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Chapter 47 - Capítulo 46

ALEX

No voy a negar que me quedé preocupado al ver que Gabriela se alteraba y por eso me quede con ella hasta que se acercaban sus hermanos, pero solo porque me lo pidió ella, sino me quedaría con ella hasta que no me necesitase.

Estaba de camino a mi casa e iba pensando en cómo estaba Gabriela y que no le pasara nada a su abuela, la quería mucho para que le pasase algo. Cuando llegué a casa me fui para mi habitación, la verdad es que no tenía hambre y mi madre no tarda nada en venir a verme.

"¿No vas a comer nada?" preguntó y negué "No tengo hambre." respondí "¿Te ha pasado algo en la universidad?" inquirió y negué una vez más "No, todo está bien, solo que no tengo hambre."

"Bueno, pero tenemos que hablar." dijo, sentándose en mi cama "¿De qué exactamente?" pregunté "De lo del otro día." empezó y negué, porque no quería empezar a discutir con ella de nuevo "No quiero hablar de Gabriela, no contigo." contesté "Tienes que entenderme Alex, después de todo lo que has pasado y le has hecho pasar a esa chica, prefiero que no te acerques a ella, para tu bien y por el de ella."

"No quiero hablar, de verdad te lo digo." insistí "Como quieras, pero solo para que lo sepas, esa chica me gustaba para ti." respondió y asentí, porque eso ya lo sabía "Lo sé, y a mí me gusta para mí." admití "Si no le hubieses hecho nada igual estaba contigo."

"Puede, pero ya veremos cómo van las cosas." espeté un poco cansado de la insistencia de mamá "¿De qué hablas?" preguntó, frunciendo el ceño "De nada, cosas mías, ahora si puedes dejarme solo que quiero estudiar un rato."

"Como quieras, cuando tengas hambre, bajas, tendrás algo en el microondas." dijo, levantándose y dirigiéndose a la puerta. Se lo agradecí y con eso se fue. No es que fuese a estudiar la verdad, solo que estoy seguro de que tardaría seguiría hablando de Gabriela y con ellos no quería hablar de ella porque en ese tema estaban enfadados conmigo. Mi abuela en un principio también se enfadó conmigo, pero me apoyo desde el principio y eso era algo que valoraba mucho.

Iban pasando las horas lentamente, para mí al menos. Quería saber cómo estaba Gabriela, pero no la iba a llamar hasta la noche porque estoy completamente seguro de que pasaría la tarde allí y no la quería molestar. No sé en qué momento me quedé dormido y cuando me desperté eran sobre las nueve de la noche, y más que nada desperté porque tenía hambre, por lo decidí que era mejor bajar antes de llamar a Gabriela. Sé que me llevaría algo de tiempo cenar, más que nada porque estaba solo y me pondría a ver la tele un rato.

Encendí la televisión y me puse a ver lo primero que me pareció algo interesante, pero no tardé nada en aburrirme y decidí que era mejor volver a la habitación, total, no es que fuera a hacer algo. Cogí uno de los libros para estudiar un rato, pero pronto me cansé por lo que me puse a hacer otra cosa, nada interesante la verdad.

Eran las diez y media cuando decidí que era mejor mandarle un mensaje para ver si podía hablar a lo que pronto me contestó que se iba a ir a casa, que le hablara dentro de un rato, por lo que parece que todo iba bien. Mientras no la llamaba iba a escribirle una carta que esperaba que le gustase.

Me senté en el escritorio, cogí un boli y un folio y empecé a pensar. Las palabras casi salían solas, supongo porque en esta carta le diría todo lo que siento. No sé cuándo se la daría, esperaba terminarla hoy y así dársela mañana, pero no tengo ni idea la verdad.

Estaba escribiendo cuando me llama Gabriela y no tardo nada en contestar. Estuvimos hablando hasta que nos empezó a entrar el sueño y hablamos de todo y nada a la vez por lo que nos despedimos y colgamos. Yo me iba a quedar un rato más para intentar terminar la carta que le estaba escribiendo. Acabé sobre la una y media de la mañana y me fui a dormir, estaba satisfecho con el resultado de la carta, solo esperaba que le gustara.

Era hora de levantarse y antes de bajar a desayunar, leí por última vez la carta, para asegurarme de que no hubiese algún error, pero no encontré ningún por lo que la metí en la mochila y me fui a desayunar. Mi padre ya se había ido a trabajar y mi madre aún estaba en la cama, por lo que mejor mañana no pude tener, un desayuno tranquilo.

