Su presentación es tan falsa como el mismo.
- Me han ahorrado el trabajo- exclama mientras se acomoda la capucha -creo que la maga debe morir, solo me dijeron que me lleve a las dos hechiceras.
Creo mi gladius.
Isabel se prepara para crear hechicería de tierra defensiva.
Juliana utiliza magia de refuerzo sobre sí misma.
- ¿Eres estudiante de la academia cierto?
- Quien sabe- contesta perezosamente. El desconocido levanta sus brazos mientras sube los hombros, ¿en verdad creen que pueden enfrentarme?
- Pero antes tengo otra pregunta- señalo.
- ¿Cuál?
- Puede que replicaras a la perfección a mis amigas, pero olvidaste detalles sobre ellas. Su comportamiento era extremadamente errático- uso mis gladius y atravieso las ilusiones de mis amigas, de repente todo se derrumba, el escenario cambia a un antiguo estadio vacío.
- Muy perspicaz hechicera- felicita el enemigo y se coloca en pose de combate- creí que seria mas sencillo.
Me preparo para combatir contra el desconocido, pero algo me molesta y es luchar con el uniforme de faldita, odio eso, pero no tengo opción y gracias al cielo siempre uso pantalonetas debajo de mi falda, ¿Quién sería tan estúpido de luchar con una falda y que se le vean las bragas?
- ¿Quién será el primero en atacar? ¿será el o yo?
- Lucharemos como los antiguos- exclama el sujeto y de repente el estadio vacío se llena de gente que grita y clama por sangre.
Felicito al desconocido por crear tal cosa.
- ¿Acaso no tienes miedo? Me pregunta al ver mi reacción.
- Solo un estúpido diría que no tiene miedo, pero mis padres me enseñaron que esa no es razón para rendirme.
Me lanzo contra el enmascarado, pero este esquiva mi ataque con facilidad e intenta devolverlo, pero lo bloqueo con mi espada corta e intento darle una patada, el enmascarado da un salto hacia atrás y lanza una de sus dagas contra mi pecho.
Saco otra de mis gladius y la desvió, mientras creo espadas de luz y se las lanzo.
- Fantástico hechicera- aplaude el sujeto mientras salta hasta llegar al palco principal, donde lo esperan un trono, en el cual se sienta mientras dos mujeres le sirven vino, debido a la distancia me es imposible verle el rostro.
No seré tu primer enemigo hechicera- comenta mientras come, luego se levanta y grita a todo pulmón "DAMAS Y CABALLEROS CON USTEDES MACKENSIE UNA DE LAS DOS HECHICERAS IMPERIALES" las personas creadas por la ilusión gritan y aplauden con emoción, el sujeto sigue su discurso "NUESTRA HECHICERA FAVORITA SE ENFRENTARÁ A LOS TERRORES DEL PASADO"
Varias puertas de metal se abren por todo el coliseo, se escuchan gruñidos y alaridos de grandes criaturas. El suelo empieza a temblar cuando los monstruos se empujan para salir.
En total eran 6, 2 eran quimeras, otro era una salamandra un lagarto gigante que escupe fuego, y los otros 3 eran grifos esas extrañas aves con cuerpo de león y cabeza de águila.
Para su mala suerte antes de que puedan realizar algún movimiento los 3 grifos son atravesados por mis espadas de luz, uno de esos monstruos estalla, el otro queda pegado a una pared del coliseo y el ultimo queda tirado en la entrada de la puerta, mis espadas le habían abierto el cráneo y sus sesos se estaban saliendo.
Eliminar a los que pueden volar es la mayor prioridad.
Las otras bestias ni se inmutan y deciden atacarme.
Cambio una de mis gladius por un pilum y la lanzo con todas mis fuerzas contra la quimera, no quiero que se repita lo que paso la última vez.
El pilum va a tal velocidad que golpea directo la cabeza de león, haciendo que chillen de dolor su cabeza de carnero y serpiente.
