En un lugar oculto dentro del mundo de las sombras, también llamado mundo mágico, donde los mágicos pasan la mayor parte de su tiempo. En un lugar donde solo los que andan por el camino del mal, la ciudad de los brujos en medio del bosque sangriento. El salón está a oscuras, lo único que emana luz es un espejo que tiene una forma muy peculiar: es ovalado, hecho de metal oscuro, con cráneos de cabras y caras gritando como decoración en su marco; en la parte superior hay un rubí que sangra por todo el espejo tanto marco como vidrio.
—Ya es hora de comenzar, no hay tiempo que perder —La voz ronca y agitada desde el otro lado resuena por el lugar como una bocina a máxima potencia. La voz del ser maligno podría estremecer hasta a la persona más fuerte y valiente del mundo. La voz de un demonio poderoso, egocéntrico y ahora también furioso.
—Sí, mi señor —Se limita a decir el hombre, que al igual que el resto de personas en el lugar lleva la túnica de color negro que solo deja ver su boca.
—Quiero que busques los fragmentos de la piedra y a esa maldita mocosa ¡quiero matarla con mis propias manos!
—¿Cómo haré eso, señor?
—Solo tienes que encontrar a la chica y obligarla a que te lleve a ellos, córtale las manos si es necesario, pero no la mates, eso me corresponde a mí —El espejo comienza a brillar aún más, no porque alguna luz se reflejara o saliera del otro lado sino porque la furia del ser que habla se manifiesta en un calor que puede viajar entre dimensiones.
—Entendido, mi señor. Yo me encargaré.
—Eso espero —La transmisión del ser desaparece, haciendo que la luz del espejo se desvanezca. El hombre que estaba hablando con el demonio chasquea sus dedos y de inmediato se encienden las luces del lugar. Detrás de él hay un ejercicio de brujos, personas tan corrompidas por la maldad que casi no se podrían llamar humanos.
—¡Ya escucharon al amo! ¡Que comience el operativo de encontrar a esa niña y de apoderarse del mundo! —Se llena de euforia y levanta sus manos a la vez que grita recibiendo un «¡Sí!» por parte de todas las personas frente a él. Una sonrisa de oreja a oreja se dibuja en el hombre, quien ha esperado por mucho este momento: desde que fue privado de su derecho en el consejo, desde que destruyeron su laboratorio mágico impidieron que mostrara que la magia negra se puede usar para ayudar al mundo mágico. Pero el bien del mundo ya no le importa, solo quiere venganza, no importa los medios que tenga que utilizar, él matará a cada uno de sus antiguos miembros de equipo, incluso ya ha matado a uno y es cuestión de tiempo para que el resto se descuide y cuando eso sucede los hará sufrir...
Está caminando por un pasillo familiar: es el pasillo de su casa, pero todo está viejo, las paredes con la pintura rasgada, los muebles con las maderas podridas y partes de metal oxidados, los azulejos del piso algunos rotos, otros fuera de su lugar y otros simplemente ya no existen. Es como ver la escena de una película de terror, donde la víctima se mete a un lugar sin la presencia de almas y de repente un monstruo lo ataca.
—¿Qué está…?
—¿Cómo estás, Oliver?
Una voz detrás de él llama su atención, la misma emana una oscuridad intensa. Oliver no puede evitar ponerse nervioso y temblar como un niño que acaba de ver una película de terror. Se voltea lentamente para ver quién es el dueño de esa voz familiar. Jura haberla escuchado antes, solo que esta vez tiene un tono maligno. Frente a él hay un chico que ronda los dieciséis años, cabello gris ceniza, con iris rojo sangre y pupilas blancas, con las venas dilatadas, sus ojos están rodeados por algo negro. Su piel es tan pálida que deja ver venas y arterias, es como ver un muerto que viste una gabardina negra y tiene mirada de psicópata.
—¿Quién eres? —La voz asustada del joven se entrecorta ante la escena. Nunca había visto a esta persona… ¿O si? «¿Soy… yo?»
—Soy tu... O mejor dicho lo peor de ti… tus males, tu lado oscuro que se esconden detrás de tu falsa bondad, soy lo que está detrás de tu careta de chico bueno —El pálido se acerca a Oliver y comienza a dar vueltas alrededor de él causando nervios en el muchacho.
