Aún mi mente analiza que el mundo es cómo una pintura, donde cada escena es más cruda y depende como la veas. Se observa y se aprecia que les falta a muchos la caricia. Faltas de oportunidades me hicieron sentirme obligado a tomar este trabajo. Arrepentido voy y es que cuando el remordimiento asecha a la vida, te llega la compasión. Me doy lastima. Toda mi existencia se basa en la frase "como usted ordené ". Soy esclavo de lo que digo y dueño de lo que callo. Estoy agobiado. Llevo un cuaderno donde caen sollozos, lamentos, suspiros y recuerdos que quiero amontonar. Mientras creo un mar de llantos, otros están navegando en éste. En donde sea da lo mejor que puedas, sin dudar, eso decía madre.
Pero ¿y si este no es mi lugar? Son la gran parte hombres y soy uno más del montón. Una parte de puertorriqueños fuera de casa. Salí. Cataratas de agua roja salen de los cuerpos y todos los que puedan cargan armas pesadas. Ya estoy peleando. No tengo que ser experto para poder decir que cada cual tiene su propio cuento, donde no eliges el punto inicial, pero si escoges cuál es su final. Había cosas que explorar y armas por sonar. Fue un desastre y el caos sería que todos fuéramos iguales. En este lugar la piel es similar a las telas, se desgarran mientras las agujas e hilos cosen las desgracias. En ese momento nadie vivió en el mismo mundo porque cada cual tenía el suyo y por eso la batalla toma lugar en la cabeza. En filas simétricas de par en par y él repetía "LOOK AT PERFECTION" en puro inglés. Sumé a las matemáticas, el "nada es perfecto".
Recuerdo que cada noche cerré los ojos y así tuve mayor claridad de lo que hacía o pasaba. El mayor obstáculo para continuar era yo. Una vez en mi casucha de Puerto Rico, alguien de las calles, me dijo: si la vida te da limones, has algo más que una simple limonada. Como extraño ese deambulnate de buen corazón. Ahora las experiencias me tienen aquí, debatiendo si mi compromiso debe proseguir.
Analicé profundo sin asimilar las cosas. Inhalar y exhalar lo hacía tan fuerte que mareaba. El lugar se calentaba por una fuerte discusión entre dos personas. Cuando alguien ve que otro quiere algo, se aferra. Nos entierra la misma raza. No hay cielo que valga, vociferé. El infierno era para ángeles rebeldes y los humanos llegaron ahí. De seguro un animal puede tener la humanidad que nos falta. El reloj sigue avanzando y la agraciada música de los pájaros desaparece. No escuchamos. Incluso mantener una tradición es complicado, pero difícil es no tener tiempo de ponerse en los zapatos del otro y conservar el amor propio. Aquí se enojan al escuchar mis plegarias. Decían:
— Las religiones al mundo causan peleas —pero de que hablan pregunté.
— ¡Por todo hay guerras!
Un tren cargado que de pronto frena; no solo el conductor se afecta. Se hacen cosas grandes para evitarlas; que tristeza que siempre algo se pierda. Mira alrededor, nos acabamos todo, susurró una voz en mí. Y es la gente, tratan de seguir, pero caen en el lodo. No se calla, habla hasta por los codos. Sobrevivir no es vivir. Mala mía, siempre se acaba diciendo lo que conviene. Trabajo duro para seguir día a día. Pelear por lo que se cree correcto no es la única forma de mostrar valentía; expresar me "rindo" o "perdón" es ser incluso más fuerte. Las opciones siempre están. Lloraba escondido.
Cogí un arma de fuego y al diablo apunté. Tal vez la sabiduría al fin la alcancé, pero como humano de pecho me lancé. Cada gota que llora el cielo es semejante a mis lágrimas que van al suelo y ese día había un aguacero.
— MOVE YOUR ASSES! —gritó.
— Yes —le respondí—. Yes Sir
Los errores no existen. Algunos con Mercedes Benz y otros ni están bien. Respiro, siento la brisa, tengo que andar y sacar una mueca mientras todo es fuego. Los humanos deben causar terror porque pueden ser peor que un animal salvaje. Seguro tendré un majar con pizza y otros no tienen ganas de seguir con vida. Unos muertos y otros no les queda nada. Salimos con caras bonitas, mientras otros se queman y frisan. Las decepciones están bien modistas. No paro de pensar en toda la gente que no es capaz de ver de frente que, si arreglamos el hombre el mundo se arregla. Está en cada uno ayudar a la gente. Estoy listo para lo que venga. Esa tarde, al volver, la soledad se hizo mi compañía. La tristeza y desespero eran de la familia. Los nervios demostraban mi pánico y el dolor cantaba mientras mi cabeza chirría: lamento que no se pueda pausar.
Años después. Los zumbidos de abejas desaparecen. Nada que hagamos aquí nos pertenece. Tuve un amigo. Apenas naces creces, parece ser corta la existencia. Siempre quieren marcar la presencia. Voy a enmarcar la esencia. Cada día duele más. Vives y te acostumbras. Éramos menos. La saliva es espesa, se hace nudo en la garganta, se rompen los labios, tiemblas y te llenas de rabia. Nada iba a impedir que alzara la voz. Fui sin importar que entendieran. Entonces todos ustedes jugaron. No les dio lástima por lo que juraron. Mucha gente se muere otras muertas. Cada cual solo se fija en sus bienes, no se acuerdan de donde es que vienen. Todos llegan de un vientre.
— ¡Shut the fuck up! —ordenó.
— Yes Sir.
Decimos que Dios nos abandona, pero ni la familia ahora perdona. Queremos algo y no lo buscamos. Berrean al vacío nos amamos para que los demás lo crean. Sinceramente ya no sonrió, pues la verdad está pintada y no se demuestra en un museo. Sonrisita tensa en la carita significó usar un arte oculta. El cielo no es azulado si el sol se ha marchado. Disfrutaba callado porque había terminado. Me sentí bien y no voy a mentir.
Perdimos y lloraron. No había felicidad y su antónimo era la ira o tristeza. Nos dejamos. Años extraviados por mostrar el poder innecesariamente. Quedaron almas inocentes perdidas entre los árboles y animales muertos. El miedo penetró a todos en algún momento. Amarga se siente la culpa. Las diferencias atacan, las armas apoyan, las palabras matan y la tristeza asfixia. Paz que consigo gracias a Undivé, pero luego que tanto la batallé. Impresiona lo mucho que los humanos hemos llegado sin un fin del mundo. Las bolas de fuego serán nuestro puños y oraciones asquerosas. Por el lado derecho una voz habla del bien y por el izquierdo taladra el mal. Mi camino lo deje atrás por sus espinas. Caí. Algunos gritaban:
— ¡Acaba y ven!
— NO, thanks.
Corrí lo más rápido y me alejé de todos. Llegué hasta donde pude y había algo misterioso que tuve que seguir. Descanse. A la distancia había un hombre con un arma, lloraba mientras sostenía una mujer. ¡Qué pena! La muerte acaba al muerto y mata a su entorno. Hice más que una limonada. Vi que el destino no está predeterminado y nos asusta. Cuando llega la muerte no avisa. Sonrisa tensa (estilo Mona Lisa). No siento prisa. Mi camino fue establecido y era la oportunidad de cambiar. Sabrán quien soy cuando no esté. Escrito...
AᗺƧTЯAƆTO
Los cuentos del hoy.