Dos semanas han pasado desde que fuimos a Soft Rock, al final no pude activar el modo defensivo de la otra vez, tal como había pensado debe ser una habilidad derivada de [La Maldición de Lucifer], quisiera saber cuales son los requisitos para activar esa habilidad, la ultima vez me salvo la vida, si logrará activarla cada ve que me encuentre en peligro, las peleas serían un poco más sencillas.
Pero tampoco puedo defender de eso, debo aprender a pelear por mi mismo, estuve revisando los diferentes modo de batallas que podía activar y noté que el [Modo de batalla cuerpo a cuerpo] estaba desactivado, lo que me pareció muy extraño ya que según el mensaje del sistema no podría desactivarlo nuevamente. Sabiendo esto, entrene como loco estas dos semanas, desafortunadamente solo logré subir un nivel, sin embargo logré aprender todos los hechizos que Melany me recomendó y mejorar el nivel de los que ya dominaba. También apareció una nueva pestaña en el menú, [Maestría], esta muestra mi habilidad con las diferentes armas de este mundo. Actualmente mi estado es el siguiente:
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Nombre: Ryan Rosberg
Edad: 17 años
Raza: Humano/Demonio
Clase: Paladín
Nivel: 6
Ataque: 13 (+12)
Defensa: 24 (+9)
Agilidad: 14 (+3)
Vitalidad: 20 (+1)
Inteligencia: 13
Reacción: 32
Regeneración: 5.3% x min.
Magia:
[Bola de fuego II]
[Muro de tierra IV]
[Escudo de Luz II]
[Curación I]
[Lanza de luz]
[Espina de tierra]
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Por lo visto, soy mejor con hechizos defensivos, [Muro de tierra] solo lo practique unas 7 veces para que subiera hasta el Nivel 4, a diferencia de [Curación] o [Espina de tierra] que me costaron mucho tiempo dominarlos.
En estos momentos nos encontrábamos de camino a Cuidad Centinela, la capital del Reino, cerca de esa ciudad se encuentra la Mazmorra Volcánica, una de las más exploradas en todo el Reino. Junto a mí están Melany, vestida con su usual túnica celeste, con la diferencia que esta vez llevaba un gorrito puntiagudo del mismo color. Y Sofía, quien nos acompañaba por la misma razón de siempre: No poder dejarla sola; ella vestía una llamativa camisa amarilla con el símbolo de infinito en negro, ya no cargaba la falda corta del primer día que nos vimos, sino que usaba un pantalón de cuero negro y unos tacones blancos, no entiendo la necesidad de usar tacones en un viaje largo, pero así son las mujeres.
Por otra parte, yo vestía todas las cosas que compré en Soft Rock, empuñando en la mano derecha la espada que regalo Sofía y en la izquierda el pequeño escudo redondo de hierro. Cada vez me parecía más a un personaje de videojuego, incluso me empezaba a emocionar cuando realizaba alguna misión de exterminación, las cuales eran cada vez más frecuente.
— ¿Cuantos nos falta? — Preguntó Sofía en modo de queja — Ya me estoy cansando de caminar.
Últimamente la personalidad de Sofía a cambiado ligeramente, aunque todavía es algo odiosa de vez en cuando, su trato con nosotros ha mejorado, de ahí su confianza para emitir una queja cada cuanto le fuera posible.
— Aún nos faltan como 2 horas de caminata, — Respondió Sofía con una expresión de molestia — no te quejes tanto y camina.
A pesar de su respuesta directa, Melany se había vuelto muy cercana a Sofía, llegando al punto de alquilar una habitación para ellas dos y dejándome a mi en completa soledad.
Sofía bajo los brazos resignándose a caminar lo que quedaba, de cierto modo tiene razón para quejarse, llevamos 5 horas caminando sin tomar un descanso, aunque si ella no se hubiese tardado comprando ropa nueva antes de salir.
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Llegamos a la entrada de la ciudad, de más estaba decir que todo en este lugar era exageradamente grande, desde hace muchos Kilómetros pudimos ver el enorme castillo de la realeza que era admirado por propios y extraño, los caminos de la ciudad estaban hecho de ladrillos, no parecía haber ninguna inclinación en este, la perfección con la que se habían construidos era solo igualados por la perfección de los caminos que algunas vez crearon los romanos para conectar su amplia territorio entre sí. Las casas estaban construidas en su mayoría de bloques y flisadas, los colores de estas no eran para nada variado, pero algunos bordes de las ventanas y puertas eran de oro.
Cegado con tan majestuosas obras de arquitectura antigua no me di cuenta cuando llegamos al punto de control que custodiaban cuatros soldados con ostentosas armaduras plateados que reflejaban los rayos ultravioletas, en lado izquierdo del pecho había un lobo rojo dibujado, símbolo, que según Melany, pertenece a la Familia Real.
Pasamos de largo el punto de control sin tomar en cuenta a los guardias, en eso fuimos llamados por uno de los guardias.
— ¡Ustedes tres, esperen! — El guardia se acerco a nosotros a un paso calmado, mostrando la excesiva confianza que tenía en si mismo — Muestrenme sus identificaciones.
— ¿Identificaciones? — Pregunté.
— Exacto, cualquier persona que no tenga identificación en mano es considerado un potencial peligro para el reino y sus habitantes, así que, por favor muestrenme sus identificaciones.
Un sudor frío comenzó a recorrer todo mi cuerpo, la amenaza del soldado no era en vano, sus manos estaban sobre su espada, listo para desenfundar. En estas dos semanas y media que llevó en este mundo nunca había escuchado sobre una identificación y no tenia ninguna forma de explicar mi peculiar llegada a este mundo. Sacando la espada de su funda, el soldado la apuntó hacia mi rostro antes de hablar con un tono más amenazador.
— Por la autoridad que se me ha conferido ustedes tres quedan arrestados.