—Pero eso no importa, lo que importa es que cuando te debilites y la oscuridad de tu interior comience a escapar… yo tomaré el control...
—¿El control…?
—Adiós Oliver...
De repente una luz comienza a cegar al joven y una voz a lo lejos aumenta su volumen...
—Onii despierta, vas a llevar tarde a clases... ¡Onii! —Sobre Oliver se encuentra una niña de cabello fucsia que sacude como loca al pobre adolescente.
—¡Ay! —Exclama el joven al recibir una cálida bofetada de buenos días.
La imagen se aclara y Oliver puede a la autora del golpe, cruzada de brazos con expresión de enojo.
—Hasta que despiertas… —Habla como una madre que regaña a su hijo que acaba de meter la pata.
—¿Ada? ¿Qué haces aquí? ¿Y por qué estás sobre mi estómago? —El chico se sienta en la cama mientras se quita las lagañas de los ojos.
—Eso no importa, lo que importa es que te atrasaste una hora y vas a llevar tarde a clases.
Oliver mira a su lado y toma su celular para ver la hora «7:23 a.m.»
—¡Maldición! —Grita y salta de la cama al punto de hacer volar sábanas y hermana en el proceso. Corre en dirección a su closet para buscar la ropa y su indispensable sudadera negra; sin perder un minuto, comienza a quitarse la ropa, pero es detenido por un grito «¡Onii todavía estoy aquí!». Gira para ver a su hermana tirada en el suelo con el rostro tapado con las manos, pero aun así se puede ver un poco de su rostro ruborizado y los ojos entre el espacio entre sus dedos.
—¿Puedes salir, por favor? —Pide el joven, un tanto rojo, al igual que su hermana.
La niña se levanta lentamente y dice:
—Tu herida está sangrando... —Señala con su dedo y sale rápidamente, cerrando la puerta tras sí.
El joven suelta un suspiro bajando la cabeza. Mira su brazo izquierdo, las vendas ya no son blancas sino totalmente rojas. Sale disparado con su ropa y un par de vendas limpias en dirección al baño. Entra y se saca lentamente las que tenía y puede sentir que están viscosas por el líquido que escapó de su brazo.
—¿En qué momento salió tanta? ¿Acaso Ada me pisó el brazo mientras estaba dormido? ¿Y qué hacía ella sobre mí? No sé para qué le dije que se fuera si terminé viniendo al baño… —Comienza a preguntarse y a desvariar un poco mientras saca el alcohol del cajón al lado del lavatorio y comienza a limpiar la herida dejando escapar unos gemidos por el ardor.
—Qué raro…
Mira confuso la mordida en su brazo y nota que ha sanado a la mitad. «Esto no es normal, es la segunda vez que me pasa» piensa, pero se vuelve a concentrar y venda nuevamente la herida, termina de vestir y sale del baño. Cruza nuevamente por el pasillo de arriba, pasando frente a la puerta de su hermano mayor, pero está cerrada, lo que también es raro. Baja rápidamente las escaleras, toma su mochila de la cocina y es intervenido por su madre:
—¿No piensas desayunar?
—Lo siento mamá, llego tarde... —Responde y sale corriendo hacia la salida de su casa. Saca las cadenas de su bicicleta y se dirige lo más rápido que puede hacia su colegio.
—Maldición, ¿cómo pude haberme dormido?
«Yo tomaré el control». Esas palabras, junto a la imagen del muchacho de su sueño aparecen de repente en la mente de Oliver «¿Quién será? ¿Realmente era yo? ¿A qué se refería?»
—¿Tendré que comentarles a mis amigos?
Guarda silencio y mientras sigue sumergido en sus pensamientos ha llegado a su colegio, deja con cadena la bicicleta corre a la entrada.
—¡Espere, don Juan! —Grita al hombre canoso con barba que está cerrando la puerta.
—Oliver Brown, es raro verte llegar tarde —Suelta una pequeña risa mientras abre nuevamente la puerta para que el joven pase. El muchacho pasa corriendo mientras suelta un «Muchas gracias» entre el aire que toma al correr. Se mueve a la velocidad del viento por los pasillos del lugar hasta que por fin llega a su salón de clases, frena en seco para recobrar aire y peinarse antes de entrar.
