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Chapter 41 - Capitulo 40

「12 de Diciembre de 2021, aniversario del segundo año desde La Hora Cero」

「Akero Ikari」

Es irreal.

¿En verdad ha pasado ya un año desde el ataque de Ren Minoru?

Han pasado varias cosas.

Los asesinatos del samurai dorado.

La muerte de Koneko Miura.

La fuga en la prisión de Tedehm.

La cumbre de los líderes.

Y el ataque masivo contra Wiforest.

Es todo demasiado conveniente.

Tal como lo leí en ese libro.

El enfrentamiento contra el dragón, no termino de encontrar su significado.

5 desertores.

¿Se referirá a Souki y su escuadrón?

La serpiente.

La muerte de la serpiente.

El fin de los tiempos.

Todo está en el libro, todo a causa del dragón.

Si lo que sea que signifique el dragón nos ataca en este momento, perderíamos.

No me he quedado atrás, he entrenado mi magia, he dominado la magia original.

Mi elemento mágico no es muy útil después de todo.

El agua.

Quiero decir, evidentemente hay formas de utilizarlo en batalla, pero yo no tengo tal maestría.

Me he entrenado en lo que se me ha facilitado más en cuanto a combate cuerpo a cuerpo.

He llevado mi cuerpo al máximo los últimos meses.

El estilo Shinobi.

Estoy dominando la lucha con espada, y recientemente el arco.

Lo básico, no puedo amaestrar todos.

Aun quiero pulir la lanza y mi agilidad.

Por el momento las dagas me van perfecto, en batalla puedo defenderme, pero también prefiero el asesinato sigiloso.

He creado sustancias venenosas en las armas que estoy aprendiendo a usar.

Luchando desde las sombras me irá mejor, no soy buena estratega ni una guerrera llevada por sentimientos, soy una soldado, y lucharé como pueda.

Tengo que prepararme para el dragón, las sombras, el samurai dorado o la guerra demoniaca.

Llevo todos estos meses cuestionándomelo.

¿En que momento?

¿En que lugar?

¿Cómo debo proceder?

Solo puedo evaluar y evaluar probabilidades.

Necesito cambiar ese futuro.

Lo predijo todo, la batalla contra Bloody Farm y la batalla contra Garo Tachibana.

¿Qué sucede con eso?

Solo pude leer eso.

¿Cuánto falta?

¿En que momento será?

Necesito la fuerza para poder cambiar el futuro.

Vine hasta aquí por eso.

Souki, Kentaro.

Debo protegerlos.

Hay muchas personas en tierras del rey.

Personas que son victimas.

Para mí La Hora Cero llegó prematura, fue allí donde encontré a Alex.

He evadido la muerte ya.

Incluso antes de La Hora Cero.

Si tengo el conocimiento es mi responsabilidad.

Debo cambiar las tornas.

.

.

.

Últimamente hace frío.

Mi entrenamiento incluye nado, pero hoy no he podido, el agua se está congelando.

El lago donde entreno pronto será una pista de patinaje en hielo.

Empecé a caminar por toda la ciudad.

Han pasado ya dos años.

Aquellos niños que Zaygo Murumo obligó a tener a las chicas de Bloody Farm ya deben estar creciendo.

No he estado en ninguna de las batallas grandes de Tedehm.

Por otro lado, a veces me pregunto que habrá sido de las salvajes.

No he sabido de ese clan en mucho tiempo, espero estén bien.

La nieve se siente en las suelas de mis zapatos.

El ruido me resulta molesto.

Intento levantar los pies a la hora de dar un paso, de otra manera siempre termino arrastrándolos.

El sonido es molesto.

El frío se siente en mis ojos.

No hay nadie afuera, salvo algunas personas bebiendo en las tabernas de Tedehm.

La gran mayoría de tabernas de Tedehm han sido clausuradas, solo quedan unas cuantas aquí en tierras del rey.

Personalmente creo que la información que conseguían en las tabernas no sería de mucha ayuda actualmente, retirarlas fue una decisión estúpida.

Cielos, la nieve no me deja ver el castillo a la distancia.

Solo quiero llegar y darme una ducha caliente.

Kentaro ha logrado crear duchas, la electricidad ya es real aquí en nuestro mundo, cosa que se puede expandir fácilmente con la constitución de Imai Sakurajima.

Gracias a la nieve pude escuchar como había personas caminando cerca mío.

2 personas.

Me detuve en seco.

Soy de Tedehm, bien podría ser el samurai dorado.