(La hechicera es muy hábil) se dice a si mismo el desconocido mientras observa como Maki acaba con sus monstruos creados por la ilusión, ciertamente no son tan fuertes como los reales, pero la joven hechicera los mata antes de que se acerquen a ella.
La salamandra no se mueve de su lugar, ya que se prepara para disparar una ráfaga de fuego, su cola empieza a resplandecer y ese resplandor se va expandiendo por todo su cuerpo hasta llegar a su boca donde se acumula todo el calor y dispara una gran bola de fuego.
Mientras la quimera chilla de dolor hago desaparecer mis armas y hago una cruz con mis brazos, luego abro mis palmas y me preparo para disparar mi ráfaga de luz. Pequeñas partículas se van formando hasta salir disparadas a gran velocidad de mis palmas.
Las ráfagas de luz cortan a la mitad a la quimera como si fuera mantequilla, mientras causan destrucción por todo el coliseo.
La bola de fuego también es destruida y la salamandra es despedazada.
- ¡Se está riendo! acaso ¿lo está disfrutando? Exclama el sujeto. -Un humano normal no debería tener ese tipo de reacciones, esa niña es algo más que una hechicera
Maki se había dejado llevar por sus emociones, característica de su herencia de bruja, la sonrisa que mostraba al matar a los monstruos y destruir el coliseo junto a las ilusiones de los espectadores quienes gritaban e intentaban huir de las ráfagas de luz que salían de las palmas de la joven bruja y hechicera, quien les había apuntado intencionalmente.
Los espectadores eran desintegrados o cortados por la mitad, literalmente Maki estaba haciendo una masacre mientras lo disfrutaba.
Mis manos tiemblan, pero no puedo detenerme. Me es imposible detenerme siento placer al ver a todos esos bastardos creados por una ilusión llorar, gritar, gemir y sufrir tal como lo hace un humano real, asesinar monstruos no se compara a esto, apuntar a las gradas fue lo mejor. Pero debo detenerme, debo dejar de sonreír al hacerlo. He dejado salir lo peor de mi herencia de bruja, si sigo así me pareceré a ella. Con cada año que pasa siento que me parezco más y más a ella. Pero el placer, el gozo al ver la destrucción es inmensurable, ver como los cuerpos estallan, la sangre que mancha las gradas, los órganos y partes que vuelan al ser impactados por mi hechizo, uso la luz para matar. Si mis hermanas estuvieran conmigo también lo disfrutarían, pero papá no lo haría… ¿quizá diría que estoy mal?
Solo ese pequeño instante hace que me detenga, las pupilas de mis ojos vuelven a su tamaño normal y su malvada sonrisa desaparece.
No le he mostrado a papá mi verdadero ser (al actual claro) llevamos casi un año viviendo los cuatro y él no ha demostrado ni una pisca de ser un hechicero, solo es un padre cualquiera que da todo de si por tres niñas, simplemente nos dedicamos a vivir como una familia común y corriente, aunque él está al tanto de lo que podemos hacer nos trata como niñas normales, aun sin tener su hechicería se preocupa por nosotras, lo que comemos, nuestras notas en el estudio, si dormimos bien. Todas las mañanas nos despierta con su hermosa sonrisa, no puedo evitar ver sus ojos dorados y preguntarme ¿Por qué su mirada es tan triste? Nunca he visto odio en sus ojos, muchas veces demuestran alegría y otras veces son tristes ¿hice mal en no dejar que la semihumana se le acercara? Parece una buena mujer.
Cierro las palmas de mis manos, las ráfagas de luz se cortan en seco y se dispersan en pequeñas partículas, aunque mis manos estén cerradas el hechizo pareciera no poder contenerse ya que salen por mis dedos.
Papá nos lo dijo, el solo ha amado a mamá, -ninguna mujer pudo llegar a mi corazón como mi amada esposa, no ha existido o existirá una mujer a la que ame más que a Alexandra, el ángel me dio otra oportunidad y hare todo lo que pueda para cumplir su pedido.
