"¿EH?... ¡¿EHHH?!"(Agustín)
Agustín que aún estaba acostado en una cama en la sala médica del Templo de la Muerte estaba mirando con el único ojo sano que le quedaba hacia un sirviente con una tabla en su mano que parecía ser un secretario.
"Lo voy a repetir por las dudas, actualmente la señorita Diana, está hablando con su madre, la señora Abigail Ial, sacerdotisa suprema de la Iglesia de la Muerte y su tío, Hernán Ial, sacerdote supremo de la Iglesia de la Muerte, ambos han requerido su presencia en la sala para conversar, ruego que se comporte"(Secretario)
Pensé que esa chica se guardaría el secreto un rato para poder interiorizarme con todo lo que viene siendo la Iglesia.
"HEY, apenas me puedo poner de pie, los huesos de mis piernas, ambas... están fracturados por todas partes, más de la mitad de mi rostro esta quemado y solo me queda la mitad del lado derecho de mi pelo, uno de mis ojos necesita curación de alto grado y con el otro veo borroso, ¿Quieres que me presente así?"(Agustín)
Cuando Agustín hablo, lo hizo con mucha razón, incluso un secretario estaría de acuerdo en que al menos debían darle tiempo a curarse y relajarse antes de entrar en una sala tan importante.
"Aun así, tanto la sacerdotisa suprema como el sacerdote supremo requieren de vuestra presencia para aclarar ciertas afirmaciones de la señorita Diana"(Secretario)
"¿Cómo voy a ir si no puedo caminar?"(Agustín)
El Secretario observo el lugar entero, ignorando las sillas con ruedas que paso por alto, tomo unas muletas y se las alcanzo a Agustín que lo estaba mirando con cierta incredulidad, ¿Qué fue esa mala obra de ignorar la silla?
Tomándolas y mirando hacia el secretario que parecía estar con ganas de burlarse de él, solo podía aguantarse el odio y tragárselo como hizo toda la vida, sujetándolas con torpeza, Agustín piso el pie del chico y se levantó con fuerza para apretarle aún más.
"Lo siento, nunca use una de estas"(Agustín)
Al menos puedo desquitarme un poco ¿No?
El secretario ardía en rabia mientras guiaba a Agustín el cual al ver los pasillos se asombraba como un niño, como siempre fue un fracasado débil, su padre o madre jamás se molestaron en llevarlo al sitio más asombroso y concurrido por la nobleza del Imperio.
El lujoso y poderoso, Templo de la Muerte, siendo un edificio de 80 pisos con un mínimo de 4 metros cada piso y con algunos de hasta 6, hecho con ladrillos de piedra del largo y grosor de personas para la base de cada pared, piso y techo, luego este se le recubría con una fina capa de ladrillos negros hechos con huesos de bestias no-muertas de rangos D y por dentro, la capa estaba hecha con mármol cincelado y con diagramas de todo tipo, se decía que había un tipo de forma sobre el suelo que variaba según el piso donde estabas.
Por la altura se podía notar que estaban en el quinto piso, al parecer, la zona médica era un edificio dentro del Templo con solo 5 pisos y aun así estaba hecho con los mismos materiales que el del resto del Templo.
Luego de caminar por casi 20 minutos, Agustín ya estaba sudando y cansado, el dolor en sus piernas era increíble y agudo, parecía que sus huesos se resquebrajaban por cada paso pero el secretario solo ignoro la situación y siguió al ritmo de una persona normal.
Luego de un rato se dio cuenta de que Agustín ni se molestó en ir a su ritmo y estaba mirando por la ventana con una paz interna increíble, por lo tanto tuvo que volver atrás casi 200 metros e ir al mismo ritmo que él.
Aunque tardaron una vida en llegar, 40 minutos en total, Agustín podía decir que sus piernas no estaban siendo forzadas por lo que sentía que al menos no lo había molestado tanto como sus familiares harían.
"Señora, señor, aquí está el chico"(secretario)
Al entrar en la sala, Agustín que apenas veía no sabía quién era quien por lo que solo hizo una reverencia de cortesía general, puso su brazos derecho en su pecho y bajo su cabeza.
"¿Qué es esto? Según se me informo sus heridas eran graves, ¿Por qué esta sobre muletas?"(Abigail)
La actitud de Abigail era fría e irritada, el secretario solo podía sudar al oírla, ¿No era un plebeyo molesto cualquiera?
