—Mi cuerpo... —Suelta un quejido el muchacho de cabello café que está tumbado sobre su pupitre, aprovechando los minutos antes de que ingrese el profesor de matemáticas. Hace un par de días el bombón de la clase Stephannye Kings comenzó a entrenarlo como si no hubiera un mañana, corrió kilómetros y kilómetros en la cinta caminadora para después levantar pesas de veinte kilogramos, pero no lo hizo normalmente, sino que comenzó a utilizar su magia para potenciar su cuerpo en dichas actividades; según la rubia solo se puede potenciar hasta un 5% pero eso basta para dejarlo destrozado, no está acostumbrado a dicho poder, agregando su pésima condición física.
No es el único que esta así, Edd también experimenta tal sufrimiento, pero como su maestra es la amigable Alexa, tiene más descansos, incluso puede potenciar su cuerpo hasta un 7%. Por su lado, Michel solo se dedica a practicar puntería y artes marciales, pero él ya está acostumbrado al ejercicio extremo y no sufre mucho con esto.
—¿Crees poder escribir en ese estado? —Habla el moreno a su izquierda.
—Haré mi mejor esfuerzo...
—Hubieras faltado hoy —Se mete en la conversación el chico a su otro lado, Edd.
—Lo intenté, pero mi madre no me lo permite y Stephannye me dijo que si llego a faltar un día me golpeará... —Suelta un quejido después de terminar la oración.
—¿Te sigue gustando después todo?
—Pues sí, es demasiado hermosa para que deje de hacerlo…
—¡Puff! Que cursi eres… no te vaya a dar diabetes —Habla Michel con cara náuseas ante las palabras de su amigo.
—Cállate...
—Pues si tanto te gusta... —Cambia su tono a uno más pícaro —Ahí viene, salúdala —Agrega señalando a la rubia que llega con su amiga normal, ya saben, no es maga ni nada por el estilo.
Oliver se levanta del pupitre y comienza a peinarse; ya había hablado con ella antes, hacerlo ahora en un ambiente más tranquilo tendría que ser más fácil.
—Hola... —Levanta una mano temblorosa mientras mira a la chica de apariencia angelical que pasa a su lado, pero es totalmente ignorado. Baja lentamente la mano cambiando su sonrisa por una mueca de dolor ante el rechazo. Logra oír un «¿Y ese quién es?» de parte de la chica que acompaña a Stephannye, recibiendo un «Ni idea» de esta última.
—Eso tuvo que doler… —Edd le da palmada a su amigo.
—¡Disculpen la tardanza alumnos! Estaba ocupado con un asunto —Interrumpe la escena el profesor que acaba de entrar.
El trío y el resto de los alumnos se ponen de pie para saludar al hombre que acaba de entrar y retoman sus asientos.
—El motivo de mi tardanza es que de ahora en adelante vamos a tener tres nuevas integrantes en este curso —Agrega y hace una seña para que pasen las personas que estaban esperando afuera del aula.
Todos dirigen su mirada para las chicas que acaban de entrar y se ponen en frente a toda la clase. Pero el trío abre la boca al reconocer a dos de esas chicas.
—No jodas... —Susurra Oliver mientras ve a la chica de cabello negro y un solo ojo descubierto de color rojo junto a la otra de cabello gris con un flequillo que le cubre ambos ojos.
—Por favor preséntese —Habla el hombre frente ellos.
—Yo soy Alexa Black, tengo dieciocho años y espero nos podamos llevar bien —Toma la iniciativa la muchacha a la izquierda mientras sonríe de oreja a oreja, pero sin dejar de tener una expresión seductora.
—Yo soy su hermana, Eliza con el mismo apellido y espero lo mismo —Continúa con tono frío y robótico la muchacha.
—Yo soy Úrsula Unknown… tengo dieciséis años y espero que puedan recibirme como su compañera y amiga —Toma la palabra la chica tímida a la derecha. Su cabello es verde alga, está suelto y ligeramente alborotado con un flequillo que cubre su frente. Sus ojos grises brillan por la luz que se cuela por la ventana al igual que su piel blanca; aunque ojerosa, su busto y caderas son iguales a las de Stephannye.
—Muy bien, vayan y busquen un lugar para sentarse —Ordena el hombre con título de profesor de matemáticas.
