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Chapter 8 - Capítulo VII

─ ¿Y Ahora qué?

─ Pues no sé, somos los más inservibles en esto, ninguno sabe de magia, ninguno es de tamaño normal. No podemos hacer algo, hay que esperar.

─ Estoy de acuerdo con Darren, a esperar a que regresen, yo acataré las órdenes de Kevin. ─ Dice Jorge.

Pasaron treinta minutos y eso lo sé por qué en la habitación se encontraba un reloj colgado en la pared, al cual ví durante todo el tiempo.

─ ¿Cuándo regresarán? Por lo menos Paola, Kevin lo entiendo un poco más, es del tamaño de una pluma, no creo que caminé muy rápido. Bueno. ─ Me voltee para ver a Darren, el cual estaba viendo las cosas que tenía la habitación, él se volteo y vio que lo estaba mirando, así que dirigió la mirada hacia otro lado. ─ Darren ¿Cómo vas con Iris? ¿Ya realizaron la reproducción?

─ ¿¡Qué dices?! Si ni siquiera nos hablamos.

─ Mmm... Bueno, cuéntame más sobre tus aventuras con ella, es linda así que te llevarías un manjar.

─ ¡Loco! Por eso Paola no se fija en tí. ¡Además escucha! Ni nos hablamos.

─ Oye, eso dolió, bueno, bueno, por lo menos cuéntame algo sobre ella ¿Hace magia o algo interesante?

─ Todas las mujeres hoy en día hacen magia, no manches, pero sí, hace magia. (¿Acaso sigue ignorando que no nos hablamos?)─

Y así pasamos otra media hora, hablando sobre quién nos gusta y sobre cosas de hombres. Hasta que sonó el timbre de la puerta. Posiblemente sería un maestro, pero de todos modos nos asustamos y nos tratamos de esconder en algunas esquinas.

Jorge se fue hasta la otra esquina y nos separamos de él. Darren se quedó conmigo en una de las esquinas.

─ ¿Quién crees que sea?

─ No tengo la menor idea, pero es mejor quedarnos aquí.

─ Quiero hacer algo más, bajaré a investigar. Sólo por curiosidad. ─ Darren corre hacia la orilla antes de que pueda decirle que no y salta.

Yo, me quedé para mejor esperar a Paola y a Kevin, necesitan una bienvenida.

Coño, saltar desde el escritorio y romperte las piernas si duele, pero Kevin estuvo en un error, se curaron rapidísimo. Bajé las escaleras con mucho cuidado, pero por un ruido que provenía de mí panza me tropecé con las piedras que tenían las escaleras en el borde y caí por las escaleras restantes hasta llegar abajo. Y Sí duele como si te hubieras caído de verdad, pero tus heridas se recuperan rápido gracias a ese hechizo que dijo Kevin, no le puse mucha atención.

Corrí hacia la puerta principal y traté de mirar algo por un vidrio translúcido que estaba al lado de la puerta, el cual iba de abajo hacia arriba. Me pegue lo más que pude al vidrio para tratad de ver, pero lo único que logré fue ver una silueta. Eche una mirada alrededor para encontrar algo que funcionara y para mi buena-mala suerte encontré que un pedazo del vidrio estaba roto, justamente de mi altura, así que pasé por él felizmente. Y no me percaté que atrás de mí venía una araña.

Logré ver un enorme bolso, me acerqué a él y lo rodee para quedarme perplejo al fijarme quién era la que tocaba. Iris, la chica que me gustaba, vestía unos zapatos de tacón grisáceo, pantalones blancos y una camisa marrón sin mangas. Siempre la señalaban por que era igual que una chica que aparecía en un Anime, así que se armó de valor y se vistió igual que ella. Siempre dice que lleva el cosplay a todas partes. También porta un brazalete de color celeste.

Me quedé más de dos minutos viéndola, pero para mi desgracia la araña me interrumpió. Pegué un grito que hasta Iris escucho. Y mi mejor idea fue esconderme en el bolso que había dejado en el piso. Corrí rápidamente a él, esquivando a la araña. Subí con mucho esfuerzo y caí dentro del bolso. Pero adentro, me fijé que no podía escalar.

─ Mierda, ahora qué. ─ Dije. Pero me callé al escuchar la voz de Iris.

─ ¡Paola! ¡Tu bolso está aquí, un profesor lo encontró en el autobús, dijo que viniera a dártelo...! ─ Supongo que volteo a ver el bolso, pues acto seguido con tranquilidad mencionó a la araña. ─ ¡Vaya! Nunca había visto una araña de este estilo, bueno, será mejor que la eche al pasto.

