GABRIELA
Las clases pasaban lentas, pero no demasiado. Puede ser que estuviese esperando a que pasasen para poder estar con Alex, lo pasaba muy bien con él y mi humor mejoraba. Además, cabe recordar que la vista se alegraba al verlo, esos ojos verdes que me atrapaban, sus camisetas ceñidas, sus músculos prominentes.... No creo que haga falta que siga diciendo cosas porque me podría pasar horas diciendo cosas que me gustaban de él.
Por fin llegó el recreo y Marcos me estaba esperando junto a la puerta de mi clase ya que el no tuvo clase la hora anterior. "Se te ve de mejor humor que la mañana, ¿te quedaste dormida en alguna clase o Alex tuvo algo que ver?" preguntó con una gran sonrisa en el rostro "Vas a aprovechar cada momento para hablar de Alex ¿no?" pregunté, rodando los ojos
"Claro que sí, pero esta vez te lo digo porque a la mañana te vi hablando con él." respondió "¿Y eso que?" inquirí, porque no tengo ni la menor idea de que quería decir con eso "Que se notaba como iba mejorando tu humor, a eso me refiero."
"¿Y qué quieres que te haga?, es la verdad, no te lo voy a negar." aseguré "¿Puedo hacerte una pregunta sin que te enfades?" preguntó y me paré en seco, pasando a centrar mi mirada en él "Eso no suena bien si te digo la verdad." admití "Pero es que te la tengo que hacer." aseguró "Pues hazla ya antes de que me arrepienta."
"¿Por qué no estás con él?" preguntó "No es el momento Marcos." contesté, porque sentía que aún no estábamos preparados para estar juntos, y no quería cagarla como lo habíamos hecho hace ocho años "¿Solo eso o hay algo más?"
"¿Acaso tiene que haber algo más?" pregunté, elevando una ceja "No lo sé, te lo estoy preguntando." La verdad es que no tenía ni idea de que contestarle a Marcos a eso, pero para mi suerte llegan Sara y Clara que nos saludaron y bajamos a sentarnos a aprovechar el sol que había. Estuvimos hablando un par de minutos de que tal llevábamos el día por el momento hasta que Sara cambia de tema rápidamente.
"¿De verdad ese gilipollas no puede dejar de mirar hacia aquí o que le pasa?" Con esas palabras Marcos deja de reír a algo de lo que había dicho Clara y se gira mirando para mí y Clara mira hacia su hermana y luego vuelve la mirada a mí. "Sara por favor, no es gilipollas."
"¿Desde cuándo lo defiendes Gabriela?" preguntó enfadada "Desde que puedo, ¿algún problema?" pregunté a la defensiva "Que no entiendo tu actitud desde hace un par de semanas. ¿se puede saber que te pasa? Te hizo daño Gabriela."
"Eso no tiene nada que ver, las personas cambian." aseguré, porque yo lo sabía mejor que nadie "No creo que lo hagan, y mucho menos personas como él." afirmó y rodé los ojos "Mira, esta conversación la tuve con Carlota y no consiguió cambiarme de opinión, asiqué ni lo intentes porque no lo conseguirás."
"¿Entonces me puedes explicar que te pasa con él?" inquirió "Lo haré, cuando se me dé la gana. Ahora si me disculpáis, vengo ahora." Con eso me levanté y me dirigí a donde estaba Alex. Sé que eso molestaría a Sara, pero sinceramente me era igual, lo que hiciese o no con él me incumbía a mí y a él. Si ni Carlota consiguió convencerme de lo contrario, mucho menos lo va a hacer ella, por lo que tendrá que acostumbrarse a Alex, cuanto antes mejor, porque iba a andar con nosotros siempre que quisiese.
"Hola hermosa." dijo con una gran sonrisa "¿Qué haces tan solo? ¿Y Dani?" pregunté mirando a su alrededor, para ver si su amigo andaba cerca "Tenía cosas que hacer." dijo simplemente "¿Por qué no vienes a junto a nosotros entonces en vez de estar aquí solo?" pregunté con una sonrisa plantada en mi rostro "No le caigo bien a Sara, no quiero molestarla."
"Ya verás que no la molestarás, y si lo haces que haga lo que quiera." aseguré, lo último que me importaba era que Sara se molestase por algo que no le tenía ni que molestar a ella, sobre todo si tenemos en cuenta que no tiene ni la menor idea de lo que había pasado entre nosotros, mucho menos me importaba.
"No quiero que te peles con tu amiga Gabriela." protestó Alex y negué "No te preocupes por eso, me sé controlar. Pero venga, vente." dije, estirando mi mano en su dirección "No quiero molestar, de verdad, aquí estoy bien." insistió "¿Entonces me harás arrastrarte hasta allí?"