Las chicas comienzan a caminar por el espacio que hay entre la fila de Oliver y la de Michel. Alexa, que es la primera en pasar, mira al pelimarrón y sonríe como diciendo «¡Oh, sí! Ahora somos compañeros». Seguida de esta Eliza mira al joven y se limita levantar su pulgar izquierdo. Pero lo que más llama la atención de nuestro protagonista es la tercera chica. Es muy linda, se podría decir que está al nivel de su rubia favorita y de las hermanas Black. La muchacha al percatarse de la mirada de Oliver pega un pequeño brinco, mira para otro lado y acelera sus pasos.
—Muy bien, sigamos en donde lo dejamos la clase pasada... —Se pone de piel el delgado hombre bigotón con el libro de temas y toma la tiza para escribir en la pizarra.
—¿Creen que las hermanas Black se inscribieron aquí para controlarnos? —Pregunta Edd, quien está junto a Oliver y Michel.
Están en receso y como siempre son los únicos que quedaron en el aula.
—Supongo, seguramente habrán falsificado su información para poder estar en esta clase —Responde Michel, dibujando en un papel.
—Yo opinó que es exagerado que estas chicas estén aquí, ya era demasiado con que se volvieran nuestras maestras y ahora nos vigilan hasta en el aula —Toma la palabra Oliver, tirado sobre su pupitre con los ojos cerrados.
—Eh, Oliver...
—No es que me moleste lo de Stephannye, pero las otras dos están de sobra...
—¡Oliver!
—Además Alexa viene con ese color en sus ojos ¿No está algo grande como para llamar la atención así?
—Oh, pero qué niño tan malo... —Una voz femenina con tono seductor susurra en el oído izquierdo del joven echado y le muerde la oreja con un sonido de «Ñam», haciéndolo saltar rojo como un tomate.
—¡No hagas eso! —Grita y se pone derecho, ignorando su dolor corporal.
La chica se para frente a él y suelta una delicada risa que tapa con su mano izquierda.
—¿Qué haces aquí? —Desvía la mirada para disimular sus mejillas rojas.
—En primer lugar, estoy con mi hermana aquí porque tenemos la misión de cuidarlos y segundo, Stephannye me mandó a decirles que por favor no la hablen en público ya que tiene una reputación que cuidar —Explica.
—Ah... —Se limita a responder Oliver.
Claro, la rubia es una chica linda y popular, no puede arruinar su reputación hablando con un don nadie que no puede con una sesión de ejercicios intensos y que le falta un pedazo de su brazo.
—Bueno, se refiere a Oliver y Michel, con el único que hablara es con Edd —Agrega.
—¿Conmigo? —Levanta una ceja y se rasca la cabeza ante la mirada de su amigo Oliver —. ¿Acaso le gusto? —Agrega para hacer molestar a su amigo.
—No lo sé —Responde la chica poniéndose un dedo en los labios haciendo una expresión de duda —Steph tiene sus ideales.
—Cambiando de tema... —Edd hace una pausa para pensar sus palabras —. ¿No será un problema que andes por el colegio con ese color de ojos? Digo, es raro ver a alguien utilizando algo tan llamativo.
—¿Mis ojos? No son un truco.
—¿Entonces…?
—Es mi color natural.
—¿Y no crees qué eso es aún peor? —Pregunta Michel.
—No te preocupes, solo los descendientes de la rama mágica, kinetica y elemental pueden ver el color de mis ojos —Explica —. Eso se lo diré más en detalle después de clases.
—Está bien.
—¿Y quién es la otra chica? —Interrumpe Michel que observa por la venta que da al patio, donde está la muchacha de cabello verde alga.
—¿Muh? No lo sé, supongo que es una chica normal... —Responde Alexa —. Bueno será mejor que vuelva con las chicas, así me siguen mostrando el lugar —Agrega y se retira lentamente.
—¿Ahora nos puedes terminar de explicar lo que nos contaste en el aula? —Toma la palabra Michel mientras mira a Alexa.
Ya están en casa de Stephannye, pues hoy no será un día de practica física, sino una clase teórica.
—Claro —Hace una pausa y se para frente al trío de chicos sentados en el sofá de la sala y esperando que Stephannye regrese con Eliza y unos libros.
