La dolorosa vida de Ángel.
CAPÍTULO 27
Crismei y yo recorremos la escuela, aburridos.
No hay nada que hacer y debemos esperar un poco más de tiempo para recuperar toda nuestra magia. La energía mágica se recupera con descanso, pero también nuestras emociones tienen algo que ver.
Si una persona se siente tranquila y en paz, la energía mágica se recupera más rápido, pero si una persona está furiosa, la energía mágica se recupera más lento, pues nuestro cuerpo reacciona de manera diferente a los sentimientos negativos.
—Esto es un poco aburrido.- Digo con un tono bajo.
—Lo es.- Dijo Crismei con un tono bajo.
Sin internet ni videojuegos. Ah, este mundo mágico es genial, pero sin electricidad, lo hace más aburrido.
—Tal vez podamos jugar cartas...
Recibo una llamada y saco mi teléfono.
Espero que sea algo divertido. El aburrimiento me mata. Aquí no existen los aventureros. ¡No hay gremio de aventureros! Aunque sí hay un gremio de comerciantes.
Saber eso me decepcionó. Tenía planeado convertirme en un aventurero.
—Debe ser Charlotte.
Contesto y me pongo el teléfono en la oreja derecha.
—¿Hola?
—¡Hola, Ángel! ¿Quieres salir?- Dijo Charlotte con un tono alegre.
Ese tono me agrada. Sigue siendo tan alegre como siempre, ¿eh?
—¿Salir?
—¡Sí, iré a un pueblo algo lejos y me vendría bien un poco de compañía!
Mmm... Suena bien, me gustaría conocer más este país.
—Claro, no tengo nada que hacer.
—¡Estaré en la entrada de la escuela!
—Está bien, adiós.
Cuelgo y guardo el teléfono.
—Bueno, iremos a un pueblo con Charlotte.
—Está bien.
Es mejor que quedarme aquí sin hacer nada.
—Pero primero vayamos con Sonia para avisarle que entrenaremos después.
No puedo irme sin avisarle, me podría dejar casi muerto... Literalmente.
•
•
Bueno... Llegamos.
Ah, la puerta del infierno. Detrás de esta puerta se encuentra el demonio.
Llego a la habitación de Sonia y toco la puerta.
—¡Sonia!
Sonia abre la puerta, está vestida con una falda corta blanca y una blusa verde.
Odio admitirlo, pero es demasiado hermosa... Si tan solo fuera más amable.
—¿Ya iremos a entrenar?
Me encantaría entrenar con ella para saber el límite de sus habilidades, pero ya le prometí a Charlotte que iría con ella.
—Dejaremos el entrenamiento para después. Iré a un pueblo con Charlotte, ¿quieres acompañarnos?
—¿A un pueblo? No, gracias.- Dijo con una expresión de asco.
Ah... Desearía que fuera más humilde.
—Está bien... Volveré en unas horas.
—Está bien.
Estaba dispuesto a irme, pero... Ah... No puedo irme todavía.
Mierda, sé que me golpeará por esto.
... Seguramente se va a enterar de lo que le hice al sobrino del Rey. Si no se lo digo en este momento y se entera después, me golpeará peor.
Debo ser valiente y recibir mi castigo en este momento, no quiero que me mate por no decirle nada.
—P-por cierto, no te enojes, pero hace unas horas derroté a unos guardias y al sobrino del Rey... Adiós.
—¡¿Qué?!- Dijo enojada.
Comienzo a sudar, estoy muy nervioso.
Sabía que se enojaría, por eso se lo dije. Si no le decía nada y se enteraba después, me iba a golpear peor.
—C-creo que debo irme. Por cierto, ¿no te he dicho que eres una belleza? Nunca había visto a una belleza como tú. Eres la persona más hermosa que he visto en mi vida.
—¡Esas lindas palabras no te salvarán!
Debía intentarlo.
—A-adiós, linda.
Me alejo de ella y me jala de la camisa.
—¡Eres un idiota!
—Lo tenía que hacer, él quería comer con Crismei, ese enfermo coqueteaba con Crismei.
—Ángel tiene razón.- Dijo Crismei.
—¡No me importa, ve y discúlpate con el Rey!
—¡¿Eh?!
—¡Es una orden!
