Entro como rayo a la casa en busca de las chicas.
-¡Chicas!
Peyton y Ámbar corren hasta mi.
-¿Que pasa?
-¡Nos vamos al mar! -les entrego la carpeta emocionada.
Empiezan a hojearla.
-¡¿Suite?!
-¡Iremos al mar! -empiezan a gritar y brincar emocionadas mientras cada una va buscando ropa y guardarla.
-Todavía falta para irnos. ¿Sabían? -me acerco a la cocina para tomar un vaso de agua.
-¡Si, pero no importa! -se escucha como empiezan a quitar ganchos.
Suelto un suspiro mientras me siento en el sofá y reviso los mensajes que tengo.
"Espero y esta vez si podamos ir a comer.
Tu nuevo jefe."
Mierda.
"Ni pienses ir a comer con el imbécil, mañana me acompañaras a elegir un regalo
IG"
Poderosísima mierda.
-¿Los chicos también irán? -pregunta Ámbar desde su cuarto.
-Si, le pediré permiso a Lourdes.
Chillan emocionada y me quedo pensando en los mensajes.
-¿Y Liz? -pregunto recordando que no la he visto.
-No ha llegado.
¿Qué? Me levanto lo más rápido que puedo y antes de salir escucho como tocan la puerta.
Corro y me encuentro a Marc, el psiquiatra de Liz, cargándola.
-¡¿Qué paso?! -me altero al verla totalmente inconsciente.
-La encontré drogándose y alcance a encontrarla antes de que cayera inconsciente.
-Pasa, pasa. -me hago a un lado guiándolo hasta donde está su cuarto.
Las chicas se acercan rápido.
-¿Qué tengo que hacer? -pregunto desesperada.
Camino de un lado a otro mordiéndome las uñas. Me siento tan nerviosa.
No quiero que termine como mamá.
-Tu no te preocupes, yo me arreglaré con ella, por ahora solo vela su noche y mañana a primera hora la llevas conmigo.
Asiento rápidamente y me siento al lado de Liz acariciando su rostro con lagrimas en los ojos.
-¿Con quién estaba?
Se queda en silencio y volteo a verlo.
-¿Con quién estaba? -repito.
-No creo que sea yo el indicado para decírtelo.
Frunzo el ceño confundida y asiento cansada.
-Esta bien, gracias por traerla, no sé como agradecerte...
-No te preocupes.
-¿Quieres cenar? Te puedo hacer comida...
-De verdad, no tienes nada que agradecer, en poco tiempo le agarre mucho cariño a tu hermana. -dice serio mirando a Liz con cariño.
Veo cierto brillo en sus ojos al ver a Liz y una parte de mi no puede estar más contenta por Liz. Ella merece todo el amor y apoyo.
-Gracias.
Sonríe y niega.
-Cualquier cosa llámame, no importa que hora sea. ¿Sí? -asiento y lo encamino a la puerta.
-¿No tengo que darle medicamento o algo así? -pregunto preocupada.
-No, ahorita no es recomendable darle medicamento ya que no le servirían por las sustancias que ingirió. -asiento cerrando mis ojos y sobándome la cien. -Por el momento solo esta ahí con ella.
-Claro, muchas gracias.
-No hay de que. -se va y cierro la puerta encaminándome hasta la habitación de Liz.
-¿Qué paso? -las chicas me preguntan.
-Marc la encontró dro... ingiriendo sustancias. -digo cansada.
Las chicas asienten y todas nos sentamos en el piso viendo la televisión.
-Kay, ve a descansar, nosotras la cuidamos. -niego.
-No, no, ustedes vayan a descansar que tienen escuela mañana. -ambas me fulminan con la mirada y duramos bastante tiempo en el piso acurrucadas entre nosotras. Me separo poco a poco sin despertarlas y agarro una pequeña cobija para taparlas.
Me acerco a Liz y una tristeza inunda en todo mi ser. ¿Cómo es posible que esté sufriendo tanto? Me duele mucho verla en este estado. Acaricio su cabello y le doy un beso antes de salir para la cocina y tomar un vaso de agua.
Escucho como vuelven a tocar la puerta y supongo que algo se le olvido a Marc.