-Deja las armas y el dinero que tienes -Me dijo alguien mientras rozaba mi espalda con algo afilado.

¿Me están asaltando?

Salté hacia adelante rápidamente, saqué mi daga y volteandome rayé el suelo con ella, levantando una capa enorme de nieve.

Mientras esta se disipaba distrayendo a mis asaltantes retrocedí.

La nube de nieve se deshizo.

Eran dos personas con abrigos.

En sus abrigos había un símbolo, uno que no reconocía.

Ambos estaban asustados.

Eran un hombre y una mujer.

Solo llevaban un pequeño cuchillo.

En cuanto vieron mi daga el tipo soltó el cuchillo, y se postró en el suelo, la mujer al notarlo hizo lo mismo.

-¡Lo siento! -Me gritó el tipo- ¡Perdóneme la vida!

¿Eh? ¿Qué clase de ladrón es este?

Su símbolo debe ser de algún clan pequeño.

Ambos están descuidados.

Y para robar deben estar verdaderamente desesperados.

¿Es esta la situación actual de los clanes bajos?

Ambos están rogándome por sus vidas, ni siquiera quisieron luchar.

No son soldados.

Y evidentemente tampoco son NPC, ya que los NPC al menos tienen sustento de el tiempo que llevan en este mundo.

Tan solo son victimas.

Personas llevadas aquí por La Hora Cero.

¿Qué debo hacer?

¿Cómo puedo ayudarlos?

Antes de darme cuenta me estaba temblando la mano con la que sostenía la daga.

Una lagrima salía de mi ojo izquierdo.

El frío ahora es más violento.

Al menos así lo siento.

Esta escena frente a mí solo me produce un frío dentro de mi pecho.

Más fuerte que ningún otro.

¿Cómo se supone que ayude a estas personas?

Intentaron robarme pero son personas lastimadas y desesperadas, solo quieren dinero para poder sobrevivir.

Qué frío.

Me sequé la lagrima y guardé mi arma.

Seguido saqué la bolsa con el dinero que llevaba conmigo y se las dejé frente a ellos.

-Sé que no es mucho -Empecé a decir, a lo que ellos levantaron la cabeza- Pero es todo lo que tengo ahora, por favor, úsenlo bien.

Ellos no parecían creerme.

En sus miradas se veía la desconfianza.

¿Por cuantas cosas ha pasado esta gente ya?

-Pueden confiar en mí -Les dije- Son unas cuantas monedas de plata.

Seguido me levanté y seguí mi camino como si nada.

Si me mantengo allí ellos nunca lo tomarán.

Mili Dragken está luchando por esto también.

Este es un mundo lleno de desgracias.

Y no sé que hacer al respecto.

El ambiente actual es pesado.

Pasé junto al castillo de Wiforest, e incluso con este clima la gente sigue protestando, sigue luchando por vivir.

Plinder Fome de verdad que roza lo inhumano.

Y al final todo parece apuntar que es debido a Souki.

Una verdadera estupidez ¿Qué es tan importante en el odio de Fome por Souki que no le permite ceder por el bien de tantas personas?

Finalmente llegué al castillo.

Me duché rápidamente, el frío era insoportable.

Joder.

Me vestí y me acosté en mi cama.

Quizás hoy debería descansar.

Me acosté entre mis cobijas, viendo directamente a la ventana de mi cuarto, la cual ya tiene vidrio.

El cielo se ve completamente blanco, el horizonte se ve oscuro, y la nieve se acumula en mi ventana.

Me preguntó cuando dejé de disfrutarlo.

Recuerdo lo divertido que era todo cuando llegué aquí.

Cuando llegaron Souki y Alex me divertí.

Luego Souki llegó luego de la muerte de Alex.

Nada fue igual desde entonces.

Nada fue igual desde que leí ese maldito libro.

Desde entonces no he podido disfrutar nada.

De vez en cuando me divierto con mis compañeros de clan, hago bromas con ellos.

Pero al final del día llego a mi cuarto y me doy cuenta de que todo puede terminar de la nada.

¿Acaso estamos sentados esperando a que el apocalipsis nos arrase?

Nos estamos distrayendo con problemas con una solución muy sencilla.

Plinder Fome es una prueba de ello.

Hay problemas pequeños y enormes.

Quiero poder lidiar con todo.

No quiero que nadie sufra.

¿Cómo se supone que siga viviendo si sé que todo va a acabar?

El dragón.

De verdad, que me encantaría nunca haber leído ese libro.

No puedo estar tranquila.

Solo quiero poder salvarlos a todos.

Quisiera que todo fuera como antes.