En vez de hablar, Agustín solo quedo callado y espero a que el problema lo resolvieran otros, a él no le molestaba que ese estúpido secretario perdiera su trabajo para toda la vida, de hecho se lo merecía por tratar de esa manera a las personas.
Abigail movió su mano con molestia y ordeno al secretario que se fuese, en la sala, había una silla más del lado de la familia directa de Abigail, Diana que estaba sentada al lado de su madre y un asiento más para Agustín.
"Siéntate"(Diana)
Con un tono medianamente amable, Diana señalo la silla a su lado para que Agustín se sentara pero este solo podía ver manchas moviéndose.
"Sus ojos sufrieron daños graves, no debe de poder ver, venga conmigo"(Cristina)
Como si fuese una buena chica, Cristina se paró y tomo del brazo a Agustín para mostrarle donde sentarse, Diana solo miro hacia Cristina pero luego giro su mirada, esas tonterías no lo harían cambiar de bando por lo que no le molestaban.
Luego de sentarse, Agustín no sabía a donde mirar así que solo se quedó quieto con su cabeza hacia el medio de la mesa, los nervios lo invadían y sentí que le faltaba fuerza en todo su cuerpo.
"Necesito que confirmes ciertas afirmaciones que se dieron en una reunión anterior, ¿Estarías de acuerdo en hacerlo?"(Abigail)
"S-Si, será un gusto hacerlo"(Agustín)
Tartamudeando al inicio y con una voz un poco apagada y presionada, Agustín solo pensaba que no tenía más elección que hacerles caso y seguir las instrucciones aunque no las diesen como tal.
"¿Eres un Teck?"(Abigail)
"Lo soy"(Agustín)
"Claramente por tu color de pelo lo eres, pero aun así debía preguntar para sacarme la duda"(Abigail)
Tragando saliva y tensionándose, Agustín sabía que ahora venía lo importante, ¿Qué habrá dicho esa señorita? ¿Exagero? ¿Minimizo? ¿O puede que solo haya contado la verdad?
"¿Tienes miedo a la muerte?"(Abigail)
Agustín se lo pensó unos segundos pero recordó su habilidad de –Sirviente de la Muerte- y contesto con una rapidez notable.
"No"(Agustín)
Abigail solo lo observo por encima, cualquiera podría decir que no le temía la muerte pero solo verdaderos seguidores de la Iglesia de la Muerte podrían realmente no temerle en lo absoluto.
"¿Tu nombre es Lucas?"(Abigail)
La pregunta descoloco por completo a Agustín, ¿A qué venia esa pregunta tan fuera de sí?
"No"(Agustín)
"¿Es Agustín?"(Abigail)
"Si"(Agustín)
"¿Peleaste frente a frente contra el Elder Liche?"(Abigail)
¿EH? ¿Exagero tanto? No puedo seguirle esa mentira, me condenaría a mí mismo a tener que hacer trabajos más riesgosos.
"No"(Agustín)
Abigail sonrió y siguió preguntando, solo quería ver hasta qué punto Agustín mentiría en la conversación, no parecía estar tan al lado de Diana como realmente decía ella, sino hubiese mentido descaradamente para cubrirla.
Su hija era astuta pero debía ser más honesta al entrar en la sala de reuniones familiares así que dejándola en vergüenza una vez, le daría una buena lección.
Desde la parte enfrentada a Agustín, uno de los hijos de Hernán, Enzo Drakor desenvaino su espada con una velocidad extrema y corto hacia la cabeza de Agustín solo deteniéndose al apoyarse en su cuello.
Con su cabello medio largo sedoso de color gris ceniza, el hombre levanto una ceja con sorpresa al ver que Agustín ni siquiera pestañeo incluso sabiendo que podría haber sido decapitado.
"Sin duda no mentía"(Enzo)
"¿Había necesidad de probar tal cosa? Me sienta mal tanta desconfianza"(Diana)
Todo se basaba en que Agustín no temía a la muerte y que por eso era un buen partido para unirse a la Iglesia de la Muerte de forma formal.
"¿Agustín Teck? Nunca oí hablar de ti pero de pronto dices ser el heredero del Clan Teck, ¿Cómo eso podría haber sucedido?"(Hernán)
"Nací siendo débil y nunca demostré tener poder suficiente para liderar, al final mi hermano tomo el poder y fui enviado a pelear contra –Plaga-"(Agustín)
Nadie en la sala parecía creer esa historia, ¿Cómo podría el ser débil de nacimiento? Si era el caso, ¿No sería la elite del país basura sin futuro?
