GABRIELA
El tiempo pasó un poco más rápido de lo que venía haciendo las últimas semanas, y la verdad es que me alegraba de que fuese así. Cuando por fin tocó el timbre para el descanso, soy la última que salgo de la clase, no quería llevar medio ejercicio para casa si lo podía terminar ahora. Al salir me encuentro con Alex esperándome y como venía siendo lo normal estas últimas semanas, al ver su sonrisa hace que yo también sonría.
"Hola mi reina, pensé que iba a tener que entrar para ayudarte en lo que estuvieses haciendo." dijo con una gran sonrisa "No creo que quisieras hacer un ejercicio de lo que a lo mejor no tienes ni idea." respondí "Puede ser que no tenga ni la menor idea, pero podría intentar ayudarte al menos."
"Eres muy bueno cuando quieres." admití con una gran sonrisa en mi rostro "Lo sé, pero esa parte me la reservo más para ti que para los demás." aseguró "Entonces gracias, pero creo que es una parte que todo el mundo debería de conocer, sobre todo Sara, a lo mejor así arreglamos algo."
"No me importa Sara ni lo que le pase conmigo, en parte me lo tengo merecido, lo único que me importa es que tu estés bien y que no me acabes matando." Nos echamos a reír, porque eso era cierto. Hace tiempo que no lo quería matar ni nada, más que nada porque me había dado que era bueno y que me quería, y que yo lo amaba y no le iba a hacer nada que le pudiese hacer daño.
"¿Te puedo hacer una pregunta mi reina?" preguntó "Claro, ¿qué pasa?" inquirí "¿Qué contestarías si te dijese de ser mi novia?" cuestionó y eso sí que no me lo esperaba la verdad, me esperaba cualquiera pregunta que esa. La verdad le contestaría que sí, pero sentía que no era el momento, no por ahora. "Pues que creo que aún no es el momento."
"¿Por qué?" preguntó "Porque algo me lo dice." dije sinceramente "Pero cuando me dices que me..." empezó y asentí, porque sabía a donde quería llegar "Es cierto, de verdad que te amo, pero algo me dice que no es el momento."
"Pues que sepas que siempre te estaré esperando." contestó y negué "No creo que aguantes tanto, eres de esos chicos que tienen a miles de chicas a su alrededor." respondí y este rodó los ojos "Puede ser, pero a mí solo hay una que ame, y esa chica la tengo en frente mío."
Eso me hacía sentirme más feliz de lo que me sentía por lo general con él, no sé, en cierto modo me alegraba que no se fijase en las otras chicas que eran más guapas que yo seguro. Tardamos un par de minutos en llegar al lugar donde siempre estábamos, más que nada porque era uno de los únicos sitios en el que siempre daba el sol, y me encantaba.
Cuando llegamos me fijé en que Sara no puso ninguna cara rara, lo que se me hizo raro. Miré a Marcos y vi que me sonreía lo que podía ser que Sara decidiese dejar de estar enfadada o no sé. No sé cómo Marcos lo consiguió, pero se lo agradecía.
"Gabriela, ¿crees que podemos hablar un momento a solas?" preguntó y asentí. Sara se levantó y yo no tardé nada en seguirla. Nos separamos lo suficiente como para que no oyesen de lo que fuésemos a hablar, se paró y yo delante de ella. Tardó un par de minutos en hablar, pero iba a esperar a que ella hablase, al fin y al cabo, era ella la que quería hablar.
"Le voy a dar una oportunidad." espetó "¿Y a qué viene este cambio? Si se puede saber." pregunté, porque a pesar de que imagino que Marcos tiene algo que ver con esto, quería saber cuál había sido la razón real "Marcos me dijo algo que me convenció a medias y me dijo que me debía fijar más cuando estuvieseis juntos y tenía razón, se te ve feliz con él."
"Es que lo soy, no sé por qué te empeñaste en eso la verdad." dije "Perdóname ¿vale? Se que me comporté como una completa perra, pero es algo que no me cogía la cabeza, ¿después de todo lo que te hizo y tú lo estabas perdonando? No me lo podía creer y mucho menos podía creer que lo que decía era cierto."
"Pues sí que lo es." le aseguré, porque si algo tenía más que claro, era de que Alex me amaba más que nada "Si, me he fijado, pero me sigue pareciendo raro que después de cómo lo trataras ahora estáis tan juntos. ¿Ya sois pareja?" preguntó "¿Qué? No, no lo somos, por qué lo dices."
"Porque es como es comportáis, pensé que ya estabais juntos." respondió, encogiéndose de hombros "Pues no lo estamos." aseguré "¿Y a que esperas exactamente?" inquirió "A nada, ¿por?" cuestioné "Porque al darle la oportunidad de la duda y de fijarme se puede ver que te ama, de verdad te ama y no como todos esos chicos que quieren ser tu pareja. Él es distinto al resto."
