GABRIELA
Ya eran las nueve de la noche y aunque a mí no me gustara Alex se tenía que ir. El resto de la tarde desde que llegaron Marcos y carlota la pasamos bien, y la verdad no me esperaba para nada la reacción de Carlota ante Alex, pero me alegrara que fuese a intentar llevarse bien con él, eso me haría feliz de alguna manera.
Íbamos andando hacia el coche de Alex, yo al lado de él y a mí otro lado Carlota y Marcos. Se notaba que a Carlota le rondaba por la cabeza una pregunta desde que nos había visto juntos a mí y a Alex, y por la mirada con la que nos miraba de vez en cuando, sabía cuál era la pregunta.
"Bueno, debo admitir que se puede pasar más tiempo de lo que se podía pasar hace tiempo, no eras tan majo." Dijo Carlota con una sonrisa en su rostro y yo rodé los ojos, porque eso no era tan cierto "Gracias por la observación, tenía que cambiar si quiero recuperar al amor de mi vida."
Como siempre, Carlota tenía que decir todo. Eso que acababa de decir era mentira, porque siempre fue majo, o por lo menos conmigo, y hasta donde yo sé con ellos también lo fue, no sé a qué venía eso, pero se podía ver que a Alex no le molestaba.
"Por mí no hace falta que cambies, debes de cambiar por ti mismo y no por otra persona." Le aseguré "Pero es lo que ha pasado." Respondió encogiéndose de hombros "Yo quedaría más contenta en caso de que cambiases por ti mismo."
"Entonces haré todo lo que esté en mi mano para que estés contenta mi reina." Aseguró con una gran sonrisa en su rostro, haciendo que automáticamente aumente la mía "Gracias." Carlota y Marcos se quedaron mirando para nosotros, pero ya le diría luego que me dejasen de mirar con esa cara, porque no pasaba nada raro, solo éramos amigos, o por lo menos de momento.
Justo en ese momento llegamos junto a su coche y para mi tristeza a medias, se tenía que ir. Lo había pasado bien como no lo hacía desde hace tiempo, pero desde que me fui de la fiesta con él por detrás, la pasé bien en todo momento, bueno, mejor dicho, cuando dejé de estar enfadada.
"Gabriela, nosotros te esperamos junto a mi coche." Ni me dieron tiempo de contestarles, pero poco me importo porque en ese momento Alex me rodea la cadera con sus brazos, y a pesar de que esto no tenía que pasar en teoría entre amigos, me agradaba que eso pasase.
"Te echaré de menos mi reina." Susurró "Nos veremos el lunes, no va a ser tanto esperar." Afirmé, porque al final nos veríamos en la universidad, y no faltaba demasiado tiempo para eso "Claro que lo va a ser, hay un día de por medio. Además, igual decides no hablarme el lunes o algo, y no quiero que eso pase después del gran día que pasé junto a ti."
"Yo también lo pasé bien hoy, pero no te preocupes que si te hablaré el lunes. Somos amigos, al fin y al cabo, no te dejaré de hablar de un día para otro sin razón." Contesté "Eso espero, no quiero estropear esta amistad por mucho que me duela."
"¿Y por qué te duele nuestra amistad si se puede saber?" pregunté frunciendo el ceño "Porque yo quiero ser algo más que un amigo, lo sabes y lo sé." Afirmó y me reí "Lo sé, pero empecemos bien ¿sí?" pedí y este asintió "Haré y seré todo lo que tú quieras mi reina, no te preocupes por eso. Y si quieres no te sacaré más el tema."
"Mejor porque quiero que esto vaya bien. Que en un futuro exista un nosotros." Aseguré "Lo estoy deseando." Dijo con una gran sonrisa en su rostro "Te tienes que ir, en tú casa van a pensar que te pasó algo y no quiero que se preocupen."
"No lo harán, saben dónde estoy, o por lo menos donde estaba." Confirmó y de nuevo, fruncí el ceño, porque no estaba entendiendo nada "No entiendo." Dije sinceramente "Mi madre debe pensar que estoy en casa de mi abuela, es a donde me fui cuando salí de casa, y bueno, mi abuela sabe dónde estoy asique no hay problema con eso."
"Siento haberte molestado en casa de tu abuela." Me disculpé. Sabía que Alex apreciaba más que nada a su abuela y que le gustaba pasar tiempo con ella, y en parte sentía que acortase su visita solo para verme a mí "No, no te preocupes, más bien fue ella quien me dijo que viniese y pasara la tarde contigo."
"¿Ah sí?" pregunté sorprendida "Si, no sé si recuerdas de lo que te contaba de mi abuela." Dijo y asentí "Lo recuerdo, pero aquí pasa algo raro." Afirmé y ahora fue su turno de fruncir el ceño "¿El que?" inquirió "Mi abuela me dijo lo mismo."