「15 de Enero de 2022, Black Lagoon」

La resistencia estaba ganando terreno.

El Bloody Farm original está perdiendo soldados y recursos.

Todo se está tornando oscuro.

Noro Korosum sigue luchando como si nada, arrebatando vidas a diestra y siniestra.

Su poder iba en aumento, y la batalla del día había sido librada gracias a él.

Korosum seguía y seguía subiendo rangos en el ejercito de Makoto Ueno.

Hasta que finalmente fue convocado por él, para hablar cara a cara.

Noro llegó hasta la cima de la torre, la cual estaba en reconstrucción.

Cuando llegó, Makoto Ueno estaba sentado en un extraño trono.

Un trono que parecía palpitar.

Su cabello era largo, le llegaba hasta los hombros, totalmente enredado y sucio.

Noro Korosum no mostraba ningún rastro de sorpresa. solo veía directamente a Makoto Ueno.

-¿Por qué estás aquí? -Preguntó Makoto Ueno

Noro se pensó la pregunta.

Ni el mismo lo sabía, en realidad no tenía propósito alguno.

-No tengo un propósito -Respondió Noro sinceramente- He llegado aquí por muchas circunstancias.

-Muchas circunstancias, ya veo -Respondió Makoto- Creo que no me estás entendiendo ¿Qué estás haciendo en este piso de la torre? No recuerdo haber llamado a nadie.

Noro Korosum se sintió un poco avergonzado ante la primer respuesta que dio.

-Me informaron que usted me llamó -Respondió Noro- No sé si haya recibido información falsa.

Noro empezaba a tener una sensación extraña, la habitación estaba llena de humedad, hacía mucho calor.

-¿En verdad? -Preguntó Makoto- ¡Saori! ¡¿Mandé a llamar a alguien?!

Una chica de cabello rubio largo entró a la habitación.

-Si señor -Le respondió- Usted quería ver a Noro Korosum, el soldado más fuerte de nuestro ejercito.

-Ohh, ahora que lo dices es verdad -Dijo Makoto- Soldado Korosum, perdone mi memoria, pero desde que llegué de La Hora Cero tengo cierta condición, puedo despertar sin saber donde estoy.

Makoto Ueno soltó una pequeña risa.

-Bueno, permiteme leer algo, no recuerdo ni para que te llame -Dijo Makoto mientras buscaba algo en un libro.

Parecía ser un diario o algo por el estilo.

Se quedó unos minutos leyendo.

Noro Korosum estaba pensativo.

Era la primera vez que se encontraba cara a cara con Makoto Ueno.

De nuevo se encontraba en una situación donde podía hacer de todo, pero no sabía qué.

Si peleara por la libertad o cualquier otro noble ideal, aquí podría asesinar a Makoto Ueno.

Si buscara poder podría tomar su lugar, o intentar manipularlo gracias a su condición de mala memoria.

Tiene tantas opciones, pero, no quiere hacer nada.

Cada día se encuentra más catatónico.

Ve muertes y muertes cada día.

Tanto que dejó de buscarle un significado a la suya.

Solo ve objetivos de tiro.

Las primeras noches le afectaba, las muertes que venían por su mano lo torturaban, le daban real remordimiento.

Pero cada día fue perdiendo eso poco a poco.

La vida es algo tan frágil y burdo para él, que el simple hecho de comer se la ha hecho un sin sentido.

-Oh, ya lo recordé -Dijo Makoto Ueno finalmente.

Cerró su libro y lo dejó a un lado.

Seguido se abrió sus piernas, recargando sus codos en ellas, haciendo un soporte con sus manos entrelazadas para descansar su cabeza.

-Dime, Noro Korosum ¿Qué piensas del mundo en el que vivimos? -Preguntó Makoto Ueno.

Noro Korosum no podía ni pensar en la respuesta.

-Yo no pienso mucho -Dijo Noro Korosum- Yo disparo.

-¿Cómo es eso? -Preguntó Makoto Ueno- ¿No piensas en nada? De las vidas que arrebatas, de las cosas que pasan a tu alrededor ¿Nada?

-No en realidad, he dejado de hacerlo hace un tiempo -Respondió Noro.

Pasaron algunos unos segundos de silencio.

-Fascinante -Dijo Makoto Ueno- Un lienzo totalmente en blanco, la verdad pensaba saber más de ti y darte una orden sencilla, pero ahora que veo eso estoy intrigado, acabo de recordar un poco de todo leyendo mi libro, ¿Qué te parece si te cuento yo lo que pienso de este mundo?