—¡Estás loca!
Bajo la cabeza y suspiro.
¿Por qué se lo dije? Soy un idiota. Ahora debo viajar para ir con el Rey.
Subo la cabeza y la veo a los ojos.
—Está bien.
No puedo negarme, debo hacerlo.
—Aquí te espero, adiós.
Me da una fuerte patada en la entrepierna. ¡Eso me dolió demasiado, loca!
—¡¿Y eso por qué?!
—¡Para que no hagas otra tontería!
Cierra la puerta con fuerza y levanto mi puño derecho mientras lo aprieto con fuerza.
—Maldita loca. Crismei, vámonos.
—¿Irás?
—Debo hacer lo que ella me diga, no tengo otra opción.
Si por mí fuera, no iría, pero no es buena idea hacer enojar más a Sonia.
—Está bien.
Desearía que Sonia fuera más amable... Prometo nunca enamorarme de ella... Es más, ni siquiera la considero una amiga.
•
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Salgo al patio y suspiro. Mis planes se arruinaron y ahora debo viajar muy lejos y por horas.
—Mi día se arruinó.
Una sirvienta me toca el hombro.
—Disculpa.
Volteo a verla.
—¿Sí?
—Su caballo fue llevado al establo.
—¿El que traje hace una semana?
—Sí.
—Ya veo... Muchas gracias.
Al menos no me lo robaron.
•
•
Ah, el olor de los animales. Me recuerda al rancho de mi madre. Extraño el olor de las vacas y cerdos.
Llego al establo y entro. Los caballos me dan una linda bienvenida.
—¡Oye, lárgate!
—¡Tengo hambre!
Los caballos empiezan a insultarme.
¿En dónde están los caballos amables?
—Qué carácter.
Veo a mi caballo y lo acaricio.
—Hola, amigo.
... No dice nada.
—La otra vez tampoco hablaste... ¿No quieres hablar?
Sigue sin decir nada.
—Bueno.
Me subo y Crismei sube.
—Bueno, vamos.
El caballo empieza a caminar.
—Vamos.- Digo mientras lo acaricio.
Qué flojera me da viajar, pero debo seguir las órdenes de Sonia.
•
•
Espero que el viaje sea tranquilo y sin problemas.
Llego a la entrada de la escuela y veo a Charlotte, montada en su familiar. Qué envidia. También quiero un unicornio. ¿Existirán unicornios salvajes en este mundo? Me gustaría domesticar uno.
—Hola, Charlotte.
—Hola. ¿Nos vamos?
—Lo siento, debo ir con el Rey, pero si quieres puedes acompañarme.
—Lo siento, no puedo, pero diviértete.
Entonces será un viaje de dos personas, ¿eh? Bueno, Crismei es divertida, no será un viaje tan aburrido.
—Nos vemos.
Me voy de ahí.
—Qué flojera.
Saco mi teléfono.
—Son las 10:19 de la mañana... Llegaremos a las 10 de la noche. Qué flojera.
Pero yo tengo la culpa... Bueno, era mejor recibir una patada. Si se enteraba después, ella me iba a dejar medio muerto.
¿Esa loca no conoce el diálogo? ¡La violencia nunca es la respuesta! ¿Aquí no existen leyes que protejan a los familiares? ¡Quiero que protejan mis derechos!
•
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Muy lejos de ahí, un peligro... No... Un gran peligro se acerca cada vez más.
Alexa está volando en un dragón rojo.
—Llegaré mañana en la mañana, la hora perfecta.- Pensó sonriendo.
Alexa está acompañada de otros cinco dragones rojos.
Su poder destructivo puede destruir a un ejército sin problemas.
Y, por supuesto, destruir una simple escuela no es nada para ella, puede hacerlo sin problemas.
Y no siente empatía por nadie. No dudará en matar para lograr sus objetivos.
—Familiar, no me decepciones.
•
•
12 horas después, por fin llegamos.
Llego al castillo del Rey.
—¡Por fin!
Fue un viaje bastante entretenido, pues todo el tiempo estuve hablando con Crismei. Ella evitó que me aburriera.
Bajamos del caballo. Aunque el viaje fue divertido, tengo una queja.
—¡Me duele el trasero!- Digo mientras me acaricio el trasero.
