「Hero's Sword, 13 de Junio de 2021」
El día terminaba, todos estaban terminando sus actividades en la tienda de vegetales.
Estaban exhaustos, pero ahora la mitad trabajaban en el día, y la otra mitad en la noche.
Esto también para hacer guardia, pues estaban protegiéndose de cualquier ataque que podría llegar de Mustard.
Aquella noche hacían guardia Anter Kuromi y Bayand.
Yiro como siempre leía hasta tarde.
Lo que ellos conocían hasta ahora era que el asesino enmascarado posee el elemento de la sangre, y que probablemente era el mismo que había realizado el ataque contra la prisión de Tedehm el mes pasado.
Marie Nekketsu informó de esto a Tedehm, pudiendo discutirlo directamente con Mili Dragken.
Anter Kuromi dibujaba, mientras que Bayand estaba algo adormilada.
Anter dibujaba un paisaje, el mismo que había tenido frente a él hace un momento, un atardecer.
-Cielos, qué fastidio todo esto -Exclamó Bayand- Quiero dormir de una puta vez ¿Por qué Mustard tuvo que traicionarnos?
-No lo discuto, a mi también me gustaría volver a la rutina de antes -Respondió Anter- Pero no está tan mal, la noche es una fuente de inspiración enorme, mira lo que hice el otro día.
Anter le mostró a Bayand su libreta de dibujos, en al pagina que puso se visualizaba un cuervo bastante detallado, coloreado en carboncillo.
-Cielos, es hermoso -Dijo Bayand- Dibujar se te da demasiado bien.
-Es lindo recibir esos comentarios -Respondió Anter- Cuando me toca hacer guardia junto a Loty no para de decirme toda la noche que deje de perder el tiempo y me ponga a hacer guardia.
-Loty es un fastidio -Agregó Bayand- ¿Has visto lo intenso que es con Marie? Entiendo que quiera ligársela o algo por el estilo, pero el ambiente da un estupor enorme.
-No lo había notado -Respondió Anter- Marie últimamente ha estado más a la defensiva de lo habitual, Loty no conseguirá nada de eso.
-Ni te creas, Marie no es tan inteligente con esas cosas -Dijo Bayand- Si le sigue insistiendo probablemente le acepte, ella no es buena para manejar esas cosas.
-Cielos, en verdad no puedo imaginar la relación tan sana que llevarían ellos dos -Dijo Anter sarcásticamente.
Bayand rio ante el comentario.
-No digas esas cosas tan fuertes, pueden estar escuchándonos -Le dijo Bayand- ¿Y qué dibujas ahora?
-Este es un dibujo a color, es del atardecer de hace rato -Respondió Anter- Ahora solo hago los detalles finales, la base la tomé hace tiempo.
-¿Desde cuando se te ha dado tan bien dibujar? -Preguntó Bayand.
-Es una pregunta difícil de responder -Dijo Anter- Dibujo desde que tengo memoria, pero no fue hasta los 11 años que le agarré pasión.
-¿Y antes de eso por qué lo hacías? -Preguntó Bayand.
-Por obligación -Respondió Anter- Mis padres siempre fueron algo duros, el jugar videojuegos me liberaba de eso al principio, por eso terminé en Rise Of The Legend.
-Cieloos -Exclamó Bayand- ¡La historia de origen de Anter Kuromi!
Anter reía.
-Anter Kuromi ¡Gaiden! -Dijo Anter riendo.
-Anter Kuromi Zero -Respondió Bayand entre risas.
A la distancia se acercaban dos individuos.
Estaban preparados para terminar con lo que empezaron.
Se movían entre las sombras, se oía su rastro en los arbustos.
Escuchaban la conversación de Anter Kuromi y Bayand.
-¿Estás listo? -Preguntó el asesino enmascarado.
-Sí, empecemos -Respondió Mustard.
El asesino enmascarado expandió su aura.
Dentro de su dominio mantuvo dormidos a todos en la mansión.
Hasta que percibió a Yiro Momoka, despierta.
-Maldición -Dijo el asesino, cerrando su dominio- Si ella empieza a sentir el más mínimo cansancio revisará su sangre y expandirá su aura, nos encontrará.