—Joven Brown, ¿estas son horas de llegar? —La mujer de caderas anchas con camisa blanca, zapatos y pantalón de vestir de color rosa al igual que sus gafas y sus rizos castaños se inclinan a la derecha para ver al chico que acaba de entrar.
—¡vicedirectora Roxana! disculpe me dormí —Responde mientras se introduce en el aula.
—Oliver ¿Qué pasó que llegas tan tarde? —Michel es el primero en iniciar el cuestionario.
—Me dormí…
—¿Tanto? —Edd agrega otra pregunta.
—Sí, no sé qué pasó, pero me dormí mucho —Hace una pausa —Tengo algo que contarles...
—¡Brown y compañía guarden silencio! —Resuena la voz de la profesora que escribe en la pizarra.
—Se los cuento en el almuerzo... —Susurra él, bajando la cabeza.
—Y eso fue lo que soñé...—Termina de narrar el sueño a sus compañeros que ahora están comiendo las porciones de pizza que Oliver tuvo que pagar.
—Que sueño tan extraño —Michel reflexiona con un dedo en la barbilla.
—Michel tiene razón… —Agrega Edd.
—Ara, ara, qué sueños más raros tienes, niño —Alexa se había colado en la mesa de los chicos para controlar que no soltaran información, pero más parece que lo hizo para molestar a Oliver.
—¿Sabes qué también es raro? Que tu estés aquí —Oliver mientras toma sorbos de su refresco, cuestionando la presencia de la chica.
—Qué malo eres, niño…
—No es mi intención ofenderte, sino que es incómodo que todos nos estén mirando porque hay una chica linda almorzando con nosotros —Responde mirando detrás de Alexa, donde se puede ver un par de ojos clavados en él.
—¿Te parezco linda, niño? —Alexa se muerde los labios para provocar al chico frente ella.
Oliver, ahora como un tomate, traga saliva y desvía la mirada.
—¿Alguna otra cosa que quieras decirnos? —Michel toma la palabra para quitar el ambiente incomodo que se está formando en la mesa.
—Sí —Aclara su garganta —Dos cosas más: la primera es que el chico del sueño se parecía a mí y la segunda es que cuando limpié la herida vi que otra vez a sanado demasiado rápido —Agrega, mirando su brazo izquierdo.
—Seguramente es porque estás recobrando tus poderes —Explica Alexa con tono gentil.
—¿Recobrar?
—Sí, ya que no estás tomando las píldoras para retenerlos es normal que comiencen a volver.
—Ya veo... —Se limita a decir el joven —. ¿Pero la regeneración rápida es algún tipo de poder mágico?
—No lo es, eso es imposible para un mágico a menos que sepa como concentrar su mana en la herida.
—¿Entonces?
—Quizás, como es de manera inconsciente, tengas sangre kinetica corriendo en tus venas…
—¿Eso es normal?
—Claro que no, es por eso que nos pidieron monitorearte.
—Ya veo…
—¿Y qué hay del chico del sueño? —Pregunta Edd.
—No lo sé —Alexa levanta las manos gesticulando su respuesta —Más tarde les contaré a Ely y a Steph.
Los chicos continúan comiendo ya que casi acaba la hora del almuerzo, pero esas palabras quedan rondando la cabeza de Oliver «Estás recobrando tus poderes» ¿Poderes kineticos? ¿Por qué tendría tal cosa? Sea lo que sea tendrá que esperar para saber más sobre el tema.
Habiendo salido de clases Oliver junto a Alexa, Michel y Edd, van a casa de Stephannye, quien había salido antes junto a Eliza porque tenía que preparar algo. «Supongo que será algún tema de estudio o ejercicio que me dejarán sin aire», piensa el muchacho de la mordida.
—Muy bien, creo que esto bastará —Habla Stephannye entrando a la habitación con un par de libros de la misma apariencia.
—¿Para qué es eso? —Pregunta Oliver, incrédulo.
—¿Para qué más? Para leer.
El muchacho suelta una risa de vergüenza mientras toma un libro y cierra los ojos.
—¿Alexa les contó sobre lo de Oliver? —Michel toma la palabra.
—Lo hizo y no sé qué tiene de especial, pero mi opinión es la misma de ella.
—Típico de oxigenadas... —Suelta el moreno cruzando los brazos.