"Supongamos que es cierto, ¿tienes alguna forma de demostrar que eres el primogénito?"(Hernán)
"No... No tengo ninguna prueba"(Agustín)
¿Cómo se podría probar tal cosa? Obviamente lo habían borrado de su linaje desde hace años atrás, no hay forma de poder reclamar su título como líder de clan.
"Me interesa más que hayas dicho que naciste débil, lo de líder de clan puede prescindir, ¿Cómo alcanzaste tu poder actual?, ¿bendición divina?"(Abigail)
Aunque Abigail lo había dicho con ironía, Agustín solo se giró mirándola como si le estuviese dando la razón, de cierta manera se sintió ofendida y molesta.
¿Te piensas que la diosa se fijaría en un paleto cualquiera?, no te atrevas a decir idioteces, tu cabeza rodaría sin que nadie lo supiese.
"Morí y volví a la vida, alguien me trajo y me nombro su caballero, yo solo quiero encontrarlo y servirle, nada más"(Agustín)
"Eso si requiere una verificación, si no la tienes juro qu-"(Hernán)
"La tengo... Cuando volví a la vida se me dio una habilidad especial, pueden verla en mi tarjeta de aventurero"(Agustín)
"Dámela"(Hernán)
Con un tono fuerte y furioso, Hernán levanto su mano exigiendo la tarjeta pero Agustín que estaba sin nada en sus manos y bolsillos solo pudo verlo sin saber qué hacer.
"No sé dónde dejaron mis cosas, no me las han devuelto"(Agustín)
Aunque Agustín parecía calmado, su corazón estaba latiendo con fuerza, no le temía a la muerte pero veía totalmente innecesario el morir por una idiotez, solo quería demostrar que lo que decía era cierto.
"Da igual, trae un creador de tarjetas, AHORA"(Hernán)
Aunque el que hablaba era Hernán, todos se sentían igual de molestos, ¿Decir que la diosa lo trajo de vuelta de entre los muertos y lo bendijo con una habilidad especial? ¿Los tomaba de estúpidos? Ni 10 años de tortura serian suficiente para pagar por herejía de ese nivel.
Los sirvientes de la sala salieron corriendo a toda velocidad para traer lo que Hernán les pedía, las piernas les temblaban al verlo con 3 venas resaltadas en la cien, parecía estar a punto de decapitar a alguien pero se retenía por las dudas.
¿Qué pasaría si lo que decía el chico era cierto? Matarlo traería la ira de la diosa, puede que ellos no comprendan los planes divinos que un mocoso mundano podía lograr, involucrarse debía hacerse solo para bien, meterse en su camino sería un horrible error y matarlo... Sería casi el fin para ellos.
Cuando los sirvientes volvieron, Hernán no tuvo ni que rechistar para que entendiesen que debían hacerle la tarjeta enseguida y ni se molestaron en perder el tiempo con el nombre, dejándolo en blanco y dándosela a Hernán incluso cuando aún estaba tibia del calor del láser.
Cuando sujeto la tarjeta y la observo, se tardó leyendo, Abigail que estaba del otro lado parecía mas que asombrada, si el mocoso hubiese realmente mentido entonces Hernán solo le habría cortado la cabeza.
"¿Qué sucedió?, ¿Hernán?"(Abigail)
"¿Qué dijiste que ocurrió?"(Hernán)
Con un rostro serio y con ojos vacíos, Hernán se giró hacia Agustín y paso la tarjeta hacia Abigail.
"Mor-"(Agustín)
"Ya se eso, di los detalles"(Hernán)
"Mi cuerpo llego hasta el lado del Reino, tenía la mitad de mi cuerpo separada de la otra y estaba agonizando, entre delirios una persona se me acerco y me hablo como si estuviésemos sentados en una mesa, decía un montón de tonterías y su voz era la de un joven, hablaba sin parar hasta que dijo algo como –Cuando llegue el momento vas a tener que arrodillarte después del todo eres mi caballero- y luego..."(Agustín)
Con un silencio de por medio Agustín parecía estar pensándose que decir, como si estuviese pensando en si decirlo o no frente a Hernán.
