La barrera de instructores y alumnos avanzados fue rota.
Los alumnos que se encuentran con los aldeanos en los salones, están siendo atacados, los niños luchan con sus pinceles y espadas que encuentran en los salones, algunos de ellos con el uso de báculos... la fuerza de los maleantes es abrumadora, tan solo la fuerza física sobrepasa la de los niños.
Los aldeanos que han corrido han muerto por la espada o garras, así como hechizos de los malignos, los que luchaban, muchos de ellos desmembrados por bestias.
Entre el alboroto.
INKU es jalado por su maestro, herido de gravedad, con su ropa ensangrentada, lo jala por distintos cuartos, los monjes y aldeanos están siendo destrozados, INKU y su maestro están en un cuarto solos, el maestro le habla angustiado mientras lo guía hacia una mesa, pero INKU no logra escucharlo, el maestro levanta un cuadro debajo de la mesa, empuja al niño a que vaya dentro del hueco, y aunque el niño pone resistencia, el maestro lo mete en el hueco, en el cuál hay un desnivel, una rejilla se abre debajo de el y es arrojado dentro del drenaje.
Acto seguido, el maestro cubre el piso con la mesita que está a un lado, esto es lo último que el niño mira, todo se cubrió de oscuridad, escucha que, entran hombres al cuarto y cómo discuten son su maestro, el niño quiere gritar pero ningún sonido sale de su boca, solo... escucha cómo su maestro cae al piso.
INKU se queda tirado en el suelo del drenaje en silencio, en la oscuridad, su corazón late rápidamente, el horror y el miedo de lo que han vivido no le han permitido moverse, solo se limita a temblar de miedo y de frío, en el pasado paso varios días antes de que se hubiese movido.
Recuerda la imagen de cuando el maestro lo metió al hueco del drenaje, el trata de recordar sus palabras, se le repite la escena otra vez y entonces él logra escuchar.
Lo que el maestro le dijo aquella vez: hijo, debes vivir, de ti depende hacer la diferencia, crece y hazte fuerte, solo hasta entonces, lucharas cuando estés listo, mientras vivas, estaremos vivos también... creemos en ti, creo en ti INKU.
En el corazón de INKU hay un dolor, tantos sentimientos encontrados que ha cargado mucho tiempo con él.
El niño INKU comienza a llorar a todo pulmón, sin cuidar el sonido de su llanto, poco a poco su cuerpo se va transformando en el joven que es hoy en día... ahora debe dejar su pesar y honrar a todos aquellos que murieron, viviendo con dignidad y valor, sobre todo, perdonarse.
Él se culpaba por ser tan joven, por faltarle la fuerza en ese entonces, por el hecho de que todos murieran.
Vivó muchos años con la culpa de seguir viviendo.
INKU, al comprenderlo llora, pero con mucha tranquilidad, recordando a sus amigos y maestros en el templo ESCRIBANO.
INKU, empieza a sentir su cuerpo húmedo, siente que una luz lejana lo cega y avanza rápido hasta llegar a él.
Casi, al instante, despierta en el lago, ve a los demás recostados inconscientes, se alarma.
Se apresura a levantar a OKE que, está cerca y una voz le dice que no lo haga, no debe despertarla aún.
INKU voltea siguiendo el origen de la voz, ve a un hombre encapuchado sentado junto a una mesita en la orilla del lago, él le dice que ella debe librar su propia batalla. I
NKU, desconfía de aquél hombre, se levanta de prisa buscando sus armas, se sabe desarmado, el hombre le dice que están en la carreta...
INKU lo interroga, por qué están los demás en el lago, ¿qué les ha hecho?
El hombre con voz serena explica, ellos están bajo una prueba.
El enfrentar a AISU es más que solo ir a la batalla.
AISU y sus demonios, están listos para atacar de todas las maneras posibles... incluso el alma de los humanos... es por eso que esta prueba es para saber si los dejará continuar.
Esto deja más dudas que respuestas en INKU.
¿los dejará continuar?
¿Quién es ese hombre?
¿por qué él podría intervenir en su camino hacia NANEKI?
INKU le dice que despertará a todos, ellos no tienen tiempo para sus juegos.
El hombre le da a decidir su quiere despertarlos.
Ellos podrían perder la vida en el proceso, ya que el hechizo no termina hasta que haya una decisión... como con KEKI en el castillo.
INKU se sorprende, como es que él sabe sobre aquello.
¿les leyó la mente?
El hombre le dice que lo mejor es esperar a que cada uno decida por sí mismo.
No lo sabe, solo le queda la única opción de dejar que prosiga.
No hay prueba de que ellos estén en peligro.
INKU nota que el suelo debajo de el es firme, el hombre le dice que lo será mientras esté activo el hechizo.
INKU se pone de pie y con más calma, se sienta junto a OKE.
FIN DE CAPITULO 39