-Entonces debemos ser recursivos -Dijo Mustard.
En los arbustos apareció una tercera figura.
Una chica.
Mirai Sugita, quien hace un mes había sido liberada por el asesino enmascarado, y ahora formaba parte de su equipo.
Iba con un rifle.
Las armas de fuego habían recibido un enorme desarrollo por la guerra civil dentro de Black Lagoon.
Pero Mirai no traía un rifle de asalto.
Ella había fabricado un dardo tranquilizante en el tiempo que llevaba con el asesino y con Mustard.
Mirai había sido parte importante para la creación del virus de Ren Minoru.
-Ya está listo -Dijo Mirai.
Ella tenía sus propios motivos para colaborar con el asesino.
Mirai se acostó con el rifle con mira de francotirador.
El dardo no era letal, pues no logró comprimir los venenos necesarios para ello, y una bala haría demasiado escandalo.
Yiro estaba sentada junto a la ventana.
Mirai apuntó a su cuello, y disparó.
Yiro sintió como algo le picó en el cuello, su reflejo instantáneo fue activar su aura, pero era demasiado tarde.
Yiro yacía dormida en el suelo.
Bayand y Anter estaban distraídos.
-Bien, Mirai -Dijo el asesino- Mantén la mira en nuestros nuevos rivales.
El asesino se refería a Bayand y Anter.
Mustard fue corriendo hacia ellos, atacando rápidamente a Anter.
Anter fue golpeado por las cadenas de Mustard, siendo lanzado a unos metros.
El asesino expandió su aura para hacerle apoyo a Mustard.
Bayand se levantó rápidamente y atacó a Mustard con su lanza.
Mustard tenía un garfio en lugar de mano, pues había sido cortada, y en su garfio tenía puestas sus cadenas.
Mustard volteó lo suficientemente rápido para bloquear el golpe.
Empezó a mover las cadenas en su garfio muy rápidamente, como una sierra eléctrica.
La lanza de Bayand hacía chispas con las cadenas de Mustard.
Mustard tensó sus cadenas rápidamente, deteniendo a Bayand y frenando en seco su ataque, haciéndola perder su lanza.
Sin perder un segundo, Mustard estaba listo para rematar a Bayand, pero algo subió desde el suelo para detenerlo.
A la distancia Anter Kuromi activó su elemento y congeló a Mustard.
Bayand levantó su lanza y atacó a la cabeza de Mustard.
Mustard activó su aura y expandió sus cadenas mientras se volteaba, rompiendo el hielo.
Con sus cadenas dirigió el hielo a Bayand para contrarrestarla, mientras se dirigía hacia Anter.
Mustard golpeó de nuevo a Anter, esta vez en el estomago, haciéndolo escupir sangre.
El asesino aprovechó esa sangre y la solidificó dentro de su dominio, y la hizo una espina que atravesó el hombro de Anter.
Anter gritó.
Bayand lanzó su lanza hacia Mustard, quien la bloqueó rápidamente con el movimiento de sus cadenas.
-¡Ahora, Mirai! -Gritó el asesino.
Un dardo fue disparado hacia Bayand, lo cual ella notó.
Lo esquivó por unos pocos centímetros.
Bayand no sabía que hacer, pues vio el arma de larga distancia.
-¡Bayand! -Gritó Anter- ¡Encárgate de la francotiradora, yo puedo con esto!
Bayand no dudó un segundo y se dirigió a Mirai, quien continuaba disparando.
Bayand intentó esquivar, pero en finalmente Mirai logró darle.
-Qué derrota tan estúpida -Dijo el asesino- Déjala ahí, yo me encargaré de que no despierte por el momento.
Mustard estaba a punto de golpear de nuevo a Anter, pero sus cadenas dejaron de obedecerle.
El brazo de Anter estaba envuelto en las cadenas.
Mustard intentó sacarlas, pero Anter lo atrajo hacia él, y golpeó su cara.
El puño de Anter estaba rodeado de hielo.
De esa manera Anter congeló las cadenas, y no dejó ir a Mustard.
Mustard se repuso del golpe, y empezó a forcejear.