- ¿Por qué papá llama a mamá ángel? ¿Por qué también se refiere a su esposa como Alexandra? No debería estar pensando en todo esto mientras me encuentro en medio de un combate. Quizá sea momento de preguntarle a papá sobre su pasado.
- ¡Es impresionante hechicera! Aplaude el sujeto, su palco aún estaba intacto -ahora veo porque te quieren.
Unas espadas de luz impactan contra su palco matando a sus acompañantes y destruyéndolo.
El palco cae en pedazos y el único sobreviviente cae a la arena.
- ¿Eres del culto? Pregunto irritada.
El solo levanta sus brazos y responde -quien sabe- el sujeto chasquea sus dedos y reconstruye el coliseo, todo lo que destruir hace poco es restaurado, las personas y demás regresan como si no hubiera pasado nada -no quiero luchar en medio de escombros.
El sujeto con mascara de búho saca sus dagas mágicas.
Yo hago reaparecer mis dos gladius. Use mucho éter hace poco y debo ser cuidadosa.
Mi enemigo lanza sus dagas, pero las desvió con mis armas, lo que hizo solo fue una distracción para moverse a gran velocidad y casi asestarme un golpe directo en el pecho con otras dagas, sino fuera porque doy un salto hacia atrás, es posible que no siguiera viva.
Creo espadas de luz y las lanzo contra el enmascarado, quien gira para esquivarlas. Eso no detiene al enmascarado, el cual empieza a crear dagas mágicas las cuales lanza mientras esquiva mis espadas de luz.
Cambio una de mis espadas cortas por mi escutum, con el cual bloqueo los ataques mágicos mientras avanzo.
(Se supone que no debería ser buena luchando cuerpo a cuerpo) piensa el sujeto mientras esquiva y ataca. Según lo que le habían informado y lo que vio, la hechicera Maki solo sabia luchar a distancia, pero ahora ataca a distancia, combate cuerpo a cuerpo y puede usar diferentes armas para bloquear magia mientras sigue adelante. (Es como si luchara contra alguien experimentado)
Puede que mi enemigo no lo comprenda, pero mamá se encargaba de entrenarnos, en mis cortos 15 años de vida mamá paso 10 años entrenándome en combate, siempre decía que debía aprender a defenderme tal como lo hizo su hermana con ella, -puede que mi hermana Velvet no sea el mejor ejemplo que seguir, pero en algo es buena y es combatiendo.
No debo confiarme, la cantidad de mana que puedo recolectar es limitada y la que use hace poco fue demasiada, si el combate se prolonga puede que no salga victoriosa.
El enemigo cambia de estrategia, salta e intenta caer encima mío, pero uso mi escudo para bloquearlo, ese pequeño instante el enemigo usa mi escudo como trampolín para saltar y hacerse detrás mío, lo cual aprovecha para lanzar sus dagas, pero estas rebotan con mi lorica escamada salvándome por poco.
- ¿Cuántos trucos tiene esta niña? Se pregunta así mismo el sujeto molesto. Ataque tras ataque Maki utiliza partes de su armadura para defenderse de su rival, primero sus extrañas espadas cortas, luego un escudo y ahora una armadura con un diseño antiguo, para su sorpresa todas esas cosas son reales, no como sus armas mágicas.
El enemigo quien parece impresionado se distrae el tiempo suficiente para que una de mis espadas de luz aparezca detrás suyo y lo atraviese en su pecho.
- Pude matar una quimera con mis espadas de luz, dudo que un humano o lo que seas lo soporte.
Pero lo que había atravesado no era al desconocido, en una pequeña fracción de segundo se intercambió con un sustituto y no uno normal, sino que es uno explosivo.
- Demonios- utilizo mi escudo para bloquear parte del daño.
La explosión es tal que deja un agujero en donde estuvo el sustituto.
Las ilusiones vitorean por lo impresionante que fue, gritan y saltan de las gradas, algunos apoyan al sujeto desconocido, mientras otros me apoyan.
- Impresionante hechicera, no espere que fueras tan dura.
