Luego de 3 días con dicha guerra, podía pisar aunque aún veía al diablo en calzones, luego de ir a revisión, Tomás intuyo que algo había pasado y no era para menos, el día anterior en la cena la crueldad de comida que Alejandro me hizo vomitar y luego yo misma comí algo ligero pero pobre y me había ido al fuerte sin desayunar.
Tomás no sabía nada pero igual le quería reclamar, se lo unos si en el acto y le dije
Karla: tranquilo, yo misma lo resolveré.
Tomas: -me mira fijo- ¿Segura?.
Al ver como afirmaba con confianza en parte accedió, no podía saber que pensaba pero lógicamente estaba serio y eso sí era notorio, luego de revisarme claramente me reclamó por forzar la pierna, pero entendía que quería volver rápido a mis misiones, aunque no era sólo por eso pero le hize creer que si.
Por seguridad me pidió hacerme un examen general, ya que mi rostro está a algo pálido, pude desayunar en el fuerte un pan relleno de atún, eso me hizo feliz y de camino pase por un mini mercado vi unas bebidas energizantes, probé una y sabía bien, me la tome y me lleve unas 3 para recuperar fuerzas.
Los exámenes estarían esa misma tarde y me la llevarían a la casa, así que di mi paseo con calma y pude observar los herbívoros un rato, estaban tranquilos y prácticamente ya me ignoraban, eso me calmaba pero al llegar a casa mi rostro de calma y tranquilidad fue de asombró.
Ver que Alejandro sostenía un sobre me hizo paralizar un rato, pero el ver su cara me hacía dudar de si avanzar o no, me sentía como en el juego del buscaminas, si daba un paso infalso una mina me explotaria en la cara, ver que había abierto el sobre y luego darme cuenta que eran mis resultados, me incomodó un poco y le reclame, Alejandro no quiso darme los resultados y sólo me dijo
Alejandro: siento que esto es mi culpa.
Karla: ¿De qué carrizo hablas?, dame acá mi resultado.
Alejandro: -tono fuerte y cortante- No!.
Lo vi caminar lento y sentarse en el piso apretando en su mano derecha mis resultados, mientras me preguntaba *¿Qué ocurre?*.