Dos días después llegué a mi departamento, amplio y solitario a mi espera. Cansado no es una palabra que describa mi estado de ánimo, aún así Ash me sigue exigiendo ir a su casa para un cumpleaños en familia, si no fueras tú Veros... Miré mi reloj mientras me tiraba en el sofá, marcaba las ocho. Mierda, me queda una hora. Ash odia esperar. Salté del asiento, corrí a mi habitación, en el camino me saqué la ropa y me metí a la ducha. Joder ¡Qué fría! Mi voz hizo eco en las paredes del baño. Unos quince minutos después, salí para secar mi cabello y demás, me paré frente al armario y llegó la pregunta del día. ¿Qué me pongo? No es que yo sea igual a las mujeres, pero a nadie le gustaría ser el centro de atención cuando Aisha se pone a criticar mi aspecto Mírate, por Dios, ¿eres un modelo o un freaky de la esquina? Eso me diría la muy... despiadada. Arpovechando que en esta ciudad hace frío la mayor parte del año, abastecí mi guardaropas de conjuntos de invierno elegantes. Me coloqué un cuello de tortuga rojo con un suéter negro con repeticiones de las letras NY simétricamente esparcidas, un pantalón holgado claro y mis tenis bastante deportivos. Me peiné lo mejor que quise y coloqué algo de labial protector en mis esponjosos labios, tomé mi cartera con dinero suficiente para el taxi de regreso y poco más y mis gafas. No sé para qué las uso, puesto que ya es de noche, pero eso siempre tiene estilo según Aisha. Por último tomé un abrigo rojo de cuadros de la marca Bishamon* y me salí corriendo del departamento. Antes de cerrarse la puerta, tuve que entrar para agarrar el regalo de Veros. Por suerte es automática la puerta porque de no ser así, mis llaves vivirían más olvidadas que mis plantas.
Bishamon* <
Con un retraso exponencial del taxi, llegué a la inmensa casa-mansión de Ash. Para mi buena suerte a medias, no hicieron mucho escándalo sobre mi trardía llegada. Digo a medias porque el chico que recientemente era mi sueño húmedo más anhelado y ascendió a pesadilla vívida diaria, estaba en la casa. Me dedicó una mirada seria que no duró ni cinco segundos y volvió a su interesante charla con Dan, hijo biológico de Ash.
-Veros, feliz cumpleaños cariño.- Dije dándole su regalo y abrazándolo mientras él repetía hasta el cansancio Gracias. Para él, estas celebraciones son más difíciles que para el resto de nosotros, su madre le envía un simple felicitaciones hijo en cada celebración. Otros podrían pensar que es algo sin sentido pero sabiendo que su familia no le habla, es mucho el significado detrás de esa frase.
Pasamos a la cena, una llena de charlas, bromas y risas como si fuese una familia normal. Pero mi mirada estaba en Khalan, a pesar de que fue quien hizo el asado de res, no probó bocado, solo aperitivos y vino. Aún así de antipático, para mí esta noche sigue siendo como el astro más importante del planeta, cuando muestra esa sonrisa de un holluelo en una de sus mejillas. Demonio disfrazado de ángel. Con una simple mirada, puede derretir el corazón más frío y el mío ya se volvió charco.
-Yuka, mañana sábado iremos a.... ¿quieres saber a dónde?- Aisha puso su mejor cara de incógnita, ya me acostumbré a sus gustos por los juegos de adivinanzas. Puede ser una niña cuando quiere. Ahora viene la parte donde comienzo a mencionar lugares desde los más raros hasta los aburridos y ante cada lugar, ella niega con la cabeza hasta que alguien adivine.
-¿Un bar? ¿un zoo? ¿comer pizza? ¿la playa? Uhmm....
-A casa del señor Khalan.- Claro que mi grito ¿Qué? pasó desapercibido para todos y siguieron hablando como si fuese invisible.
-Veros, le quitas la diversión a las cosas.- Aisha puso su mejor puchero y Sol no tardó en abrazarla para luego explicarme.
-El señor Khalan, como amigo de Ash y nos invitó a su casa. Al parecer tiene piscina y harán una parrillada. Genial ¿cierto?- No saben cuanto.