"Eso ya lo sabía, lo supe desde el primer momento en que me lo crucé." admití "Entonces anda con él ya Gabriela, se ve que lo amas demasiado." aseguró "¿Ahora me vas a decir lo contrario de lo que me decías ayer?" pregunté incrédula "Pues sí, te lo voy a decir yo como creo que te lo dicen Marcos y Carlota."
"¿No me llegaba con ellos que ahora también te vas a unir a ellos?" me reí "Pues sí, intuyo que te va a hacer feliz, pero perdóname por comportarme como una perra este último mes." se disculpó y negué, porque no necesitaba que se disculpase "La verdad es que se te comportaste como una perra, pero se te perdona."
"Gracias, ahora vámonos antes de que ese chico venga a por ti." Empezamos a andar a junto al resto, nos sentamos y estuvimos hablando un rato tranquilamente. Veía como Sara nos observaba a mí y a Alex, y la verdad no sé qué esperaba encontrarse de distinto o que intentaba descubrir, pero decidí que la iba a ignorar, la dejaría pensar lo que fuese que estaba pensando.
"Oye Gabriela, ¿hoy tienes clase con el profesor Rial?" preguntó Sara y asentí "Entonces tienes una suerte que no la tiene nadie." aseguró y fruncí el ceño, porque no tengo ni la menor idea de que estaba hablando ahora mismo "¿Por?" pregunté "Porque no vino, según escuché está enfermo o algo así."
"¿Y cómo es que te has enterado?" inquirí, porque hasta donde yo sabía, ella no tenía clase con él "Lo escuché en algún momento en el pasillo, y me acordé ahora." aseguró "Entonces podré empezar a hacer unos diseños que tengo que hacer para la clase de dibujo."
Justo en ese momento toca el timbre y nos empezamos a levantar para ir a clase. Ya nos habíamos despedido de Marcos y las chicas, y como se está volviendo costumbre, Alex me acompañó hasta mi clase. Antes de que entrase me pare lo que hace que quede mirando para él extrañada.
"¿Qué pasa?" pregunté "Quiero darte esto para que la leas." dijo pasándome una especie de carta "¿Qué es?" inquirí "Una carta, si quieres léela, haz con ella lo que quieras." aseguró "Y ¿por qué me la das ahora?" cuestioné "Porque creo que es un buen momento."
Podía notar que estaba como nervioso y la verdad no tengo ni idea de porqué, ni porqué me daba una carta, pero la leería, de eso no había duda y ya que no tenía clase ahora, aprovecharía para leerla.
"Está bien, la leeré." Me dio un beso en la frente y se fue. Entré en clase y esperé a que vinieran a pasar lista para salir a fuera, ya que hoy no hacía frío, bueno, para la gente normal, yo algo de frío sí que tenía, pero me pondría al sol y aprovecharía mientras durase y leería la carta de Alex, que tenía curiosidad de lo que tenía en su interior.
Cuando ya pasaron lista, salí a unos de esos sitios en los que tenía la calma que necesitaba. Me crucé con uno de los jardineros ya que le había dicho que este era un gran lugar y era hermoso y entre ellos, el conserje y yo lo cuidamos.
El lugar era bastante espacioso, con la hierba corta de un verde intenso. Estaba rodeado por árboles y en el centro tenía un pequeño lago. Si tenía suerte, cuando venía podía ver algún animal, una vez incluso vi un cervatillo. Usan el lago para beber e intentaba sacarles fotos haciendo el menor ruido posible.
No tardé demasiado en llegar a pesar de que el camino era un poco largo, pero venía aquí lo suficiente como para saber por dónde ir. En cuanto llegué me senté apoyándome en el único árbol en el que me daría el sol y saqué la carta para leerla.
Bueno mi reina, antes de todo espero que le des una oportunidad y no la tires antes de leerla. (ironía)
Dejando las coñas, sé que te estarás preguntando el porqué de esta carta y me puedo imaginar la cara que te quedará en cuanto te la de, pero espero que consiga quitarte ese miedo que no soy capaz de quitarte hablándote, con esto no quiero decir que no te fíes de mí, solo sé que te cuesta en ciertos puntos confiar en mí.
Quiero decirte que te amo, te amo como nunca amé a nadie. Desde el primer día que te vi supe que tú eras la persona a la cuál yo amaría siempre, y eso es cierto, te amé desde la primera vez que te vi y me enamoré más de ti el día que nuestras manos se rozaron. Creo que hasta ese momento tú no te habías fijado en mí, pero como ya te dije antes, yo la primera semana ya me fijé en ti.
Recuerdo ese día como si fuese esta mañana en la que yo iba a por algo a clase, no recuerdo el que y vi que estabas recogiendo los libros del suelo. No dude en ayudarte y en cuanto me miraste me perdí en esos ojos café tuyos, siempre me encantaron. Desde ese día se puede decir que no te perdí la vista, algo así como acosador dirías tú, y la verdad, no era mi intención que te sintieses así, en ningún momento.