Los dos estaban mirándose fijamente.
-Me has agarrado algo desprevenido -Dijo Anter- Sabes, si lo piensas bien, debimos estar buscando al traidor por unos 7 meses o más, cuando el verdadero traidor siempre estuvo frente a nosotros, después de todo, tú eres quien realmente es una basura.
Anter expandió su hielo, atravesando el hombro y parte de la pierna de Mustard, esto sin soltarlo, Mustard estaba acorralado.
-Cielos, te he hecho sangrar, vaya fallo -Dijo Anter- De todas maneras puedes curarte, y la sangre es tu aliada, entonces, te cortaré y golpearé tantas veces que no quedará nada de ti para poder curar.
Anter destruyó el hielo, se desenredó de las cadenas, y levantó su pierna volteándose, alejando a Mustard.
Anter reaccionó rápido, y congeló la sangre en el suelo, y se apresuró en congelar las heridas de Mustard,
Seguido sacó su espada.
Mirai disparó un dardo a Anter, pero este lo esquivó rápidamente, pero con un hilo de hielo lo detuvo en el aire, teniéndolo a su alcance.
Lo atrajo hasta él, teniéndolo en su mano.
Cuando Mustard se acercó a atacarlo, Anter le estrelló en la cabeza de este, mientras detenía las cadenas con una pierna.
Se había creado una armadura de hielo bajo su ropa.
-No tengo problemas con terminar con ustedes dos -Dijo Anter- He estado entrenando, Mustard.
Mustard apretó y atrajo sus cadenas, haciendo caer a Anter.
Anter se impulsó en sus manos en el suelo y pateó la quijada de Mustard.
Mustard agarró con sus brazos la pierna de Anter, e intentó romperla.
Anter congeló las manos de Mustard desde el hielo que tenía en su pierna.
Mustard lo rompió a la fuerza y se alejó unos metros.
Anter se levantó y se dispuso a atacar a Mustard con su espada.
Mustard notó esto, y se agachó para evitarlo, puso la potencia del relámpago en sus piernas y tensando las cadenas ejecutó un buen golpe a la tripa de Anter.
Anter cayó, escupiendo un poco de sangre, pero se levantó de inmediato.
Mustard estaba sobre él, así que lo pateó, alejándolo rápidamente.
Anter se levantó y viendo a Mustard en el suelo, se dirigió a cortarle la cabeza.
Mustard levantó sus cadenas y las movió en modo de sierra.
Las tensó y lanzó lejos el arma de Anter.
Aprovechando la vulnerabilidad de su rival. Mustard se levantó con fuerza, haciéndolo retroceder.
Y seguido empezó a golpearlo con sus cadenas.
Anter no tenía tiempo para crear hielo, estaba recibiendo los golpes directamente.
Sintió una costilla rota, el cráneo algo roto, y alguna fisura en su brazo.
Mirai aprovechó esto y le apuntó con su rifle a Anter.
Anter vio esto, y encontrando una apertura, golpeó a Mustard en el abdomen.
El golpe había sido fuerte, y las cadenas se detuvieron.
Anter se movió detrás de Mustard y le empujó, usándolo de escudo humano.
El dardo iba dirigido a Mustard, pero algo lo detuvo.
De la espalda de Mustard algo había salido.
Un pequeño escudo de sangre.
-¿Qué mierda? -Exclamó Anter.
-Ha sido una pequeña ayuda de mi compañero -Respondió Mustard- Lo he dejado experimentar un poco con mi cuerpo.
Anter aprovechó la pausa que Mustard hizo para hablar y recubrió su cuerpo de hielo de nuevo.
Y con sus manos juntas, creó una columna de hielo contra Mustard, alejándolo considerablemente.
-Voy a protegerlos sin importar que -Dijo Anter reponiéndose- Y tú Mustard, vas a morir aquí.
Anter hizo un camino de hielo y recuperó su espada.
Mustard se levantó igual y activó su aura de nuevo.
-No funcionará con este chico -Dijo el asesino- Deja de disparar, Mirai.
De esa manera, Anter y Mustard volvieron a chocar.
La defensa de Mustard estaba puesta, sus cadenas rebotaban por todas partes.
