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Chapter 14 - Porqué soy así

Alex Rafels

— Qué chica!!— digo bastante sorprendido

— Vaya chica!!!— dice Adam igual de sorprendido

— Una chica!?— dice Alem mucho más sorprendido ...Vaya que las apariencias son realmente engañosas! Y yo que pensaba que era una chica tranquila y buena...

— Hhmmm...— Adam se mofa, más no es ese "hmm" que siempre hace, sino uno lleno de interés y curiosidad

— Qué fue eso?— digo entre cerrando los ojos mientras tomo una rebanada de pizza

— Eso amigo mío, fue una demostración de que las mujeres dejaron de ser las del sexo débil— ríe, dejando ver eso hoyuelos y esa hermosa son... Qué mierda Alex!!... Desvío la mirada hacia la comida o lo que una vez fue comida. Mi corazón está a mil por minuto y mis manos empiezan a sudar ...Mierda!... Me maldigo mentalmente apretando la mandíbula

— Vaya! Sí que estaban hambrientos— vuelve a reír, mas no lo volteo a ver

— Sí— digo tratando de sonar normal, pero los nervios me lo impiden, ya que siento su mirada confundida sobre mi

— Alex, estás bien?— pregunta

— Sí, solo tengo hambre— digo evitando su agarre, tomando uno que otro plato de comida

— Vale— dice no tan convencido— Toma— me pasa una botella de agua

— Gracias— por último cojo una manzana y camino hacia nuestra mesa de siempre, con todo el equipo de fútbol, antes de que el ambiente sea más incómodo ...No se hubiera vuelto incómodo si tú no hubieses pensado esa mariconada...

Adam, después de unos segundos, reacciona, toma lo que hay y también coje asiento, tratando de entender lo que quiera que haya pasado allá

...Eres un puto marica Alex!! Tu madre tiene razón. Maldito adefesio!.. me reprocho mentalmente, tratando de evitar su mirada que pide una explicación, finjo estar escuchando lo que Sean está diciendo. Su mirada se vuelve pesada e intensa, poniendo mis pelos de punta; sin embargo, mi salvación llegó en forma de una chica, quien le planta un beso en la mejilla ...Te lo agradezco Dios, aunque no me ames!... Miro hacia el techo de la cafetería ...Y ahora sí a comer se ha dicho... Tomo la jugosa y deliciosa rebanada de pizza entre mis manos, disfrutando cada mordida, pues mi martirio se ha acabado.

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La campana suena, y poco a poco la cafetería se vacía

— Bueno muchachos, espero que hayan comido y dormido bien, porque hoy ni su madre los podrá curar de esta— el entrenador se hace presente.Todos reímos— No es broma— dice serio mientras camina hacia la salida. Dejamos lo que estábamos haciendo y lo seguimos

— Alex, seguro que estás bien?— ...Sino digo algo, no me dejará en paz...

— Mi madre me ha pedido un tutor— finjo molestia, tratando de que se trague la mentira, aunque no es del todo mentira

— Pero tú no necesitas un tutor— ríe ¿aliviado?

— Lo sé pero ella cree que sí— llegamos a las canchas

— Entonces, todo bien entre nosotros?— duda

— Sí, por qué no habría de estarlo?— digo, aliviando un poco de tensión

— Bien— vuelve a sonreír ...Solo quiero llorar hasta caer muerto...

— Ok, nenitas pongan sus lindas bolsitas y COMIENCEN A CORRER!!— ordena— YA!!— hace sonar su silbato

— Bien— vuelve a decir, dándome una palmadita en la espalda, antes de comenzar con sus vueltas. Lo sigo, olvidando aquel suceso tan vergonzoso.