—Los humanos normales pueden ver cualquier color de cabello, pero de ojos solo pueden ver los colores café, azules, verdes y grises —Explica.
—Pero yo puedo ver tus ojos rojos —Interrumpe Michel.
—Puedes hacerlo porque eres descendiente de personas mágicas. Es una forma de identificar a alguien que no es normal, los mágicos pueden tener cualquier color de cabello y ojos de manera natural, sin usar tintes o lentillas.
—Si ese es el caso... ¿Qué ven los normales? —Pregunta Oliver haciendo referencia a los colores de ojos.
—Para ellos simplemente tengo ojos cafés.
El chico se limita a decir un «Ah…» mientras ve llegar a las otras dos chicas que ingresan con los libros.
—Está bien, estos dos para Michel, estos otros dos para Edd y estos cuatro para Oliver —Habla Stephannye mientras reparte los libros.
—¿Por qué yo tengo que leer el doble que ellos? —Pregunta el muchacho mientras mira los grandes y gordos libros frente a él.
—Porque eres el único del cual no sabemos su rama con exactitud —Explica Eliza con su típico tomo robótico.
—¿No se supone que soy de la rama mágica?
—Desciendes de personas mágicas, pero hasta que no pasen los efectos de las pastillas que te daban tus padres no sabremos a cual perteneces —Explica.
—Sigo sin entender…
—Solo seguimos las órdenes de nuestros superiores, cállate y obedece también.
—Está bien…
—Así es, eso te pasa por ser un híbrido —Dice Stephannye molesta, cruzada de brazos.
—¿Híbrido? —Oliver levanta una ceja, confundido ante tales palabras.
—Son los que son mitad de una rama y mitad de otro —Vuelve a explicar la chica de tono robótico —Tú y Michel son así, pero al único que no sabemos su raza dominante eres tú, aunque usas magia, desde el sub-consejo nos ordenaron estar atentas a tu progreso.
Oliver baja la mirada en un suspiro aceptando que no podrá escapar de esa lectura. Es de pasar horas y horas frente a una pantalla viendo series, pero no de leer, ciertamente se le hace un poco tedioso y aburrido.
—Muy bien, ahora abran el libro de "Historia Universal" en la primera página —Toma la palabra Eliza para comenzar la clase teoría.
—Hace milenios, un extraño y misterio culto se llevó a cabo. No se sabe mucho sobre él, pero estamos informados que ahí fue donde la raza humana se dividió en cuatro; normales, mágicos, elementales y kinéticos. Pero no solo eso pasó: nuevos seres nacieron de tal magnitud de poder; orcos, trolls, manticoras y seres similares…
En medio del palabrerío de Eliza, Oliver no puede evitar distraerse con las imágenes del libro. Es como ver un libro de arte conceptual de una película, solo que esto es real, le cuesta creer que dichos seres sean reales: orcos, hadas, demonios y…esto es muy…
—¡Ay! —Oliver de repente sale de sus pensamientos porque siente una puntada y un ardor intenso en su herida.
—Oliver, ¿pasa algo? —Michel es el primero en percatarse y se acerca a él. El resto se limita a mirar a Oliver.
—Mi herida…
—Déjame ver —Eliza deja el libro y se acerca al muchacho.
Gracias a la calefacción simplemente están utilizando ropa ligera, por lo cual no le toma mucho tiempo a la peligris sacar el vendaje manchado con sangre, pero algo llama su atención.
—Está soltando vapor… —Perpleja mira la herida, se está curando lentamente mientras suelta el humo gris.
—¿Eso a qué se debe? —Pregunta Edd.
—No lo sé… pero se detuvo —Eliza se pone de pie, trae un vendaje limpio y se lo pone a Oliver.
Todos quedan perplejos ante la escena, en el caso de Oliver, Michel y Edd nunca habían visto algo así y para las chicas también es lo mismo, eso no es magia curativa. Oliver queda en silencio; el dolor se fue, su herida no sanó del todo, pero eso no es lo que capta su atención sino la presión de una mirada sobre él. Es como si un ser de mucha presencia lo estuviera rondando, como un león que da vueltas alrededor de un pequeño ciervo herido.
—¿Oliver…?
—¿Eh? —Sacude la cabeza.
—¿Pasa algo?
—No, continuemos…