Me levanto un poco mareada, mi brazo derecho esta entumecido debido al impacto, también alcanza a herir levemente mi pierna derecha, también parte de la falda de la jardinera se quemó, y lo peor el escudo esta hecho mierda, si esto fuera en el mundo real dudo que mi escudo pudiera ser destruido.
El sujeto lanza sus cuchillos mágicos contra mí, pero giro y los esquivo con dificultad, mi brazo derecho aún sigue entumecido por el impacto, en un descuido una de las dagas mágicas impacta contra mi hombro haciéndome sangrar.
- ¡Estas acabada! Grita, mientras se abalanza contra mí.
- No deberías distraerte- exclamo.
El sujeto no parece entenderlo hasta que es muy tarde, le disparo a quema ropa una ráfaga de luz, la cual lo manda a volar.
La multitud grita de júbilo al ver como el ilusionista golpea contra el muro de la arena, se crea una gran nube de polvo.
- ¡Maldita hechicera! Dice furioso el sujeto mientras sale de la nube de polvo y se intenta levantar. Sus manos están cubiertas de sangre, su ropa hecha jirones, pero su máscara se encuentra intacta.
Me quito la daga mágica de mi hombro y sale un chorro de sangre, utilizo un poco de mi hechicería curativa para cerrar la herida -Vamos levántate, esto aun no acaba- le digo desafiante.
La herida causada por la daga mágica fue profunda, prácticamente perdí la movilidad de mi brazo derecho, pero no debo demostrarlo ¿es todo lo que puedes hacer mago?
El sujeto lleno de ira se levanta con esfuerzo.
El daño que se causa en una ilusión es real, el cuerpo de quien se encuentre dentro de esta recibirá todas las heridas y más. Cuando salga de esta maldita ilusión debo visitar la enfermería o quizá el profesor ya se dio cuenta de la sangre que sale de mi hombro.
El sujeto crea una esfera de magia en la palma de su mano izquierda y la lanza con todas sus fuerzas contra mi persona, yo utilizo una de mis espadas de luz para destruir su magia.
El desconocido no parece tener magias de ataque muy fuertes, al parecer creyó que podía acabar conmigo solo usando la ilusión.
Si fuera un buen mago de ataque me vería obligada a usar toda mi armadura.
Aprovecho la explosión formada por el choque de mi hechizo de espada de luz contra la esfera de magia para acercarme a mi enemigo e intentar apuñarlo en el pecho, sus movimientos son más lentos, pero por pocos milímetros esquiva mi ataque y solo rasgo una parte de su ropa, este intenta contraatacar con una de sus dagas.
Los dos chocamos nuestras armas, pero la mía destruye su arma mágica lo que lo deja abierto para un ataque, el cual aprovecho dándole una patada en el pecho y separarme un poco, me preparo para disparar otra ráfaga de luz, junto a algunas espadas de luz.
Pero esta vez no cae y en cambio utiliza un sustituto el cual recibe de lleno la rafa de luz, este estalla con mayor fuerza volando en pedazos la mitad de la arena.
utilizo mi hechizo de teletransportación escapo del daño.
De repente todo el estadio empieza a colapsar, los espectadores empiezan a desaparecer poco a poco, hasta que todo quede en blanco.
Luego se forma una gran habitación blanca donde solo quedamos mi enemigo y yo.
El sujeto no parece que escapo sin recibir daño, algunas de mis espadas alcanzaron a atravesarlo en sus piernas, en el hombro derecho y su costilla izquierda, apenas puede mantenerse en pie.
- ¡LO PAGARAS PUTA! Grita con todas sus fuerzas, mientras escupe sangre.
- ¡TUS HERMANAS Y ESE SUJETO QUE SE ENCUENTRA EN TU MUGROSA CASA LO VAN A PAGAR!
La sangre se me sube a la cabeza al escucharlo - ¡SI TOCAS A MIS HERMANAS O A EL TE MATARE! Al dejarme llevar del odio utilizo un hechizo de oscuridad.
- ¡PULSO OSCURO! Mis ojos se inyectan de sangre y un terrible pulso negro sale de mi cuerpo.