Pero Anter aprovechó esto.
Vio todo el aire que producían las cadenas de Mustard, y lanzó una ráfaga de aire helado, congelando el aire de las cadenas, de esa manera, ralentizando la defensa de Mustard.
Anter llegó hasta Mustard, y le hizo un corte en el pecho.
Con el impulso de su espada, hizo un remate con el mango de esta.
Mustard lo detuvo con su mano, y transmitió su relámpago a las cadenas, poniendo las tornas a su favor.
Anter seguía dentro de las cadenas, y estas empezaron a moverse.
Los golpes eran muy fuertes, Anter iba de un lado a otro, recibiendo una gran cantidad de golpes, siento triturado dentro de las cadenas de Mustard.
Anter salió disparado lejos de las cadenas, y se levantó, estaba destrozado.
Sentía huesos rotos por todas partes.
La batalla ya no estaba tan pareja como antes.
Anter replanteó su estrategia.
Empezó a ver el movimiento de las cadenas.
Empezaba a notar un patrón.
En su siguiente ataque gastaría una gran cantidad de poder mágico.
Anter hizo un enorme camino de hielo, que daba justo antes de las cadenas de Mustard.
Mustard empezó a acercarse poco a poco.
Luego cubrió sus dos manos y pies de un grueso hielo.
El hielo empezó a derretirse en los pies de Anter.
Anter estaba creando enormes cantidades de hielo en sus pies, las cuales se rompían rápidamente, siendo remplazadas por las nuevas.
Hizo lo mismo con sus manos, apoyándolas en el suelo.
Estaba estirado, un pie adelante de él, y el otro estirado hasta lo que más pudiera hacia atrás.
Estaba preparándose para correr.
Con sus manos en el suelo.
Finalmente se levantó, el primer impulso fue de sus manos contra el hielo del suelo, haciendo un inicio donde sus manos y el suelo hacían de engranajes, unos tan fuertes y destructivos que tuvieron la capacidad de dar un enorme impulso.
Anter empezó a deslizarse sobre el camino de hielo que había hecho.
El hielo de sus pies se destruía contra el camino de hielo, haciendo un impulso tras otro, como engranajes.
Era muy rápido, más que la defensa de Mustard.
Pasó las cadenas, y estando en medio de ellas hizo que todo el camino helado estallara, dispersando y congelando las cadenas.
Mustard tenía las manos en su cintura, no era suficientemente rápido para que sus manos llegaran arriba, no podía defenderse.
Estando frente a Mustard, Anter levantó su espada, listo para cortar a Mustard en dos.
Mustard no se iba a defender, ni con el relámpago, ni con sus cadenas, ni con sus brazos.
Anter tenía el ataque ganado.
Pero algo lo detuvo en seco.
Sentía su torso caliente.
Mustard había estirado su mano en dirección a Anter.
Su puño estaba rodeado de sangre, recubierto con una dureza muy alta.
Atravesó el torso de Anter con su golpe, deteniéndolo, con la velocidad que llevaba, el puño de Mustard atravesó rápidamente el abdomen de Anter.
Anter escupió una enorme cantidad de sangre.
Era un herida mortal, estaba acorralado.
Sus manos seguían elevadas con su espada sobre él.
Las fuerzas de Anter fueron detenidas de golpe.
Utilizó el poder mágico que tenía e hizo un camino de hielo hacia Bayand.
Creó un escudo circular alrededor de ella.
Anter sabía que ese era el fin.
No le afectaba especialmente.
Empezó a recordar bastantes cosas.
Empezó a recordar como llegó a ese punto.
「Diecisiete años atrás en algún lugar de Italia」
-¡No quiero! -Se escuchó de una voz bastante aguda, la voz de un niño muy pequeño.
-¿Qué dices? -Preguntó la madre del niño- Empieza de una vez.
La señora se notaba bastante fastidiada.
El niño se encontraba en una mesa sentado en medio de su madre y un profesor de dibujo.
-Su hijo ha demostrado una conducta horrible los últimos días -Dijo el profesor- Si no empieza a colaborar desde ahora, vamos a tener que expulsarlo.
