Nadie se lo puede creer, estan viajando en cohete, es de soñar. Nadie se podría creer que esto ocurriera, que la faz de la tierra haya desaparecido, ya no queda nada más que rezar para poder descansar en paz. Pero para los primero tripulantes todo se acabó. Por fin les llegó la paz que deseaban.
Después de treinta minutos, les avisan de que ya se pueden quitar la máscara de gas y que se tapen los ojos al salir para que la luz no les dañe.
Aterrizando lentamente, el cohete cae bruscamente haciendo que los pasajeros se austen, una voz dice : Bienvenidos a Polaris, un mundo donde el futuro nos espera, un futuro que nosotros alcanzaremos, porque somos el futuro.
Se desabrochan los cinturones y los pasajeros bajan uno por uno, donde al salir, un hombre pasa lista y detrás de éste hay personas que llevan a los pasajeros a sus respectivos domicilios.
Pasando uno a uno, una luz potente ilumina la puerta. Se puede sentir el calor. Cora aún ni se ha quitado la máscara de gas. Caminado entre la gente, cierra los ojos, siente el calor de la multitud y siguiendo la gente a ciegas, pisa terreno. Una vez en el suelo, se quita la máscara de gas. Coge todo el aire profundo que puede y respira. Todo se congela alrededor de ella. La luz solar, por primera vez desde el accidente solar en la tierra, se posa ante su rostro. No se atreve a abrir los ojos, poco a poco, con miedo intenta abrirlos y una luz ciega impide ver al rededor. Intenta tranquilizarse pero la gente la empuja y no sabe donde están sus padres, apenas puede ver.
_Cora - llama Michael a su hija - Cora estamos aquí. Abre los ojos cariño.
Siente la mano de su padre sobre su brazo. Agacha la cabeza e intenta abrir los ojos.
_Papá... No veo - le susurra.
_Tranquila hija - suelta una risa- Es normal, a mi también me ha costado. ¿Donde está tu hermana?
Intentando abrir los ojos, ve piedrecitas rojas pequeñas bajo sus zapatillas viejas aún borroso. La primera vez que ve la luz natural. Cora nació, justo dos días después del apagón natural, su madre tuvo que soportar muchos dolores, era difícil parir ya que en ese día había varias mujeres y a ciegas, el personal era un desastre. Por lo que Cora no pudo ver la luz antes del apagón. 21 años lleva el ser humano sin ver la luz.
_¿A qué huele? - pregunta la chica. El olor es diferente ahí.
_No encontramos a Phoebe - responde Julia. Parece que la pequeña aún no ha salido del Cohete - ¿No estaba contigo Cora?
_No... Pensé que estaría con vosotros.
Sin que nadie le respondiera, por fin ve claro. Están bajo una base donde Cora se aleja un poco para ver donde se encuentran. A unos pasos, por un camino rodeado de hierba verde y fresca, lleva hacia una gran comunidad, que se puede ver como se extiende a lo lejos. Colores que nunca ha visto, olores que nunca ha olido. Todo es nuevo para ella como para muchas personas más. Una pequeña sonrisa la invade, pero su padre la coge del brazo y deja de estar en el paraíso.
_Has visto a tu hermana- pregunta preocupado.
_Papa...
_¡Papá! - aparece Phoebe corriendo hacia su padre con un osito nuevo y limpio en las manos. El padre abraza a su hija con fuerza, toda la familia esta junta de nuevo.
_¿Donde estabas hija? Nos has preocupado- le da un beso en la frente.
_Con él- señaló a Barry, quien iba hacia ellos.
_Hola familia - saluda Barry que se encuentra a tres pasos de ellos - Buenas Ann.
_Barry... - la abuela de estas, está en buen estado, ni vieja mi joven, pero es capaz de moverse aún. Barry y ella se conocen mucho antes de casarse con Bill, su difunto esposo.
_Papá, mira que me ha regalado el tío Barry.
_Llegamos antes que vosotros y quería esperaros aquí. Eran dos cohetes y me la encontré en la cola de los niños. El viaje fue perfecto. Nos hemos hecho amigos.
_Gracias Barry - Julia comenta.
_¿Familia Queer? - un hombre pregunta por ellos.
_Aquí - dice Michael.
_Buenas, ¿estáis todos verdad? Seguidme. Os llevaré a vuestra nueva casa asignada.
_¿Cómo?
_Después hablamos Michael - dice Barry despidiéndose.
Siguiendo al hombre de mono blanco, bajan por el camino que da a la comunidad.