-¿Se te olvido algo, Mike? -pregunto en cuanto abro la puerta.
Me quedo como piedra al ver que no es Mike.
-¿Quién es Mike? -pregunta mi jefe serio.
Me encojo de hombros y me cruzo de brazos.
-¿Qué haces aquí a esta hora?
-A que me digas quien es Mike. -se acerca más.
Niego y me hago a un lado para que pasé.
-Sea quien sea. ¿Qué haces aquí? -pregunto sentándome en el otro sofá donde está él.
Extiende una bolsa y mi rostro se enciende al recordar. Me trajo la pastilla.
-Oh... cierto yo...
-Quiero que vayas a un ginecólogo, no quiero usar con... -le tapo la boca antes que siga.
-Están mis hermanas. -susurro avergonzada.
Igor se encoje de hombros.
-¿Y? Ni modo que no sepan que te coges a tu... -vuelvo a taparle la boca.
-Igor cállate.
-Cállame, mejor.
Se acerca y me separo de golpe con la bolsa para ir por un vaso con agua y tomarme la pastilla.
-Listo. -susurro.
-Bien. -se para y se acerca a donde estoy con paso firme y cada paso que da su aroma inunda a mis fosas nasales. -Ahora dime quien es Mike.
Ruedo los ojos.
-Mike es...-chillo cuando azota mi culo. -¡Igor!
Pasa su nariz por mi cuello erizando mi piel y me rodea la cintura con una solo brazo.
-Te he dicho de esos ojos. -da pequeños besos en mi cuello haciéndome temblar. -Por castigo mañana usaras esto.
Se separa un poco y me entrega unas bragas. Frunzo el ceño.
-¿Usar esto es mi "castigo"? -pregunto confundida haciendo comillas con mis dedos.
Asiente con una sonrisa picara.
-Si.
Frunzo el ceño confundida y me vuelvo a sentar e Igor me imita.
-Te ves cansada. ¿Tanto te hace trabajar tu nuevo jefe? -se burla sarcásticamente con humor de perro.
Apoyo mi frente en mi mano mientras cierro mis ojos.
-No. Molestaba más mi antiguo jefe, solo que hoy hice un poco de ejercicio. -bromeo.
Me pongo roja en cuestión de segundos al notar lo que dije. Kayla ya vete a dormir.
-Que casualidad, mi secretaria también me puso hacer ejercicio.
Bajo la mirada con una sonrisa y me sobresalto al ver una figura caminado hacia nosotros.
Me levanto de golpe y siento como Igor también se levanta.
-¿En dónde dejaste a Stefany? -pregunta con su rostro serio y sus ojos sin ningún tipo de brillo.
Trago saliva y me acerco a pasos lentos.
-Liz...
Trato de tocarla pero se aleja rápidamente.
-¡¿Dónde dejaste a mi bebé?! -grita dándome la espalda y mis ojos se vuelven agua. -¡Tu mataste a mi bebé!
Sus acusaciones son como si me estuvieran tirando fuego. Me quema el saber que piensa que fui yo la que mato a su bebé.
-Lizbeth, escúchame...
-¿Quién es Stefany? -escucho que pregunta en murmuro Igor.
-¡Puta asesina!
Liz saca un cuchillo y se viene contra mi dejándome estática en mi lugar. Igor se pone enfrente de mi y empieza a forcejear con Liz para quitarle el cuchillo a Liz y cuando puede la inmoviliza dejándola en el suelo.
Mis lagrimas caen en cascada.
-¡Kayla! -grita Igor sacándome de mi pequeño shock.
Actuó como puedo y las chicas llegan corriendo encontrándose con Liz en el suelo mientras que Igor tiene sus manos agarradas dejándola boca abajo y sus brazos en la espalda.
Agarro mi celular con manos temblorosas y marco como puedo a Mike.
-¡Malditas! ¡Todas mataron a mi bebé! -sigue gritando.
-¿Si? -contesta la voz adormilada de Marc.
-Mike, Liz empeoro. -suelto con voz entrecortada.
-Estoy ahí en cinco minutos. -cuelga.
-¡Eres como mamá! -me grita con odio. -¡Todas son como mamá!
