Cuando Max salió al patio pudo ver a los pequeños niños sentados en el pasto jugando con algunas piedras y palos.
Una mirada melancólica se hizo en Max por lo que dió un aplauso para atraer la atención de los pequeños niños.
"Niños quiero que sepan que a partir de hoy va a comenzar un nuevo periodo en su vida.
Déjenme presentarles a Kassia ella es…"
Kassia se sorprendió por el silencio de Max pero fue sólo momentáneo ya que le sorprendió verlo sonreír.
"Ella es una persona importante para mí y también será su maestra."
Los pequeños miraron con sonrisas a Kassia, quien parecía estar contenta de las palabras de Max.
En ese momento Max señaló a los dos monjes y a la monja que estaban mirándolo con bastante miedo.
"No tengan miedo de mí, no soy un asesino aunque ahora controlo su vida, no me interesa tratarlos como esclavos.
Tengo usos más importantes para ustedes, ahora quien de ustedes tres puede decirme si sabe hablar nórdico o si puede enseñar latín."
Los dos monjes se miraron por algunos segundos y los dos negaron con su cabeza mientras que la monja con miedo levantó su mano.
"Yo puedo enseñar latín y sé un poco de nórdico, señor."
Max formó una sonrisa en su rostro y caminó hacia la monja que parecía verlo con un miedo casi irracional, la monja cerró sus ojos esperando lo peor cuando Max estaba frente a ella.
La mano de Max le dió unas palmaditas en el hombro a la monja "No comprendo de dónde viene tu miedo pero quiero que sepas algo.
No somos bárbaros como puedes creer, lo único que sucede es que nuestras condiciones de vida nos hacen ser personas duras.
Son más bárbaros ellos."
Dijo Max señalando a los dos monjes.
Los dos monjes se enojaron con el comentario del joven pelirrojo pero no tenían el valor de quejarse pues aún recordaban el incidente del Drakkar.
La monja se relajó un poco con el comentario del joven pero aún mantenía cierta guardia contra el.
Max al observar a la monja aún a la defensiva solo negó con su cabeza "Por cierto monja cómo debería llamarte."
La monja agachó su cabeza y con una voz entre cortada dijo "Mi, mi nombre es Aila señor."
Max no pudo contener un poco su risa y le dió una palmadita en el hombro a Aila "No me digas señor, solo dime Einar.
Ahora Aila me gustaría pedirte que me ayudes a los pequeños a hablar y escribir en latín.
Puedes pedir ayuda a los dos monjes."
La mirada de Max se puso sería "Pero quiero que recuerdes que te estoy pidiendo que les enseñes latín no que les hables de tu dios o que les muestres la biblia.
Yo respetare su religión pero no la enseñen a estos pequeños niños, ya que planeo enseñarles la palabra de Odín.
Si pueden cumplir con mi petición prometo escribirles el evangelio según Judas Iscariote y revelar el secreto del santo Grial.
Créanme que conozco muchas cosas que ustedes simplemente ignoran, pero deberían creerme que su iglesia no tiene nada que ver con la enseñanza de Jesús."
La monja solo tembló por las palabras de Einar, mientras que uno de los monjes miró con desprecio a Einar mientras decía.
"Einar por qué sabes tanto de nuestra iglesia, no creo que tú seas un heraldo de Odin.
Tú deberías ser un hombre controlado por el demonio."
Max volteó su rostro y miró al valiente pero estúpido monje "Monje no eres la persona más adecuada para decirme que soy un demonio."
El monje tragó saliva al ver a Einar caminar lentamente donde él estaba, Max se puso frente al monje y lo miró fijamente a los ojos.
"Dime cuantas personas has matado o torturado por qué son paganas o herejes."
Max sonrió de manera sarcástica al ver el silencio del monje "Crees que tienes un valor moral superior solo por qué te escondes detrás de la cruz."
El monje con miedo empezó a rezar mientras sostenía su crucifijo de madera, Max frunció el ceño y negó con su cabeza mientras veía al monje con tristeza.
"Es una pena que prefieras escapar de la realidad rezando pero si eso te hace sentir mejor y justifica tus acciones hazlo.
Aila acompáñame te mostraré lo que vas a enseñar cuando Kassia no esté presente."
Aila con algo de miedo camino ignorando a los dos monjes que estaban de rodillas rezando.
Una vez que Ali se paró frente a los niños, Max tomó algunas cuantas piedras del suelo.
"Muy bien niños, hoy les enseñaré los números, estos números les ayudarán en el futuro.
Recuerden cualquier cosa que hagan lleva de manera directa o indirecta números, si quieren ser guerreros y quieren lanzar una jabalina necesitaran usar números para poder saber cómo lanzarla para poder acabar con el enemigo.
Si están cocinando necesitaran saber las cantidades de ingredientes y para eso necesitan de los números"
Todos los niños asintieron y observaron como Max levantaba una mano que tenía una piedra "Repitan después de mi Uno."
Los niños gritaron al unísono "Uno"
En ese momento Max con su mano levantó dos piedras "Dos"
Los niños gritaron al unísono "Dos"
En tan solo algunos minutos Max contó hasta el número diez y también les mostró a los niños el número cero.
"Muy bien niños, tendrán que aprender a contar desde el 0 hasta el 10.
Recuerden que usar piedras o los dedos de su mano para contar y si tienen alguna duda pueden preguntar a Kassia o a Aila."