"Me pareció oír la voz de una mujer mientras dormía, luego solo desperté con una cicatriz en mi estómago y tome con prisa todas las cosas en el campo de batalla para equiparme, con mi habilidad única hereditaria cree una armadura de wyvern precaria y me abrí paso hasta el Imperio"(Agustín)
Dejando de lado su conversación con la esfera morada, Agustín al fin había entendido quien era esa entidad, y pensar que la diosa le había hablado y nunca se dio cuenta, cuan estúpido podría ser de tratarla de una esfera morada, se sentía avergonzado y estúpido.
"¿Del Reino? Entonces dices que esa persona tan importante ¿Es del Reino?, ese sitio... ¿Cómo alguien tan importante está allí?, Rodeado de idiotas ignorantes"(Hernán)
"Esto es inaceptable, ¿Cómo era ese chico? Di su nombre o su aspecto, todo es útil, hay que traerlo"(Abigail)
Diana, Cristina y Amelia estaban observando la situación pero solo podían entender, chico importante relacionado con la diosa y sus intenciones eran claras a la vista de todos, de hecho a nadie le molesto eso sino que Agustín parecía ¿Reacio a decirlo?
"Nunca lo vi, solo conozco su voz, además nunca me dijo que lo buscase, sonaba más como si en algún momento nos íbamos a encontrar y además, tengo que entrenar, con este nivel solo podría ser un sirviente y no un caballero, en vez de ayudarle le molestaría"(Agustín)
"¿Es del Reino o está en el Reino?"(Diana)
¿Acaso no entienden que no tengo idea sobre esa persona? Me encantaría saberlo todo pero ni siquiera sé de qué color es su pelo.
"No lo sé, no sé nada sobre él, solo que es hombre y que por su voz es joven, debe de ser incluso menor que y ya que su voz era bastante aguda"(Agustín)
Su voz era un poco aguda y obviamente era alguien hiperactivo por como hablaba incluso estando en un campo de batalla, nervios de acero y cero miedo a la muerte.
Hernán que estaba serio mirando el centro de la mesa solo podía fruncir el ceño y pensar que hacer, si todo seguía normal entonces la Iglesia apoyaría al Imperio para atacar al Reino pero... ¿Y si ese chico entonces defendiese el Reino? ¿No estaría la Iglesia yendo contra alguien importante para la diosa?, tenían que encontrar alguna forma de llevárselo al Imperio para luego aplastar al Reino o en todo caso desistir de ayudar al Emperador al atacar.
Si eso sucediese, las relaciones entre la corona y la Iglesia se pondrían tensas, pero, siempre y cuando pudiesen unirlo en matrimonio con una princesa o la próxima suprema sacerdotisa entonces sería una victoria absoluta.
"¿Puede ser que los del Reino le estén ocultando sobre nosotros? Es estúpido que siendo el elegido de la diosa no esté con nosotros que le servimos"(Cristina)
"Puede ser, o puede que le hayan contado sobre nosotros de mala manera, los líderes del Reino no dejarían ir una carta de paz tan fácilmente, si pudiesen lavarle el cerebro seguramente lo harían"(Abigail)
"Esto ahora no importa, primero debemos hablar con el emperador para decidir qué hacer, puede que logremos hacer una asamblea entre todos los nobles del Imperio y del Reino, sin duda el estaría allí"(Hernán)
"Incluso si lo hacemos se pospondría para dentro de al menos unos meses, el torneo de talentos del Reino está por comenzar..."(Diana)
"¡Es eso!, todos los talentos del Reino se reúnen, ¡Él va a estar allí!, solo debemos enviar una delegación para observar"(Cristina)
"..."(Hernán)
"El Imperio jamás envió una delegación al Reino para observar su torneo de talentos, es una forma de despreciarlos y mostrar que somos superiores"(Diana)
"Pero dada la situación, es posible que ese chico sea extremadamente fuerte ¿No?, tiene que ser el que más destaque de todos, unos pocos combates deberían de bastar para encontrarlo, luego la delegación puede irse decepcionada"(Cristina)
"Es un chico astuto, no mostro su rostro ni dio su nombre, se oculta por alguna razón, es imposible que vaya a destacar de manera excesiva al principio, va a ocultar su fuerza y usarla a medida de lo necesario, para encontrarlo habría que ver al menos 3 o 4 competencias"(Abigail)
Cristina solo podía morder la uña de su pulgar mientras pensaba una forma de encontrar al chico elegido por la diosa, pero esto le producía un dolor de cabeza inimaginable a todos en la sala.
