Ya hace bastante que "nací", no he podido llevar bien la cuenta de los días, me tienen dentro de una habitación todo el tiempo, y la única ventana está muy alta y entra poca luz por ella, pero almenos se que ha pasado más de un mes.
EI nombre que me dieron mis nuevos padres es Kurobu, tal vez tengan un idioma nuevo en este mundo, pero queda claro mi nombre, pues mi madre suele llamarme así.
Con respecto al idioma, parece un latín, pero con cambios bastantes únicos, estudié unos pocos idiomas en mi anterior vida, nunca domine ninguno salvo el inglés, pero almenos sabia reconocer en qué idioma me hablan.
En cuanto a mi entorno, esta habitación parece bastante aislada, cuando mi nueva madre habré la puerta se aprecia el grosor de las paredes, no entiendo porque, pues hay una ventana en la habitación, y está es poco aislante, en fin, supongo el grosor de las paredes será debido a la estructura del lugar.
"WAAAAAA"
"WAAAAAA"
Ya comenzaron, el sonido de sus llantos que viene de las dos cunas a mi izquierda y derecha, se de sobra que son niños y que están pidiendo que los alimenten, pero estos nuevos hermanos míos son muy molestos, aún no me he tomado el tiempo de memorizar sus nombres, se que la niña es Malla y el niño Bell, la señorita Talia no deja de repetirlos, pero aún no me aprendo sus nombres completos.
*Sonido de chirrido*
Los gritos molestos de esos bebés inútiles almenos hacen algo bueno, siempre que lloran la señorita Talia viene a amamantar nos, al principio me pareció raro que una mujer que no es nuestra madre nos de su leche materna, pero luego de ver los enormes pechos de Talia mis preocupaciones quedaron como recuerdo penosos.
"Ya voy bebés hermosos!"
Por alguna razón, ella siempre alimenta a las dos alimañas antes que a mí, aunque siempre hay leche de sobra, pero tener que saborear la baba de esos dos, es algo que me quita la emoción de chupar esos enormes pechos.
Pero, aunque me quejé, estos momentos son lo mejor del día, en el mes que llevo de nacido, he experimentado un aburrimiento muy grande, en mi anterior residencia lo pasaba mal, pero no me aburría, por supuesto que prefiero estar aquí que en ése lugar, pero el aburrimiento me está matando y ver los hermosos pechos de Talia junto con su voz angelical, hacen de este momento, el mejor.
Por fin es mi turno, los brazos de Talia me envuelven y me levanta, por alguna razón, siempre que hace eso sus brazos tiemblan un poco, vamos Talia, todavía falta mucho para que pueda morderte, este pequeño cuerpo no puede contigo, pero si esperas unos quince años prometo saborear esos grandes pechos.
Debería abandonar esos pensamientos, tal vez haya pasado mucho tiempo, pero nublar mi mente con lujuria no es bueno.
Luego de que Talia me tomo camino hacia el sillón en la habitación, se sentó y liberó su pecho derecho, era enorme, me esforcé mucho pero logré reprimir mis pensamientos indecente.
Haaaaaa, las babas, es molesto tener que saborear esas babas, los engendros siempre dejan sus rastros, estoy comenzando a odiarlos un poco a ambos, Talia parece tener predilección por ellos, pues ella les canta un canción cuando los alimenten, y a mi solo me mece, esto es cruel Talia, yo también quiero oír tu hermosa voz.
Aunque adoré tus pechos, esas preferencias son malas, si fuera un bebé normal arias que desarrollé una personalidad bastante extraña.
Luego de terminar de alimentarme, ella se levantó y me colocó nuevamente sobre la cuna.
Después de que los engendros estén satisfechos se duermen, yo opto por hacer lo mismo ya que nadie suele venir hasta dentro mucho.
Pensándolo bien, hace ya bastante que mi nueva madre no viene a vernos, fue desde que Talia comenzó a amamantar nos, pero supongo que es normal, nuestra madre parece ser una mujer importante, ella siempre va vestida con vestidos caros, que parecen medievales.
Este mundo debe encontrarse en una época medieval, tal vez pos industrial, bueno, eso no importa, aún tengo muchos tiempo antes de que ese Dios idiota venga por mí, por el momento voy a dormir.