Seguía dentro del bolso de Iris, no podía creer lo que estaba pasando, nunca pensé conocer a la persona que me atrae de esta manera, lo cual me baja mucho las expectativas de tener algo en el futuro. Mi mente empezó a idear maneras de salir de esta situación pero todo era en vano o no podía realizarlo.
Mis pensamientos fueron bruscamente detenidos por un sonido de picaporte, Iris había llegado a su casa y mis ideas aún no pasaban ni la parte experimental. Me traté de esconder en la esquina menos accesible del bolso, impresionantemente no había nada dentro de él así que no podía darme el lujo de esconderme atrás de algún objeto.
Los minutos pasaron e Iris al entrar en la casa realizó un brusco lanzamiento del bolso, el cual cayó en el sillón al cual estaba apuntando Iris. Por mi intuición ella se sentó al lado de él y por experiencia supe que acababa de prender la televisión. Esto era raro pues si no me fallaba mi percepción del tiempo a estas horas debería haber algún tipo de prueba que iban a realizar a cabo los magos más hábiles de la generación y una de ellas era como lo supusiste, Iris, desde que la "conozco" ella ha sobresalido en ese ámbito y sus compañeras de equipo siempre han alardeado esa habilidad que tiene Iris con la magia.
Mis minutos estaban contados, sólo era cuestión de tiempo para que a ella le agarrara la curiosidad de saber que hay dentro del bolso y para sorpresa de ella me encontraría a mí, pero mi mente no descansaba y menos mi instinto de supervivencia si se le puede llamar así. Traté de empujar el bolso para que la parte de arriba cayera y así poder salir con tranquilidad, pero no funcionó y mis esperanzas decaían cada vez más. Ni mi fuerza ni mi intelecto solucionó esta situación lo cual ponía en evidencia que en este tamaño las personas son mucho más vulnerables y dependientes de cuando son de tamaño normal, algo fácil de intuir pero que muchas personas no captan al pensar que todo era color de rosas.
Mi miedo me absorbía cada vez más, hasta el punto de que mi mejor decisión fue quedarme en una esquina esperando mi destino.
Pasaron los minutos y ni una señal de que Iris quisiera revisar lo que estaba en el bolso, al fin y al cabo esto era la vida real y no una película o una serie en la cual todo pasa gracias a las maravillas del guión, mi paciencia se agotaba mientras que mi aburrimiento surgía. No tenía nada que hacer dentro de ese bolso y al parecer tampoco tuve la suerte de que mi celular se haya encogido junto a mí, lo cual era una situación muy triste a mi parecer, en estos momentos podría ver vídeos en YouTube mientras esperaba mi destino.
Varias ideas me llegaron a la mente y la última de ellas dio frutos, esta consiste en pegarle a la bolsa o en hacer escándalo para que Iris notara mi presencia o por lo menos imaginar que algo estaba dentro de aquel bolso el cual su compañera convenientemente dejó en el autobús "olvidándose de él". Como dije, mi idea floreció tal y como lo imaginaba, después de darle muchas vueltas al asunto y aburrir a los lectores… a... espera…, es la vida real es cierto.
Después de aburrirme a mí mismo dándole vueltas al asunto, Iris por fin se dignó a ver lo que había en el bolso y ¡sorpresa!, estaba yo…
Vi como ella me miró fijamente. Esto me causó escalofríos, pero al parecer no estaba dispuesta a soltar la primera palabra, así que lo hice yo.
— Hola… he, creo que no es la mejor forma de presentarme… soy Darren. — Dije con algo de nerviosismo, pero ella no contestó y bajo su mano, me agarró de la cintura y me levanto hasta sacarme de la bolsa, acto seguido me dejó en el sillón.
—Hola, yo soy Iris, es un gusto conocerte, pero tengo una pregunta para ti, ¿Tú te hiciste esto?
—No, al despertar estaba de esta manera.
—Ya veo, ¿Entonces sabes sí te lo llegó a hacer Paola?... Sí es así, creo me equivoqué al tratar de enseñarle cómo se ponen las manos...
—¡No!, ella tampoco fue, de hecho nos está ayudando a solucionarlo, pero todavía no encuentra la manera.
—...Bueno, entonces tuve razón al pensar que estaba haciendo algo mal en la práctica. Y dime, ¿Cuánto tiempo llevas pequeño Darren?
—Ehhh… creo que dos días, la verdad no tengo idea, es muy confuso estar de esta manera.
—Ajj... lo comprendo, era horrible… Bueno dejemos eso de lado, ¿Qué estabas haciendo entonces en esa bolsa?
—Pues, por accidente me metí en ella y ya no pude escapar.
—«Eso no tiene sentido porque yo la he tenido todo el tiempo,pero, es diminuto, así que es posible», bueno, entonces ¿Quieres que te ayude a regresar con Paola? De todos modos tengo que entregarle la bolsa, así que…
—¡Sí! ¡Gracias! «No, quiero hablar con ella, además, ¿Qué fue eso de que lo comprendía?» Ya que estamos aquí, ¿Te puedo preguntar algo?