Al ver a los pequeños niños usar sus manos o algunas piedras para contar, Max recordó a Erika por lo que una sensación de tristeza lo invadió.
Max entonces caminó cerca de los pequeños niños y acarició la cabeza de una niña que estaba contando algunas piedras "Niños también quiero que sepan que como maestro mi deber es cuidar de ustedes.
Mientras yo viva los cuidaré como si fueran mis hijos, por lo que jamás tengan miedo de preguntar algo o si alguna vez necesitan hablar con alguien solo díganme.
Ustedes son el futuro de nuestra tribu siempre recuerden eso."
La pequeña niña no comprendía por qué el heraldo de Odín le acarició la cabeza o por qué dijo esas palabras pero sabía que quizá en su futuro no pasaría por ninguna carencia.
Tras decir esas palabras Max camino hacia Aila "Aila cuida de los niños por favor, yo tengo que mostrarle a Seren como hacer cemento.
También pídeles a los monjes que te ayuden y diles que si no quieren cuidar de los niños siempre hay lugares disponibles para trabajos forzados donde posiblemente conozcan a dios."
Aila con miedo asintió y caminó hacia los monjes para que dejarán de rezar y le ayudarán a cuidar de los pequeños niños.
Por su parte Max de manera sorpresiva tomó de la cintura a Kassia y a Helmi mientras caminaba al lugar donde estaba Seren con los materiales preparados.
Helmi y Kassia no les molestó la acción de Max por lo que ellas caminaron junto a él, mientras caminaban Helmi estaba pensando en la conducta de Einar con los niños.
Ella nunca lo había visto melancólico junto a los niños por lo que se preguntó si acaso Einar quería ser padre, si él quisiera ser padre ella no se negaría.
Por un momento Helmi se perdió en el pensamiento de ella junto a Einar cargando algunos cuantos niños, sólo recuperó su conciencia cuando escuchó a Einar hablar.
Max quien ya estaba dando instrucciones a Seren no le incomodo la cabeza de Helmi sobre su hombro por lo que evitó hacer muchos movimientos con su mano para evitar molestarla.
Seren por su parte estaba siguiendo los pasos que le indico Einar, lo primero que hizo fue poner vinagre a una de las piedras blancas.
Para su sorpresa cuando el vinagre tocó la piedra, esta empezó a liberar unas burbujas por lo que Einar le permitió colocar las piedras blancas en el fuego.
Mientras las piedras calizas estaban calentándose en el fuego, un artesano usó un mortero para poder moler las cenizas volcánicas lo mejor que pudo.
Tras esto Seren saco del fuego usando unas pinzas las piedras calizas que estaban al rojo vivo, las cuales colocó en una olla de hierro en dónde les puso agua.
Para sorpresa de todos las piedras se disolvieron con el agua, pero siguiendo las instrucciones de Einar sólo pusieron suficiente agua para que se formará una pasta de color blanco.
Cuando la pasta estuvo lista Einar calculo la cantidad de la pasta en la olla de hierro usando un recipiente de madera.
Siguiendo las medidas del recipiente de madera por cada recipiente de pasta Einar puso dos recipientes de ceniza volcánica y un recipiente de piedra pumita rota en pequeños pedazos.
Una vez que todo estaba junto se mezclo hasta formar una especie de plastilina de color gris la cual fue colocada en un molde de madera el cual se llenó hasta la mitad.
Una vez que la mitad del molde estaba llenó, Einar le dió algunos cuantos golpes al molde para que el cemento romano se acomodara, tras esto se lleno el molde de cemento y repito el proceso de darles algunos golpes para que se acomodara el material.
Cuando acabaron Max limpio sus manos con agua mientras explicaba los pasos finales "Una vez que el ladrillo esté seco y se sienta como una roca van a colocarlo en el agua de mar por lo menos un día completo.
Esto con la finalidad de que los minerales del agua de mar sellen el ladrillo, lo ideal es que estén los ladrillos al menos medio año bajo el agua o en su defecto 3 meses.
Pero debido a que necesitamos estos ladrillos para la muralla y el sistema de alcantarillas con solo un día es suficiente."
Seren asintió y empezó a dar órdenes para que los esclavos y algunos artesanos empezarán a traer material en grandes cantidades.
Max quien tenía curiosidad le preguntó cómo era que traían el material, Seren le mostró a Max que los esclavos usaban unas canastas en sus hombros con las cuales caminaban hasta que llegaban a su destino.
La respuesta de Seren hizo que Max estuviera insatisfecho por lo que pidió un papiro y una pluma para que pudiera dibujar una pequeña herramienta que ayudaría bastante a los artesanos.
Una vez que Max tuvo una pluma dibujó una especie de contenedor que estaba sostenido por una rueda y que tenía dos agarraderas.
"Les presento la carretilla, esta pequeña herramienta permitirá que los esclavos puedan cargar más peso y aumentará la velocidad de viaje.
Aunque solo puede funcionar en caminos que no sean de barro pues de otra forma puede acabar atascada."
Seren asintió y con una sonrisa entregó el plano a los artesanos para que empezarán a crear algunas carretillas.
Por su parte Max miró a Kassia con una sonrisa "Tengo hambre, qué tal si comemos un poco y después vamos al centro del pueblo para que pueda mostrarles a los esclavos y aldeanos.
Dónde deben de empezar a escarbar para que empiece la construcción de las alcantarillas."
Kassia asintió y abrazó el brazo de Max, en ese momento los tres caminaron hacia el gran salón.