El niño se encontraba en plena clase de arte, una clase particular, pero aquel día su madre había sido llamada para que supervisara el comportamiento de su hijo y lo apoyara para que hiciera sus actividades.
-¡No! ¡No quiero! -Gritó el niño.
Aquel niño tenía tan solo 4 años, no tenía idea del por qué tenía que dibujar si el no quería hacerlo.
Él podía dibujar cosas con más forma que los niños normales, cosa que su madre tomó como un talento especial, y creía que ese niño podría convertirse en un prodigio del arte, al igual que su padre.
Su padre era un pintor reconocido mundialmente, y es por esto que su madre insistía tanto en desarrollar su talento.
-Es mejor que te pongas a dibujar, o de lo contrario habrán consecuencias cuando lleguemos a casa -Le dijo la madre- Estoy perdiendo tiempo de trabajo estando aquí contigo.
A pesar de los comentarios de su madre, el niño seguía negándose a dibujar.
Y así pasaron los años, hasta que a los 8 años ese niño empezó a asistir a esos cursos obedientemente, su madre había tomado acciones contra él, tanto físicas como psicológicas, pues no solo lo golpeaba cuando no obedecía, sino que nunca le permitió relacionarse con otros niños.
En cualquier momento en el que él se sintiera aburrido, se disponía a dejarle un lienzo y una paleta de pintura y pinceles.
Fue gracias a esta enorme presión que terminó cediendo.
-No es suficiente -Le dijo su madre.
Si bien ese niño no era el mejor de su clase mostraba un avance bastante alto, esto teniendo en cuenta que va atrasado debido a todos los años que se negó a hacerlo.
-¿Cómo que no es suficiente? -Preguntó el niño- ¡Estoy dando lo mejor de mí! ¡Por fin estoy demostrando interés en el arte, demonios!
La madre no le respondió nada, más que un golpe.
Lo golpeó hasta que se cansó.
-No es suficiente -Dijo la madre saliendo de la habitación.
La frustración del niño era enorme, estaba desesperado.
Y de esa forma se esforzó cada día más y más.
Pasaron y pasaron más años.
Aquel niño seguía sin relacionarse con nadie de su edad.
Sus padres eran de renombre, por lo tanto, siempre tenía que dar una buena imagen frente a la sociedad, especialmente en las reuniones a las que sus padres lo llevaban.
Él ya tenía 11 años.
Era una noche bastante movida.
Sus padres lo llevaron a una reunión importante.
Una fiesta para gente de la alta sociedad.
Su madre reía y su padre contaba anécdotas con sus colegas.
El niño no tenía cabida ahí, pero estaba acostumbrado.
Solo le quedaba esperar a que esas noches tan nefastas terminaran.
Pero algo salió diferente aquella noche.
La semana pasada el niño había hecho un cuadro muy sobresaliente, incluso para un adulto.
Su madre lo tenía en cuenta, aunque nunca felicitó a su hijo.
Esa noche su madre lo llamó hacia donde estaba ella.
El niño acudió al llamado.
Su madre lo estaba tratando con una extraña calidez.
Fue entonces cuando una de de las amigas de su madre le puso algo frente a él.
Un caballete y un lienzo en blanco.
Su madre lo empujaba contra ese escenario, dándole un pincel y una paleta de pinturas.
-Vamos, muestrales lo que puedes hacer -Dijo su madre.
En aquel el niño se encontró en un lugar que no conocía.
Las personas alrededor habían desaparecido.
Solo estaban el lienzo y él.
Él quería escapar.
Todo lo que representaba ese lienzo, todos los recuerdos, todos los años de represión, todo el dolor.
Todo estaba allí.
Este lienzo era diferente de los que veía siempre.
Todo estaba oscuro alrededor de él, las personas, las expectativas.
Cada empujón de su madre era como una cinta invisible que lo atraía hacia el lienzo.
Tenía miedo.
Estaba hiperventilando.
Pero caminó hacia el lienzo, y empezó a pintar.
Las miradas de la gente lo penetraban profundamente.
Estaba temblando.
Pero nadie lo notaba, se camuflaba porque la gente pensaba que era alguna técnica para pintar.
