Él la sujeta del cuello, sus amigas están tumbadas en el suelo, están muertas... Comienza a apretar más y más. Su rostro pálido se ve dibujado con una sonrisa macabra de oreja a oreja, sus blancos dientes parecen colmillos que recuerdan a un lobo que está terminando de matar a su presa...
—Esto pasa cuando te metes con la persona equivocada...
Habla el monstruo en forma de adolescente. La joven rubia hace su último esfuerzo para huir de su agarre, pero es inútil. Todo comienza a ponerse oscuro...
—Señorita Stephannye, despierte, señorita Stephannye —Alfred sacude levemente el brazo izquierdo de la joven que está como un saquito de té que se acaba de sacar del agua caliente. La joven de un pequeño espasmo se despierta y queda sentada sobre la cama.
—Ya es el segundo día que se queda dormida y tiene pesadillas —Habla el hombre.
Stephannye no responde; solo intenta calmar su respiración.
—Le recomiendo que hoy en vez de que vengan a entrar valla a hablar con los padres del joven Oliver para que le den una explicación de lo sucedido el sábado —Alfred deja la bandeja con la comida y sale de la habitación.
«Hablar con los padres de Oliver», piensa la rubia comenzando a salir de la cama para preparar se para ir a su colegio como todo lunes.
Stephannye camina por los pasillos del Instituto junto con Alexa y Eliza. Aunque se quedó dormida para su rutina de ejercicio, Alfred la trajo rápidamente en automóvil por lo cual llego a su horario normal. Como el invierno está terminando y la temperatura vuelve a subir puede ir caminando a casa sin sufrir mucho por el frío.
—¿Steph, estás bien? —Alexa la saca de sus pensamientos.
—Sí...
—-¿Sigues pensando en lo del sábado? —Pregunta Eliza.
—Sí; no logro entender qué le pasó a ese chico, nunca lo había visto así y sobre el poder mental sé que existe, pero es demasiado raro...
Las chicas llegan a su aula y como todos los días Oliver, Edd y Michel están primeros.
—¡Tú! —Grita Stephannye y acelera sus pasos para tomar del cuello de su ropa a Oliver.
—Stephannye...
—¿Qué diablos paso el sábado? —Pregunta comenzando a sacudir al chico como si fuera una tela vieja.
«¡No lo sé!» repite el muchacho asustado.
—¡Oye detente! —Michel se mete un medio y separa el grupo de chicos.
—¡No te metas! —Grita la rubia por la intromisión del moreno, el cual se acerca a su oído.
—Está bien si quieres golpearlo un poco, pero aquí no; la chica nueva... —Susurra Michel señalando con su índice izquierdo a la chica que está en el marco de la puerta.
Es la chica que había ingresado junto con las hermanas Black, Úrsula Unknown. Su cabello verde alga suelto llega hasta su cintura, unos mechones de su flequillo cubren levemente sus plateados ojos que brillan al igual que su piel blanca, su cuerpo es similar al de Stephannye.
—¿Interrumpo… una pelea de pareja…? —Pregunta la chica tímida.
—¡No somos pareja! —Stephannye empuja a Oliver, sonrojándose.
—Ya veo... —Responde por lo bajo Úrsula y se dirige a su asiento justo cuando suena el timbre para que el resto de los chicos ingresen.
—Más tarde iremos a tu casa... —Habla Stephannye al muchacho se cabello café que está en el suelo haciéndolo tragar saliva.
El grupo de chicos está en casa de la familia Brown, acaba de llegar y aguarda en la sala la llegada de la madre de Oliver, Linda Brown.
—Onii ¿Les ofreciste algo de comer a tus amigas? —Ada, la menor de la familia ingresa a la sala con un pequeño sándwich en sus manos.
«No» es lo único que responde su hermano.
Su cabello fucsia peinado en dos coletas perfectamente hechas combinan con su extraño color de ojos, una mezcla entre café y rojo, parecen pupilas de colores.
—Ara, ara, que hermanita más linda tienes, niño —Habla Alexa a Oliver poniéndose de pie y comenzando a rodear a Ada mientras la mira de pie a cabeza.
—¿Ara, ara...? —Pregunta la niña mientras aparecen signos de interrogación flotando sobre su cabeza.
—Ignora eso, es una expresión que suelo usar —Explica Alexa.