-Lo que ordene -Dijo Noro Korosum.

-Sáltate ese cuento del soldado de plomo -Dijo Makoto- Estamos en confianza ¿No es así?

Noro no le respondió nada.

-Verás, en un pelea hace un tiempo conocí a un sujeto, Haru Kishibe -Dijo Makoto Ueno- Un hombre lleno de sacrificio, no dudó en dar su propia vida por sus amigos, él me recordó a algo, algo que irónicamente ya olvidé, el punto es que fue la primera vez que noté que en lo que creía estaba mal, fue en aquella lucha donde encontré la verdadera voluntad de Rise Of The Legend, un juego que debía gustarme tanto como para terminar aquí, la voluntad de Haru Kishibe era lo que se necesitaba en este mundo, pero me enteré que él murió.

Noro sabía de lo que hablaba Makoto, la muerte de Haru Kishibe fue bien sabida en los bajos rangos.

-Al principio solo pensé en reestablecer el clan y ayudar a los miembros, pero noté cierta dualidad en las ideas de Zaygo Murumo y Haru Kishibe, aunque no recuerdo muy bien por qué, permiteme un momento -Dijo Makoto Ueno revisando su libro, se tomó un par de minutos- Oh ya, ellos tienen ideas distintas por lo que pude observar de Zaygo Murumo, él adoraba a una persona, deidad, no lo sé muy bien, pero hablaba de él, Watanabe, estaba totalmente obsesionado, parecía buscar un héroe o algo por el estilo, no tengo ni idea de que quería lograr, pero el punto es que quería cambiar todo lo que conocemos, en cambio, Haru Kishibe luchaba por su propia voluntad, quería protegerlo todo, yo entendía eso, tal ideal tan grande, no para de emocionarme ¿Sabes de lo que hablo?

Noro Korosum se lo pensó por unos segundos.

-¿La voluntad de proteger a las personas? -Preguntó Noro para confirmar.

-Más que eso, pienso en la perpetuidad -Respondió Makoto- Sí, creo que eso era.

Makoto Ueno leyó de nuevo su libro.

Noro Korosum parecía ver a donde iba eso.

-Creo que puedes ver porque no peleo mucho, paso mi tiempo leyendo, no puedo olvidarme de algunas cosas teniendo en cuenta que llevo una ideología con mis soldados -Dijo Makoto mientras pasaba las paginas de su libro- Ya, lo tengo, si, es la perpetuidad, la eternidad, quiero decir, todo este conflicto empezó por querer asesinar a aquellos bebés, cosa que admito, no es de lo más humano, pero piénsalo, es un pequeño sacrificio por un bien mayor, hacer que perdure todo, si esos bebes crecen, van a seguir con el plan de Zaygo Murumo, es por es mismo que deben morir, el mundo puede incluso llegar a destruirse con ese cambio, yo quiero conservarlo todo, quiero un mundo en el que no tengamos que sentir miedo al cambio, un mundo donde lo protejamos, aparte, como agregado, que mejor que un mundo eterno para mí que no puedo recordar las cosas.

Makoto río, pero a Noro no le hacía mucha gracia todo.

-El traidor de la serpiente nos dio esa eternidad, por eso me gustaría tenerlo con nosotros, la imagen misma de la eternidad -Dijo Makoto mientras leía- Es por eso mismo que la muerte de Haru Kishibe lo cambia todo, él era el símbolo de la esperanza, todos lo perseguían, todos protegían ese ideal, yo quiero dar a conocer el ideal de lo eterno.

-¿Y que sucede si alguien se niega a ese ideal eterno? -Preguntó Noro.

-Va a morir, o cuanto mínimo, inculcarle la idea -Respondió Makoto- Es lo mismo que aplica para los bebés, es un sacrificio necesario.

-Disculpe, Señor Makoto -Dijo la misma chica de antes, Saori- Pero no es por eso por lo que lo llamó.

-¿En verdad? -Preguntó Makoto- ¿Entonces para que era?

Saori tomó el libro de Makoto Ueno y empezó a pasar paginas, hasta que en un momento se detuvo para darle el libro a Makoto.

-Aquí está -Dijo Saori indicándole la pagina a Makoto.

