Pasaron dos largas semanas sin novedades.
Abby estaba ansiosa. Cada día controlaba el contestador telefónico para ver si había alguna llamada perdida. Hasta evitaba salir de la casa por las mañanas para poder atender todas las llamadas.
Cada vez que sonaba el teléfono su pulso se aceleraba de una manera que no lo podía controlar.
Los resultados de sus exámenes cuatrimestrales fueron mejores de lo que esperaba. El mes de noviembre estaba por terminar.
Los días de calor se instalaron en el aire. Y la cercanía de las vacaciones daba a todos el último impulso para terminar de cursar las materias que faltaban.
Nico pudo regularizar todas sus materias y rendir varios finales, había terminado segundo año de Ingeniería . Tenía uno de los promedios más altos de la UTN, por lo cual le habían otorgado una beca estudiantil para un curso de computación en el verano.
Paula y Tiziana terminaron su cuarto y sexto año de secundario sin llevarse ninguna materia y con entusiasmo planeaban su verano en la costa, como todos los años.
El amplio departamento de los Abuelos en Villa Gessell era el destino preferido de toda la familia. Pasar un mes en la playa era lo mejor de las vacaciones, por lo cual todos esperaban con ansias la llegada del mes de enero.
Fue un viernes por la tarde, mientras Claudia cortaba el pasto, Néstor lavaba la camioneta y las chicas ayudaban en el jardín que un sonido suave del teléfono los dejó a todos paralizados. Abby dio un salto, sacudió sus manos llenas de tierra y corrió a atender.
Todos quedaron como petrificados esperando alguna respuesta.
Abby se asomó a la ventana sosteniendo en sus manos el aparato.
Nadie podía escuchar lo que hablaban. Pero tenían los ojos fijos en ella. Luego de unos minutos, colgó y volvió al patio.
— ¿Y?? — preguntaron casi a coro
Abby hizo un silencio de suspenso y luego dio un fuerte grito: — Gané! Gané! Me voy a Madrid!
Al unísono se escuchó un alarido. Hasta algunos vecinos se asomaron por las ventanas para ver que ocurría con tanto alboroto.
Era verdad! Había ganado el concurso.
— Nos encantó su forma de escribir desde un principio— le dijo la rectora por teléfono— pero debíamos asegurarnos que las palabras fueran propias y naturales. Incluiremos los dos últimos poemas "Confusión y Triste Corazón" en el libro de poesía juvenil. Fueron muy buenos, a pesar del poco tiempo que le dimos para realizarlos. Nunca una alumna de segundo año había ganado este concurso, pero siempre hay una primera vez. La esperamos mañana en la oficina de la rectoría con sus padres para explicarle todo sobre la Beca de estudio. Mis felicitaciones señorita Torres.
La familia abrazada en el jardín festejando sería el mejor retrato de aquel día. Un día que jamás podría olvidar.
Gracias al consejo de Nico, el pasaporte y la visa estaban en trámite.
Aquella noche fue de festejo y alegría. Claudia invitó a Nico y Thiago, a Luli y Sandra, también los abuelos. Todos estaban contentos de aquel gran logro, ya que no solo era el viaje, Abi había salido seleccionada la mejor escritora juvenil de Córdoba.
Risas y charlas reinaban en el ambiente. Todos estaban felices. Abby se dirigió a la cocina a buscar unas gaseosas y Nico se acercó para hablar con ella.
— ¿Tienes un minuto?
— Si, ¿Qué pasa?— preguntó intrigada.
— ¿Me acompañas?— dijo señalando hacía el patio
Ella lo miró con desconfianza mientras se dirigían caminando por aquella puerta ventana hacia afuera.
— ¿Por qué estas tan misterioso?
— Quiero darte algo…
— ¿Qué es?
— No seas ansiosa! Está por aquí… — comentó dirigiéndose hacia un costado— Cierra los ojos!
Abby se detuvo y cerró sus ojos mientras escuchaba un ruido extraño.
— Este viaje será algo maravilloso, tendrás la oportunidad de conocer nuevos lugares, nuevas personas, convivir en una cultura diferente, pero quiero que a donde vayas, no te olvides que has dejado en Córdoba un amigo que te estará esperando y pensando siempre en ti cada momento... Ya puedes ver.
Abby que estaba emocionada por aquellas palabras de su mejor amigo, abrió los ojos y se quedó pasmada ante aquel bello regalo.
Era una enorme valija roja. Tenía muchos bolsillos y unas rueditas para poder trasportarla con facilidad.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y de un salto se colgó a los hombros de Nico en un fuerte abrazo.
— Cada vez que la mires quiero que te acuerdes de mi— le dijo al oído mientras él también le abrazaba.
— Nunca me olvidaría de vos!, no importa al lugar del mundo al que vaya, siempre estarás presente, siempre serás mi mejor amigo.
— Uh! ¿Entonces la valija no era necesaria? Me hubiera ahorrado mucho dinero!— comentó riendo
— Voy a extrañarte!...
— Bueno todavía faltan como cinco meses para que te vayas!
— Gracias Nico! Siempre tan atento a los detalles.
— Bueno, volvamos adentro o tendré problemas! …— dijo refiriéndose a Thiago.
Abby le dio un beso en la mejilla y tomó su gran maleta roja y salió caminando.
— Te queda muy bien! Pareces toda una turista!
Los dos rieron.
…
Los padres de Abby estaban orgullosos de los logros de su hija, pero sentían un poco de temor en dejarla viajar a España sola.
Claudia se contactó rápidamente con un primo que vivía en Ávila a unos 100 kilómetros de Madrid para ver si ella podía ir allí los fines de semana cuando no tuviera que cursar y congregarse en una iglesia, así no estar tan sola y desprotegida.
Al viajar iría directo a casa de sus tíos y luego de unas semanas se instalaría en el Campus en Madrid.
Los tíos se mostraron felices de recibirla en su casa, y Claudia estaría mucho más tranquila de saber que Abby estaría con alguien conocido.
Había bastante que preparar antes de la partida, que sería en mayo, los papeles de pasaporte y visa demoraban unos meses y había que coordinar los vuelos y trasbordos.
Las clases comenzaban en Julio, pero estaría allí una semana antes para cumplimentar con todos los papeles y requisitos.
…