—¡Su majestad es hora de levantarse!
Puedo escuchar como Sofía, mi sirvienta personal, me llama para levantarme de la cama.
Normalmente no soy una persona madrugadora pero tengo varias tareas que hacer durante el día , por lo que Sofía tiene la dura tarea de levantarme.
— Cinco minutos más por favor.
—Por favor su majestad, usted mismo me dijo anoche que no lo dejara dormir más de la cuenta. Así que por favor levantase ya.
Ante las constantes quejas de Sofía no me queda de otras, además de finalmente levantarme de mi cómoda cama y empezar mi día.
Durante la mañana tengo todo tipo de clases, ya sea políticas, geografía, etiqueta. Luego del almuerzo tengo lecciones de espada con Sir Tom, uno de los mejores caballeros del reino.
Realmente disfruto practicar la espada con Sir Tom. He estado aprendiendo a como usar correctamente la espada desde mi niñez.
Algunos adultos incluso me consideraban un prodigio.
Ahora puedo decir que tengo un buen nivel de manejo de la espada.
Lo que es más, varias familias han intentado comprometerme con sus hijas desde que cumplí mi mayoría de edad, hay incluso rumores que ya se a decidido quien será mi prometida, aunque bueno ese tema me a causado cientos de problemas debido a cierta persona que se dejó llevar por esos rumores, pero eso es otra historia.
Luego de mis lecciones y luego de la cena al fin tengo algo de tiempo para mi.
Realmente es cansado estar tenido que cumplir con todas mis responsabilidades como príncipe heredero. Mi padre, el rey, tiene grandes expectativas en mi. Por lo cual me esfuerzo siempre para cumplir con sus expectativas.
Muchos podrían decir que es la vida de un príncipe sin preocupaciones. En tiempos de paz en el continente y en un reino próspero como este , uno pensaría que no hay que preocuparse en cosas como guerra o revoluciones.
No podrían estar más lejos de la verdad.
Durante los últimos tres años han habido todo tipo de incidentes y problemas alrededor del continente.
Desde incidentes menores, hasta posibles grandes catástrofes han ocurrido tras bambalinas en estos tres años.
Varias personas que no se suponían que debían moverse hasta en un futuro más lejano hicieron acciones antes del tiempo esperado, casi arruinando todos mis planes.
Uno pensaría que esto está fuera de mis manos y que no hay nada que pueda ser para prever esta clase de desastres.
Nuevamente, estarían en un error.
Yo sabía hasta cierto punto que pronto habrían cambios en el continente es por eso que hice preparativos y empecé a entrenar desde que era solo un niño.
Estoy ciertamente aliviado de que hice tantos preparativos desde joven ya que varias cosas no salieron como las tenía planeadas.
Y la razón por que mis planes casi se arruinaron, la razón por la cual los eventos que no tendrían que haber pasado hasta en un futuro lejano este pasado justo delante de mis ojos, la razón por la cual este mundo se a desviado de su ¨ historia ¨ original y me da un sin fin de trabajo extra está justo frente a mi.
No lo digo retóricamente, quiero decir que LITERALMENTE la causa de todo mis problemas está echado en mi cama relajado como si nada de esto tuviera que ver con el.
Al entrar en mi cuarto seguido de Sofía, el causante de todos mis dolores de cabeza estaba acostado en mi cama leyendo todo tipo de mangas y comiendo galletas.
El nota nuestra llegada, y sin moverse de su puesto no saluda.
—¡Oh! ¡Sofi, Mickey bienvenidos!
Su saludo suena como que si no tuviera ninguna preocupación en el mundo hace que me salte una vena por el enojo.
Me dan ganas de tirarlo de mi cama y mandarlo a que haga sus deberes como todos los demás pero antes que pueda hacerlo él me interrumpe con su entusiasmo.
—¡Mickey! ¡Sabes hoy le gane una apuesta a Robin! Así que me compro un pastel de la tienda del barrio sur. Sabes que siempre está llena, ¡Robin estuvo haciendo fila por horas! No soy tan desalmado así que le di un trozo pero lo demás aquí está, ¡vamos Mickey ayudadme a terminarlo, tú también Sofi!
— Agradezco mucho su amabilidad, en ese caso iré a la cocina a traer algunos bocadillos y bebidas para todos.
—¡Oh! Tan confiable como siempre Sofi. Entonces te lo encargo.
Luego de eso Sofi se fue de mi habitación, dejándonos a nosotros dos solos.
La verdad siempre se las arregla para evitar los regaños pero esta vez me asegurare de decirle algún par de cosas. Pero nuevamente estoy siendo interrumpido antes de tener la oportunidad de hablar.
—Sabes Mickey, este es un pastel de chocolate con bayas Aseras, se que son tus favoritas. ¡Es mi manera de decirte buen trabajo! Espero que esto te ayude a relajarte aunque sea un poco.
— Ha…
Como siempre no soy rival para este mocoso, siempre logra escaparse de mi furia. De acuerdo, lo perdonaré esta vez.
Pero esta es la última vez, ¿de acuerdo?.
¿Que? Que ya he dicho eso siento de veces antes. No importa, esta vez lo digo enserio.
Tiempo después, Sofía regresó, aunque Robin y Charlotte decidieron acompañarnos a comer el pastel. Estos chicos hablan como si no hubiera un problema en el mundo.
Aunque bueno siendo sincero, cuando el mundo está de cabeza y no sabes cuando puede estallar un guerra, creo que no está tan mal pasar un tiempo relajado como este.
—Por cierto… Mickey.
— ¿S-Si?
Me pongo nervioso al ver a este mocoso ver agarrar el cuchillo de pastel con una mirada aterradora.
—Hoy escuche por ahí, que dijiste que yo era la razón por la que no podías dormir en las noches en paz ...¿Te importaría explicar?
Ah, olvídenlo junto a este chico nunca hay un momento de descanso.