Mayo llegó casi sin darse cuenta. Los primeros días de frío se hicieron presentes antes de la partida.
Abundaron las fiestas de despedida, cartas, regalos y últimas salidas con amigas.
La más dura, fue la charla de despedida con Thiago.
…
— Me dijo Nico que querías hablarme— dijo Thiago mientras se acercaba a Abby— ¿pasa algo?
— En una semana me voy de viaje y quería que habláramos…
— El año pasará rápidamente! Cuando menos imaginemos estarás de vuelta…
— Si, lo sé, pero quiero liberarte…
— ¿Cómo?
— Nos dimos un tiempo para orar, conocernos y saber si somos el uno para él otro, pero no quiero que sigas esperando por algo que quizás nunca va a pasar…
— No digas eso… yo te quiero
— ¿Y si conozco al hombre de mi vida en España?...— dijo Abby encogiéndose de hombros.
— Pensé que yo era el hombre de tu vida…— respondió el con gran tristeza.
— Thiago…
— No me estás liberando… te estás liberando a vos misma…
— Creo que en el fondo siempre supimos que esto nunca iba a funcionar…
— Yo aun creo que puede funcionar…
— Lo siento… de verdad… espero que puedas encontrar a una chica que realmente merezca todo tu amor…
— No habrá otra chica…
Thiago se alejó sin decir más palabras. Estaba destrozado.
Abby no volvió a verlo en toda la semana.
…
Ya estaba todo arreglado para la partida al día siguiente. Los pasajes, la valija, el pasaporte, la visa, el documento, dinero extra para gastos, los papeles de la universidad, tarjetas con teléfonos de contacto y direcciones…
Claudia le había repetido mil indicaciones y recomendaciones cientos de veces, cada tema de conversación rondaba en el viaje, las escalas, los aeropuertos, el cambio de la moneda.
Los meses anteriores habían servido de preparación para la gran despedida que sería unas horas más tarde.
Abby estaba acostada pero no podía dormir.
Miró la hora en su celular: eran las dos y media.
Debía estar en el aeropuerto a las nueve de la mañana y el vuelo a Buenos Aires salía a las once.
Se sobresaltó al recibir un mensaje a esa hora de la noche.
Era Nico.
— Prendé tu compu… te espero por skype…
Se levantó de la cama y prendió su notebook.
Minutos más tarde el rostro de Nico se mostraba en el monitor.
— Sabía que estarías despierta!
— No tengo sueño… no podía dormir…
— Ya que desde ahora será nuestra nueva forma de comunicarnos quería despedirme por aquí.
— Buena idea!
— Eres tan ansiosa que permanecerás desvelada hasta el amanecer! ¿Verdad?... Tu vuelo debería haber sido a las dos de la madrugada!
— No puedo creer que mañana a esta misma hora estaré a miles de kilómetros de distancia… en un continente diferente… me parece una locura.
— ¿Te mantendrás en contacto?
— Por supuesto, para eso llevo mi tablet… deberíamos fijar un horario para hablarnos y todos los días estar en contacto.
— ¿Cuántas horas hay de diferencia?
— Allá hay cinco horas más que acá! Tendremos que organizarnos después que sepa mis horarios de clase.
— Lamento no poder ir a despedirte mañana al aeropuerto, pero tengo clases y estoy jugado con las faltas. Este año están muy exigentes y no quiero perder mi regularidad.
— No hay problema!, ya nos despedimos como veinte veces!!... ¿Tú mamá como está?
— No muy bien, los análisis no estaban muy bien así que el médico aconsejó repetirlos, la semana que viene vamos a saber los resultados.
— ¿Y… Thiago? ¿Cómo está?
— Igual… no me habla, casi no sale de su dormitorio… ya se le pasará…
— Tenías razón… nunca debí darle falsas esperanzas… Creí que lo que sentía por él era más fuerte… ¿Cómo supiste que no lo quería?
— Es que nunca hablaste de él, cuando estás enamorada, tengo que escucharte hablar de ese chico durante horas, como en primer año cuando te enamoraste de Joel ¿Te acordás?... o en tercer año cuando estabas enamorada de ese chico de quinto… ¿Cómo se llamaba?
— Santiago…
— Cierto! Recuerdo que había en tus ojos un brillo especial, no sé cómo explicarlo, pero tienes una mirada diferente cuando estás frente al chico que quieres.
