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Chapter 10 - Capítulo 10

Capítulo 10

Una vez en frente de este se sorprendió aún más, había gran cantidad de personas, tecnología digitalizada con puerta automática. Al entrar apreció un cuadro que se alzaba sobre el bar con una figura semejante a la de él junto a aquella llamada maestra. Subieron por unos ascensores para entrar a una habitación con total comodidad donde tomaron asiento hasta aparecer la maestra.

Thuhum —Mi lady traemos malas noticias.

Federico —¿Traemos?

Thuhum —Bueno… el renacuajo trae malas noticias.

Federico —Me temo que perdimos a Karanta y Rithen.

Maestra —¡¿Cómo que perdimos a Karanta y Rithen?!

Federico —Que murieron o, mejor dicho, las mataron.

Maestra —Explícame ¿Por qué y cómo sucedió esto?

Tras contar todo comenzó lo que sería el inicio de una guerra; la información robada era ultra secreta y fuera de usarse para chantajear, la líder prefirió comenzar conflictos.

Maestra —Te tengo una misión exclusiva del gremio.

Federico —¿Por qué a mí?

Maestra —Tú eres el segundo al mando, tendrás acceso a cualquier lugar del gremio. Puedes escoger a cualquier subordinado para cualquier tarea, pero deberás confirmarnos tu lealtad a este.

Federico —¿Cómo?

Maestra —Thuhum llama a Xoras –Al poco rato entra lo que parecía ser un elfo– Este será tu compañero, asegúrate de que no muera. Deberán robar un unicornio blanco en el castillo de papel. Tras mostrar la imagen Federico no encontró algo parecido a un unicornio.

Federico —¿Eso es un unicornio? Comparado con la imagen que tenía en mente de esos seres mitológicos está muy diferente, parece un rinoceronte blanco con un cuerno en la frente ¿Será lo que estoy pensando? ¿Habrá descendido su cuerno con el transcurrir del tiempo en mi mundo? No puede ser.

La líder realiza un gesto y el elfo retira unas cosas de sus oídos semejante a unos tapones. Luego en susurros explica la misión y al terminar vuelve a colocarse estos. La maestra mira seriamente a Federico diciendo:

—A ese elfo debes susurrarle, sus tímpanos son relativamente superficiales y extremadamente sensibles. Los que ves por las calles utilizan un aparato que disminuye la frecuencia sonora en gran medida. Nosotros carecemos de dinero para pagar tal aparato por ello el usa tapones. Su visión de cerca es muy mala, todo lo contrario a la lejana.

Federico —A ver si adivino, usa espejuelos.

Maestra —Además de eso usan lentes de contacto, cascos, toda una serie de artilugios que no podemos pagar; los enanos se han desarrollado en gran medida y sus precios son realmente caros.

Federico —O sea, que ando con un sordo y ciego ¿Algo más?

Maestra —Cuídalo, el viaje será largo, grandes adversidades les esperan.

Agarran unas mochilas con provisiones e inician el viaje. Salir de la ciudad le provocó cierto anhelo, volvió su mirada y continuó.

El elfo parecía conocer el bosque a la perfección, atravesarlo tomó unas horas.  Al llegar a la llanura fue cuando iniciaron los problemas, una flecha cayó frente a ellos. Federico comienza a lanzar el poder en todas direcciones, las flechas continuaban cayendo como si no apuntaran a una dirección en específico. La situación parecía ir de mal en peor pues, cada vez incrementaba la cantidad de estas caídas volviéndose una lluvia. Ante tal situación el elfo retira sus tapones y con un gesto brusco le baja las manos.

Federico —Pero… ¡¿qué haces?!  –el elfo se dobla al escuchar los gritos.

Xoras —Susurros, no soporto esa gritería. Ahora no hagas ruido alguno, para escuchar mejor.

Su movimiento se mantuvo a hurtadillas durante un largo rato hasta que señaló a la nada diciendo que en ese lugar se encontraba el enemigo. Lentamente se acercaron, aunque no encontraron enemigo alguno cuando se situaron sobre el destino. El elfo continuó buscando pues las flechas se habían detenido.

Federico desiste al transcurrir media hora y se sienta. Como si lo llamasen el elfo corre a este preguntando:

Xoras —¿Tu poder nos haría volar por los aires?

Federico —¿Por?

Desde la ciudad se pudo escuchar un fuerte estruendo que hizo retumbar todo el suelo. En el gremio todos se preguntaban qué había ocurrido pero la maestra bien se imaginaba:

Maestra —Thuhum creo que aquellos dos ya comenzaron.

Thuhum —¿Cree que ya acabaron con las tropas arcanias de las cercanías?

Maestra —¿Tropas arcanias? No, un solo arcanio acabaría con medio bosque. Esos son Goblins al servicio de ellos.

Thuhum —Conozco muy bien sus intenciones con tales actos, desea iniciar la tercera Gran Guerra ¿Por qué?

Maestra —Hay cosas que no van bien en este mundo, los enanos están en tráfico de arcanios y con un arma tan poderosa serían un enemigo realmente peligroso. Por si fuese poco los elfos no tienen la magia de antes, la que utilizaban para mejorar sus limitaciones. Algo en este mundo va más que mal y ese chico junto a la gran guerra tienen lo necesario para solucionarlo.