—Buenas noches su majestad. Estoy muy agradecido que me haya podido brindar algo de su tiempo.
Habla mi hermano menor, Andrew. La verdad es que me ha sorprendido mucho desde hace un rato. Andrew vive en una mansión aparte de esta debido a ciertas circunstancias.
Esta es la primera vez que Andrew pide algo de padre, hace un rato se veía como un alto noble pero viéndolo ahora se me mas como un ratón asustado, aunque viéndolo bien su criada tampoco se muy bien que digamos.
Hace bastante tiempo que no lo veía, aunque no es muy diferente desde la última vez que lo vi.
En general no ha crecido mucho y podría decir que está más delgado que antes, pero dejando de lado su apariencia sus modales hasta ahora han sido impecables.
Me sorprende que a su edad pueda tener un vocabulario tan formal, es más yo que apenas acabo de convertirme en un adulto todavía no tengo ese grado de sofisticación. Solo me hace pensar que tuvo una excelente educación en la mansión secundaria.
Pienso todo esto mientras Andrew habla con mi padre.
Rápidamente cambió mi opinión sobre que Andrew había tenido una educación excelente en la mansión.
Andrew de la nada, baja su cabeza con un gran grito. El seguidamente acusa a su criada junto todo el personal de la mansión secundaria que habían abusado de él.
Al principio no le creí, además que su criada rápidamente explica que es solo una exageración de un niño, y para ser sinceros eso tenía sentido, digo, quién creería que todo el personal abusara del hijo de un duque.
Claro que mi padre también piensa eso.
Pero Andrew re afirma su declaración.
La criada rápidamente se defiende diciendo que no tienen ninguna prueba, pero dudo que Andrew haya hecho esa afirmación con tanta confianza sin tener algún tipo de evidencia. Y no me equivoque, pero, lo prometo por todos los dioses, hubiera preferido haberme equivocado, seguidamente Andrew dijo:
—Padre. Madame Elizabeth aquí ha solicitado que muestre pruebas que respalden mis acusaciones. Pero eso sería mostrar una vista no muy agradable a los ojos de duque. Así que solicito su permiso para solicitar mi evidencia.
—… De acuerdo. Tienes mi permiso.
La mirada de mi padre se veía intrigada, pero a la vez algo temeroso de lo que va encontrar.
—Entonces.. Les pido disculpas por mi apariencia.
Ante mis ojos, veo como mi hermano menor se quita sus pantalones, al principio pienso que esta demente por hacer tal acción tan indecorosa, solo para ponerme a mi y todos los demás en la sala una cara tan pálida como la nieve.
Andrew mostró claramente sus pruebas contra sus sirvientes, o más bien la evidencia de los crímenes que estos habían cometido. Desde sus pantorrillas hasta su zona de la entre piernas están llenas de cicatrices que parecían que fueron hechas con un látigo o alguna soga.
Todos en la sala están sin palabras, solo volvimos a nuestros sentidos cuando vemos lágrimas salir de los ojos de mi hermano, que claramente estaba temblando y ¿quien soy yo para juzgarlo?
No debido ser fácil mostrar sus heridas ante nosotros, parte de mi educación me enseño que varios prisioneros de guerra que fueron sometidos a tortura tienden esconder sus heridas, y creo que este caso es familiar.
Yo aun sigo sin saber que hacer, pero mi padre en llenó de furia le ordena a los guardias que arresten a la criada que estaba junto Andrew y mandó a encarcelar a todos los del personal de la mansión secundaria. Mi padre se paró de su silla poniéndose su traje a Andrew que es lo suficientemente bajo para que el traje de mi padre le cubra todo el cuerpo.
Cuando los guardias se llevaron a la criada Andrew se desmayó pero antes de hacerlo dijo como un susurro ''Que alivio''. Al parecer mi hermano que temblaba como un ratón también está experimentando una terrible fiebre.
Tiempo después mi padre me mandó a llamar a la suma sacerdotisa para que revisara a Andrew, la fui a buscar lo más pronto posible y al cabo de una hora ya la traía conmigo a la habitación donde está descanso mi hermano.
La sacerdotisa llamada Rosina, hace un chequeo mágico al cuerpo de Andrew solo para poner una carta muy seria, casi molesta dirigida hacia mi padre y hacia mi.
Rosina nos explico que mi hermano tenía cicatrices de hace más de tres años, que la razón que no a crecido y que sea tan delgado es que no a tenido una buena alimentación, tiene anemia, y que su cuerpo en general le faltan bastantes vitaminas, en resumen el cuerpo de mi hermano es un caos.
Yo no podía creer sus palabras, una parte de mi se negaba creer que mi hermano se encontraba en tan mala situación por nuestra culpa, pero los fríos regaños de Rosina, hacen que vea la cruda realidad, mi hermano a sufrido por mucho tiempo el solo y la culpa recae solamente en mi padre y en mi, que el esté en su condición actual era nuestra culpa. A mi parecer, Andrew ya estaba en su límite, cuando fue a ver a nuestro padre debido estar bastante desesperado por salir de ese infierno que lo hizo vivir, eso hace que solo me pese más la conciencia.
Antes de que pueda escuchar más sobre la condición de Andrew, Rosina le da señales a mi padre para que me saque de la habitación, captó su orden y salgo del lugar.
Me doy cuenta que he fallado como hermano mayor, y no he estado para Andrew cuando más me necesitaba, pero juro por mi orgullo como el siguiente duque que desde ahora no dejare que nada le pase, esta vez no permitiré que Andrew experimente más dolor.
Porque ese es el trabajo de un hermano mayor.