Que mas podría pasar, ya todo estaba arruinado. Me encontraba sentado recargado contra una de las paredes del pozo, empapado, con frio, viendo cómo iluminaban el lugar los rescatistas para ver si podían bajar con seguridad, no me importaba nada, todo estaba perdido, no podría empeorar.
— Mire jefe en el piso — ambos rescatistas observaron justo donde se encontraban piezas del techo roto.
Tenia la mirada perdida, pero al oír estas palabras mi curiosidad, mi poca curiosidad que me quedaba me obligo a prestarle atención a cada lugar donde iluminaban con sus linternas, no podría describir la desesperación que empezó a consumir mi poca cordura que me quedaba, todas la paredes el techo todo este aljibe estaba gravado con distintos símbolos en patrones, que me atrevo a decir, exactos. Mi horror era inversamente proporcional al asombro de aquellos rescatistas, era imposible que algo así existiera, me lo repetí tantas veces fuera posible esperando que mis pensamientos se volvieran realidad, todo se termino por desmoronar. Sabia que algo así seria noticia a nivel nacional, seria un descubrimiento arqueológico asombroso, tal ves el descubrimiento de la década… todo estaba mal, nada de esto estaba contemplado en la lista, era un error, un fallo, una pesadilla, todo por culpa de la maldita alberca todo por esa maldita mujer que no pudo seguir el guion, maldita sea, ¡Maldita sea! ¡¡¡MALDITA SEA!!!. Golpee repetidamente la pared con la partera posterior de mi cabeza, quería que todo esto desapareciera, los rescatistas trataron de detenerme pero fue tarde uno de los golpes que me di fue lo suficientemente fuerte que me noqueo. No me encontraba del todo desmayado, puede observar cuando me recostaron en la camilla y cuando ponían la mascara de oxígeno mi rostro, pero lo mas odioso fue pasar por la sala, todo estaba desordenado como si las cosas las hubieran aventado… estúpida mujer.
Pasaron 3 días desde aquel acontecimiento, la doctora determino que mis lesiones las provoque por el estrés post - traumático que sufre una víctima en la desesperación de encontrarse en una situación como la mía, ademas de determinar que sufría claustrofobia, o eso les hice creer. Mi queridísima prometida los primeros 2 días estuvo acompañándome pero después ya no se presento, en parte no me sorprende en estos días no le dirige la mirada y mucho menos la palabra, no era por odio si no porque mi mente estaba ocupada con una serie de pensamientos, si todo lo de la lista había sido destruido tal ves era tiempo de remodelar mi lista y adaptar todos los cambios que acontecieron.
Para el día de mi alta ya tenia preparada una nueva lista, no dormí para poder tener un buen avance que trataría de culminar al llegar a mi habitación personal, aunque ya no fue de mi sorpresa que mi prometida no llegara a recogerme, si me ponía furioso. La muy bastarda no conforme con no seguir una lista ahora no podía seguir un simple horario. Cuando llegue a mi casa pude observar que los muebles seguían fuera de su lugar y aunque grite su nombre, mi prometida no respondió, me dirigí a mi habitación particular y para mi sorpresa encontré uno de mis libros tirado justo antes de llegar al puerta, al abrirla mis ojos se llenaron de horror, todos mis libros estaban regados por el piso algunos hasta tenían las hojas arrugadas, otros tenían hojas arrancadas de manera violenta. En el escritorio, iluminado por la lampara de lectura que tenia, se encontraba ella con sus codos recargados contra la madera y sus manos en la mejilla
— Que demonios te pasa mujer, que no ves que e sufrido bastante — le replique mientras trataba de recoger los libros
— ¿Qué es todo esto? — me dijo con una voz tenue
— ¿A que te refieres? Ya sabes que esta es mi habitación donde escribo y leo mis libros, te dije que si entrabas dejaras todo en su lugar — le conteste tratando de no subir de tono mi voz.
— ¡Eso no es a lo que me refiero! — exclamo mientras me arrojaba el libro que tenia en el escritorio — ¡Qué demonios es esto, todos tienen portadas falsas y en todos los libros solo veo listas, planes y estrategias ademas de que en este esta todo lo que me paso en la preparatoria, cuando me dejo mi novio, mis amigos, los eventos a los que asistí, hasta una lista de cosas que la titulaste "Pasos para reducir su autoestima" que demonios te pasa!
No pude contestarle, no por vergüenza mas bien era decepción, me había esforzado por lograr que ella fuera la pareja perfecta en mi perfecto plan de vida y lo arruino, no reconoce el esfuerzo que hice para manipular cada aspecto de su vida, que malagradecida. Ella fue directo al nuestro cuarto a tomar algunas cosas, iba refunfuñando gritando no se cuantas pestes a mi persona, cuando ella ya se dirigía a las escaleras la tome del brazo, ella de manera violenta se giro exigiéndome que la soltara, yo solo la tome con mi otra mano del cuello y la pegue contra la pared ante esto empezó a llorar desesperadamente y en pánico.
— Tu no puedes dejarme, no esta en el plan — le dije
Ella siguió con el forcejeo y cada ves que intentaba algo la golpeaba contra la pared, cada ves que trato de dirigirme la palabra la golpeaba contra la pared y cada ves que yo recordaba la forma en que destrozo cada uno de los puntos de la lista la golpeaba contra la pared, mi ira, mi coraje, mi odio ya no pude soportar mas. Termine arrojándola por las escaleras. Escuche el crujir de sus huesos. Observe atentamente cómo su cabeza pegaba contra los barrotes de la escalera y al llegar al final, podía apreciar como cada una de sus extremidades terminaba en una posición irregular.
— Patética — le dije con desprecio — ni morir pudiste hacerlo tal y cómo estaba escrito, no era hoy cuando deberías morir, era dentro de 30 años y ni eso pudiste hacer bien.
Arroje al pozo el cadáver, ese pozo generado por la construcción de la alberca, esa que ella tanto me insistió era el lugar perfecto, no tenia que pensar solo esperar a que la encuentren, mostrarme sorprendido por el hallazgo, alegar que al no encontrarla asumí que me había abandonado, se generara investigaciones pero por mi historial de ciudadano podré eliminar las sospechas rápidamente, claro lo principal era reiniciar mi lista, tal ves la doctora que me atendió es buena candidata, solo tengo que planear bien mis pasos.
Una tormenta se acercaba lo mejor es dormir tranquilamente para mañana empezar con mi lista.