"¿¡Qué Coño?! Va a agarrar a la araña, eso no se hace, qué tal si es venenosa, qué tal si..." Pensé, pero me alegré pues escuche sus pasos, eso significaba que ya la había puesto en el pasto y estaba libre de peligro. Así que me dispuse a salir del bolso.

─ Bueno ¡Paola estará el bolso en mi casa, ven buscarlo! Maldición tengo que quedármelo, mañana volveré. ─ Iris agarra el bolso y se marcha.

Yo seguía dentro de él así que me estaba empezando a dar miedo ir a la casa de Iris, que apenas nos conocemos y en este estado. Bueno...

Minutos después de la salida de Darren.

─ ¡Alex! ─ Dijo Jorge mientras venía hacia mí para platicar.

─ ¿Qué pasó Jorge?

─ Tengo una idea, tú quédate aquí para esperar a Paola, pero yo saldré para ir a nuestra habitación. Si logró subir al escritorio y llegó hasta mí celular, podré hablar con un amigo que nos puede ayudar.

─ Jorge, pudiste mencionar eso cuando estaba Paola para que ella te lo trajera, además ya muchos salieron, no quiero quedarme sólo.

─ Ya lo sé, pero tengo que ir, necesito hacer algo estoy aburrido.

─ Ve, yo me quedo, ademas tengo sueño me echaré una siesta.

─ Sip. ─ Dijo Jorge mientras se dirigía a la orilla del escritorio y como los demás, se lanzó. No tenía ganas de pararme, así que no ví en qué dirección se fue.

"Muy bien, lo único que tengo que hacer es ir a la habitación, montarme en el escritorio, poner mi contraseña y llamar a alguien. Fácil y rápido." Pensé, pero estaba totalmente equivocado.

Mientras caminaba hacia la otra habitación, comencé a escuchar ruidos extraños. Pero no me importo mucho hasta más adelante, en donde me tope con dos hormigas que también tenían su destino. Ellas eran un poco más pequeñas que yo, pero se voltearon y caminaron hacia mí. Tenía miedo y me quedé congelado, viendo como las hormigas se acercaban cada vez más. Ya muy tarde decidí correr, pero una de ellas se abalanzó sobre mí. Me desmayé al sentir como sus patas agarraban mi cuello y sus pinzas me empezaban a rasguñar.

Las tres hermanas. Pensé en ellas mientras estaba desmayado. ¿Por qué? No lo sé, nunca me han llamado la atención, aunque siempre escucho que son las más hermosas de la generación. Nunca me he fijado bien en ellas sinceramente y no sé por qué las recordé en momentos de tensión.

Vi una luz mientras las recordaba y pude abrir los ojos de nuevo, hice un pequeño recorrido del lugar donde estaba con mis ojos. Al parecer me habían dejado las hormigas en un tipo de jardín, posiblemente me arrastraron hasta el lago que teníamos cerca de la casa, lo que se me hizo raro fue que en ninguna dirección veía a las hormigas.

Caminé un poco para ver algo en lo que pudiera guiarme y regresar de nuevo a la casa. Subí una montaña lo cual me costo mucho y atravesé el pasto hasta llegar a una sola llana con el lago en medio. El lago era hermoso, con flores, árboles y más.

Noté una piedra, la cual estaba señalada en el mapa que nos habían dado, lo malo es que mi casa estaba al lado contrario del lago. Así que tenía que prepararme mentalmente para caminar unas cuantas horas, sin comida, ni agua, aunque podía pasar por el lago, después de todo era agua dulce.

Di mi primer pasó y sentí un temblor, después otro, y después otro, haciéndose más fuerte cada segundo que pasaba. Me volteo y me sorprendo al ver que una chica con traje de baño viene corriendo en mi dirección.

Corrí hacia un lado para que ella siguiera, pero me alcanzo y su pie piso justamente al lado de mi, lanzandome hacia otro lugar.

La caída fue fuerte, pero no me dañe, así que seguí con mi camino. Pero antes de que pudiera hacerlo una tela cayó sobre mi, tumbandome.

— Si no quieres que siga vida, ¡Dime! — Dije algo enojado.

Pecho tierra me arrastre hasta la salida, logré ver que era lo que me había caído encima. Una tela de picnic. También logré dos personas más, una de ellas era Rosa, una de las tres hermanas, no me tardé en fijar que la otra chica era Anbar, la mayor. Y posiblemente la que me sacó volando era Zuri.

No perdí tiempo viéndolas en traje de baño, y me dispuse a regresar a casa. Caminé con determinación hasta el lago, el cual estaba increíblemente cerca y no tarde más que cinco minutos. Al llegar tomé un poco de agua y caminé de nuevo. Pero, noté una presencia y una enorme sombra se caía sobre mí. Mire hacia arriba... creo que alguien me encontró...