Tras aparecer Link en la entrada, cayó de la nada Darunia, asustando a Link y, mientras hacía como gorila y lo aventaba con unas "palmaditas" en la cabeza, le dijo:
—¡Soy yo, Darunia! ¡Muy bien! Gracias a ti, podemos volver a comer las deliciosas rocas de la cueva de los dodongos hasta que nos reviente la panza. ¡Ha sido una aventura fantástica! Se contarán historias increíbles... ¡No puedo creer que aparecieran de repente tantos dodongos! Y esa enorme roca bloqueando la entrada... ¡Seguro que todo ha sido cosa del bandido gerudo ese, Ganondorf! Dijo: —y agravó la voz —"¡Dame la piedra espiritual! ¡Sólo así abriré la cueva!" Pero tú... has arriesgado tu vida por nosotros... —y sonrió de oreja a oreja —¡Me caes bien, niño! ¿Qué te parece si tú y yo hacemos un pacto de hermanos? —Link escudriñó el rostro, por lo que Darunia se apresuró a decir —No, no hay ninguna ceremonia. Sólo tienes que aceptar esto como símbolo de nuestra amistad.
Y entonces Darunia levantó los brazos y apareció un destello rojo. Unos segundos después apareció una gema parecida a las rupias de color rojo intenso arqueada desde abajo con un tubo de oro que terminaba en puntas y que, juntos, formaban como una garra. Link supo que era el famoso Rubí Goron. No sabía a qué se refería Darunia con "pacto de hermanos", pero ya tenía dos piedras. ¡Sólo faltaba una! Darunia siguió hablando:
—¡Hermano! Seguirás aprendiendo nuevas habilidades durante tus viajes, ¿verdad? Deberías ir a ver a la Gran Hada que vive en la cima de la Montaña de la Muerte. ¡Ella te ayudará! ¡Vamos a decirle adiós a nuestro hermano! —dijo y aparecieron otros goron que extendieron los brazos para darle un abrazo al estilo goron. Link quiso huir hacia Kakariko, pero apareció otro goron y decidió hacerle caso a Darunia e ir a la cima de la Montaña de la Muerte.