— Pero creía que Thiago me gustaba… es lindo…
— Abby, ya no tienes doce años, creo que quizás ahora buscas en un chico otras cosas más allá de que sea lindo!
— Es cierto, Thiago es muy celoso y absorbente. Quiere que sea como su posesión y yo no quiero alguien así a mi lado.
— Si, lo sé, pero también necesitas alguien que te cuide y haga sentir segura aun en tu "autosuficiencia" e independencia… eres complicada…
— Ja, ja, es cierto! Vaya que si me conoces…
— Bueno amiga, te deseo lo mejor para este viaje, cuídate en Madrid. Recuerda que los muchachos europeos son bastante liberales y con mucha experiencia con las chicas, no te dejes seducir por ellos…
— En otras palabras… ¿quieres decir que soy un poco ingenua?
— Un poco… no! Muy ingenua!
— Gracias amigo! Vaya que si eres directo.
— En serio Abby, ten cuidado… Bueno espero que puedas dormir un poco.
— Gracias! Te avisaré apenas llegue a casa de mis tíos en Ávila…
— Aprovecha cada día que estés allí. Saca muchas fotos para que pueda conocer aquellos bellos lugares.
— Está bien. Te voy a extrañar! Te quiero mucho Nico
— Y yo a vos! Nos vemos.
…
— Pasajeros del vuelo 512 por favor presentarte en la puerta de abordaje— se escuchó por el alto parlante.
Claudia y Néstor abrazaron a su hija y lloraron.
— Mamá, volveré en un año!, no seas tan dramática!
— Lo sé, es que nunca te has ido tan lejos.
— Por favor hija, mantente en contacto— le recomendó su papá— queremos saber que estás bien y todo lo que vas haciendo.
— Lo haré, papá.
— Déjame orar por ti ahora mismo— dijo su papá mientras la abrazaba y toda la familia se reunía a su alrededor— Señor, ponemos la vida de Abby en tus manos, tú le has permitido tener esta oportunidad con un propósito y te rogamos para que la guardes, la guíes en cada paso y la protejas de todo mal. Amén.
—Amen— dijeron todos a coro.
Luego las hermanas se abrazaron y despidieron.
— Tienes que traernos regalos— dijo Paula
— Unos perfumes de Paris!— gritó Tiziana emocionada
— Voy a extrañarlas, no tendré con quien pelear durante un año!
Todas rieron y se abrazaron y besaron.
La presencia de alguien más hizo que todos desviaran su mirada y guardaran silencio.
A unos metros de distancia estaba Thiago, con una bella rosa roja en la mano.
Sus padres y hermanas se miraron y le hicieron señas a Abby, que todavía no se había percatado de lo que sucedía.
Thiago se acercó lentamente y la saludó con un beso.
— No quería que te fueras sin despedirme.
— No tenías que molestarte en venir.
— Sé que he sido un tonto todo este tiempo con mis celos y escenas, y lo siento, solo quiero que sepas que yo te amo, nunca me había enamorado de alguien y quizás por eso reaccioné así, solo quiero que sepas que aunque con tus palabras me has liberado de esta "relación que nunca fue" mi corazón sigue prendido a ti. No puedo sacarte de mi mente y mi corazón.
— Thiago… yo…
— Lo entiendo… y no te pido nada. Quizás sea verdad, y encuentres el amor cruzando el océano… pero sino… Solo quiero que sepas que te estaré esperando. Siempre te esperaré— dijo entregándole aquella flor— Te amo Abby.
— Última llamada para los pasajeros del vuelo 512, por favor presentarse en sala de abordaje— volvió a escucharse por el alto parlante.
— Tengo que irme— dijo ella
— Que tengas buen viaje.
Abby tomó aquella rosa, saludó a Thiago con un beso y se dirigió a la puerta de abordaje.
Volteó para ver a su familia que la saludaba. Y allí estaba él, tan guapo, mirándola fijamente con una triste y dulce mirada que le causó aun más confusión. El corazón le dio un fuerte latido, el estómago se sintió como vacío y estrujado… ¿Qué le pasaba?
Caminó unos pasos más y un largo pasillo la condujo hasta dentro del avión.
La azafata la ubicó en su asiento al lado de la ventanilla.
Colocó su cartera en la gaveta sobre su cabeza y tomó aquella hermosa rosa cerca de su rostro. Una pequeña tarjeta colgaba a un costado. Una inscripción a mano decía: —Por favor, no me olvides. Aquí estaré cuando regreses. Te amo. Thiago.