- ¡No, no estoy bien! ¿acaso creen que ayuda de algo que continuamente se estén peleando? ¿acaso creen que me alegra ver a mi mejor amigo y a mi esposo enemistados? ¿acaso creen que eso es lo que Chester hubiera querido para sus hermanos?- exclamé, sintiendo como mi voz se quebraba al formular la última pregunta.
- Hannah, lo...- empezó Rob, pero yo lo corté.
- ¡No quiero sus disculpas! ¡lo prometieron! ¡prometieron hacerlo estar orgulloso! ¿qué clase de amigo rompe una promesa así simplemente por una estupidez de hace tiempo?- los miré. Sabía que ninguno de los dos sabía qué decir, y sabía que ellos sabían que su comportamiento estaba mal.
- Ya no quiero seguir con esto. Traté de ser paciente y traté de hacer lo imposible para que ninguno de los dos se sintieran mal, pero ¡esto es ridículo!- continué descargándome.- si ninguno de los dos piensa cambiar su conducta, entonces tendré que alejarme de ambos, porque esto no nos hace bien a ninguno.- dije yo, en un tono algo más calmo. Mike se acercó a mi rápidamente.
- No digas eso.- pidió. Yo lo miré a los ojos.
- Si no quieres que diga eso, entonces termina con esta tontería de niños pequeños. ¿acaso creen que soy un dulce por el cual se pelean a ver quién gana?- pregunté.
- Claro que no.- respondió Rob.
- Entonces dejen de actuar como si ese fuera el caso.- pedí.- tú, Rob Bourdon.- lo señalé con un dedo.- acepta cuando alguien te dice que no.- dije, sin importarme qué tan hiriente pudiera sonar.- y tú, Mike Shinoda.- continué, esta vez señalando a Mike.- deja de responder a las provocaciones y empieza a comportarte como el adulto que eres. ¿o acaso quieres darle esta imagen de ti a nuestro bebé?- pregunté, para luego entrar en casa, sin darle oportunidad a responder.
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Me levanté para llevar la cuarta bolsa de hielo derretida que me había colocado en la cabeza, en el lugar del golpe. Mike estaba sentado en el sofá, frente a mi, con la cabeza baja, avergonzado. Yo volví a sentarme en mi previo lugar.
- Lo siento.- dijo, hablando por primera vez desde mi regaño hacia ambos. Yo lo observé en silencio, esperando a que continuara.- realmente no sé por qué me comporto así cuando se trata de tú y de Rob. Creo que se debe al temor.- habló.- no quiero perderte, Hannah. No puedo. Y el hecho de que digas que te alejarás de mi me asusta aún más.- añadió. Yo suspiré y me acerqué a él, sentándome sobre mis piernas en frente suyo. Tomé sus manos con las mías, y lo miré.
- No voy a alejarme de ti, Mike. Honestamente, no podría ni aunque quisiera. Pero realmente necesito que esta rivalidad se termine. No me hace bien, y sé que a ustedes tampoco. Han compartido demasiadas cosas juntos, y no vale la pena tirarlas por la borda simplemente por esto, por mi. Sin contar lo culpable que me hace sentir que se peleen por mi.- hablé. Mike frunció el ceño ante lo último dicho.
- ¿por qué habrías de sentirte culpable?- preguntó.
- Porque sé que esto no es lo que Chaz hubiera querido.- dije, sintiendo el nudo en mi garganta crecer.- porque siento que le he fallado al no haber estado a su lado, y que no siendo capaz ni siquiera de mantener el círculo de hermandad que él creó, le estoy fallando aún más.- añadí, dejando salir las lágrimas y sollozando.
- No digas eso, lindura. No es así. No le has fallado. Has estado más para él que cualquiera de nosotros. Y con respecto a mi relación con Rob, es cosa nuestra. Tu no tienes la culpa de nada.- respondió él. Yo no dije nada; la culpa me carcomía. Él tomó mi mentón y me obligó a verlo.- No te culpes. Eres lo mejor que le puede pasar a cualquiera.- dijo. Yo tomé la mayor cantidad de aire que pude, tratando de calmarme.
- Si lo soy, es gracias a ti.-