—Sí claro, te hice muchas preguntas, es justo.
—¿Por qué dijiste que lo comprendías?
Se notaba algo nerviosa al preguntarle —Mira, yo también pase por lo que tu estas pasando, pero el mío fue por aprendizaje, mis tíos son algo raros —Al final soltó una risa nerviosa y volteó hacia otro lado.
Su reacción fue de lo más inesperada para mí, pensé que reaccionaría de manera menos tranquila, pero ella no se asustó ni nada parecido. Su nerviosismo disminuyó y exhaló levemente. Se notaba algo distraída, así que supongo que verme así para ella era algo normal o que ya había visto antes.
—Darren… Eh, se que te sonará raro ya que me acabas de conocer y yo a ti, pero, si quieres, sólo si quieres… puedo ayudarte a volver a la normalidad. —
¿Por qué no querría volver a la normalidad? Obviamente respondí con un "sí", ella solo se limitó a dar una leve sonrisa.
—Bueno, para eso tengo que hacer unos leves preparativos y aparte necesito encontrar algunos ingredientes… — Una alarma la interrumpió y saltó del susto. — ¡O por...! Es hora de la práctica, ¡Demonios y yo aquí distrayéndome! Perdón Darren, cuando venga te ayudaré con tu problema…
Iris se levantó apurada del sillón, subió las escaleras y me dejó unos cuantos minutos. Cuando bajó vi como se había cambiado de ropa a una más escolar, agarró algunas cosas de una estantería que no logré ver y se abrió la puerta.
— «¡O demonios! ¿¡Acaso estoy loca!? ¿Cómo pensé en dejarlo aquí?» — Iris retrocedió y con algo de descuido me agarró y me colocó en una de las bolsas que tenía en los pantalones. Un movimiento tan rápido que ni yo pude saber qué estaba pasando. — Tú vienes conmigo pequeño.
Me veía envuelto en la oscuridad del pantalón de Iris, ni siquiera era lo suficientemente grande para sacar la cabeza y ver a dónde estábamos yendo. Fue una caminata algo corta, pues unos cuantos minutos después empecé a escuchar voces de compañeros y la de uno que otro maestro. Escuché como ella abrió una puerta y después otra vez silencio.
Al levantar la mirada, noté como la mano de Iris venía otra vez hacia mí, me agarró (ahora con más cuidado) y me sacó del bolsillo.
—Perdón por lo brusca que fui, nunca me enseñaron a mantener a una persona del tamaño de un insecto, pero después discutimos eso. Estamos en un pequeño concurso que organizaron algunos maestros, esté es de magia y ahorita que lo pienso, puede ser de ayuda. — Eso último me causó un poco de incomodidad y miedo, sinceramente no sabía para qué le iba a funcionar alguien tan pequeño. Ella siguió contando sobre el concurso. —Sé que suena raro, pero a cada participante lo meten en un cuarto en donde en el menor tiempo posible tienen que hacer una poción para arreglar el problema que ellos no digan, en total son 5 rondas y cada una se hace cada vez más difícil. Pero descuida, tienes delante tuya a una de las mejores concursantes.
Ya había escuchado que Iris era de las mejores magas de la escuela, pero nunca había escuchado de este concurso. Y al parecer ya estábamos en ese cuarto que relataba ella. Era un poco pequeño, tenía a los lados algunos cuantos libros y el centro de la habitación estaba vacío, adelante estaba una puerta y arriba de ella un pequeño monitor que tenía una cuenta regresiva.
Iris se puso a acomodar algunos cuantos libros que estaban tirados y después de eso sólo se sentó en medio de la habitación y me dejó a mí adelante de ella.
Sacó un pequeño frasco del otro bolsillo de su pantalón y lo abrió, dejando salir una especie de humo azul con un aroma a fragancias, no lograba distinguirlas pero podía decir que olían a flores.
Agarró el frasco y el contenido de él lo dejó caer en mí, dejándome bañado en una especie de líquido viscoso azul, una parte del líquido me cayó en la boca lo cual hizo que pusiera una cara de asco. Ella empezó a reírse y acto seguido hizo que desapareciera el frasco con un movimiento de manos.
—Muy bien, después te explicó todo lo que estoy haciendo, ahorita sólo haz lo que te diga, por favor. — Se levantó y comenzó a mover las manos de tal manera que comencé a flotar, estaba tan asustado y distraído que no me fije que a Iris se le empezaron a hacer unos dibujos en uno de sus brazos. —¡Ahora puedes flotar! Por lo menos por un rato, yo te avisaré cuando esté por pasar el efecto. Ahora necesito que agarres esto.
Me dio una flor, la cual estaba de acuerdo a mi tamaño, la agarré y me quedé mirándola. Era impresionante el verla desde este ángulo, ni muy abajo ni a su altura, perfectamente en medio. Unos segundos después sonó una alarma y me percaté de que el contador del monitor estaba en ceros.
—¡Es hora de empezar, compañero! —
«¡¿Compañero!?... ¿¡Empezar?!»