- ¿No vas a pedirme que te salve? - la voz preguntó con mucha curiosidad, a lo que Teo contestó - ¿Por qué lo haría? - es realmente tranquilizante saber que esa asquerosa vida terminó, si no fuera por mis difuntos madre, abuelo y mi gran amigo Leo... no hay nada por qué regresar a ese lugar, tal vez la vida del otro lado sea mejor-
-En serio ¿crees que la vida es mejor si ya terminó?, ¿eres acaso un cobarde?- dijo la voz bastante molesta y con burla en su tono de voz, a lo que Teo respondió -no es que sea un cobarde, la vida que he visto, no es para tanto, ¿qué tiene de bueno?, aunque es imposible decir no tiene su lado bueno; como el aroma del bosque... siempre he amado el aroma a tierra húmeda, o el cuerpo de las mujeres, lástima que nunca pude siquiera ver uno de cerca, pero si comparo lo bueno y lo malo, definitivamente no tiene nada de bueno vivir-
-Grandes palabras para alguien que es sólo un polluelo, ¡ah! lo olvidaba que no te gusta que me refiera a ti de esa manera, ¿cuál es tu nombre pequeño humano? - Teo contestó, -mi nombre es Teo Mancilla, al igual que mi abuelo, padre de mi madre- al escuchar el orgullo con el que decía su nombre, aquella voz se quedó pensativa un momento antes de decir.
-Muy bien, Teo, ¿quieres irte a la otra vida sin haber experimentado los placeres de vivir, la razón por la que incluso el ser más pequeño lucha día a día por sobrevivir o prefieres que te regrese y nunca lo sepas?- al escuchar dicha pregunta Teo se quedó mudo de la sorpresa y contestó -¿es realmente posible que regrese?- y después de un pequeño silencio volvió a hablar -discúlpame, tengo desde muy chico esa mala maña de contestar una pregunta con otra, si es posible y solo si mi vida será diferente; si, me ha dado mucha curiosidad el saber si la vida es realmente buena-
-Muy bien, te daré esa oportunidad, pero antes tienes que saber un par de cosas- en ese momento el entorno cambió, ya no era todo oscuridad, Teo se encontraba una vez más en el lugar donde murió, pero esta vez no estaba su cuerpo, ni siquiera había rastro del cedro que lo aplastó. - ¿qué sucede? pensé que sería para ver los placeres de la vida, no para volver a esta condena-
Cuando habló, Teo se dio cuenta de que no podía encontrar rastro de aquellos ojos o escuchar aquella voz, se sorprendió mucho y pensó que tal vez solo todo lo que vivió fue un sueño- entonces regresó a el camino y reanudó su rumbo original. Cuando regresó a su casa, todo estaba como siempre, su padre, ya se había ido a dormir, entre semana siempre dormía apenas se ocultaba el sol, sólo el fin de semana se iba con sus amigos de la fábrica a beber o por mujeres a un pueblo cercano.