- ¡EL CULTO ES ETERNO Y USAREMOS TU SANGRE PARA REVIVIR A NUESTRO MAESTRO! ¡MATAREMOS A TODOS LOS QUE AMAS! ¡SI NO PODEMOS TOMARTE, TOMAREMOS LA OTRA HECHICERA! El sujeto suelta una carcajada y recibe de lleno el impacto, desintegrándolo.
De un momento a otro empiezo a flotar, la ilusión desaparece.
Doy una gran bocanada de aire, mi camiseta está cubierta de sangre y uno de mis compañeros está aplicando magia blanca para cerrar la herida que tengo en mi hombro, fue tal la cantidad de sangre que perdí que se formó un pequeño charco debajo de mi puesto. No puedo respirar, no escucho nada de lo que me grita Juliana, me encuentro perdida, mi mente se encuentra en otro lugar, lejos de todo, la estoy viendo directamente a los ojos, pero no la comprendo, ¿Qué me está diciendo? ¿Por qué me grita? ¿Por qué está preocupada? Los otros estudiantes habían salido y llamaban a los profesores, solo unos se quedaron.
Luego mi corazón late rápidamente, mis pulmones se extienden, recibo una gran bocanada de aire, la adrenalina recorre mi cuerpo, no siento dolor alguno.
Juliana me sostiene.
- ¡Calma Maki, tienes una herida profunda en el hombro, deja que Alexei te cure!
Mi compañero llamado Alexei se encuentra aplicando magia y usando utensilios quirúrgicos en mi herida.
- ¿Qué dijo el maldito sujeto luego de amenazar a mis hermanas y a papá? ¿por quién irían? Quiero matarlo, lo quiero destrozar, no dejare que se acerque a ninguno de ellos, luego recuerdo lo que dijo. Mi cuerpo se congela del miedo.
Utilizo mi mano sana y sostengo fuertemente la mano de Juliana ¡No dejes que Isabel pronuncie su nombre! Le digo alterada, mi corazón se acelera.
- ¿A qué te refieres? Me pregunta confusa. Ella estaba más preocupada por mi herida que yo, cuando me sostiene siente como tiemblo, no por las heridas sino por miedo, miedo de ella.
- A ella también la atacaron con una ilusión, y sabes lo que pasa si Isabel sufre daño.
Isabel estaba allí, con los ojos abiertos. No se movía de su puesto, no parpadeaba, apenas respiraba. Parecía una muñeca, hasta que empieza a mover sus labios lentamente.
- Mo-Mor-Morg- recita lentamente, mientras sale sangre de sus fosas nasales.
- ¡Detenla, Juliana! Le grito.
- Si ella termina de decir su nombre todos estamos muertos.
Juliana empieza a temblar, sus piernas no pueden sostener su tonificado cuerpo.
Los demás compañeros de clase palidecen, algunos empiezan a salir del salón, otros gritan de miedo.
Muchos saben lo que significa.
Si comparamos el poder destructivo que poseo contra el de Isabel, por mucho palidezco contra "eso" si ella ve a Isabel herida todos vamos a morir.
Alguien chasquea los dedos y hace dormir a Isabel, quien cae, para nuestra suerte era el profesor, quien había vuelto con la enfermera y la maestra Zenobia.
- Eso no la detendrá mucho tiempo- dice el profesor preocupado, luego él nos dirige la mirada ¿Qué es lo que le gusta a Isabel? Nos pregunta.
- ¡Dulces y estar con nosotras! Respondemos rápido, (fue lo primero que se me vino a la mente)
"Bien" el profesor extiende su brazo y abre la palma de su mano un pequeño haz sale disparado y da directamente en la cabeza de Isabel, haciéndola caer sobre la mesa de su puesto.
La maestra Zenobia crea un campo de energía oscura sobre Isabel, mientras la enfermera ayuda mi compañero a restaurar mi hombro.
- Bedevere- susurra Isabel. Aun estando inconsciente pudo llamar a una de sus hadas. Gracias al cielo fue esa hada y no la otra, aunque eso no significa que estemos a salvo.
