Maxwell saltó hasta la última ventana agarrándose de su marco. Cuando pensó en volver a saltar para tocar el suelo sintió como una mano le agarraba su 'pequeño amiguito'.
Sus ojos se salieron de sus órbitas sorprendido y bajo la cabeza para ver una mujer en sus 30 agarrando su pene y mirarlo como a un espécimen.
"¡¡Oye!! ¿que estás haciendo con mi pequeño amiguito? ¡¡Suéltalo!!" Le exigió maxwell con los dientes apretados. El pene y los testículos eran la debilidad de todo hombre por lo que no pudo evitar apretar los dientes al sentir como la mujer agarraba con demasiada fuerza a su pequeño amiguito.
"¿Pequeño? ¿Hablas en serio? ¡Esta cosa es gigante!" La mujer hizo un movimiento de arriba hacia abajo lo que hizo que maxwell echará la cabeza hacia atras con los dientes apretados.
"Además..." La mujer miró su mano que ahora estaba llena de un líquido blanquecino viscoso. " Está muy sucio."
Maxwell bajo la cabeza para regañar a la mujer y exigirle que lo suelte, pero observó con ojos saltones como está sacaba su lengua y la pasaba por la cabeza de su verga con una expresión muy traviesa. "Parece que tú pequeño amiguito es muy travieso y ha estado ingresando en agujeros que no debe."
"¡¡Ohhhh siiiiii!! ¡¡sigue!! ¡¡sigue así!!" Maxwell gimío levemente y soltó unas palabras sin querer. Realmente no le gustaba ser dominado así pero cada vez que bajaba la cabeza y veía la expresión pervertida de la mujer al chupar su pene como un bombón no podía evitar desear más.
Con saliva y líquido pre-seminal corriendo por su boca Laura se apartó de la verga de maxwell, se dió media vuelta, alzó su falda y le mostró su blanco, firme y redondo trasero a maxwell que se movía de un lado al otro con un un movimiento muy sensual.
"Aquí hay un agujero que tú pequeño amiguito puede penetrar sin ninguna preocupación."
Maxwell trago saliva al ver el erótico trasero de la mujer. Sus bragas estaban mojadas y chorreaban líquidos por las piernas de la mujer.
Maxwell realmente, en serio realmente... quería comerse ese hermoso y con forma de corazón trasero. Quería romper ese culo con todo lo que tenía y abofetearlo hasta que entendiera quien manda, pero ya se le estaba haciendo muy tarde para ir al bar de sigrit.
Aguantando con todas las fuerzas que pudo maxwell le dió un mordisco a una de las nalgas de la mujer y salió corriendo.
"¡¡Oye!! ¿Porque fue eso?" Laura se agarró la nalga adolorida y le pregunto en la distancia.
"¡Lo siento pero voy tarde al trabajo. En otra ocasión será!" Maxwell se colocó el pantalón y la saludo. "El mordisco fue para marcarte, ese culo ahora me pertenece pero tendré que romperlo en otra ocasión. No te preocupes sé dónde vives."
Una vez que la figura de maxwell desapareció en la oscuridad, Laura se tiró a la cama mordiéndose los labios. Abrió las piernas y comenzó a masturbarse con dos de sus dedos.
"¡Ohh por dios! ¡Eso fue tan excitante! Es como los cuentos que me contaba mi mamá de aventuras en la oscuridad de la noche." Al recordar el pene de maxwell y sus palabras, Laura no pudo evitar emocionarse y aumento la velocidad de sus dedos.
"¡¡Ahhhhhh!! ¡aquí estaré esperando a que me rompas el culo! ¡¡ahhhhhhhhh!!"
...
Después de correr por tres cuadras maxwell paro a tomar un respiro aliviado. Pensó que si solo se quedaba un segundo más en esa ventana, inevitablemente caería en la tentación.
Gracias a que tenía su velocidad del relámpago pudo llegar con relativa facilidad a la hora acordada en el bar de sigrit.
Al parecer rondaba el rumor de que un chico muy guapo servía las mesas en el bar de sigrit. Maxwell tuvo que servir muchas cervezas a señoras que después de unos cuantos tragos actuaron un poco fuera de lugar.
Situaciones como el giño de un ojo, silbidos y besos al aire eran muy comunes. Maxwell incluso llegó a ser manoseada por una señora que fácilmente podía pasar como su abuela.
Ciertamente había muchas mujeres a las que maxwell le había echado un ojo, pero la mayoría no eran muy agradable para sus ojos.
Sigrit estaba muy feliz al ver cómo las ventas se habían multiplicado repentinamente con la llegada de maxwell. No era tonta como para no saber la razón de esto, por esto le propuse a Maxwell hospedaje y comida, siempre y cuando trabajara para ella todas las noches.
