La soleada mañana me recibe, entrando por la ventana medio abierta, impactando en mi frente.
Sentado al pie de la cama trato de recapacitar todo lo que ocurrió hace algunas horas.
...vine con una prostituta, pero no hicimos nada.
Lloré en su regazo.
Reposé mis sentimientos en su existencia.
Y ella me aceptó completamente.
...
Caminando por las aceras de una enorme ciudad repleta de personas trato de ordenar nuevamente mis pensamientos.
Los autos pasando velozmente.
El bullicio a mi alrededor. Conversaciones completamente ininteligibles.
La claridad del cielo y los rayos del sol chocando contra las extensas calles de Tegucigalpa.
Lo había ignorado todo.
Inmerso en mis pensamientos dónde nadie más puede entrar.
Mi mente estallaba.
Vaciando mis alrededores.
Flotando por sobre las nubes.
Contemplando las infinitas estrellas.
Mientras una montaña de edificios amontonados me saludaba.
Y las estrellas bailaban a mis costados.
Meditando. Cerrandome. Marchitándose.
Caminando por las grises calles entre una marea de personas.
Sin detenerme.
Inmerso en un océano de pensamientos que no tiene fondo.
...
El sol se despidió de mí hace algunas horas.
Sin darme cuenta de la noción del tiempo, me encontraba en el patio delantero de mi casa.
Apreciando el vasto cielo sobre mi cabeza.
Asustado e inquieto.
Inmerso por el brillo de las estrellas.
Mientras el sonido de la estufa se escuchaba levemente desde dentro de la casa.
El frío concreto se sentía cada vez más cálido.
Y mis ojos perplejos admiraban la extraña, aterradora y hermosa vista del cielo.
Todas las luces naturales brillaban con vida propia.
Cada astro independiente, vagando por el espacio.
Totalmente ajeno al precioso cielo, crecí en pura desdicha.
Puede que mi propia estupidez sea la responsable de mi infelicidad.
No supe adaptarme.
No supe tolerar.
No supe avanzar.
Aún no he madurado como persona.
Nunca lo haré.
Nadie a mi alrededor lo hará.
Por más que me niegue a la idea.
Por más que quiera cambiar.
Esas palabras siempre le quedan grandes a mis acciones.
Pero, esa misma noche, en ese mismo momento...
...el 17 de Julio del 2020...
La idea de cambiar, permanecía plasmada en mi cabeza.
Aún con el estallido de colores frente a mis ojos, desde el infinito, rebosando de vida, no pude pensar en nada más.
...
18 de Julio del 2020. 3:26 de la madrugada.
Sin poder entregarme al sueño, mi cuerpo se negaba en descansar por ese momento.
Apreciando las leves gotas de agua dibujadas en la ventana.
Distinguiendo apenas los objetos más vistosos del lugar.
Rodeado de pura oscuridad.
Con la vista fija en la nada.
Miles de pensamientos cruzaban por mi mente.
Miles de arrepentimientos.
Miles de lamentos.
Alcé mi mano en dirección al techo, como si pudiera tocarlo con la punta de mi dedo.
Deseando escapar de esa habitación.
Anhelando perderse en el espacio.
Ser uno con el vacío.
No pensar en nada.
No sentir nada.
No mirar nada.
Sin repercusiones.
Sin preocupaciones.
Sin necesitar nada ni a nadie más.
Comencé a desear ese sentimiento.
A odiar más mi monotonía, una de la que no soy el único que forma parte de ella.
Sin tener derecho a hacerlo, me odié a mi mismo, durante tanto tiempo.
...
"Con que derecho dices todo eso? cuando hay personas que llevan una vida peor que la tuya"
Nisiquiera recuerdo su cara, o su tono de voz exacto.
Pero sus palabras repletas de hipocresía e indiferencia formaron parte de un desagradable recuerdo inolvidable.
Yo siempre escuché sus delirios, sus problemas, sus incomodidades, sus alegrías y sus tristesas, pero ella nunca escuchó las mías.
Aún con mi déficit de atención, acepté su acusación.
Acepté su idea de suicidio, la apoyé.
A quien hacía llamarse mi "mejor amiga".
"Quiero demostrárselo a mi Mamá así que cuento contigo", dijo.
Lanzándose frente a un auto en movimiento, mientras tantas personas eran testigos.
No me sobrepuse a la idea.
No le reprimi nada.
Sólo presencié sus últimos momentos en silencio.
Sin sentir ninguna clase de dolor.
Cómo si el lugar no importara mientras ella cumpliera lo que se propuso en una primera instancia.
No la odié nunca.
No la quise nunca.
Y nunca sentí algún remordimiento en ese momento.
"Solo quería llamar la atención".
Dejando todo atrás.
Sin importarle nadie más.
Pensando en su propio egoísmo.
Y al fin recibiendo la atención que en su casa nunca supieron darle.
La atención de todos, menos la mía.
De su querido "mejor amigo" que no sintió ninguna empatía hacia ella.
Aún luego de ver su cuerpo reposando abruptamente sobre el suelo, sus piernas repletas de cicatrices finamente auto-provocadas de forma horizontal.
Y su cabeza goteando sangre.
Sólo me quedé mirando esa escena, durante esos segundos tan eternos.
...
23 de septiembre del 2017, 6:08 de la tarde.
Reflejando las expresiones horrorizadas de las personas a mi alrededor, el cielo tintado en carmesí y la estrecha carretera a mis pies.
Miles de comercios a orilla de la acera.
Las sirenas de la ambulancia y los paramédicos agetreados decoraban el ambiente.
Mientras la compañera de clases frente a mi, estaba muerta.