El niño termino dibujando un paisaje detallado, estaba hecho bastante bien.
Todos los adultos aplaudieron.
Su padre le aplaudió.
Todos los presentes aplaudieron, menos una persona.
Su madre.
Lo veía fijamente con repudio.
Se le acercó, se agachó y empezó a susurrarle.
-Este cuadro no le llega a lo que hiciste el otro día -Le dijo- Lo haces a propósito ¿No es así? No te esforzaste en este cuadro solo porque querías humillarme.
Las palabras de su madre eran una puñalada para el niño.
Cada una de ellas, sentía escozor por todo el cuerpo con cada aliento que su madre soltaba en su oído.
La oscuridad volvió.
Ahora solo estaban él y su madre.
Todo lo que el lienzo representaba ahora estaba presente en su madre.
Pero era diferente, el lienzo no estaba atacándolo, su madre sí.
Finalmente colapsó.
Su cuerpo no dio para más.
El niño gritó muy fuertemente, mientras embarraba las pinturas que tenía en su mano en el vestido de su madre.
-¡Jódete! -Le gritó el niño- ¡¿Tú que mierda sabes?! ¡Solo eres un pedazo enorme de mierda! ¡¿Por qué me molestaría en hacerte enojar?! ¡Deja de pensar que el mundo gira a tu alrededor! ¡Estoy dando mi mejor esfuerzo por mí! ¡No tienes una idea de hace cuanto dejó de importarme tu puta opinión! ¡Si desaparecieras en este preciso instante no habría la más mínima diferencia! ¡Y en caso de que la hubiera sería totalmente positiva! ¡Porque aunque no lo creas, la realidad es que no le importas a nadie!
La madre no dejó terminar a su hijo, lo golpeó en la cara.
Se le abalanzó encima y empezó a golpearlo en el suelo, sin detenerse.
El niño esperó ayuda de algún adulto alrededor.
Pero nadie acudió a ayudarlo.
El piso ya tenía sangre de la cantidad de golpes que el niño había recibido.
Fue entonces que el padre del niño detuvo a su madre.
-¡Vas a matarlo! -Dijo el padre.
El niño veía la mirada de su madre.
No había un lugar sin un musculo tenso.
Sus dientes estaban totalmente apretados, y sus ojos estaban inflamados.
El niño no tenía dudas, su madre lo hubiera matado de no ser por la intervención de su padre.
Pasó una semana de eso.
El niño se encontraba de nuevo en sus clases de arte.
Tenía vendas en varias partes de su cara, y tenía la nariz rota.
Sus heridas le dolían bastante todavía, pero debía pintar, había algo dentro de él que lo obligaba a pintar.
De la nada su dolor empezó a hacer que sus manos se movieran.
Debía dibujar un cielo.
Él pensaba dibujar el cielo totalmente soleado.
Pero el dolor solo evocaba sus sentimientos de ese entonces.
Sus manos empezaron a dibujar por mera inercia,
Sus sentimientos habían tomado el control de sus manos antes de que se diera cuenta.
El cielo soleado que pretendía pintar se convirtió en colores oscuros.
Un cielo bajó la luna, en un día lluvioso.
Esa pintura fue la mejor que había hecho desde ese entonces.
Desde entonces, empezó a tener más en cuenta lo que sentía a la hora de pintar.
Se había distanciado enormemente de su madre, una gran parte de la presión que sentía se había disipado.
Estaba haciendo realidad lo que decía, estaba pintando por él mismo, no por su madre.
Debido al dolor de tantos años y la represión encontró una manera de expresarse y de soltar sus sentimientos.
Sus pinturas eran de lo más hermoso, no tardó en considerarse un verdadero prodigio.
Los años siguieron pasando.
Ese niño ya tenía 19 años.
Presentaba sus obras en exposiciones prestigiosas.
Era aplaudido por todos.
Aunque no le llenaba, no conocía a ninguna de esas personas.
En el fondo, seguía queriendo la aprobación de su madre.
Estaba en una exposición importante, pero ese día llamó a su madre, y le pidió encontrarse con ella aquella noche.
El encuentro se dio en un restaurante bastante caro.