—¿Qué acabas de decir, híbrido pasado de gestación?
—¡Qué eso es algo típico de oxigenadas sin cerebro!
—¡Pero soy la mejor estudiante del curso en todas las materias!
—¡Y también eres la más sobrevalorada, pelo de paja!
—Ustedes dos... —Una voz robótica suena al lado de los jóvenes que están discutiendo como niños de primaria—. Compórtense conforme a su edad, no vinimos a discutir por estupideces, vinimos a prepararlos ¿Entendido? —Una mirada sombría que deja ver una pequeña parte de uno de los ojos de Eliza, de un tono carmesí, hace templar al moreno y a la chica rubia. Tragan saliva por los nervios y solo pueden responder con un «Sí» a la par mientras toman asiento.
—Lo que dijo mi hermana es verdad, posiblemente tienes poderes kinéticos curativos y por eso tu herida sanó tan rápido —Eliza vuelve a ponerse de manera que ninguno de sus ojos se puede ver. Dirige su mira a Oliver.
—Respecto a lo de tu sueño... nuestra magia no es tan fuerte como el de un "Visión" como para saber su significado.
—¿Visión? ¿Cómo esas que se tiene cuando tiene algún poder sobrenatural y tocas alguien y ves su futuro? —Ahora es Edd quien habla.
—Está relacionado, déjame que te explique con imágenes —Responde Eliza y tras una pausa frota sus puños y los golpea levemente; de repente, unos guantes de color blanco aparecen de la nada en sus manos, son sus Magtus. El trío abre los ojos como platos y sueltan un «Wow» a la vez.
—¡Increíble! ¡Sé que nosotros también lo podemos hacer, pero cuando Ellie lo hace se ve genial! —Edd se pone de pie y se dirige a Eliza para contemplar los guantes. Alexa y Stephannye sueltan un suspiro de sorpresa ante la acción de Edd. El muchacho se voltea mientras sostiene las manos de Eliza.
—¿Qué sucede? —Pregunta.
—Edd —La voz de Eliza llama al chico—. Esta vez te perdonaré porque no lo sabes, pero no me gusta que los chicos me toquen.
—¡Lo siento, Ellie! —Grita el chico soltando sus manos y arrodillándose como si pidiera piedad frente un rey medieval.
—¿Ya le puso apodos a ella también? —Susurra Michel a su amigo Oliver.
—Parece...—Responde el muchacho.
Eliza aclara su garganta y vuelve a su postura normal.
—Como les decía… —De sus manos sale una esfera blanca que va creciendo hasta cubrirlas y el trío abre los ojos iluminados como niños que ven por primera vez una estatua de su personaje de caricaturas favorito—. En el mundo existen cinco tipos magias; blanca, negra, gris, morada y roja, las tres principales son la magia blanca, la magia negra y la magia neutra.
Tres esferas de menor tamaño flotan ahora sobre las de sus manos y la primera a la derecha es de blanco puro, la del medio es gris como el pelo de Eliza y la última es de un negro tan profundo que no parece entrar luz en ella; cada cual emana un aura de su mismo color.
—La magia blanca es la que usamos la mayoría de los magos, la negra es utilizada por brujos y la neutra —Al pronunciar estas últimas palabras, las esferas de color blanco y negro toman la forma de personas meditando mientras que la gris se aplana aparentando un suelo redondo de color grisáceo— es la más difícil de conseguir, pues el mago debe manejar magias opuestas y tener un balance perfecto de ellas.
Las pequeñas personitas que meditan sobre sus manos se acercan una a la otra formando una sola persona cuya mitad izquierda es negra y la derecha es blanca. Esto dura unos segundos y la ilusión de dos colores se vuelve de gris ceniza.
—Al conseguir esto, al usuario se le concede el poder de entender sueños, tener visiones y aún hablar con seres en otro plano —Concluye su explicación encerrando lo que estaba flotando junto con las esferas blancas de sus manos.
—Ya veo… —Responde Edd con sus dedos en su barbilla y sus compañeros varones hacen un «Jumuh, jumuh» con sus bocas estando en la misma posición que el primero.
—Bueno continuemos con lo de hoy —Interrumpe Stephannye tomando un libro —Abran sus libros en la...
«¡PUM! ¡CRASH!» Varios golpes repentinos hacen templar el suelo lo suficiente para que los chicos lo sientan.
