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Chapter 7 - El mundo de las sirenas y el chico misterioso II

Por eso necesitaban mi ayuda, ya que al ser de tierra podría usar armas sagradas e ir a combatirlo ya que si lo hacía un tritón o sirena moriría por el oxígeno que despide el aire, por alguna razón a mi no me afectaba y era porque había conocido mundos donde el aire era contaminante hasta para los vampiros, era por eso que yo era la más indicada para salvar la princesa del Pacifico, me dieron una piedra transformadora de sirena, como esta piedra era guiada al poder del usuario imaginarán como era de sirena, Neptuno media casi igual que un megalodon y yo a su lado le llegaba hasta la cintura mi aleta era de color aguamarina con 3 franjas de color azul metálico, mi cabello cambio de color y se hizo más largo siendo un aguamarina oscuro y mis ojos se volvieron más oscuros, muchos asombrados y uno que otro incomodó porque decían que presumía de mi poder.

Logré hablar con Neptuno aunque no puedo negar que su aleta de tiburón negro con blanco hipnotizaba por que imponía poder, el mío transmitía calma a pesar de los colores. Todas las princesas aún estaban en edad infantil así que al verme a mi se sentían a gusto y como las calmaba podían dormir, me vi obligada a cambiar mi hora de dormir a unas pocas horas pero Neptuno se enojo y dijo que podrían duplicar la guardia para yo dormir mejor ya que era la única que podía hablar con la pequeña Lucy.

Me había logrado adaptar algo rápido a una cola de sirena, tal cual dijo Juna el mar me ayudaba con los sueños y eran cada ves más lúcidos y amanecía sin dolor de cabeza; Lucy era como un radar para mi y podía sentirla, el día del ataque vestí una armadura liviana pero no use las muñequeras ya que eso no sólo sería exponer mi pasado sino fallar a mi promesa, me llevaron con una sirena que sabía conjuros de protección, era hermosa ya que era como ver a un pez Koi, su piel era blanca casi como la nieve con pecas y su cabello era negro con franjas blancas y sus ojos eran grises.

Al ver mi cola me miro curiosa a lo que al ver el collar de la princesa dijo: increíble para ser humana tienes ese poder.

Ella era un poco mas alta que yo, busco un libro y llamo su ayudante un joven tritón de unos 14 años su piel era bronceada y su cabello azul marino con franjas rojas, el representaba un pez Beta, se llamaba Kent y siempre que se refería a la mujer que le calculaba sus 24 años le decía vieja, esta se enojaba y le daba un coscorrón.

Me explico que en superficie mi cuerpo cambiaba, que no me preocupara ya que sólo cambié piernas, cuerpo y cabello pero de resto era humana, así que decidí probar la armadura, Neptuno me dio impulso y salí a superficie, al sentir la armadura el aire empezó a brillar leves destellos y como había dicho la chica de nombre Coral volvieron mis piernas, el traje era como un vestido escotado en la espalda era de color crema, la punta de la falda se unía con el crema para ser blanca, tenía zapatos de tacón con alas a los costados, mi cabello se mantuvo igual y en mi espalda salieron unas alas doradas.

Asombrada por lo que veía decidí no distraerme y subir más alto para buscar a Lucy, no tarde mucho en encontrar a un demonio con un aura oscura que despedía olor a muerte, por eso era que los peces se mantenían en lo más profundo del mar. Al verme lógicamente se burló de ellos diciendo que necesitan la ayuda de un humano para resolver sus propios líos.

Podía usar magia sin límites así que me imagine poder usar fuego y atacarlo, lógicamente su poder era destruir todo lo que tocará, sabía que desvanecería el fuego y como todo era con magia lo cambie por partículas de hielo, el hacía cubos oscuros, hize que el aire fuera más fuerte aunque costó esquivar los cubos logré evitar que cayeran al agua, aunque Neptuno había pedido que hicieran un campo pero preferí prevenir que lamentar.

Estuvimos en ello una hora, logré brincar donde el y e invocar armas, aunque nunca las había usado unas hermosas dagas de ninja me ayudaron a pelear pero su fuerza era más que yo a pesar de que era un ser delgado, sus ojos de fuego brillaban con mucha intensidad y a veces tenía que pegarle sin verle a los ojos, me acordó mucho al anime de Naruto, pero pude volar y atacarle sólo que no conté que lastimaría mis alas, así que tuve que usar uno que otro truco de saltos.

Justo logré caer muy cerca de un cubo y tan concentrada estaba que no note que atrás mío se abría un portal mágico cuando oí un rayo cerca de mi perdí el equilibrio y caí al vacío, intente medio volar pero las alas me dolían y como me costó planear por algún raro impulso estire mi mano izquierda y en un parpadeo un chico elfo estaba sosteniendo mi mano a lo que mire que hacía el y mientras sonríe me abraza para no salir lastimada en la caída.

El poder de las alas se fueron y volví a ser sirena, subí a la superficie y busque el demonio pero sin éxito, lo había perdido, como odiaba perder me acerqué al chico y le reclame que era su culpa, Neptuno al llegar donde estaba no dijo nada ya que al ver mi cara de enojo prefirió no decir nada ante cualquier cosa, veo como Neptuno le hace una burbuja de aire y se acerca al elfo y le dice

Dios Neptuno: muchacho al fin te veo, me enteré que andas de explorador por los mundos Cedric.

