—¿Ho..así que tal ruta existe?
La marquesa se veía serena, pero no podía evitar reflejar su curiosidad e incredulidad hacia la información que le compartí.
Claro que evite las parte importantes como la aparición del monstruo marino y el como el Conde Morton está planeado usar esta ruta.
El Paso Arcoíris está justo detrás de la mansión secundaria donde yo solía vivir.
Yo dejé ese lugar cuando cumplí quince años y me fui a vivir a los dormitorios de la academia real en la capital. Luego de unos meses me enteré que la mansión fue destruida debido a una avalancha.
Se preguntan cómo es que una avalancha llegó hasta la mansión secundaria, ¿no es así?
Pues para su información la mansión se encontraba en el límite del ducado con las Montañas de Diamante. Alejada del resto de la población, ese lugar que estaba desconectado del mundo exterior y donde pase toda mi vida, fue destruida como en menos de cinco minutos debido a esa avalancha.
Cuando me enteré de la noticia, no sabía cómo reaccionar.
Es cierto que ese lugar fue donde pasé toda mi vida hasta que vine a la academia, pero no es como si tuviera buenas memorias ahí.
En lo que respecta ese lugar nunca lo llame un hogar. Pero incluso si ese era el caso, todavía logré sentir un sentimiento complicado de pérdida. Ya que en realidad la destrucción de esa casa significaba que no tenía un lugar al cual volver.
Pero, no pienso caer en depresión por cosas que no tienen sentido en esta vida.
En este momento tengo que esforzarme para convencer a la marquesa de hacer un trato conmigo. No con el ducado, si no, con mi mera persona.
—Sé que suena muy bueno para ser verdad, pero le invito a usted misma a que investigue si mis palabras son ciertas. Le puedo garantizar que la ruta misma existe y que traería muchos beneficios al marquesado si logra usarla de manera correcta.
—En verdad, si lo que dices es cierto esto seria algo que beneficiaría enormemente al marquesado. Pero, nada en este mundo es gratis. Así que joven maestro, ¿cuál es el pago por esta información?
Como era de esperar la marquesa no anda con rodeos. Ella tiene razón en que este mundo es gratis.
—Me agrada mucho la manera de pensar de la marquesa. En ese caso hablemos de negocios. Planeo hacer esta ruta pública y cobrar un impuesto de aduana para todos los comerciantes que planeen usar la ruta para transportar sus bienes. Pero, por el momento, la ruta no es muy amigable para usarse para motivos de transporte.
—¡Ha! Es por eso que viniste hacia mí, ¿cierto? Planeas dejarme el trabajo sucio a nosotros.
Una pequeña sonrisa se podía ver en el rostro de la marquesa. Ella verdaderamente entiende rápido las cosas.
El Marquesado Douglass, se encuentra en la parte noreste del reino, y actualmente tiene como frontera la Cordillera Oscura. El marquesado posee dos fuentes de ingresos, una es la industria comercial de textiles que es liderada por la marquesa, y la segunda es la minería, liderada por el mismo marqués Douglass.
Gracias a su proximidad a la Cordillera Oscura que es rica en carbón y bronce, la industria de minería es excelente en el marquesado.
¿Quién entonces sería mejor para crear un camino estable en el paso del arcoíris?
Si logramos hacer una ruta segura y estable el tiempo de viaje podría reducirse a la mitad. Eso generaría grandes ganancias si cobramos impuestos de aduana por usar la ruta.
—Joven maestro, pero eso suena como si el marquesado se encargaría de todo el trabajo manual y el ducado se quedaría con las ganancias.
—Entiendo sus preocupaciones, pero planeo hacer esta ruta pública y cobrar un peaje por su uso, Puede garantizar que podemos recuperar lo invertido y generar ganancias en menos de un año.
—Ha…Tenias razón, León, el joven maestro tenía algo grande entre manos.
— ..!
La marquesa solo un suspiro y para mi sorpresa, el duque apareció de repente en la habitación.
—Ya suponía que algo pasaba dentro de esa cabecita tuya.
—¿¡S-su majestad que está haciendo aquí!?
—Vamos de verdad creéis, que dejaría que mi joven hijo de doce años tuviera una reunión de negocios con la marquesa. Aunque diré que me sorprendiste, sabia que tenias algo entre manos pero no algo como esto.
El duque me miraba con una mirada cansada.
Ha, me siento como cuando te atrapan haciendo trampa en un examen.
Demonios, con el duque aquí no podré realizar ningún negocio con la duquesa. Me estaba poniendo nervioso, nunca soy bueno con las palabras cuando el duque está cerca.
¡Ahh dios por que nunca sale a mi manera!
—Ha… aunque la idea no esté perfectamente planeada, sigue siendo una buena idea. Por ahora, Andrew comparte los detalles con más profundidad.
—¿Eh? ¿No estoy en problemas?
Ante mi incredulidad, el duque solo soltó otro suspiro y puso su mano en la cabeza y dijo:
—Ya hablaremos de eso más tarde, por ahora seguimos en las negociaciones así que por ahora enfoquemos en eso.
Luego de unas horas la marquesa se fue del ducado con una mirada satisfecha.
Con la ayuda del duque logramos crear un buen trato para ambas partes.
Decidimos que el ducado funcionaria como benefactor y el marquesado se encargaría de la mano de obra. Luego de la finalización de la carretera, el ducado cobraría a los comerciantes por usarla y las ganancias se repartirán 6:4 con el marquesado que se encargaría del mantenimiento de la ruta y le daríamos los derechos de uso por medio año.
Con eso arreglado, oficialmente fue un trato con el ducado y marquesado pero inesperadamente el duque dijo que me dará el cinco por ciento del seis por ciento del ducado.
Cuando la marquesa se marchó, solo quedamos el duque y yo.
Tenía muchas preguntas en mi cabeza.
¿Estaba enojado porque no le comenté mi plan? ¿Por qué decidió darme ganancias?
Todas esas preguntas estaban volando en mi cabeza, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por las palabras del duque.
—Andrew.
La piel se me erizo cuando el duque mencionó mi nombre pero sin que esto le importase continuo.
—¿Cómo descubriste esa ruta secreta?
Ah, seguro tenía curiosidad de como conseguí esta información, claramente no le podía decir la verdad, pero tenía una excusa perfecta para esta pregunta.
— L-la encontré de casualidad cuando trataba de esconderme de Elizabeth.
Por muy falso que se escuche técnicamente no mentí. Es cierto que una vez me escondí en una cueva cerca del jardín de la mansión solo que no me di cuenta de lo que era esa cueva en realidad.
Cuando descubrí que era una ruta que conecta con el otro extremo de las montañas tuve una gran rabia por no haber reclamado el descubrimiento primero. Gracias a eso fue que se me ocurrió todo este plan.
El duque tenía una mirada complicada en su rostro. Ultimamente lo e visto hacer esa cara con mucha frecuencia.
¿Será que naturalmente su cara será así?
Mientras pensaba en cosas sin sentido el duque comenzó a hablar.
—Sabes, Andrew. Siempre me consideré como una buena persona a la hora de tomar decisiones pero creo que esa misma confianza en mí mismo que te creo mucho sufrimiento hasta ahora.
—…
—No te pediré que me perdones, no me hecho nada aun que sea suficiente para pedir tu perdón pero y algún día espero…
No pude decir nada ante el hombre que estaba bajando su cabeza con una disculpa. Nunca nadie antes me había tratado así. No sabía muy bien cómo reaccionar.
Pero con mi atribulado corazón solo pude decir:
—…Lo estaré esperando
—Si…me esforzare.