—¿Qué fue eso?
Después de esa pregunta por parte de Oliver todos quedan en silencio, prestando atención a lo que pudiera ocurrir. De repente se comienza a escuchar gente gritando desesperada junto con sus pasos y vehículos a toda velocidad.
—Señorita Stephannye, creo que les interesará lo que está ocurriendo afuera —Alfred abre la puerta con delicadeza y habla con calma.
Los adolescentes salen rápidamente de la sala pasando por la entrada y camino al portón, que se encuentra parcialmente abierto.
—¿Qué diablos es eso? —Pregunta Edd mirando fijamente la escena.
La poca gente que faltaba huir lo está haciendo. De la gran sombra de un edificio un brazo gigante de color verde moco está saliendo.
—¿Un troll? —Pregunta Alexa, extrañada.
—Eso es imposible, los troles no pueden estar en medio del día, pues la luz del sol los vuelve piedra, además ¿Cómo entró el mundo normal? —Habla Eliza.
La criatura termina de salir de la sombra: mide entre cinco y seis metros de alto y cuatro de ancho, su piel verde moco con algunos vellos en su cuerpo refleja la luz solar debido a una especie de mucosidad que lo cubre. Solo lleva un taparrabos, tiene una nariz enorme y sus ojos son de un negro profundo que emana aura de color morado, tiene un árbol como arma.
—Ese no es un troll normal... —Susurra Stephannye.
—¿Qué hacemos Steph? —Pregunta Alexa sonriente, sabiendo cual va a ser la respuesta de su amiga.
—Pues... no veo a ningún mago de rango II aquí, así que supongo que nosotras nos tendremos que encargar.
—Genial —Habla como robot Eliza a la izquierda de Stephannye.
—Ustedes quédense atrás —Habla Alexa al trío de muchachos que retrocede hasta la puerta del hogar de la chica rubia.
Seguido de esto, Alexa y Stephannye repiten la acción que Eliza había hecho en la sala de estar haciendo aparecer los guantes mágicos de color blanco. El trío femenino se pone en pose de batalla, ponen sus brazos izquierdos al frente, dejando expuesta una pulsera metálica que solo tiene un botón dorando en medio. Pulsan el botón y adoptan una pose como de héroes con mallas ajustadas y coloridas; Stephannye en medio con su espalda hacia Eliza, Alexa inclinando su cadera hacia Stephannye y con su brazo izquierdo extendido como si sostuviera algo, y por último Eliza en la misma pose que su hermana, pero opuesta, haciendo los mismos gestos, pero con su lado derecho.
De repente sus cuerpos son cubiertos por una luz que transforma sus ropas en su uniforme de magos: zapatos de vestir blancos, jeans negros, camisa blanca con chaleco negro pegado al cuerpo, el cabello suelto de Stephannye se vuelve una trenza mientras que su flequillo a la derecha sigue igual, el de Alexa toma la forma de dos coletas a los lados y su flequillo que antes tapaba su ojo derecho se vuelve cuadrado, mostrando su extraños ojos grises con cuatro esferas del mismo color en los puntos cardinales alrededor de su pupila. Mientras que el cabello corto de Eliza sigue igual.
—Parecen camareras... —Habla Michel a sus amigos.
Mientras el moreno critica a las jóvenes, una pistola antigua de tubo largo color negro con detalles de oro en forma de flor de lis a los lados y una gema blanca en la derecha de su mango aparece en la mano izquierda de Alexa, su opuesta de tubo corto de color gris y detalles en plata y la gema blanca en la parte izquierda del mango aparece en la mano derecha de Eliza. Mientras que Stephannye levanta su mano derecha y un hacha de guerra danesa color plata con su filo de un lado y con una flor de lis a los lados con una gema blanca en medio. Su mango mide un metro y es completamente recto. La toma y la apoya sobre su hombro derecho.
—Camareras súper poderosas... —Corrige Edd.
—¿Listas chicas? —Habla Stephannye sonriente.
—¡Sí! —Responden las hermanas a la par.
El trío sale disparado en dirección al troll con un grito de guerra, cada una con su respectiva forma de hablar. La criatura, al percatarse del ataque, pega un gruñido levantando el árbol y da un golpe en el suelo haciendo dividir a sus atacantes.