-Muchas gracias, Saori -Dijo Makoto Ueno, cambiando su mirada al libro, y seguido a Noro- Cuando Haru murió, Tedehm ocupó su lugar, porque ni de lejos Haru Kishibe y Tedehm son la misma cosa, su líder fue un secreto hasta hace poco, Mili Dragken lleva dirigiéndolos desde la muerte de Haru Kishibe, en primer lugar, ellos tienen unos ideales totalmente distintos a los de Haru, pues Haru Kishibe hizo todo por proteger el castillo, tomó todas las prevenciones, en la batalla contra las sombras hizo esa enorme bola de energía -Makoto pasaba las paginas realmente rápido, leía cosas e hilaba sus ideas y su argumento- Un virus de una amenaza desconocida destruyó al castillo, también, la fuga de la prisión, los asesinatos de el tal samurai dorado, son un sin fin de cosas que no hubieran pasado si Haru Kishibe estuviera presente.

De la nada Noro Korosum entendía en parte lo que Makoto decía, pero por otra parte lo aterraba.

-Haru Kishibe protegió a sus amigos y Souki Aiko, el traidor de la serpiente hasta el final -Siguió diciendo Makoto pasando paginas a toda velocidad- Y hace un tiempo ya, el líder de Tedehm permitió que encarcelaran al traidor de la serpiente, es aborrecible, totalmente, Tedehm es algo desligado de Haru Kishibe, no puedo permitir que algo como eso pueda seguir existiendo.

Makoto Ueno se levantó de su silla, su largo cabello y lo que parecía palpitar alrededor de la habitación empezaron a moverse igual.

Makoto fue a la parte trasera de su silla, buscando algo en lo que parecía ser una caja.

Se demoró unos minutos, probablemente había olvidado donde estaba lo que buscaba.

-Joder, finalmente lo he encontrado -Dijo Makoto caminando a la parte posterior de su silla, esto sin sentarse de nuevo.

-¿Sabes que es esto? -Preguntó Makoto a Noro, extendiendo con su mano un objeto de forma cubica.

Noro empezó a verlo, encontró una especie de agujero, y un papel que se escapaba por la parte de atrás.

Lo de atrás es un rollo de película, al verlo lo entendió.

-Es una cámara -Dijo Noro Korosum- Una de las que salieron de tierras del rey.

-Muy bien -Dijo Makoto mientras extendía su otra mano- ¿Y que hay de esto?

Noro también lo analizó, pero no logró saber que era.

Era una esfera de cristal sobre un tablón.

Makoto Ueno presionó un botón en el tablón, y la esfera se iluminó.

Era una bombilla.

-Es electricidad -Dijo Makoto Ueno- Igual que la camara, provienen de tierras del rey, más específicamente de Tedehm, inventos de un alquimista muy habilidoso, es la antítesis de la eternidad, son avances tecnológicos, están creando civilizaciones más futuristas, quieren llevarnos a el mundo anterior, a ese mundo de cambio constante, un mundo donde se pierden los ideales, los conceptos, lo construido previamente, un mundo efímero.

Makoto fue cambiando el tono mientras hablaba, ahora estaba realmente enojado.

En su ataque de ira arrojó el foco y la cámara al suelo con una fuerza enorme.

La bombilla prendió fuego al rollo de película.

Y frente a Makoto Ueno todo empezó a encenderse poco a poco, provocando un pequeño incendio.

Las cosas que palpitaban por toda la habitación empezaron a contraerse en dirección a Makoto.

Fue entonces donde Noro pudo ver que lo palpitante en toda la habitación son enormes tentáculos de filamentos de sangre.

Todos se formaron en un enorme espiral detrás de Makoto Ueno.

Se veía enorme y amenazante.

-Vamos a invadir Tedehm -Dijo Makoto- Vamos a tomar sus recursos para seguir con esa batalla, y de paso, vamos a destruir ese lugar en contra de los ideales de Haru Kishibe, ve e informales a los soldados de esto, vamos a preparar un asalto a Tedehm.

Noro Korosum estaba confundido, incluso más que antes.

No sabía que hacer,

Había algo de racionalidad para él en lo que Makoto decía, pero por otra parte, solo escuchaba un enorme plan de dictadura bajo una ideología extremista.

-Claro, iré a decírselos -Dijo Noro nervioso, pues la imagen de el enorme espiral detrás de Makoto era intimidante.

Noro salió de ahí rápidamente.

Makoto Ueno movió con fuerza sus tentáculos, apagando el fuego con ráfagas de aire, y seguido sentándose de nuevo en el trono hecho de sus mismos tentáculos.

-Señor Makoto -Dijo Saori saliendo detrás del enorme librero de la habitación- ¿Está seguro que esto es lo indicado? ¿No es muy apresurado?

-No tenemos tiempo que perder -Dijo Makoto casi gritando- Es hora de llevar a cabo la eternidad.