—Un momento... —Habla Ada —¿Eres otaku? —Pregunta emocionada.
—¿Por qué preguntas eso?
—Porque "ara, ara" es la versión japonesa de la expresión "vaya, vaya" que usamos en este lado del mundo —Explica la niña como toda una profesional en el tema.
—Ara, me descubriste —Responde Alexa inclinando levemente su cabeza y sacando su lengua como si se la hubiera mordido haciendo una cara particular.
—¡Ohh! —Grita de emoción la niña y toma de las manos a Alexa.
Parece una niña pidiéndole un regalo a su madre, ya que Ada es unos diez centímetros más pequeña que Alexa, solo que esta vez lo que pide son respuestas «¿Qué animes ves? ¿Hace cuánto ves anime? ¿Cuál es tu favorito?»
—Ada, deja de molestar Alexa —La interrumpe Oliver, avergonzado por el comportamiento de su hermana.
Ada solo responde con un «muh» y haciendo un puchero.
—No te preocupes niño, no me molesta —Responde Alexa y vuelve su mirada a la niña frente ella —Ya que tu hermano no nos dio nada... ¿Qué te parece si me llevas a la cocina y preparamos te mientras hablamos de lo que quieras? Ada-chan.
Alexa vuelve a inclinar su cabeza, pero esta vez se rostro se ilumina como el de un ángel que ha venido a cumplir los deseos de su corazón, o por lo menos así lo ve Ada. «¡Si!» Responde la niña y toma del brazo derecho a la joven del flequillo negro llevándosela a la cocina. Oliver tapa su rostro ante el acto de Alexa. Ahora que ella actualice con Ada posiblemente estarán como locas por el mundo anime, lo que significa que Alexa podría venir a visitarla seguido, «Maldición...»
—Disculpen la tardanza... —Una mujer cuarentona de tez mestiza, cabello rubio y ojos verdes ingresa a la sala, la madre de Oliver Linda Brown. Había estado ocupada organizando unos papeles en su habitación, por lo cual les había pedido que esperen.
—¿Qué? —Grita Stephannye y pega un salto a la vez que su compañera de cabello gris. Los azules ojos de la rubia comienzan a brillar como un par de focos recién instalados. Los adolescentes se lanzan hacia la mujer para tomarla de sus manos y comenzar a estrecharla como fanáticas que son.
—¿Por qué no nos dijiste que tu madre es la legendaria Linda Miller? —Pregunta Stephannye a al chico de cabello café que ahora se encuentra confundido.
—¿Qué tiene mi madre de especial?
—¿Cómo que "qué tiene de especial"? Tu madre ayudó a ganar la gran guerra de magos y brujos tiempo atrás —Explica.
—Obtuvo el título de la maga más inteligente cuando tenía veinte años —Agrega Eliza, se podía notar un leve tono de emoción en su voz robótica.
—Y no olvides el de la más sexi —Agrega Alexa que apareció de repente por el pasillo junto a Ada que se tapaba las mejillas, asombrada.
El cuarteto de chicas rodea a la mujer para hacerle preguntas como locas. Es como ver a un famoso actor en medio de sus fanáticos que le piden autógrafos y fotografías, solo que esta vez se trata de una maga.
—¿No tenían que hablar sobre algo con mi madre? —Interrumpe Oliver, molesto por la escena.
Stephannye, Alexa y Eliza carraspean para recuperar la compostura poniéndose serias.
—Por favor, cuéntenos sobre la naturaleza de los poderes de Oliver —Habla Stephannye.
Linda, que tenía una sonrisa de completa felicidad, cambia su rostro a un sombrío y serio como diciendo "Ya lo saben"
—Por favor tomen asiento...
Las chicas paradas a su alrededor sin decir ninguna palabra caminan y se sientan junto al trío de varones.
—Todo comenzó hace once años...
