El ruido de una campana hizo despertar a una pequeña niña quien con sus pequeñas manos limpió la suciedad en sus ojos antes de estirarse.
Tras esto sacó de debajo de su almohada su pequeño zorro de madera el cual abrazo 'Mamá, papá espero que hayan amanecido bien en el Valhalla, también me gustaría decirles que hoy aprenderé a escribir mi nombre usando lo que la maestra Aila llama alfabeto latín'
Cuando acabó de hablar con sus padres siguió su rutina que había estado haciendo durante 3 días.
Primero dobló su piel de animal y la llevó al almacén, tras esto fue a la mesa del gran salón para desayunar.
Se sorprendió que el desayuno fuera un gran pedazo de carne de foca, una sopa de pescado y una jarra de leche con mucha calma usó los cubiertos de madera para poder cortar su carné.
Mientras bebía su leche miró al pequeño niño a su lado con curiosidad, durante los últimos días el niño ha llorado mientras duerme, sin mencionar que sus ojos parecen estar carentes de vida.
"Oye pequeño niño necesitas que te ayude a comer."
El niño levantó la vista y miró a la niña con cabello dorado con algo de enojo.
"Me llamo Daven y no necesito ayuda.
Ya te lo había dicho y lo vuelvo a decir, yo tengo que hacer las cosas solo si no fallaré a mi madre en mi promesa que me convertiría en un gran hombre."
La niña suspiró "Me puedes llamar Laura, Daven.
Pero no creo que tu madre se enoje si me permites ayudarte, además estoy segura que tu madre está en el Valhalla junto a mis padres."
Daven con enojo miro a Laura "Eso que dijiste no es cierto, mi madre no puede ir al Valhalla pues es una mujer y no murió en batalla."
Unas lágrimas recorrieron los ojos de Daven al decir esas palabras por lo que cuando pensaba continuar con su desayuno, el ruido de una jarra rota lo espantó.
Laura quien había roto su jarra de leche se abalanzó contra Daven con la intención de golpearlo, antes que los dos niños tuvieran tiempo de golpearse fueron separados por los dos monjes esclavos.
Con un rostro completamente enrojecido por la ira Laura señaló a Daven "Maldito mocoso, mis padres están en el Valhalla y yo misma los venge.
Tu puedes decir lo mismo que yo o solo eres un cobarde."
Daven con sus lágrimas cayendo de sus ojos miró con odio a Laura "No está en el Valhalla tu madre, solo los hombres pueden ir a él.
Si mi madre pudiera estar en el Valhalla ella no habría llorado mientras aquel maldito vikingo arrancó parte de su boca."
Los dos monjes solo podían escuchar cómo los dos niños parecían gritarse por lo que decidieron solo sostenerlos hasta que el Jarl o su esposa pudieran poner orden.
Tras algunos segundos entró en el gran salón Max quien se encontraba afuera ayudando a coordinar a los esclavos y trabajadores en el agujero de las alcantarillas.
Kassia y Helmi también entraron pues les preocupó el ruido, lo primero que pudieron ver fue a los dos monjes sosteniendo a dos niños que parecían estar gritándose distintos insultos.
Max camino hacia los dos niños y puso sus manos sobre sus cabezas en un intento de hacer que se relajaran.
Laura y Daven se tranquilizaron cuando sintieron la mano de Einar, una vez que los dos dejaron de intentar pelear los monjes los liberaron y Max en cuclillas los miró "Niños que fue lo que pasó, por qué están peleando."
Laura con lágrimas en sus ojos empezó a narrar su historia y como Daven le había dicho que su madre no había podido entrar al Valhalla.
Max escuchó a los dos pequeños hablar, cuando ellos acabaron de decir sus pensamientos, una sonrisa se formó en su rostro.
Sin mucha prisa se paró y abrió sus brazos "Niños como saben yo soy el emisario de Odín, soy su profeta si me quieren ver de esa manera.
Hablaré con el Godi Asgot para que ustedes puedan escuchar la verdad del Valhalla, pero antes que nada quiero que sepan que sus padres fueron directamente al Valhalla.
No importa cómo murieron pues hicieron el mayor sacrificio que un padre puede hacer, el cual es dar la vida por sus hijos."
Max entonces limpió las lágrimas de la cara de Laura y de Daven "Laura, Daven espero que después de escuchar mis palabras puedan sentirse mucho mejor.
Sus padres los están cuidando desde el Valhalla a si que espero que puedan llevarse bien.
No les pido que sean amigos pues esa es una decisión que sólo ustedes dos pueden hacer, pero sepan que somos más fuertes unidos que separados.
Nuestros enemigos son los vikingos que intentan robar a nuestra gente y ellos."
Max señaló a los dos monjes que estaban limpiando los restos de los cubiertos y comida que tiraron Laura y Daven.
"Pueden parecer inofensivos y débiles a comparación de los vikingos que atacan nuestro pueblo, pero ellos tienen un arma que es más aterradora que las espadas o hachas."
Max puso sus dedos en la frente de los dos niños "Ellos usan la religión como una forma de atacar su mente y mantienen a las personas cautivas con promesas irreales.
Son muy pequeños para entender pero conforme crezcan verán la diferencia entre nuestra gente y los cristianos."
Tras esto Max cargo a los dos niños y los llevó a sus lugares en la mesa donde hizo algunas señas a los esclavos para que trajeran comida.
"Laura y Daven, en un momento más traerán más comida para que puedan desayunar, pero recuerden que esta es la primera y última vez que pelean en la mesa.
La comida no es algo que nos podamos dar el lujo de tirar al suelo, entendieron."
Laura y Daven asintieron en silencio mientras algunos esclavos ponían comida en frente de ellos, Max por su parte acarició sus cabezas y los dejó comer mientras volvía a supervisar la zona de construcción.
Cuando Max se fue, Laura pudo escuchar la voz de Daven "Yo siento lo que dije Laura."
Laura por su parte exhaló y le dió una palmadita en el hombro a Daven "No te preocupes Daven, yo también me deje llevar por mis emociones.
Pero qué te parece si te doy un pedazo de mi carne en compensación por todo lo que pasó."
Daven asintió y los dos niños empezaron a platicar y reír en la mesa.