Estar sentado tanto tiempo en el caballo es agotador.
—¿Te doy un masaje para que se te quite el dolor?- Dijo Crismei.
—¿Eh...? No, gracias.
Eso sería raro... Aceptaría si fueras una chica de más de 20 años... Ah, no, sí tienes más de 20 años. Me refiero a que tengas la apariencia de una chica de 20 años.
Nos dirigimos a los guardias.
—Quiero hablar con el Rey.
—¿Quién lo busca?
—El familiar Ángel.
—¡¿Ángel?!
—¡Por favor, síganos!
—¡Nosotros llevaremos su caballo al establo!
Ah, eso fue fácil. Seguramente el Rey ya sabía que vendría.
—Gracias.
Seguimos a los guardias.
•
•
Bueno, bueno, bueno. Terminemos con esto rápido.
Me reúno con el Rey.
—¡Hola, Ángel!
Haré esto rápido.
—Hola, vine porque quiero disculparme con usted. Yo derroté a unos guardias y lastimé a su sobrino. Lo siento. Pero quiero aclarar que no me arrepiento de nada.
—Ya lo sabía, no te preocupes, realmente no me importa lo que le pase a él.
En pocas palabras, desperdicié tiempo de mi vida viniendo a este lugar.
—Ya veo... Muchas gracias por su tiempo.
Bostezo y me rasco el cuello.
—Buenas noches, adiós.- Digo con un tono de cansancio.
Tengo mucho sueño, pero debo irme.
—Espera, por favor. ¿No te gustaría quedarte a dormir? Luces muy cansado.
Crismei me jala de la camisa.
—Acepta, estoy muy cansada.- Dijo Crismei con un tono de cansancio.
Sí, se ve cansada.
Siendo sincero, apenas puedo mantenerme despierto... Si me quedo dormido, podrían atacarnos animales salvajes o bandidos. ¡No pondré en peligro a mi linda y adorable Crismei!
—Yo igual, no creo que pueda cabalgar por más tiempo.
—¡Prepararé sus habitaciones!- Dijo el Rey.
—Gracias.
—Por cierto, mi hija está cenando, ¿quieres acompañarla?
—Claro.
Me muero de hambre. Debo satisfacer mi estómago e irme a la cama.
Crismei y yo nos dirigimos al comedor.
Me muero de hambre. La comida de los ricos es deliciosa.
—¿Será buena idea quedarnos?
—Supongo que sí, no te preocupes.- Dijo Crismei.
—Está bien.
Llegamos al comedor y veo a Esmeralda. Hola, Esmeralda. Hola, pechos.
Una pequeña mirada rápida no hace daño.
—¡Hola, Ángel!- Dijo con una gran sonrisa.
—Hola, ¿cómo estás?
—Bien, ¿y tú?
—Bien... ¿Puedo sentarme?
—¡Claro!
Crismei y yo nos sentamos.
—¿Qué haces aquí?
—Nada importante, Sonia me ordenó disculparme con tu padre porque lastimé al llorón de tu primo.
—Ya veo... Droul llegó llorando con mi padre, fue muy gracioso.
Comienza a reír y sonrío.
—Ya me imagino.
Él era un completo inútil y llorón... Patético. Esperaba algo más de él.
•
•
(En la escuela.)
Cristal está acostada en su cama, pensando en su relación con Ángel.
Ella sabe que su relación con él ha avanzado bastante esta última semana, pues estuvieron juntos casi todo el tiempo, pero también sabe que es poco tiempo para dar el siguiente paso... No, esa es solo una excusa. Ella simplemente tiene miedo de ser rechazada.
—Oye, Rei.
Rei se sube arriba de ella.
—¿Crees que puedo gustarle a Ángel?
Cristal no entiende lo que dice Rei. Ángel es el único que puede entender lo que Rei dice.
—Quisiera poder entender lo que dices.
Cristal le da un beso en la frente a Rei.
—Mañana empezaré a entrenar, voy a mejorar mis hechizos. Me esforzaré en mejorar.
Rei empieza a saltar arriba de ella.
—Veo que te alegras por mí.- Dijo Cristal sonriendo.
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Habitación de Charlotte.
Charlotte está sentada sobre su cama, aburrida.