Moví mis manos en el aire algo aturdido. -Esperen chicos. Mañana tengo que ensayar mis líneas y dormir un poco. Miren mis ojeras... llegan al suelo.
-¿Estás seguro que lo aburrido no salió de ti Ashy?- Fulminé con la mirada a Khalan, es inmortal, se salva o sino ya estuviera acabado en mis manos.
-¿No tienes que ir a alguna de tus orgías de sangre o algo de chupacabras? Desearía poder desaparecerte del mapa.
-Inténtalo, me encantaría verte suplicar por tu vida.
-Bien ustedes dos. Cálmense.- Veros intervino en esta acalorada conversación de sables pero no abogó a mí favor. - Yuka, mañana irás en el auto del señor Khalan. Necesitan llevarse bien. Es más, será él quien te lleve hoy a casa.
-Imposible. Espera, puedo ir con ustedes.
-No, la camioneta de Ash ya está llena. Además eres el único que no tiene pareja, será incómodo para ti.
-Vaya, al final de todo eres inútil. Nadie querría a un bocazas como tú a su lado.- Siento que este complot tiene más de una mano metida en el ajo. De seguro le fueron anunciando a Ash sobre mi gusto por el vampiro.
-Espera Veros ¡tú tampoco tienes pareja! ¿por qué soy el excluido?- Dicho lo dicho, me niego a ir con él. No señor. Aunque lo odio tanto como me gusta, es sabido que no podemos subsistir en el mismo lugar y...
Y... aquí estoy yo, entrando a su auto en el asiento del copiloto. Veros, me las pagará, no puede jugar así conmigo. " Yuka, por mayoría de votos se hará". Y todos me dejaron a mi suerte con un chupasangre que me detesta. Maravilloso.
-Dime la dirección.- Dijo sacándome de mi victorioso esfuerzo de entretenerme con las moscas en la calle. Mi cara de eh lo hizo repetir la pregunta pero esta vez con menos ganas y paciencia. Le indiqué dónde dejarme.
-¿Puedo preguntarte algo?
-Ya lo haces. Solo te pido que no seas un mocoso insolente. Podría tirarte fuera antes de llegar.
Rodé mis ojos. Casi se me quitan las ganas de preguntar pero la curiosidad puede más. -¿Cómo se siente vivir tantos años siendo vampiro?
-¿Perdona?- Antes de que pudiera decir más, llegamos a mi edificio y casi me bota de su auto evitando responderme.
.....
-Wow, creí que vivirías en un castillo de piedra del siglo de Carlos III de España o algo así.- Dije cuando llegamos a una inmensa casa. Me quedé paralizado y boquiabierta ante tal belleza, y no me refería esta vez a Khalan.
-Ese sería el rey de los vampiros, yo no. Prefiero vivir de forma lo más humana posible.
-No puedo decir que no tiene gracia viniendo de ti pero es entendible.- Su casa era como de dos manzanas a la redonda y tres pisos. Había mucho brillo por los cristales de las lámparas y las mesas. Era lo opuesto a lo que imaginé de los vampiros. Había mucha variedad de tonos rojizos y toques de negro en los muebles de la sala. Nos llevó a la cocina para indicarnos dónde estaban los encargados de servir las bebidas y la comida. Luego pasamos al objetivo de nuestra visita, la azulada y cristalina piscina rodeada de tumbonas y sombrillas a juego. Además de la cantidad innumerable de diferentes botellas y copas en las mesas cercanas.
Entre copas repletas de licores y otras bebidas que nunca había probado y que terminé mezclando en mi dañado estómago, me adentré a la casa en busca de los baños. Abrí varias puertas con la espectativa de encontrar un aseo rápidamente antes de acabar volcando mi bilis en mi ropa pero ningún servicio a la vista. Abrí otra puerta de lo que parecía ser un baño y ¡bingo!, una habitación que era enorme ante mis sentidos, y estos se perdieron en el olor, un agradable olor que me consumió. Cuando volví en razón, estaba acostado sobre la cama más grande que haya visto nunca, me abracé a las suaves telas de las sábanas y me acurruqué como si fuese mi hogar. Ese dulce aroma familiar me llenó la nariz y mi cuerpo se relajó, caí adormilado. Casi caigo de la cama cuando vi una silueta de lo que se asemejaba a una persona sentada en un sillón a mi lado, sin embargo, mi nivel de alcohol estaba controlando mis sentidos.