¿Renunciar a la política de superioridad del Imperio contra el Reino a cambio de poder encontrarlo rápido? O ¿Esperar hasta luego para una reunión donde puede pasar totalmente desapercibido? La decisión no podía ser tomada solo con los individuos dentro de la sala.
Debían poner el tema sobre la mesa y tratarlo con el emperador, la emperatriz, los 3 primeros príncipes y obviamente los clanes más poderosos del Imperio, los Teck, los Misu, los Cewan y los Inmo, puede que algunas familias con fuerte presencia económica o política también entrasen, pero sería un consejo de al menos 70 personas.
Las 70 personas más importantes del Imperio se reunirían para conversar sobre un chico del cual no conocen ni la voz, ni el rostro y mucho menos su forma de ser, un enigma andante que podría dar vuelta su nación en un parpadeo.
"Yo... no debería de estar en esa reunión... cualquier Teck de la primera rama me reconocería"(Agustín)
"Quedan dos meses, ¿Qué tan poderoso es tu segundo hermano?"(Diana)
"La última vez que lo vi casi alcanzaba F- y mi rango actual es..."(Agustín)
"Tu rango es G"(Hernán)
¡¿Subí de rango?! Bueno, luego de ese combate encarnizado si no pasaba de rango no lo haría jamás.
"Con 1 mes y medio de entrenamiento infernal, una buena armadura y buena espada deberías de poder ganarle a tu hermano"(Diana)
...
"Tienes razón"(Agustín)
Sin mucha emoción Agustín solo afirmo lo que Diana había dicho, frente a todos en esa sala, la decepción de Agustín era muy notoria, se notaba que no era bueno en la política y engaño.
"Esto es suficiente por hoy, no hay mucho que podamos hacer hablando, es mejor que hagamos nuestras tareas y oremos"(Hernán)
"El hermano tiene razón"(Abigail)
Mientras todos se levantaban de sus asientos, Hernán hizo un gesto y varios sirvientes ayudaron a Agustín para llegar hasta la sala médica y 5 healers de alto rango comenzaron a curarle enseguida.
Diana por su parte solo se fue hacia el gremio para buscar más misiones importantes y matar bestias, Cristina se quedó en el templo para rezar al igual que su madre, Hernán que aun tenia tareas que hacer y papeleo que atender, se puso a trabajar arduamente.
Todos se movían en paralelo haciendo cosas a su gana, como si no estuviesen relacionados, sin darle explicaciones a nadie, ni nada.
En solo 4 días, Agustín ya estaba completamente sano y sin cicatriz alguna, excepto la de su estómago que los healers estaban asombrados de ver, era una herida que había alcanzado sus vertebras por lo que era una herida de muerte segura, sin saber qué hacer con ella, informaron a Hernán el que solo desvió con desdén diciendo que la dejasen estar.
"¿En que había quedado? Ah, cierto, las habilidades mejoradas, todavía necesito –Golpe Directo Poderoso-, -Golpe Directo Veloz-, -Puñalada Critica- y -Golpe Inesperado-"(Agustín)
Dentro del Templo de la Muerte, había una sala de 50x50 metros, solo para Agustín en la cual podría entrenar a su gusto, había por las paredes armas de todo tipo, con variaciones en la longitud y ancho, espadas de dos manos que tenían curvas en sus filos (Cimitarras), tridentes, guadañas, escudos de torre, escudos de broquel, clípeos, aspis y muchos otros.
Había muñecos de práctica de la mejor calidad e incluso se le destino un instructor, a este punto, tenía casi las mismas ventajas que el primer príncipe del Imperio que era llamado el joven más poderoso del continente.
Sus antiguas dagas, espadas y su armadura habían sido tirados a la basura, las escamas de wyvern estaban siendo usadas por grandes artesanos para crear una verdadera armadura de combate decorada por lo que mientras tanto, Agustín estaba sin protección.
Dentro de un mes y medio tendría que salir a enfrentar a su hermano menor y todo su clan por la posición de líder, además de eso, probablemente se le usaría como elemento político de unión en una triple alianza entre la Iglesia, la realeza y los Teck.
De tan solo pensar en el porvenir, las manos de Agustín no paraban de temblar de nerviosismo, ¿Saldría todo bien? ¿Qué sucedía si perdía contra su hermano menor?
Despejando su mente al golpear a los muñecos de practica con –Golpe Directo- y –Paliza-, Agustín se focalizo en su deber, el mismo deber que tenía desde que volvió al mundo, el volverse más poderoso a toda costa.
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