╔━─ೋ❀๑୨୧๑❀ೋ─━╗
-No pienso ir.
Un Isaac decidido y con la frente en alto habló, completamente desinteresado.
Le había llegado una carta de los dioses. Esa carta contenía las palabras que nunca quiso leer. Lo querían para una misión, sabía exactamente de que misión se trataba.
"Kaleth Fleming"
Decía aquella carta.
Un nombre desconocido que nunca había visto, lo más probable era que aquel nombre sea de su persona elegida.
No quería irse de su hogar, estaba muy a gusto. Esa misión tomaría años en ser terminada, no era ninguna tontería.
No estaba preparado mentalmente, y tampoco tenía tiempo de estarlo.
-Nadie puede rechazar una misión de los dioses, la podes pasar muy feo si llegas a negarte- Una segunda voz se hizo notar en aquel lugar, esa voz pertenecía a Damián, el mejor amigo de Isaac.
Con ese acento argentino que le causaba gracia.
Manejaban casi la misma edad, Isaac lo recuerda desde su llegada al cielo -Dale, no la hagas difícil y acepta.
Aunque a su amigo le duela de la misma forma que a él, lo tenían que aceptar, ya no se verían por un largo rato.
Todo era por su bien.
Isaac seguía con su mismo pensamiento, ¿Para qué hacer feliz a alguien desconocido?, ¿Y si su persona asignada no lo acepta?, ¿Cómo trataría con él?, y lo peor de todo, si hace algo mal su destino ya no sería el cielo.
-No estoy preparado para esto, ¿Qué pasa si cometo un error?
"Error", era verdad, se exponía a muchos.
-Yo te voy a ayudar desde acá.
Logró confundirlo, no había forma de hacerlo.
-¿Cómo lo harás?
Su cara reflejó intriga al escuchar su tan confuso comentario.
El de ojos verdes se acomodó de su asiento llevando su torso adelante y apoyando sus ante brazos en la mesa; sonrió de manera victoriosa al saber la respuesta a su pregunta.
-Yyyy... Te puedo hablar mientras yo esté acá, de esa forma puedo guiarte.
Damián estaba dispuesto a ayudar a su amigo de cualquier forma.
Isaac lo miró desorientado, no sabía a lo que se refería.
-Voy a tratar de ayudarte mientras estés en la Tierra. No voy a poder viajar físicamente, pero si te puedo hablar, solo vos me vas a escuchar.
Los ángeles tienen muchos poderes misteriosos.
La sonrisa de Damián se hizo más grande que hace unos segundos al terminar su explicación.
Isaac tenía cara de estarlo pensando bastante.
Aún si eso funcionaba, no podría regresar a su hogar hasta que la misión se cumpla, pero la situación sería mejor que antes, tendría a su amigo ayudándolo.
Le dio vueltas al tema, y después de unos segundos se decidió, con una duda por delante.
-Lo haré. ¿Pero crees que los dioses aceptarán?
Damián lo miró con picardía.
-Nunca dije que le contaremos a los Dioses lo que vamos a hacer.
╚━─ೋ❀๑୨୧๑❀ೋ─━╝
╔━─ೋ❀๑୨୧๑❀ೋ─━╗
Los dos muchachos se encontraban en frente del templo donde estaban los ángeles guardianes, y también donde tendría que ir para viajar hasta a la Tierra. Isaac lo dudó una vez más, miró a sus espaldas para visualizar una última vez el mundo donde vivía, fueron unos cinco segundos de mirar hacia atrás, pero le cruzaron mil recuerdos que nunca olvidaría, todas las maravillosas cosas que había pasado allí.
No estaba seguro de lo que estaba haciendo, pero no había otra opción, tendría que hacerlo si le gustaba o no.
Todo esto significaba nada más y nada menos que un mal y brusco cambio para su vida cotidiana.
Al dar un paso dentro de ese templo todo cambiaría por completo.
╚━─ೋ❀๑୨୧๑❀ೋ─━╝