Aquí está de nuevo, el chico que solo logro ver en las noches de bibliotecas. Veros intenta incansablemente hacerme leer y distraerme pero no funciona así que luego de una hora, se rinde. Lo que me deja vía sin interrupciones para continuar profanado con la mirada esa esbelta figura.

Si algún día se enterase de que lo miro con estos ojos llenos de esperanza y lujuria, tal vez me haría el honor de permitirme retorcer mi cuerpo bajo el suyo, eso o pegarme tan fuerte que nunca volvería a posar para ninguna revista en años.

-Yuka, deja de comértelo con la vista. Pareces un niño babeando por un dulce.

-Me pides que lo deje de ver así cuando tú mismo me traes a este lugar con la intención de invitarlo a una copa.

-Y quizás más.- Dijo mi amigo con una sonrisa pícara y transparente.

-Eres un sucio, sólo quieres que te cuente sobre la inolvidable experiencia que sería eso para después convertirla en un libro.- Comenzamos a susurrar para no ser regañados por decimotercera vez.

-Por algo somos amigos, me conoces demasiado bien. Ahora vámonos,  Ash debe estar pegando gritos porque llegaremos tarde al cumpleaños de Dan.- Veros recogió sus libros y demás cosas

-Sí, y sabiendo bien como son, de seguro la parejita está echando leña a la hoguera.- Nos fuimos de la biblioteca pero no sin mantener mi mirada sobre aquel deleite de hombre y mi amigo por supuesto me sacó a rastras del lugar.