- Niviro, maldito loco, ¿Cómo puedes ponerte bajo las ordenes de un crio que acabas de conocer?, solo porque tenga un estigma poderoso, no significa que sea un elegido ni mucho menos el propio Conrad - Rosefield no podía parar de maldecir al fanático Niviro, pero este solo lo miro con ojos ardientes.
- Estas ciego o es que tu fe es falsa Rosefield, de todos los miles de millones de estigmatizados del universo, donde ha aparecido uno con los poderes de nuestro dios, si su llegada no es un presagio de su voluntad, entonces podrías haberte dejado los ojos en tu Bastión -
- Déjalo Niviro, todos sabemos que tanto Heleolo y Rosefield no soportan los cambios, mas uno tan drástico, el chico podría volverse el núcleo de la Teocracia en un futuro y perder sus puestos los asusta, para Rosefield salir de su cómoda cama en la capital, seria el mayor de los sufrimientos - Darcaloun comenzó ha hablar con peso y rectitud, la cual se fue al garete con sus ultimas palabras, no pudo evitar reírse he insultar al Rosefield.
- Darcaloun, tanto tiempo en el exterior te han vuelto un maldito bárbaro incivilizado, ¿aun recuerdas como comer con cuchillo y tenedor? - Rosefield obviamente contraataco.
- Tu... Maldito cuchara de plata, ven si te atreves y participa en alguna guerra, seguro que maduraras de una vez... ¡Te lo aseguro! - Darcaloun comenzó a enfurecerse, sus ojos no apartaron la mirada del holograma de Rosefield.
- Señores, dejemos las disputas, lo primero es lo primero - Brunilda miro a Dariel a los ojos, este había perdido el interés en el melodrama y había vuelto a jugar con el cachorro de hidra, en este caso, había descubierto un punto entre sus cuello donde le hacia cosquillas al pequeño.
- Chico, ¿puedes demostrar tu poder? - Dariel la miro y dio un suspiro suave.
- Mi apariencia no es por adorno, es el resultado de no usar bien mi poder, así que solo podre daros algo en el proceso, no un ser acabado -
- Mientras demuestres que tienes la capacidad del propio Conrad, entonces, todo estará escrito en piedra - Niviro, hablo mas calmado, pero el brillo fanático no hacia nada mas que crecer.
Dariel asintió y comenzó a mirar a su alrededor.
Luego asintió.
- Viejo, necesito media tonelada de carne, quiero usar el mínimo de bestias - Los ojos de Dariel y Toriel se juntaron y el asintió.
Hizo un gesto a uno de los soldados y este salió corriendo.
Dariel siguió con la vista al soldado y se paro en Laura y Oswald.
- Doctor, Laura, este es mi poder - Aunque estas palabras para otros no significaban mucho, para el trio era un paso muy importante, al decirlo así Dariel, significaba que quería que ellos lo supieran, el iba a derribar una barrera gruesa que alejaba a la recién formada familia.
En diez minutos, el soldado con una armadura de tres metros, trajo una gran caja repleta de carne congelada.
- Bien, ahora será mejor que os alejéis - Dariel no se lo dijo a las personas, si no, a las propias bestias, todas comenzaron a alejarse un poco, pero no abandonaros el circulo alrededor de Dariel.
- Este es mi poder... La capacidad de dar verdadera vida y manipularla - Dicho esto, la masa blanca de vetas verdes salió disparada, la masa corrió por si misma y disolvió la carne junto a la caja al segundo de llegar, fue como si jamás existiera por un momento, pero todos la recordaban.
Todo el mundo quedo impresionado y Toriel estaba sudando ligeramente, el noto en la nave el peligro de esa masa gelatinosa, pero ahora podía ver su fuerza real, la caja de la carne, estaba hecha de una aleación muy dura, capaz de aguantar la mayoría de ácidos, pero en este caso, desapareció en la nada al segundo.
No pudo evitar penar que pasaría si eso tocase su carne, pero no tardo en verlo por si mismo.
Cuanto la masa dejo la carne, se dividió en varios.
Uno entro en la tierra y salió poco después, otro se lanzo a los cielos disolviendo varias aves y algunas abejas que pululaban, por ultimo, un lobo de color verdoso, una serpiente de color metálico y un topo con una armadura de quitina que lo envolvía.
Todos los animales fueron disueltos al instante sin ninguna resistencia, es mas, ningún animal se asusto debido a la perdida de algún miembro de su manada, todos parecían aceptar el destino, sin ningún signo de su instinto de autoconservación.
Fue extraño, tanto, que era milagroso.
Por ultimo, toda la masa se reunió en un punto y allí un huevo carnoso blanco con vetas verdes, se formo, este midiendo casi tres metros de alto y dos de grosor en su parte mas ancha.
El cuerpo de Dariel volvió a perder aun mas peso, estando en un esta extremadamente debilitado, haciéndole difícil incluso respirar.
Toriel fue inteligente y le pidió a Dariel que usase el cristal, este le hizo caso y solo entonces los animales se marcharon.
Al pasar así, Laura y Oswald corrieron a su lado, su estado estaba muy mal.
- Chico, si le pasa algo te ejecutare por hereje, ya puedes traer ayuda medica - Niviro estaba mirando a Dariel como una mama gallina mientras sus palabras fueron dirigidas a Toriel.
- Viejos, creo que nadie tiene muchas dudas, pero prefiero hablarlo cuando el pequeño Sanctus este en mejor condición - Brunilda dijo esto y desapareció, pero sus palabras ya estaban llevando la palabra Sanctus, ella igual que Niviro, ya había aceptado al joven como alguien de la Teocracia.
Con su desaparición, los demás, cada uno con sus propios pensamientos, fueron desapareciendo.
- Niño, lo has hecho bien al traernos al Sanctus, me encargare de darte una justa recompensa, pero no podre evitarte el castigo si le pasa algo - El ultimo en desaparecer de Darcaloun, no sin antes dar unas palabras a Toriel.
La reunión había terminado por el momento, pero un nuevo Sanctus había nacido para la Teocracia y los corazones de todos los soldados presentes.