Los mese que pasé a tu lado fueron los mejores de mi vida, igual te suena cursi o a que lo acabo de sacar de una película, cosa que es posible ya que se dice en ellas, pero lo digo en serio, nunca he hablado tan en serio en mi vida, lo sé yo y espero que lo sepas tú, me conoces como nadie me conoce y espero que lo que conozcas de mi te guste o por lo menos no te desagrade. Pero como todo lo bonito, llega a un momento en el que se acaba. No me regañes luego por esto, pero te lo tengo que contar, así me sentiré mejor conmigo mismo te lo digo en serio, será la última vez que saque el tema.
Como te decía, todo lo bonito se acaba. Para mi mala suerte, no llegué a disfrutar por completo nuestro momento. No me preguntes por qué creí a Paula, te lo digo en serio, creo que más que nada fue por celos. Envidiaba la relación que teníais tú y Marcos, sé que suena patético, pero es que es difícil describir vuestra relación. Todo el mundo que os veía juntos decía que formabais una gran pareja, y es cierto, él te merecería mejor de lo que yo te merezco. Ahora sé que sois como hermanos, pero en ese momento no lo tenía demasiado claro.
La cuestión es, perdóname Gabriela, perdóname por todo el daño que te he hecho. Se que he sido un estúpido gilipollas al creer lo que me dijo Paula sin antes preguntarte a ti, sabes que mi inteligencia no se puede igualar a la tuya, pero todo lo que se refiere a ti me hace sentir vivo Gabriela, como nunca me he sentido.
Siempre he notado que me faltaba algo en mi vida, nunca supe lo que era hasta que te vi delante, en ese momento todo encajó en mi mundo. Te amo Gabriela, te amé y te amaré hasta el final de mis días. Te juro que el día que acabemos juntos, o por lo menos espero que eso pase, me habrás echo el hombre más feliz de todo el universo, y aunque me imagino que estarás pensando que soy un exagerado, es cierto, no te mentiría en este momento ni en lo que siento por ti.
Estoy seguro de que tienes a muchos más chicos que quieran tener una relación contigo y probablemente sean mejores de lo que yo seré por ti, pero quiero que te quede claro que haré todo lo que esté en mi mano para que seas feliz, te daré todo lo que quieras y en caso de que volvamos y decides que no es lo que quieres te dejaré ir, lo único que quiero es que estés bien y seas feliz.
Creo que quedó un poco larga la verdad, no era mi intención. Espero que no te aburrieses leyéndola y que esta carta te haya ayudado a resolver esas dudas, y espero que me perdones por todo lo que te hice hace tiempo, de verdad que estoy arrepentido y haré lo que quieras si así me perdonas.
Te amo hermosa, con toda mi alma.
Alex
Llevaba un rato llorando, porque para qué engañarme, esta era la mejor que había recibido en vida. Amo a este chico y nada iba a poder evitar que fuese su novia. Estaba lista y no habría nada en este mundo que nos fuese a separar.
Leí la carta como tres veces más antes de que tocase el timbre y me fui para la clase. Fueron las clases que más lentas pasaron en toda mi vida, pero al fin pasaron. Recogí todo rápidamente e iba a ir a buscar a Alex a su clase. Al parecer él estaba viniendo para mi clase. Yo aceleré el paso y en cuanto llegué a junto él lo besé. No podía guardarme esto por más tiempo. Quería que todo el mundo supiese que amaba a este chico como no amé a nadie en mi vida, y a pesar de que al principio parecía no entender nada pronto siguió con el beso hasta que me separó de él un poco para verme la cara.
"Hey, ¿A qué viene esto?" preguntó con el ceño fruncido y confundido, diría yo "A que te amo, te amo como nunca amé a nadie y quiero pasar mi vida contigo Alex. Estoy lista." admití "¿Qué?" preguntó, sorprendido "Quiero ser tu novia Alex."
Ahora fue él el que me besó. No se lo decía en coña, quería ser su novia. Nadie nunca en mi vida me había dicho cosas como las que él me dijo, o puede, no sé. Lo único de lo que estoy segura es de que eran las de él las únicas que me importaban, no había nadie tan importante al nivel que lo era él y nadie podría llegarle ni a los talones. Nos separamos y Alex me abrazó, cosa que no dude en devolverle.
"Te amo mi vida, me has hecho el hombre más feliz del universo." aseguró "Y tú me has hecho feliz a mí, y estás perdonado, desde hace tiempo. Espero que te haya aliviado." dije sinceramente "Lo hizo, pero debemos irnos que Marcos y tus hermanos deben estar preocupados por ti que no apareces."
"Pues que no se preocupen tanto que donde estoy, estoy bien cuidada." respondí con una gran sonrisa en mi rostro "Eso que no lo dude nadie en la vida." Nos dimos un beso y nos fuimos a junto a Marcos, pero Alex se tuvo que ir antes porque Marcos estaba con mis hermanos y no quería que nadie de mi familia se enterase aún, quería decírselo yo y que no se enterasen por otras personas.