—¡A sus brazos! —Ordena Stephannye.
Las hermanas se corren cada una a un lado, Eliza a la izquierda y Alexa a la derecha, disparando a las extremidades superiores de la criatura. El monstruo pega alaridos de dolor y agita el árbol de lado a lado bloqueando algunas balas que recibe de parte de las Black. Stephannye, que ahora llego hasta detrás del troll, pega un salto y corta la parte trasera de la rodilla izquierda del mismo, haciéndolo quejarse. El gigante comienza a golpear con el árbol, que perdió varias de sus hojas y ramas debido al ataque de las hermanas Black, intenta golpear a la muchacha rubia detrás de él.
—¡No te olvides de nosotras! —Grita Alexa mientras dispara al ojo derecho del monstruo.
«¡Ahhh!» Grita el troll soltando el árbol para llevar las manos al ojo herido.
—¡Mi hacha será el sol que te mate! —La joven de pelo rubio que ahora está en los aires da una vuelta en el mismo y de un golpe certero parte la cabeza de la criatura en dos. El cuerpo ahora sin vida del troll cae hacia adelante haciendo evidente la victoria de las chicas.
—Eso fue fácil —Habla Alexa que camina hacia Stephannye.
—Sí, bastante fácil —Agrega Stephannye.
—Concuerdo —Habla Eliza.
—¡Wow! —Gritan a la par el trío de chicos que llega corriendo a la posición de las damas.
—¡Eso fue increíble, las armas, la distancia, la frase final, todo! —Exclama Michel con los ojos brillantes al igual que Oliver y Edd.
—¿Conque te gustó mi frase? —Pregunta Stephannye con mirada y tono de superioridad y satisfacción.
—Un poco —Responde el moreno cruzando los brazos y mirando para otro lado avergonzado.
—Todavía no terminamos… —Interrumpe Eliza señalando la misma sombra de donde salió el troll corrupto. Una mano de un ser similar comienza a salir.
—Parece que tendremos que ir al mundo de las sombras… —Stephannye piensa un momento —Está bien, iremos y ustedes también lo harán —Señala al trío.
—¿Nosotros? —Pregunta Oliver.
—Sí.
Rápidamente los seis corren a la sombra del edificio y de un corte la muchacha rubia corta la mano del troll. «¡Vamos!» ordena y de repente la sombra envuelve a todos los adolescentes.
—¿Pero qué…? —La vista de Oliver se oscurece por unos segundos y unas inmensas ganas de vomitar lo invaden.
Aparecen en un frondoso bosque, pero eso no le importa al trío de varones que corren a vomitar detrás de un árbol.
—Ara, ara… nos olvidamos que eso pasaría.
—Tienen que acostumbrarse.
—Concuerdo.
—Lo más importante… —Stephannye voltea a ver un grupo de troll —Estos parecen normales…
—Ara, ara, eso es curioso.
—¿Obra de brujos? —Eliza mira a sus alrededores —Hay alguien cerca…
—Estén atentas, pero primero hay que acabar con estas cosas —Stephannye se pone en pose de batalla al igual que las hermanas Black y se lanzan al combate.
Mientras tanto el trio de chicos recupera la compostura.
—Dios… hace mucho que no vomito así… —Oliver apoyándose en un árbol se agarra la barriga.
—Yo tampoco…
—Ni yo…
El pelicafé dirige su mirada hacía las chicas que están eliminando al grupo de monstruos.
—Eso tendremos que hacer cuando terminemos nuestro entrenamiento… —Habla Edd.
—Sí.
—Cielos… yo la tendré difícil… —Michel se apoya en Oliver.
—¿Y por qué esperar? —Una voz masculina resuena desde las copas de los árboles.
—¿Pero qué…?
—¿Eh?
—¡Allí arriba! —El moreno señala la cima de un árbol.
Una extraña figura de una persona encapuchada con lo que parece ser una túnica de un culto está observando a los adolescentes.
—¡Allí voy! —Grita y pega un salto. Como una bala cae a la velocidad del sonido y deja un cráter en el suelo.
Mientras el polvo se disipa, la figura masculina del tipo de hace unos instantes comienza a acercarse.
—¿Quién eres? —Pregunta Oliver.
