atracción por Leyla. Nunca me había enamorado de ella.
No sé nada de ella hasta el día de hoy.
Obviamente, no me olvidaré que ella fue mi primer beso, fue mi maestra, ella me enseñó a besar.
Ahí empezó mi atracción hacia las mujeres.
Siempre tuve problemas con mi orientación sexual. Ya que si me preguntaban si había un chico que me gustaba, pues, no había ningún chico que me gustase. Siempre eran chicas.