Infantilmente sonreí a esa persona y me quedé en la misma posición. -Hola chupasangre.- Mi voz sonaba descarada y risueña.
-¿Por qué tomaste tanto? Podrías haberle hecho daño a tu organismo.
-Estás preocupado por mí- Reí bajo -Me gusta.- Él mantuvo su mirada en mí, era codiciosa y llena de deseo, en ese momento, mi cuerpo empezó a calentarse gravemente. Me deshice de mi camisa y la arrojé a sabe Dios dónde. Cuando bajé mis manos al botón de mis pantalones, él me detuvo con fuerza. Se subió sobre mí, colocó mis manos sobre mi cabeza aferrándose a mis muñecas.
-Necesito hacer algo contigo antes de que me vuelvas loco por completo. Es una lástima tu estado de embriaguez.- Traté de frotarme contra él pero mantuvo nuestros cuerpos distanciados, solo acercó su cara a la mí y me lamió una mejilla dando un gruñido bajo. -Te dejaré dormir esta vez demonio con patas.
-O podrías amarrarme con lo primero que encuentres y romperme en dos en esta misma cama.
-No, aún no es tiempo de ceder.- Respondió lanzando una sábana extendida cubriendo mi cuerpo.
.....
Restregando mis ojos y parpadeando seguido para acostumbrarlos a la poca claridad que se filtraba por las ventanas, me desperté enérgico, como si llevara más de un año dormido.
-Buenos días demonio. No preguntaré porque sé que dormiste bien en mi cama. Tu baba en la comisura de tus labios te delata.- Me limpié con mi antebrazo cayendo en la trampa de Khalan, quien por primera vez, reía abierta y cálidamente. Lo amo.
-¡Te odio! No puedes jugar esa broma, pensé que era cierto.- Miré su forma de sentarse, tiene estilo hasta cuando no hace nada.
-Tranquilo, las fotos que te saqué no serán reveladas a la prensa.
-No te atreverías.
-Pruébame.- Guradé silencio cuando mostró su desafío con una ceja enarcada y su modo de pretencioso de hablar. Sin empbargo, con gusto lo probaría, y si fuera en esta cama, su cama, mejor. -Báñate antes de bajar a desayunar. Tu familia espera por ti.
Se levantó de su asiento y salió de la habitación ¿Él comerá con nosotros? ¿Por qué no me hizo daño mientras dormía? Sé que los vampiros no tienen necesidad de dormir pero me hubiese encantado sustituir mi abrazo a las sedosas sábanas por su duro y atractivo cuerpo. No me sentiría más orgulloso que estar arropado por este hombre. Rayos, ya estoy mal si me estoy debatiendo el placer de dejarlo hacer de mí lo que quiera. Mi cabeza dolió cuando me levanté de la cama y noté que había perdido la noción del tiempo. Espero no haber hecho nada comprometido ayer.
Cunado bajé al comedor, intenté sentarme callado en un puesto apartado para mi en la extensa mesa pero no pude. - Yuka ¿dónde dormiste? ¡Te buscamos por toda la casa!
-Mi Sol, no grites tan temprano, mi cabeza te lo agradecerá.
-Responde a la pregunta de Sol. No te atrevas a evadirnos.- Mierda, no puedo decirles que estuve en la cama de Khalan, por donde lo miren, siempre pensarán mal. Y por mucho que me gustaría que fuera cierto, está más lejos de la verdad de lo que quisiera.
-Yo... Uhm....
-Durmió en mi habitación.- Bastardo atrevido. Me ha puesto en un aprieto. Las personas deberían saber cuando mentir por el bien de otros. Un sonoro ¿qué? retumbó de las bocas de mi sorprendida familia.
-No es lo que piensan. El alcohol me hizo recostarme en la primera cama que vi, eso es todo. No malinterpreten las cosas.
- Yuka, hijo, el cuarto del señor Khalan está casi del otro lado de la casa. No esperas que creamos ese disparate de excusa que inventaste ¿cierto?
-Pero es la verdad.- Genial, como lo pensé, ni siquiera Ash me cree.
-Jovencito,- Hay no, Ash, no lo digas, por favor. -Luego tendremos una larga y tendida conversación sobre esto.