Nuestra familia había salido de vacaciones. Oliver tenía cuatro años, Ada solo dos y Jonathan doce. Íbamos en nuestro automóvil de entonces al campo a visitar a unos familiares, era de noche y el clima amenazaba con llover. Los niños estaban durmiendo mientras Patrick y yo íbamos comiendo hamburguesas que habíamos comprado un rato antes porque teníamos hambre; disfrutábamos de la cena algo inesperado pasó: sin que nos diéramos cuenta, un brujo se puso frente al nosotros y con un conjuro cantados nos atacó. Como no tuvimos tiempo para reaccionar bien al ataque, nuestro poder no fue suficiente para protegernos del todo. El vehículo quedó destrozado, nosotros heridos, pero eso no fue lo que nos importó sino la vida de nuestros pequeños. Los encontramos a los tres con vida, Jonathan solo había sufrido quemaduras leves, pero Oliver y Ada... Mi pequeña Ada había sufrido quemaduras tan graves que su hermosa piel blanca y ojos café ahora parecían carbón y mi lindo Oliver había perdido la mitad del cuerpo; fue una escena muy traumática, sus intestinos por el suelo, mucha sangre y sus piernas ya no existían, no sé cómo no murieron por el impacto, quizás por su naturaleza mágica.
Como entre mi esposo y yo solo yo soy de naturaleza mágica, junté a mis pequeños mientras Patrick sanaba a Jonathan, me puse en pie como puede y estaba por usar hechizo cantado para sanarlo, no me importaba si yo moría debido a mi grave estado, solo importaba salvar a mis hijos pero el brujo cruzó las llamas para terminar el trabajo y con magia negra atravesó mi rodilla dejándome tumbada en el suelo. Patrick se lanzó a atacarlo, pero él fue más rápido y con una ráfaga de ataques de plasma lo dejó abatido en el suelo. Pero justo cuando venía por mí, algo ocurrió: dos extrañas personas con máscaras de carnaval aparecieron y comenzaron a combatir con el brujo. Sus poderes eran extraños, no eran de naturaleza mágica, era poder mental y poder elemental, algo que de lo que solo había leído...
El brujo al estar en desigualdad numérica y ya que al parecer nunca se había enfrentado con adversarios con ese tipo de poder tuvo que huir. Patrick y yo, con la poca fuerza que nos quedaba, juntamos a nuestros tres pequeños y les rogamos que por favor nos ayudaran. Al ver nuestro dolor se acercaron a nuestros bebés y se sacaron las máscaras: eran una pareja de ancianos. La mujer puso su mano en el pecho de Ada y el hombre repitió el proceso con Oliver. Nos dedicaron unas pequeñas sonrisas y comenzaron a transferir sus auras a nuestros pequeños. Milagrosamente, Ada sanó y el cuerpo de mi principito comenzó a regenerarse. Después pusieron sus manos sobre Jonathan y comenzaron a desvanecerse, pero sus cenizas se unieron con el cuerpo de él dejándolo completamente sano...
—Nunca supimos quiénes eran esas personas, pero salvaron a nuestros pequeños y les dieron algo poco común: una triple naturaleza —Termina de explicar la adulta. Los chicos frente a ella quedan en completo silencio. Es obvio que están procesando la información.
—Eso explica los extraños poderes de Oliver, pero, ¿por qué cuando los uso su apariencia cambio, se volvió agresivo e incluso pedía que lo llamáramos por otro nombre? —Eliza como siempre es la primera en tomar valor y hacer una pregunta sería.
—Yo tengo la respuesta para eso. —Alfred entra a la sala con una bandeja con una taza de té para cada uno. Nadie se había dado cuenta de su entrada al hogar, aunque es normal en él, siempre llega en el momento justo.
—El joven Oliver fue atacado por un demonio parásito y aunque quizás no haya podido plantar un huevo dentro de él pudo haberlo infectado —Explica el mayordomo, repartiendo las tazas.
—Ya veo: —Susurra Linda —: tendré que hablar con mi padre sobre este tema, pero tengo que pedirte algo... por favor, Stephannye, enséñale a mi hijo a usar su poder mágico ¡Por favor!
La adulta toma de las manos a la joven rubia y se arrodilla implorando. Stephannye se asombra y hace una pausa, sonríe y abre la boca.
—¡Claro! Quizás no me agrada, pero lo haré por la maga que me inspiró. —Responde, poniendo una cara dulce.
Linda, ante la respuesta, por impulso abraza a Stephannye repitiendo una y otra vez «¡Gracias, muchas gracias!» Oliver, ante la escena solo puede taparse la cara lamentándose.
Pasaron las horas y las chicas se están subiendo al coche así el mayordomo las lleva.
—No quieres que tu hijo se exija mucho, ¿Verdad? —Pregunta Alfred.
—Recién está comenzando, no quiero que se asuste con mucha presión…