Cuando fue hora de irme, cogí las llaves del coché y me fui para la universidad. Desde que Gabriela se empezó a llevar mejor conmigo iba con más tiempo, siempre llegaba cuando tocaba el timbre, pero ahora iba con unos diez minutos antes de que tocara el timbre y así podía hablar con ella, ver cómo estaba y pasar más tiempo con ella. Llegué a la universidad y antes de que me baje del coche, veo que los hermanos de Gabriela pasan por ahí yendo hacia la universidad, por lo que me confirmaba que ella ya había llegado.

En cuanto ellos entran en la universidad bajo del coche y me dirijo a donde está Gabriela. De momento solo estaban Marcos y ella, no tendría miradas asesinas por el momento, no hasta que llegase Sara al menos. Estaba a unos dos metros cuando Gabriela se gira en mi dirección, no sé si es porque me escuchó o porqué, pero en cuanto la veo se me forma una gran sonrisa en la cara, y no me caía la baba de milagro. Marcos no tarda nada en darse la vuelta y cuando me ve y luego ve a Gabriela también se le forma una sonrisa, la cosa es que no sé por qué y no es en algo que me centrase demasiado.

"Hola mi reina, ¿qué tal tu abuela?" pregunté luego de darle un abrazo "Hola, está bien, gracias por preguntar." dijo "Bueno chicos, yo os dejo solos. Nos vemos más tarde Gabriela." dijo Marcos, empezando a caminar hacia la universidad "No hace falta que te vayas." protestó Gabriela "Lo sé, pero lo voy a hacer, así podré hablar con Sara y ver si consigo que entre en razón."

"No creo que lo consigas, y sabes que me da igual lo que piense, si quiero lo haré, ni mis padres podrán evitarlo." aseguró Gabriela "Lo sé, y me alegro por eso, pero me voy." insistió "Marcos..." empezó Gabriela, pero este elevó la mano para detenerla, cosa que hizo "No me vas a convencer, los dos sabemos que quieres, asique ahora no te hagas."

No sé de qué estaban hablando exactamente, pero tampoco era que me importase demasiado. Marcos se fue y quedamos solos nosotros dos por lo que le podía dar la carta, pero creo que era mejor dársela más tarde, para que la leyese cuando estuviese sola, creo que era lo mejor.

"¿Te puedo hacer una pregunta?" preguntó Gabriela, pasando a centrar su mirada en la mía "Todas las que quiera preciosa." aseguré "¿Por qué ahora vienes más temprano?" inquirió y me reí, porque al parecer se había dado cuenta "Fácil, ahora que puedo pasar algo más de tiempo contigo, vengo antes para así pasar tiempo contigo antes de entrar a clase."

"No lo tenías por qué hacer, sé que no te gusta levantarte tan temprano." aseguró, pero negué, porque a mí eso no me importaba para nada "Por ti lo que sea hermosa." afirmé y su sonrisa se amplió "¿En algún momento dejaras de ser un exagerado como lo estás siendo?"

"Si te refieres a que te deje de llamar hermosa y todo eso te puedes ir olvidando porque no lo voy a hacer, siempre te lo llamaré." admití, porque nada ni nadie me cambiaría la idea de que Gabriela no fuese hermosa "Pero pienso que no soy nada de eso."

"Lo eres, para mí y para mucha otra gente lo eres." aseguré "Pues entonces no sé, gracias." respondió un poco perdida casi diría "De nada, pero solo me encargo de decirte la verdad, no es otra cosa." aseguré y ella rodó los ojos "No sé de lo que te encargarás, solo sé que eres un exagerado, eso no ha cambiado nada, creo que incluso eres más exagerado que antes."

"No lo sé, puede." Justo en ese momento tocó el timbre y nos fuimos para la universidad. La acompañé hasta su clase como lo hacía desde la fiesta que es básicamente donde nos empezamos a llevar mejor, por lo menos ella.

"Luego en el recreo vendrás junto a nosotros ¿no?" preguntó y me encogí de hombros "No quiero molestar a Sara, se nota que no me quiere ver delante." aseguré "Ella no te querrá ver delante, pero yo sí, y me gustaría que estuvieses con nosotros. Te puedes traer a Dani si quieres, o a tus amigos."

"Se lo diré." respondí y una sonrisa apareció en su rostro "Vale, entonces hasta luego Alex." se despidió "Hasta luego mi reina." devolví y con eso me fui para la clase. Seguro que las clases se me pasarían lentas, pero la espera iba a merecer la pena, estaría en el descanso con ella y eso era lo único que me importaba, Gabriela y su felicidad.