Un haz de luz apareció y transportó a Link de nuevo al Templo del Tiempo. Estaba de nuevo frente al Pedestal del Tiempo, pero ahora era más grande y tenía la Espada Maestra con él. Navi dijo:
—Link... Hemos vuelto al Templo del Tiempo... ¿De verdad han pasado siete años? —Link se encogió de hombros —Me temo que no podrás usar algunas de las armas que tenías de niño... ¡Salgamos de aquí! —dijo finalmente.
Ya estaba bajando las dos plataformas cuando sintió a alguien detrás de él. Sacó la Espada Maestra y el Escudo Hyliano para atacar, se volvió y vio a un joven, como de su edad, vestido de azul y blanco, larguirucho, con vendas cubriéndole la cabeza y de la boca al cuello. Tenía el cabello amarillo y sólo se le veía un ojo (el otro lo tapaba el cabello). Cuando Link lo hubo visto, dijo con una voz un poco afeminada:
—Te estaba esperando, Héroe del Tiempo... Cuando el mal lo impregne todo, desde el Reino Sagrado surgirá una voz que hará despertar a los sabios que moran en los cinco templos. En un profundo bosque... Sobre una alta montaña... En un lago inmenso... En la casa de la muerte... Y dentro de una diosa de arena... Con el Héroe del Tiempo, aquellos que despierten detendrán el mal y devolverán al mundo la luz de la paz... Esa es la leyenda de los templos, tal y como se ha transmitido de generación en generación por los sheikah.
Entonces Link vio el símbolo extraño en el pecho de ese joven y recordó a Impa y a las piedras extrañas. Todas eran de la misma tribu, los legendarios sheikah. El joven continuó:
—Mi nombre es Sheik. Soy uno de los últimos sheikah... Con la mítica Espada Maestra, realmente pareces el Héroe del Tiempo del que habla la leyenda... Si crees en la leyenda, no tienes alternativa. Debes buscar los cinco templos y despertar a los cinco sabios... —Sheik se cruzó de brazos y siguió —Uno de los sabios espera que lo despierten en el Templo del Bosque. Este sabio es una chica que seguramente conoces —pero Link no conseguía recordar a nadie —. Debido al poder maligno que se ha apoderado del templo, le es imposible oír la llamada del Reino Sagrado... Por desgracia, con el equipo que tienes ahora no podrías entrar en el templo... Pero si crees en mis palabras, dirígete a Kakariko... ¿Lo has entendido, Link? —éste asintió y decidió hacer lo que Sheik decía.