"No creo que fueses capaz." retó y negué "No quieras probar." le aseguré "¿No te molestará mi presencia?" inquirió ahora seriamente "¿Si me molestase tu presencia piensas que estaría aquí?"
"No pensé en eso." admitió con una pequeña sonrisa en su rostro "Pues vamos anda, Marcos seguro que estará encantado de tenerte allí con nosotros." aseguré "Lo dudo." contestó y negué tomando una bocanada de aire "No lo hagas, de verdad te lo digo."
"Entonces voy, pero solo si no borras esa sonrisa en lo que queda de día." dijo y mi sonrisa se ensanchó un poco más "No lo haré." aseguré "Acepto entonces." Me reí y empecé a andar en la dirección en la que había venido a por él. Cuando llegamos la cara de Sara dejaba bien claro que no le agradaba su presencia, pero no le dijo nada. El resto del descanso nos lo pasamos hablando de todo, y Marcos se fijaba en cada detalle en lo que se refería a mí y a Alex, seguramente para contárselo más tarde a Carlota.
Para mí se acabó pronto la clase y tanto Marcos como las chicas se habían ido un poco antes de que tocase porque su clase quedaba un poco lejos de donde nos encontrábamos, y eso nos dejó solos a mí y a Alex.
"¿Que le dijiste a Sara para que no hablase?" preguntó "Nada la verdad, eso fue su elección." aseguré rodando los ojos, porque a veces Sara podía llegar a ser como una niña de cinco años "¿Segura?" cuestionó y asentí "Segura como me llamo Gabriela."
"Entiendo. ¿Sabes lo que no me gusta de este día?" preguntó y fruncí el ceño por un momento, sin entender a donde quería llegar "¿El qué?" cuestioné con curiosidad "No tener clase contigo, por mucha hora libre que tenga a última, prefería pasarla en una clase en la que estuvieses."
"Yo a última hora también tengo libre." admití "¿En serio?" preguntó sorprendido "Si, de verdad." le aseguré, riéndome "¿Entonces te apetecería ir a dar una vuelta?, como amigos me refiero" aclaró "Claro que sí, total no tengo nada que hacer."
"Si quieres te puedo llevar yo mismo a casa luego." aseguró y negué, porque a pesar de que me encantaría, esta semana no sería posible "Tengo que llevar a Marcos y a mis hermanos a casa, me toca conducir hoy."
"Otro día será." dijo con una gran sonrisa en su rostro, lo que hizo que automáticamente apareciese una del mismo tamaño que la suya en mi rostro "Seguro que sí." contesté "¿Quieres que te acompañe a clase?"
"No quiero que llegues tarde a tu clase." dije "No queda lejos de la tuya." aseguró y fruncí el ceño, porque ¿cómo sabía que su clase quedaba cerca de la mía? "¿Sabes en que clase tengo ahora?" pregunté "Sería raro que no lo supiese."
"Serías un acosador perfecto." admití riéndome "Puede ser, pero solo te acosaría a ti" dijo "¿Me debería sentir acosada o algo?" pregunté irónicamente "Puede, pero en mi defensa diré que no puedo evitarlo, no quiero que te pase nada."
"Entonces eres como mi ángel de la guarda." respondí "Ponle el nombre que quieras, tu ángel de la guarda, tu acosador, tu amante, tu amigo, siempre estaré ahí en caso de que me necesites y contarás conmigo para lo que sea, incluso si es un delito, no dudaré en ayudarte en ningún momento, pero, sobre todo, mi amor incondicional."
"Eres muy mono y un amor. No puedes evitar decirme esas cosas verdad." afirmé y este rodó los ojos, pero con una sonrisa en su rostro "No, la verdad es que no, pero lo tengo que hacer, si así te demuestro mi amor lo haré hasta morirme."
"No te morirás tan joven, no lo permitiría ni en un millón de años." aseguré "Como sea, te amo mi vida, como nunca amé a nadie. Eres mi gran y único amor." respondió y una sonrisa mi sonrisa aumentó de tamaño "Yo también te quiero, pero ahora me tengo que ir a clase."
"Lo sé, nos vemos más tarde reina" dijo dándome un beso en la sien "Claro, te espero en la entrada de la universidad." dije, todavía con mi sonrisa en el rostro "Está bien, hasta luego." se despidió "Hasta luego."
Entré en clase no sin antes echarle un último vistazo. Este par de clases pasarían suficientemente lentas teniendo en cuenta que quedaría con Alex, y aunque no fuese una cita, se podría tomar como algo parecido, nos amábamos, lo amaba y no podía evitar sentirme como me sentía a su lado, mucho menos esconderlo, pero era algo que no me permitiría más, iba a dejar que las cosas fluyesen y ya decidiría según las circunstancias.
Iba a cerrar la puerta cuando de repente me agarran del brazo e iba a contestar de mala manera hasta que veo a Sara que empieza a llevarme hacia el lado contrario.