Santos son quienes aceptan su condición de pecado ante su creador y permiten en ellos un proceso de Santificación Arduo y Doloroso. No todo el que confiesa con su boca a Dios es Santo si no le ha permitido trabajar en él. Más Santo es quien se arrepiente de su condición que quien se niega a la confrontación; porque a veces pesa más un último acto final de genuino arrepentimiento que toda una vida de obras perfectas, o aparentemente perfectas, porque las obras sin amor de nada sirven y " el propósito de este mandato es la fe y el amor, no fingido, sino de Corazón"
Tres Cosas sostienen el mundo creado por Dios:
FE, ESPERANZA Y AMOR;
pero de todos esos, el más importante es:
EL AMOR.