De la nada se forma un pequeño pétalo de rosa, el cual estalla formando un bello arcoíris de rosas multicolores, los cuales se juntan para formar una puerta de la cual sale Bedevere, el hada más fiel de Isabel.
La hermosa hada lleva puesta una radiante armadura ligera, sus facciones la hacen parecer una doncella, mejillas rosadas, piel blanca y ojos verdosos, su dorado cabello cae sobre sus hombros, sus alas son transparentes, pero cuando la luz las toca brillan y toman todos los colores posibles de un arcoíris, pareciera tener un cuerpo tan frágil que es engañoso, manos delicadas, caderas firmes y piernas delgadas. De las 4 hadas que Isabel posee ella es la más alta, casi llegando al tamaño de un humano adulto. (se supone que es la más hermosa de todas)
Ella solo observa a su ama la cual se encuentra desmayada y cubierta por una barrera, con un suave movimiento de su mano la destruye y carga a su ama como si se tratase de algo tan preciado que, si se callera se rompería, al verlas recuerdo las pinturas antiguas donde un valiente príncipe carga a la princesa que acaba de salvar de un dragón.
- Maki ¿Quién le hizo esto a mi ama? - pregunta Bedevere, sin soltar la vista a su ama, ella solo se limita a moverle el flequillo a Isabel, buscando alguna herida, luego saca un pañuelo y le limpia la sangre de la nariz a su ama.
Puede que Bedevere sea un poco más tolerante, pero eso no le quita lo peligrosa que es, nuestros maestros y la enfermera lo notan.
La maestra Zenobia no parece muy contenta al ver que un hada destruyo su magia sin problemas.
Mi compañero sigue curando mi hombro, Alexei no se detiene en su trabajo, pareciera no prestar atención a lo que está sucediendo, solo sigue con su trabajo.
Bedevere observa los alrededores.
- Isabel y yo fuimos atacadas por una ilusión- me levanto de mi asiento ante las quejas de la enfermera y mi compañero quienes no terminaron de sanar mi hombro -por favor Bedevere no vayas a hacer nada- intento calmarla. Aunque no es la otra, Bedevere es igual de peligrosa si no se contiene.
- ¿Realmente crees que voy a quedarme quieta? -Un aura azulada rodea al hada, - ¡Crees que puedo soportar ver a mi preciada ama en estas condiciones!
- Cálmate, Bere- comenta una débil voz. Era Isabel quien se comenzaba a despertar -yo también pude salir de la ilusión- su condición también era grave, tenía múltiples cortadas en su cuerpo.
- ¡Mi ama! Bedevere estruja a Isabel contra su pecho.
- ¡No hagas eso en la academia! Le regaña su ama, sonrojada por lo que acaba de hacer su pacto, -además puedo caminar por mí misma, no es necesario que me cargues ¡bájame ahora!
- Pe-pe-pero ama- la peligrosa hada se comporta como una niña haciendo berrinches frente a su ama, lo que pudo ser una situación de riesgo termina.
Su hada accede y deja que Isabel camine por sí misma.
- Qué bueno que estas bien- exclamo.
- Si bueno, era obvio que iba a salir de allí intacta.
- Por favor cuiden a mis hermanas.
- ¿Maki?
- ¡Maki!
Lo último que recuerdo es que caí.
- ¡Mis hermanas! ¡Papá! - Grito angustiada, cuando miro alrededor veo que estoy en la enfermería en una cama, al otro lado se encuentra Isabel.
- No hagas tanto ruido- dice intentando cubrirse con una almohada.
- ¡Como están mis hermanas!
- Las jóvenes amas se encuentran bien- una joven vestida de sirvienta me hace una reverencia y luego continua -he venido de parte de la ama Velvet.
Después de escuchar a la joven vestida de sirvienta, supuse lo que pasaría después.
Mi corazón se aceleró, la enfermera, Isabel e incluso la mucama se preocuparon por mi estado.
En poco tiempo todo se iría a la mierda.