"¿Tu abuela lo sabe? Pensé que nadie de tu familia sabía que estaba en la universidad." Respondió sorprendido de que alguien lo supiese "Si bueno, me escuchó hablando por teléfono con Marcos y Carlota, y puede ser que hablase un poco alto y escuchase tu nombre, de ahí que me preguntase si eras tú y todo eso, debes imaginártelo."
"Si, y también me imagino que debe estar enfadada por lo que te hice." Prácticamente afirmó y negué, porque mi abuela no era así "No, mi abuela no lo está. El resto lo estaría de enterarse de que estás en la misma universidad en la que estoy." Confirmé, al menos mi padre lo estaría "¿En serio no está enfadada conmigo?"
"No, mi abuela entiende que te va a tener que aceptar, por eso no está enfadada, o por lo menos eso es lo que me dijo ella." Respondí encogiéndome de hombros "¿El que no está enfadada o lo otro?" preguntó "Lo otro, enfadada no está, lo notaría." Le aseguré "No sé si debería alegrarme por eso."
"Podrías, a mi si me alegra." Manifesté "¿Y cuando le piensas decir al resto que estoy en la misma universidad?" cuestionó y me encogí de hombros, porque eso era algo que no tenía ni la menor idea "De momento está claro que no lo voy a hacer, pero en algún momento debo hacerlo."
"Pero no ahora, lo entiendo." Aseguró "Deberías irte antes de que Carlota y Marcos vengan a buscarme, no quiero que piensen cosas que no son." Expliqué y este asintió con una pequeña sonrisa en su rostro "Si, debería irme. Hasta el lunes mi reina."
"Chao." Me despedí y él sacó los brazos de alrededor de mi cadera y se metió en el coche. Iba a arrancar cuando me di cuenta que aún tenía su chaqueta, por lo que le peto en la ventanilla la cual no tarda nada en abrir.
"¿Que pasa preciosa?" preguntó y elevé la chaqueta para que la viese "La chaqueta, no te vayas sin ella." Dije riéndome, al final, esa había sido la razón por la que había venido "Puedes devolvérmela el lunes no quiero que pases frío."
"No te preocupes, la mía está en el coche de Carlota." Afirmé "¿Segura que no quieres quedártela? Me la puedes devolver el lunes." Me lo pensé durante unos segundos porque era una gran oferta, pero le quedaba mucho mejor a él de lo que me quedaba a mí, por lo que decidí que era mejor devolvérsela.
"No hace falta, además, ¿le dirás a tu abuela que viniste a por la chaqueta y no la llevas de vuelta?" demandé y este se rió "Estoy seguro de que no le importaría." Aseguró y me reí con él, porque era posible "Puede, pero de verdad, no es necesario. No creo que me congele de aquí al coche de Carlota."
"Como quieras." Le pasé la chaqueta y nuestras manos se rozaron, lo que me recordó aquel momento en el que lo vi por primera vez y la electricidad que me corrió por el brazo. En aquel momento era mucho más tímida de lo que soy hoy en día y solo le dije gracias, por lo que la sorpresa que me llevé cuando me preguntó si quería ser su novia fue considerablemente grande.
"Gracias princesa y hasta el lunes." se despidió "Si quieres podemos hablar más tarde." Dije antes de que saliese del parking "Claro que me apetecerá, hablamos más tarde." Confirmó y mi sonrisa se ensanchó "Vale."
Antes de que cerrase la ventanilla me acerqué y le di un beso en la mejilla, se giró para verme y me regaló una de esas sonrisas que tanto me gustaban y en ese momento se fue, no sin antes echarme un vistazo por los retrovisores, lo que hizo que yo también le sonriese.
Cuando lo perdí de vista, empecé a andar hacia donde tenía Carlota el coche, y cuando los tengo lo suficientemente cerca, puedo ver que Carlota está a punto de soltar miles de millones de preguntas.
"Bueno, Marcos va a conducir y tú y yo tenemos que hablar de muchas cosas." Dijo Carlota y negué, porque sabía que esto iba a venir "Te tienes que ir para casa ¿no crees?" pregunté, intentando tener esta conversación en otro momento "Tu abuela nos invitó a cenar, estoy segura de que nos dejará quedarnos a dormir, no te libras de esta tan fácil Gabriela."
"Entonces hazme un favor." Pedí, porque lo último que quería, es que Carlota abriese su gran boca delante del todo el mundo "El que quieras." Aseguró "Me harás todas las preguntas que quieras cuando se marchen mis padres y mis hermanos." Pedí "Trato echo, no te preocupes."
No es que me agradase la idea de que Carlota me hiciese todas las preguntas que quería hacerme, pero por lo menos no las haría delante de mis hermanos y mis padres, y eso era lo que me importaba en este momento, que no se enterasen porque tengo una leve idea de cómo podrían reaccionar, sobre todo mi padre y no quería que hiciesen algo de lo que se fuesen a arrepentir, mucho menos que dañase a Alex, era algo que no permitiría ni en un millón de años.