Maxwell acepto su proposición de inmediato, ni siquiera lo dudo un segundo.
Cuando maxwell pensó que la noche iba a terminar muy tranquilamente y sin un incidente... Apareció una variable.
"¡¡El chico con el pene gigante!!"
Un grito desde la entrada alertó no solo a maxwell, si no también a todas las clientas e incluso sigrit que miraba a maxwell y la mujer en la entrada.
Maxwell se sorprendió mucho cuando vio a la mujer que hasta hace solo unas pocas horas le había agarrado su pequeño amiguito para en la puerta señalandolo con el dedo y una expresión muy sorprendida en el rostro.
"¡La pervertida!" Le respondió maxwell.
La mujer que había entrado con una chica de unos 16 años fue arrastrada muy rápidamente por está que miraba a todos lados avergonzada.
"¡¿Que estás haciendo tía?!" Se escuchó desde la puerta.
Cuántas ambas mujeres partieron las mujeres en el interior comenzaron a chismear muy emocionadas mientras lo veían con una expresión voraz y sonrisas de complicidad. Pero en especial miraban si entrepierna mientras se lamian los labios.
Normalmente maxwell recibiría esas miradas con gusto, pero viniendo de mujeres gordas, viejas y arrugadas era un tema aparte.
Mientras todas las mujeres charlaban entre risas, sigrit apartó a maxwell y lo miró con una expresión complicada.
"¿Que paso allí?" Preguntó.
Muchos pensamientos pasaron por la cabeza de maxwell para en solo un segundo adquirir una expresión avergonzada.
"Esa señora me vio mientras estaba orinando."
Sigrit se sorprendió un poco, pensó en varios escenarios en su cabeza tal y como lo estaban haciendo las clientas ahora mismo.
"Pero ¿porque la llamaste pervertida?" Preguntó sigrit de vuelta.
Maxwell bajo la cabeza avergonzado, parecía muy apenado de lo que iba a decir pero continúo. "Ella se alzó la falda y me mostró su culo. Dijo que lo metiera dónde quisiera. "
Sigrit se sorprendió nuevamente pero también se emocionó un poco. Aparte de su trabajo sigrit no tenía ninguna forma de entrenamiento por lo que cuando un drama tan intrigante se aparecía en frente suyo, inevitablemente quería saber más.
"¿Y que hiciste?" Preguntó lentamente tratando de no mostrar su emoción.
Maxwell se mostró muy confundido y avergonzado. "No entendía porque quería que metiera mi pene allí, así que..."
Maxwell se mostró muy duditativo e indeciso.
"¿Y...?" Insistió sigrit.
Maxwell bajo la cabeza con la cara roja. "Le mordí la nalga y salí corriendo."
Sigrit se quedó en silencio por unos breves segundos antes de estallar en una risa entridente que podía ser oída por todos en el bar.
"Jajajajajajajajajaja... No puedo, realmente no puedo con la risa." Sigrit se tomó el estómago mientras lágrimas salían de sus ojos de tanto reírse. "¿Porque hiciste eso?"
"¡¡No sabía que hacer!! ¡Estaba muy nervioso!" Protestó maxwell con una expresión agraviada.
Las escusas de maxwell solo hicieron que sigrit riera con más fuerza.
"Jajajaja me imagino la expresión de esa chica al sentir el mordisco jajajaja." Sigrit sacudió la cabeza intrigada. "Otra cosa que no entiendo es que no entendiste lo que quería decir ella realmente. ¿Que edad tienes!"
"12 años." Respondió maxwell simplemente.
"¿En serio?" Preguntó sigrit está vez más seria.
"Si."
"¿Y tus padre no te enseñaron lo que pasa entre un hombre y una mujer?"
Maxwell inclinó la cabeza hacia un lado luciendo muy confundido.
"Mis padre murieron cuando yo tenía 8." Maxwell sacudió la cabeza. " Nunca me mencionaron nada."
Con una mano en su barbilla sigrit se dedicó a mirarlo fijamente pero en especial se concentró en su entrepierna con una mirada pensativa.
Maxwell casi deja salir una sonrisa burlona al ver que su actuación había Sido tan buena que no despertó ninguna sospecha de sigrit.
El resto de la noche paso sin ninguna otra emoción y maxwell entró en lo que de ahora en adelante será su cuarto. Era muy simple comparado con sus anteriores hospedajes con una simple cama, una silla y mesa donde estaba una vela encendida.
Por alguna razón sintió una sensación de incongruencia en la habitación, recorriendo su mirada por la habitación miró una esquina sombreada por la oscuridad.
"Sal de allí, no engañas a nadie." Gritó sin esperar realmente nada. Pero desde las sombras apareció la silueta de una persona... Filip.
"¿Cómo supiste que estaba aquí?"
Maxwell solo sonrió en respuesta.
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Faltan 15