La madre llegó y saludó a su hijo.
Hacía tiempo que no tenían contacto directo.
La madre trataba a su hijo como una persona desconocida, con todas las cordialidades necesarias.
Ambos comieron y platicaron de cosas totalmente triviales, el clima, la atmosfera social de ese entonces.
-Verás madre, en realidad quería preguntarte algo -Dijo el chico.
-¿De qué se trata? -Preguntó su madre.
-Yo... -El chico tartamudeaba, le costaba decir las cosas- Yo quiero saber que opinas de mi arte actual.
Hubo unos segundos de silencio, y de la nada comenzó a reír.
A reír muy fuerte.
Todos en el restaurante comenzaron a mirar a la madre con extrañeza.
-Cielos, tenías que hablar de eso -Dijo la madre entre risas- Sabes mi opinión, tu arte es pura basura, y no puedes cambiar eso, y que desde ahora se te quede grabado, nunca será suficiente.
Igual que años atrás, la habitación se oscureció.
Solo podía ver a su madre, y los recuerdos de su infancia.
La madre dejó el dinero en la cuenta y se fue sin decir nada más.
Desde ese día el arte se sentía horrible para el joven, igual que en su infancia.
Por lo tanto, se desquito jugando videojuegos.
Rise Of The Legend.
Era un vicio que tenía oculto de los medios.
Tenía un grupo para jugar, se llevaba bien con ellos, hacían llamadas mientras jugaban.
Un día de repente, decidió dibujar su personaje de Rise Of The Legend.
Pensaba que le había quedado bastante bien, así que lo mandó al chat de sus amigos mientras hablaban.
-Miren, he hecho este dibujo hoy ¿Qué les parece? -Dijo el chico en la llamada.
De la nada todos se quedaron callados.
El joven empezó a sentir una punzada en el pecho.
Todo había oscurecido de nuevo.
Empezó a arrepentirse.
No quería que sus amigos lo vieran distinto.
Si bien era solo un dibujo, para el chico representaba algo mucho más fuerte.
Pero esta vez no había nada alrededor de él.
Solo había oscuridad, solo estaba él.
Entonces entendió que el problema era él.
-¡Cielooos! -Dijo alguien el chat de voz- ¿Tú dibujaste esto? Es impresionante, Anter.
-¿Lo dices en serio, Bayand? -Preguntó el chico.
-¡Sí! -Gritó- Es totalmente impresionante.
-No sabía que dibujabas tan bien -Dijo una chica con nombre de usuario Yiro Momoka- ¿Podrías dibujar mi personaje? ¿Cuánto cobras?
-¿Cómo? Yo también quiero que me haga uno a mí -Dijo un usuario llamado Fikuz.
-De verdad, no termino de creerlo, mira los detalles en las líneas y el coloreado -Dijo otro usuario llamado Mustard- Tienes que enseñarme a dibujar así.
La oscuridad empezaba a disiparse.
Empezaba a verse como un arcoíris, algo que nunca había pasado.
Sus amigos le hablaban y aquella oscuridad empezaba a llenarse de color.
-¡Por supuesto! -Dijo el chico- ¡Los dibujaré a todos! ¡No se preocupen por el pago!
El estaba genuinamente feliz después de mucho tiempo.
Por primera vez se sintió aceptado por primera vez, sintió que su arte era aceptado por gente que realmente le importaba, gente que realmente valía la pena.
Desde entonces ese chico formó unos fuertes vínculos con esas personas, las más importantes para él.
「Hero's Sword, 13 de Junio de 2021」
-¡Yo no me iré solo! -Gritó Anter Kuromi.
Apretó la herida abierta, de manera que no iba a dejar que la mano de Mustard saliera.
Lo tenía atrapado.
Su espada seguía levantada junto a sus brazos, y expandió su espada en un enorme mandoble de hielo.
-¡Suéltame! -Gritó Mustard- No se te ocurra atacarme.
Anter bajó el mandoble de hielo hacia el hombro de Mustard.
Hizo una herida enorme, mortal.
Mustard forcejeaba, pero no lograba salir.
El hielo empezó a expandirse por el cuerpo de Mustard.