—¿Le hablo...? No... Tal vez... No...- Dijo nerviosa mientras observa su teléfono.
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Habitación de Rem.
—No he visto a Ángel en todo el día... ¿Estará bien?
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Habitación de Louise.
Rocco le ladra a Louise, pues sigue enojado porque ella trató muy mal a Ángel.
—¡No me voy a disculpar con él, ya te lo dije!
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Habitación de Sonia.
Sonia está acostada sobre su cama, reflexionando sobre su comportamiento y lo que le dijo a Ángel.
—Hubiera ido con él.- Dijo Sonia suspirando.
•
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(Pov- Ángel.)
(Al día siguiente, 5:03 de la mañana.)
Crismei y yo estamos acostados sobre una gran cama y abro los ojos poco a poco. Las camas de los millonarios son tan cómodas, pero debo irme.
—¿Qué hora es?- Digo cansado.
Tomo mi teléfono del escritorio.
—Son las 5 de la mañana... Es temprano.
Me levanto y me pongo los zapatos.
—Llegaré a las 5 de la tarde.
Intento despertar a Crismei.
—Tenemos que irnos.
Crismei se levanta cansada.
—Quiero dormir un poco más.- Dijo con un tono de cansancio.
—Lo siento, debemos irnos.
—Está bien.
•
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Crismei está sobre mi cabeza, en su forma como hada, durmiendo. Ella necesita descansar, después de todo, yo seré el que va a cabalgar el caballo, no la necesito despierta.
Salimos del castillo y veo a un guardia.
—Buenos días.
—Buenos días, Ángel.
—¿Puede ir por mi caballo?
—Claro.
El guardia se va y bostezo.
—Tengo sueño.
Espero que este día sea tranquilo. Esta semana fue difícil para mí, necesito un descanso.
•
•
Una hora después, y para mala suerte del Rey, Ángel ya se había ido cuando las malas noticias llegaron.
Unos guardias tocan la puerta de la habitación del Rey. Están muy nerviosos y asustados por la situación. Una situación que solo Ángel podría resolver, pues él tiene el poder necesario para resolverlo.
—¡¡Rey!!- Gritaron nerviosos.
El Rey se despierta rápidamente y abre la puerta. Él sabe perfectamente que esta situación no es normal, algo malo estaba pasando.
—¡¿Qué pasa?!-Dijo preocupado.
—¡Unos dragones con el logo del país de Froizan entraron a nuestro país!
—¡¿E-en dónde se encuentran?!- Dijo el Rey nervioso.
—¡Nuestros guerreros fueron asesinados y nuestros dragones también, no sabemos en dónde están! ¡Esos dragones no son normales!
—¡Reúne a nuestros mejores guerreros y a todos nuestros dragones!
—¡Sí, majestad!
•
•
Dos horas después, en la escuela, el peligro llegó.
Los seis dragones rodean la escuela.
—Bien.
Alexa toca su frente con dos dedos, el índice y el pulgar.
—Ataquen.
Los dragones empiezan a lanzar esferas de fuego por la boca. Esferas de fuego idénticas a las que Ángel puede crear. Y con el mismo resultado explosivo.
—Sal, Ángel. Quiero jugar contigo.- Dijo sonriendo.
•
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(Pov- Ángel.)
—No, no, no lo sé, es muy pronto.
—Pero no puedes seguir perdiendo el tiempo con Sonia.
—Lo sé, pero... ¿Qué deberíamos hacer con Sonia? No puedo escaparme, el mundo me necesita...
Siento un gran escalofrío.
Este sentimiento... Algo malo pasará... Al muy, muy malo. Ese fue un gran escalofrío. No fue uno pequeño, fue uno grande.
—Algo malo pasará.- Digo con una expresión seria.
—Sentí lo mismo, Ángel... Tengo un mal presentimiento.- Dijo Crismei con una expresión seria.
—Sentí un escalofrío... Eso pasa cuando algo malo va a pasar... Pero esta vez fue un gran escalofrío.
—Presiento lo mismo.
—¿Qué significará?
Desde que era un pequeño niño, siempre he tenido esta habilidad. Siento un escalofrío cuando algo malo está a punto de pasar... Y este fue un gran escalofrío... Presiento que mi vida está a punto de terminar.
¿Qué está pasando?