Ya llevábamos justo los 13 días, y luego de una última explorada nos dieron a los Alfas 3 días libres, yo aún seguía con mi luto y hacía la misma rutina, sólo que no comía mucho por falta de apetito, Alejandro al principio no dijo nada, así que me hizo pensar que no vio mi video y simplemente cerró todo por mi.
Ese día lave toda mi ropa y me había dado un baño, pero había cometido un error, había llevado incluso la ropa íntima que iba usar a lavar, es decir, estaba jodida… decidí vestirme igual y preguntarle a Alejandro si podía ir al gran almacén por ropa para ambos, obviamente no le dije que necesitaba más íntima que de dormir.
Lo vi irse tranquilo pero antes de salir me dijo que luego tendríamos una gran charla el y yo, no le di muchas vueltas ya que imagine que era porque hacía ejercicio sin alimentarme bien ¿Quién podría?, sólo asentí y me fui a secar el cabello, luego de una hora lo vi llegar con 2 cajas y decir muy feliz
Alejandro: mercado de ropa íntima para ti y para mi ya llegó -leve pausa- como no se si te gusta la ropa íntima pequeña o con encajes, te traje todas.
Yo: -sonrojada- ¿Eres idiota?, deja de ser pervertido.
Agarre la caja y la arrastró hasta mi cuarto, sólo lo veo reír y me apuro en meterlo al cuarto, al abrir la caja note que decía la verdad, había ropa íntima diminuta y de tiras fijas, con encajes o sin encajes, me puse de todos los colores y agarre una cómoda para usar, claramente la revise bien y la sacudo por las dudas.
Luego de salir de el apartamento vecino me dijo
Alejandro: bingo, algo de vino, esto servirá para algo que tengo en mente, además me quiero relajar hoy.
Sirvió 2 copas de vino y me pidió que probará, yo accedí y deje que el vino borrará un poco mi tristeza, aunque me di la idea de que necesitaría una carretilla pequeña para mover las cosas, pero lo haría sin el presente.
Luego de la cena seguimos con la bebida y allí aprovecho de reclamarme y preguntarme que había pasado, sin muchos ánimos le dije una parte omitiendo otra hasta que de un golpe seco dijo
Alejandro: -enojado- porque coño mientes, ¿A quién quieres engañar?, ¿A mi?, se que estas mintiendo, di la puta verdad.
Al oir lo así me hizo paralizarme y entender que si lo había visto todo, oculte mi rostro y sentí ganas de llorar, aunque no quería llorar delante de él, mis lágrimas salían solas, forcejamos porque el quería que lo viera a la cara, pero yo no quería, me dio un coscorrón y fue cuando alze la cabeza para decirle que me había dolido, pero me sorprendió cuando dijo
Alejandro: ¿Por qué siempre haces eso?, puede que tu y yo tengamos debates, pero eres mi compañera, puedes confiar en mi, si necesitas un hombro amigo -leve pausa- entonces usa el mío.
Lo mire atónita y oculte mi cara entre su hombro y brazo, lloré como un diluvio porque le moje toda la manga, pero el nunca me reclamó, lloré hasta quedar dormida pegada de su brazo.