Anter aprovechó para generar espinas en los pulmones y demás órganos de Mustard.
-¡Yo no moriré así nada más! -Gritó Anter haciendo fuerza para hacer más grande la herida de Mustard- ¡No permitiré que alguien como tú siga viviendo! ¡Voy a proteger a quienes me importan, y acabaré contigo! ¡Pagarás por haber traicionado los sentimientos de aquello que quiero proteger! ¡Y lo protegeré hasta la muerte!
-Increíble -Dijo el asesino enmascarado- Mira la voluntad de ese chico, Mirai, no le interesa morir si es por sus amigos, e incluso con sus ultimas fuerzas creó un escudo para proteger a su compañera, es sorprendente, es por esto que los quiero vivos ¡Es maravilloso!
Anter gritaba con todas sus fuerzas, mientras Mustard gruñía intentando soltarse.
La sangre de ambos pintaba el suelo.
Entonces algo los separó.
Un muro de sangre.
Ambos cayeron al suelo, a punto de morir.
El asesino enmascarado caminó hacia ellos, se agachó y expandió su aura, curándolos a ambos.
-Anter Kuromi, eres un guerrero impresionante -Dijo el asesino mientras lo curaba.
Y en lo que lo curaba, lo dejo inconsciente.
-Todo están dormidos -Dijo el asesino- Es hora de iniciar, hay que armar todo.
Mustard se levantó enojado y derrotado, no pensaba que fuera a perder.
El día siguiente Yiro Momoka despertó, estaba mareada.
Pero no estaba en su cama, estaba acostada sobre metal frío.
Se levantó, estaba ubicándose.
Estaba en una jaula.
-¿Qué sucede? -Exclamó Yiro.
Empezó a ver a su alrededor, estaban ahí todos sus amigos.
En distintas jaulas.
-¡Fikuz! -Gritó Yiro- ¡Fikuz!
É{ estaba en la celda de enfrente.
Fikuz se despertó, igual de desubicado que Yiro.
-¿Donde estamos? -Preguntó Fikuz.
-No tengo idea -Respondió Yiro con la voz algo rota.
En el pasillo donde estaban empezaron a escucharse pasos.
Alguien se acercaba.
-Veo que ya despertaron -Dijo la voz del asesino enmascarado, quien expandió su dominio para despertar a los que faltaban- Les he restringido la capacidad de hablar por el momento.
Yiro empezó a forcejear en su jaula.
El asesino enmascarado no lo dudó, le restringió la movilidad a Yiro, de forma que solo lo escuchara.
-Verán, todos ahora mismo son prisioneros -Dijo el asesino- Yo no me encargaré de ustedes, tengo otros asuntos de los cuales ocuparme, pero les resumiré, no los matamos por su enorme potencial como guerreros, estamos haciendo ciertos experimentos, vamos a convertirlos en los primeros guerreros mejorados, serán los conejillos de indias para mi enorme ejercito, pues todos son increíblemente poderosos, y no desperdiciaré eso.
Todos oyeron esto, totalmente asustados.
"¿Expermientos?" Pensó Marie "¿Van a convertirnos en quimeras o algo por el estilo?"
-Eso es todo -Dijo el asesino- Esta será una sucursal de mi imperio, van a ser cuidados por su quierod compañero Mustard.
El asesino salió de ahí caminando.
Todos ya podían hablar.
Pero no les daba el cuerpo para eso.
Las palabras del asesino les generaba un terror enorme.
Estaban temblando, pues vieron lo aterrador que es el elemento de la sangre.
Puede hacerlos explotar, cambiar de forma, jugar con su composición a nivel molecular.
El ambiente era sombrío, lo que antes era una pequeña tienda de vegetales era ahora un lugar con prisioneros.
Un lugar con conejillos de indias.
Un lugar lleno de esclavos.
Ellos perdieron, a pesar de todos los esfuerzos, habían perdido.
Eran esclavos.
Y luego de toda la presión que Mustard recibió por algunos de ellos, se había hecho realidad.
Se abría paso el peligro más grande para Hero's Sword.
El esclavista Mustard, quien ahora era totalmente real.