Peyton se acerca a mi rápido y se limpia las lagrimas abrazando mi brazo.
-Eres igual que mamá. ¿Sabes por qué? -se ríe e Igor aprieta más su agarre cuando empieza a removerse desenfrenadamente. -¡Tú también abandonaste a los gemelos por andar de puta con tu jefe!
Empiezo a negar rápidamente.
-No los abandone. -susurro remarcando cada palabra.
-¡Lo hiciste y que quede en tu conciencia, zorra!
-¡Cállate! -Ámbar le grita enojada. -¡Tu te pareces a mamá toda drogada!
Liz deja de pelear con Igor y se mantiene quieta unos cuantos segundos y de nuevo vuelve a forcejear con Igor que solo esta serio. Los cinco minutos más largos de mi vida y escuchamos cuando Mike entra desesperado a la casa.
-¡No la agarres así, solo empeoras su estado! -regaña a Igor y rápidamente carga a Liz.
-La iba a matar, idiota. -se defiende enojado.
Mike empieza acariciar el rostro de Liz y frunce el ceño al escuchar lo que dice Igor.
-¿Quiso atacar? -pregunta mientras la recuesta en el sofá.
-Si. -susurro.
-Intérnenla. -volteo indignada a ver a Igor.
-No.
-Te voy a poner un calmante. ¿Sí? -le pregunta dulce a Liz que asiente embobada viéndolo. -Eso es, tranquila.
En segundos Liz se tranquiliza y va cerrando sus ojos poco a poco.
-La llevaré a su habitación. -informa y asentimos siguiéndolo.
-No quiero que estén ellas. -susurra abrazando el cuello de Mike.
Nos quedamos fuera de su habitación y después sale Mike.
-Ella no quiere verlas por hoy, las drogas le alteraron el avance que tenia y tendré que checarla. Si ustedes me dan permiso puedo quedarme en la noche para cuidarla.
Asiento rápidamente.
-Claro que si, puedes quedarte, no quiero que vuelva alterarse.
Mike asiente y se adentra a la habitación dejando la puerta entreabierta.
-Chicas, vayan a descansar, por favor. -les pido y asienten no muy convencidas.
-Buenas noches. -se despiden al unísono.
Me voy hasta el sofá donde se encuentra Igor y tapo mi rostro con mi antebrazo.
-Intérnala. -insiste.
-Igor no puedo. -digo cansada.
-Kayla, te iba a matar. -se levanta y las lagrimas empiezan a caer sobre mis mejillas. -Lo mejor es encerrarla.
-Es que ella no es así, no sé que le pasa...
-Yo si sé. Sé que está loca y estaba a punto de matarte. -se encoje de hombros.
-¡Basta! ¡Si viniste a reprocharme el porqué no tengo encerrada a mi hermana mejor vete! -me levanto de la misma manera y me seco las lagrimas con coraje.
-Bien.
-¡Bien!
Avanzo hasta la puerta y la abro incitándolo a salir.
-Te veo mañana... si es que llegas viva.
Siento la furia en mi y lo empujo fuera de la casa.
-¡Vete!
Sale hecho furia y cierro la puerta con fuerza.
Jodido idiota.
Entro furiosa y me encuentro a Peyton con los ojos rojos de haber llorado.
-Tal vez él tenga razón. -su voz se quiebra. -Si él no hubiera estado, Liz te hubiera...
-Mañana lo hablaremos. ¿Sí? -la evado cansada.
Asiente.
-¿Podemos dormir en tu habitación? -pregunta jugando con sus manos.
Le doy un atisbo de sonrisa y asiento.
-Saben que si pueden.
Nos dirigimos a mi cuarto y Ámbar ya estaba acostada. Me acosté en el centro y las chicas se acurrucaron a cada lado mío.
-Es bueno saber que los niños no presenciaron esto. -comenta Ámbar con voz adormilada.
Suelto un suspiro y asiento pensando en mis niños.
-También que Igor nos ayudará y nos diera techo.
-Le debemos mucho a tu jefe, Kay.
Las abrazo más fuerte y cierro mis ojos tratando de no pensar en él. Mi único problema es cuidar a mis hermanas.