Iba a preguntar pero estaba tan enojada que sabía que iba a decir un disparate así que preferí callarme, Marina la otra hija de Neptuno que cuidaba el índigo me abrazo y me dijo que no pasaba nada, la abrazo fuerte y me disculpo con ella, Marina era por 2 años mayor que Lucy, su cabello era castaño claro con reflejos rosa, su cola era lila con azul, Atlanta su otra hermana era de cabello rubio como el sol y su cola era como un pez payaso está tenía 9 años, decidí irme con ambas a descansar y tratar de hablar con Lucy.

Cedric fue llegar y alborotar a las sirenas jóvenes, no entendía por qué pero en parte sentía celos, Crystal que era ya en edad adolescente decía que era un chico guapo, claro decían que los humanos éramos feos aunque no todos, pero con los elfos era clase aparte, fui con Coral para que me enseñará algunas cosas, si debía pasar toda la noche reforzando las cosas lo haría ya que no iba a fallar el segundo encuentro, como pude mejore mis habilidades aunque aún le faltaba mucho pero podía usar el símbolo mágico de Coral que era un Ying y un Yang encerrado en un círculo con norte, sur, este y oeste con símbolos de runas.

Trate de alejarme de Cedric para no distraerme pero un día me pillo desprevenida mientras leía un libro con el símbolo rúnico del norte para entenderlo, era un libro de guía para la armadura y su manera de usarla, este al verme me comentó

Cedric: eres una sirena curiosa, ¿a qué pez representas?.

Sin quitar la vista del libro digo: no pertenezco a ningún pez ya que soy una humana joven elfo.

Este asombrado me dice: porque no me llamas por mi nombre ya que tienes ventaja joven humana.

Trate de no sonreír ya que sonó gracioso y le digo: dudo que tenga ventaja en eso.

El sólo sonríe y se sienta a mi lado a leer un libro, si le hubiera prestado atención hubiera notado que leía un libro de habilidad de armas, pero estaba tan centrada en Lucy que sólo de pensar como se sentía me acordaba a mi pasado.

Luego de varios días volví a soñar con Lucy pero lo que menos imaginaba era que mi cuerpo de manera inconsciente se había movido unos metros, cuando desperté no estaba en el Palacio sino en el bosque marino, creyendo que estaba sola me pregunté en voz alta

Yo: ¿Cómo llegue acá?, ¿Qué lugar es este?.

A lo que una voz de fantasma salió y dijo: no sabía que eras sonámbula Zafiro.

Pegue otro susto que me hizo enredarme con las algas y de nuevo Cedric tuvo que salvarme, incomoda por el susto le dije: acaso no puedes aparecer de manera normal.

Este sólo ríe a carcajadas y mientras se disculpa dice: si que te asustas fácilmente.

Sólo pude suspirar y responderme a mi misma las dudas, estaba en el bosque marino donde según Neptuno estaba prohibido entrar, mi duda aún sin resolver era porque llegue acá y que hacía el acá.

Le pedí que volviéramos al Palacio ya que podían estar preocupado por ambos, estaba tan centrada en Lucy que no note que Cedric había dicho mi nombre, luego del desayuno me reuní con Neptuno y le pedí un favor especial y que me dejara entrar por 1 hora al bosque prohibido, le expliqué el por que de tal petición y aunque le pareció raro accedió pero con la condición de que Cedric fuera conmigo, aunque sentí que desconfiaba de mi simplemente accedí ya que no quería perder más tiempo.

Cedric por alguna razón era rápido en el nado ya que logró seguir mi ritmo, en parte se lo agradecí ya que está misión era importante para mi, no porque fuera hija de un dios sino que era una niña, no me importaba si era sirena, humana, orco, ogro, ángel, vampiro, sino su edad ya que no quería que nadie pasará por lo que yo pase de pequeña.

Llegamos a una cueva donde habían objetos ocultos, decidí preguntarle a Cedric y me dice que son reliquias sagradas, sólo alguien de buen corazón puede tomarlos, entendía eso pero si me ayudaba a derrotar el demonio me arriesgaría a buscar uno de los tesoros, me acerqué a uno y junte mis manos como si pidiera un deseo, el jarrón de oro brillo con mucha intensidad y me encerró en un remolino con partículas de muchos colores, allí debía pasar una prueba de ser digna, al oir mis palabras una luz brillante reforzó mis muñequeras y las hizo brillar como si fueran el sol, mi cuerpo recuperó su estatura normal de humana y ahora mis aletas tenían unas franjas de oro, mi cuerpo brillaba un poco hasta que un tatuaje en mi espalda de color dorada se formó.

Cuando salí de allí mi cabello recuperó su tono natural y mientras el remolino se iba vi un Cedric asombrado y sólo pude sonreír feliz.

Cedric asombrado sólo ríe y ahora era más rápida que el, así que lo hale y salimos de allí rápido como entramos, Neptuno al verme se alegra al saber que volvimos bien y que había logrado obtener una reliquia, el tatuaje era símbolo de que era de corazón puro y no tenía malas intenciones, no sabía si se quedaría conmigo para siempre o sólo hasta que volviera a la normalidad, Cedric quiso ver mi tatuaje y curiosamente accedí, era una hermosa media luna y en la parte de abajo había unos cristales con pequeñas flores, era mediana y toda dorada; decidí descansar un rato y prepararme para el siguiente día, Cedric decidió ir a la biblioteca y seguir leyendo, logré dormir mejor y soñar con Lucy ya a salvo pero como la había salvado no sabía ya que otra vez eran fragmentos.