—¿Eso importa? —Levanta la mirada, sus ojos color sangre penetran hasta lo más profundo de los chicos dejándolos petrificados —¿Ara? —En un parpadeo esta frente a Oliver.
—¿Eh?
—¿Eres un Brown? Te vez igual a las fotos de Patrick Brown cuando era joven.
—Es mi padre… —Oliver comienza a temblar mientras suda en frío.
—¡Maravilloso! —El sujeto da una vuelta y grita como un loco pero a la vez refinado —A padre le gustará esto… vendrás con…
De repente pega un salto para esquivar el ataque de Stephennye.
—¿La chica Kings? ¡Estupendo!
—¿Y este quién es? —Pregunta la rubia.
—No lo sé, simplemente apareció… —Responde Oliver.
—Es la presencia que sentía —Agrega Eliza.
—¡Jojojo! ¡Y las traidoras de las Black! ¡Pero qué maravillosa sorpresa! —El sujeto frenético no deja de retorcerse de la emoción —¡Wuoh! —Esquiva el balazo de Eliza —Supongo que me retiraré por ahora.
Como un saltamontes pega un brinco y desaparece en medio de las copas de los árboles.
—Qué tipo más raro… ¿Sabe quién soy…?
—La próxima no sean tan cobardes —Los reprende Stephennye —Ahora volvamos.
Regresan al mundo normal y el trío de adolescentes vuelve a vomitar.
—No creo poder acostumbrarme a esto… —Se queja Oliver.
—Tendrás que hacerlo —La rubia como siempre cortante.
—Bien hecho, equipo Flor de Lis —Una voz masculina acompañada con el sonido de zapatos interrumpe la charla. Un hombre saliendo de las sombras camina en dirección hacia el grupo: su cabello rubio se mueve con el viento, su piel blanca y ojos azules brillan con la luz del sol y viste un traje de gala.
—Jefe... —Dice por la bajo la chica rubia, haciendo desaparecer su arma al igual que las otras dos chicas.
—Sin embargo, esa no es la misión de magos de rango I —Agrega el hombre que termina de llegar a los adolescentes.
—Jefe, ningún mago de rango II se presentó, por lo que mi equipo y yo tuvimos que encargarnos —Responde Stephannye como un soldado.
—Lo sé, maga Kings, lo vi todo. Supongo que esta vez lo dejaré pasar —El hombre chasquea los dedos y de la misma sombra de donde el salió sale un grupo de cinco chicos que corren y se ponen alrededor del cuerpo del troll y hacen movimientos con sus manos en el aire: una luz aparece sobre la criatura muerta y como una aspiradora absorbe el cuerpo, los restos del árbol hasta la sangre del suelo.
—Esta vez el grupo hará el trabajo de ustedes tres —Agrega el rubio señalando al grupo de cinco chicos.
—Jefe, ese troll no era normal, medía el doble de lo estándar y estaba a plena luz del sol. Debió estar embrujado, es como hace diez años, hay que tener cuidado con...
—Ya lo sé, maga Kings —La interrumpe el hombre con tono serio —Ustedes deben ser los nuevos; espero que estén al nivel, tengo fe en ustedes, muchachos —El rubio se voltea y camina en dirección hacia una sombra cercana —Sobre todo en ustedes, joven Brown —Agrega y luego desaparece en las sombras junto al grupo de chicos que llego con él.
—¿Soy yo o ese hombre se parece a Stephannye? —Habla Edd, mirando la sombra donde estaba el hombre.
—Es porque es su padre —Responde Alexa.
—Ya veo...
—Como sea, volvamos a sus estudios —Habla Stephannye molesta comenzando a caminar hacia su hogar.
—Estoy de acuerdo —Habla Oliver temblando ya que es el único que salió sin abrigo.
—¿No les molesta ese vestuario a la hora de correr? —Pregunta Michel.
—Es ropa mágica, más cómoda y resistente de lo que parece —Explica Eliza mientras caminan.
Oliver mira nuevamente la sombra "Sobre todo en ustedes, joven Brown" y por alguna extraña razón el presentimiento de que su vida de ahora en adelante no será nada fácil inundado su cabeza.
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PD: ¡Hola! éste es otro capítulo que tenia ilustraciones pero la app no permite ponerlas. Ahora, si es que hay alguien leyendo esto jeje ¿Les gustaría verlas?